Salomón pide sabiduría para gobernar a su pueblo en lugar de riquezas o poder, reconociendo que la fuente de la sabiduría está en el corazón y no en el intelecto. Pablo dice que para los que aman a Dios, todo les sirve para el bien. Jesús habla del tesoro escondido del Reino de Dios, que vale más que cualquier otra cosa y por el que vale la pena dejar todo lo demás.