1. 22 de septiembre: Un día común lleno de personas caminando por las
calles, de carros atascados por el tráfico abundante, de niños en el
colegio y de una esposa aguardando por la vida o muerte de su amor
en la sala de una clínica.
5:00:01 pm : Con gran esfuerzo abro lentamente mis ojos, pero, no
entiendo el dolor que siento en mi espalda y no entiendo tampoco
porque no puedo hablar... Estoy amarrado y creo que es porque estoy
lleno de tubos y sondas -quizá intenté quitármelos-, escucho el sonido
de las ambulancias, el revoloteo de los pájaros en la ventana y el carro
de helados que siempre correteaba cuando era niño...(buena frase)
Intentó voltear mi rostro, pero me es imposible también, alcanzó a
visualizar el rosario con el que mi esposa reza todas las noches -debo
estar muy enfermo-. Llega una enfermera con rostro angelical y
comienza a consentirme -creo que soy su paciente favorito- ella me
dice: ¡Despierta!, tienes que ser fuerte, tu familia esta esperándote y
no sé porque no siento las lágrimas caer de mis ojos -estoy mal-,
tengo el corazón arrugado, intento responder pero no puedo -quiero
gritar-.
5:00:10 pm : La muerte ha venido por mí -eso creo-, aun no la he visto,
pero sé que me llevará... Tantos años de enfermedad deben acabar y
así poderle dar tranquilidad a mi familia... Este dolor es peor que
cuando mi papá a los 8 años jalo tan duro mi diente flojo que el otro
que aún no estaba para caerse cayó al mismo tiempo (Bien), fui
motivo de burla en el colegio, pero eso era normal en ese tiempo...
Estas máquinas que están a mi lado hacen un ruido tan molesto que
recuerdo cuando mi madre compró ese estéreo con 2 parlantes que al
prenderlo la música despertaba a media cuadra - yo lo odiaba e
intenté dañarlo-, mis tías eran las más felices porque iban a mi casa a
hacer fiestas - no recuerdo haberlas querido-, me sacaban a bailar
como si fuera un juguete más de ellas, además de sus feos copetes y
sus pantalones apretados. Escucho el viento y creo que acaba de
2. pasar un carro aproximadamente a 90 km/h - debe ser el loco que va
tarde a una cita de amor-.
5:00:20 pm : La enfermera bonita acaba de abrir un poco la ventana,
pero intento gritarle que siento frío - no me escucha-, miro mis manos
y están hinchadas, ya no son las mismas con la que a los 15 años
tomé a mi primera novia, con las que le entregué flores y chocolates y
con las que a los 20 empecé a escribir poemas en aquel parque el
cual tenía arboles gigantes y hermosos. Si tuviera un espejo lo
rompería, mi rostro debe estar pálido y mis ojos grises deben estar
apagados -sí, como lo estoy yo-, quizá por estar postrado en esta
maldita cama ya debo estar más flaco pero tal vez conserve mi
pequeña estatura... Recuerdo también por la ambulancia que acaba
de pasar, cuando sufrí de apendicitis estaba en el grado de mi
hermano Karl y en ese lugar, hospitalizado -como hoy-, conocí a Mary
-mi esposa y a quien amo, la de labios dulces y cuerpo estilizado-...
(genial) Acaba de llegar alguien y pregunta : ¿Cómo está el paciente?
y es el médico de turno y con rabia intento decirle Muy bien, perdiendo
mi vida en una cama y usted? -siempre manejé la ironía-... Siento
pasos y no sé porque estoy nervioso, estoy tan nervioso como la vez
que decidí pedirle matrimonio a Mary en ese crucero que nos llevó a
recorrer Europa y más nervioso cuando ella me dijo que sí, que me
amaba y que quería estar conmigo siempre, eso fue a mis 30 -estaba
feliz-... ¡MOMENTO! acaba de entrar Max - mi hijo-, lo escucho, lo
siento...
5:00:35 pm : No Hijo, por favor no lo hagas... Las lágrimas de mi hijo
alteran mis latidos - estoy llorando- no sé si lo siente- ese abrazo que
me estás dando me empuja a salir de esta cama, así como cuando tu
madre me dijo que estaba embarazada y que serías un hombre -como
yo-, mis anhelos crecían y desde la noticia te amé, te amé más que a
todas mis letras y mis hojas en blanco... Cuando naciste yo estaba
junto a ustedes, la emoción de ver tu rostro tan fino, esos ojos azules y
3. tus balbuceos tan inocentes, hicieron que me desmayara -maldito
desmayo-, ese fue el motivo de los médicos para descubrir mi
enfermedad a mis 32 felices y juveniles años MUY Bien
5:00:40 pm : Estas confesiones inconscientes me han hecho sentirme
más débil, la enfermera debería venir a inyectarme para que pueda
sentirme aliviado - en esta pobre cama no hay alivio-, una inyección,
como la primera, esa que iniciaba el tratamiento contra el cáncer, esa
que empezó a ponerme calvo y feo, esa que acabo mis días felices,
pero que a la vez me unió mas a Mary y que aumento el sentimiento
en mis poemas y por mi familia.. Por la enfermedad se me cerraron las
puertas laborales, pero decidí hacer recorridos escolares, en donde los
niños jugueteaban como los que se escuchan desde aquí, deben estar
jugando a las escondidas y deben estar colocándose penitencias que
los avergüenzan, como la que le tocó a Max en uno de sus juegos,
bailar frente a todo el colegio... Acaba de pasar un carro de bomberos,
espero que no sea grave, así como cuando por la enfermedad caí
débilmente al piso mientras cocinaba para Mary, no me quemé, pero la
casa quedo inhabitable.
5:00:50 pm : Siento hambre y mi hijo partió a su trabajo -espero que le
vaya bien-, quiero que Mary entre a verme y me de así sea una de
esas golosinas que me encantan -las que tienen centro líquido-, no sé
cuál es el alimento que nos dan a los enfermos, pero sé que no quita
el hambre - pero no me escuchan, no me puedo quejar-... Sí, ha
llegado Mary, no entiendo porque llora ¿QUE PASA? - me siento
asustado-, ella empieza a acariciarme y a decirme: Amor no hay
remedio, ya luchaste y es hora de que descanses ¿Cómo así? - yo
quiero levantarme-, así como esa mañana que estuve en casa, que
hice desayuno, que jugamos en la piscina de aquel hotel el cual fue
nuestra vivienda temporal y esa en la que empecé a decirles que los
amaba, esa misma en la que recibí la llamada de que gané un premio
al mejor poema de amor -mi sueño convertido en realidad-...
4. 5:00:55 pm Me falta la respiración, siento que mi cuerpo arde y quiero
a mi hijo, quiero a Mary... Ellos ya han salido, creo que las visitas son
cortas y efímeras -como lo fue la entrega del premio-, un niño que va
pasando por la calle llora -debe sentir hambre-, siento que estoy en los
pisos bajos de la clínica porque escucho todo y lo que escucho se
relaciona con mi vida, estar aquí duele más que las anteriores veces,
casi 18, antes podía hablar pero ahora ni el botón para llamar a la
enfermera puedo tocar... En este momento me siento impotente, como
esa vez que no quisieron ayudarme a construir un nuevo hogar y por
lo que me tocó trabajar en carpintería estando enfermo. Mi vida ha
sido feliz, amarga y dura, la valentía ha sido mi fortaleza, la familia mi
motivo y yo sigo luchando por levantarme para mejorar todo... Lo que
me dijo Mary sonó a despedida -no quiero irme- y mientras tanto
estos aparatos se están descontrolando, me siento ahogado...
5:00:59 pm Llegan médicos y enfermeras, me han quitado la máscara
de oxígeno... Siento choques eléctricos en el pecho - son más bien
cosquillas-, de esas que tomaban protagonismo en los juegos de
padre e hijo aún siendo viejos y siento una tos tan grave como la que
me obligó a venir al médico para una revisión, esta vez creo que mis
pulmones están graves porque me están dando aire mecánicamente -
algo está mal-, no siento mis manos, no siento el movimiento de mi
cabeza, no siento lágrimas, no siento nada... En un suspiro diré que
los amo, ese será el último.
5:01:00 pm El niño que iba llorando si tenía hambre, el loco iba tarde
a su cita de amor, el incendio era grave, Mary llevaba en su bolsillo
golosinas con centro líquido, Max estaba en una junta para ser
ascendido de su cargo, la enfermera quería a Peter y era su paciente
favorito...
5. Un bebé está por nacer -lo escucho-, y yo aquí lanzó mi último suspiro
-muero-, los amo, no me olviden y en mi memoria escriban un epitafio
que me aluda.
Y así, a las 5:01:00 pm del 22 de septiembre en la cama 17 murió
Peter Brown, padre amoroso y orgullo familiar... Murió a la misma hora
a la que uno de los árboles del parque en donde Brown escribía, lanzó
su primera hoja al suelo indicando el inicio del otoño.
''El tiempo no es más que una ilusión causada por la muerte''