El Príncipe Ceniciento era bajito, pecoso, sucio y delgado, y siempre estaba limpiando la casa mientras sus tres hermanos peludos y grandulllones se divertían en la Disco Palacio con las princesas. Una noche, un hada le concedió sus deseos de ser fuerte y peludo, pero lo convirtió en un mono grande y peludo por error. A medianoche volvió a la normalidad, pero dejó sus pantalones en la parada del autobús donde conoció a la Princesa Lindapasta. Ella lo buscó y