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498 Sociotogía
función de sus últimas ocupaciones, pero eso puede ser problemático si llevan algun tiempo
sin trabajar. Adem¡ís, resulta poteocialmente muy engañoso ignorar el núcieo familiar en su
conjunto-. El hecho de que los indiüduos estén solos o convivan con su pareja puede supo-
ner uoa gran diferencia en cuanto a las oportunidades a las que tienen acceso.
Et impacto de[ empleo femenino en las diüsiones de ctase
La incorporación de las mujeres al trabajo remunerado ha tenido un impacto significativo
en la rerita de los hogares, pero dicho impacto se ha experimentado de manera inegular y
puede conducir a una acentuación de las divisiones de clase entre hogares. Cadawzhay
más mujeres que asumen puestos fiofesionales y de gestión que les reportan salarios eleva-
dos. Esio contribuye a una polarización entre los «hogares con doble salario» por un lado y
los hogares que ingresan un único salario o ningún salario por el oho.
Las investigaciones han mostrado que las mujeres con salarios elevados suelen tener pa-
rejas cou salarios elevados, y que las esposas de quienes ocupan puesto§ directivos o profe-
sionales tienen mayores ingresos que ohas mujeres asalariadas. Los matrimonio§ tienden a
emparejar a individuos relativamente privilegiados o bien relativamente desfavorecidos en
términos de situación ocupacional (Bonney, 1992).
El impacto de esas uniones con doble salario se ve fealzado por el aumento de la edad
media en la que se tienen los hijos, especialmente entre mujeres profesionales. El mayor
nrimero de parejas sin hijos en las que ambos cónyuges tienen empleos remunerados está
contribuyendo a aumentar las diferencias de ingresos ente núcleos familiares'
La movitidad social
Al estudiar la eshatificación tenemos que considerar no sólo las diferencias entre las posi-
ciones económicas o las ocupaciones, sino qué ocurre con los individuos gue las tienen. La
expresión movilidad social se refiere al movimiento de 1os individuos y gn¡po§ ente las
Astintas posiciones socioeconómicas. La movilidad vertical es un desplazamiento hacia
arriba o hacia abajo en la escala socioeconómica. De qüenes ganan propiedades, ranta o
posición se dice que se mueven hacia aniba (como sir Gulam Noon, cuya historia rezumi-
rnos al inicio del iapítrfo), mientras que los que las pierden se mueven hacia abaio.Enlas
sociedades modernas abunda también la movilidad horizontal, que alude a 1a traslación
geográfica de un barrio a ot¡o o entfe ciudades y regiones. Con frecuencia, la movilidad
vertical y ia horizontal se combinan. Por ejemplo, un individuo que habaje en una empresa
de una ciudad puede recibir un ascenso que le lleve a una sucu¡sal de la compañla situada
en otra localidad o incluso en oho país.
Hay dos maneras de estudiar la movilidad. Primero, pueden examinarse las careras pro-
fesionales de los indiüduos, es decir, hasta qué Punto se desplazan hacia arriba o hacia
abajo en la escala social durante su yida laboral. Esto se suele denominar moviüdad intra'
generacional. Por oüa parte, se puede analizar en qué medida los hijos tienen el mismo
tipo de émpleo que sus padres o abuelos. Este tipo de movilidad se llama movilidad inter-
generacional.
11, Estratilicación y clase social 499
REFLEXIONES CR,fTICAS
La imagen que muchas personas tienen de las sociedades industriales del siglo xx
sugiere contaminación, fábricas mugrientas, duras condiciones de kabajo ypobreza
masiva. Por el contrario, las sociedades posindustriales están dominadas por los habajos
de oficina, las ocupaciones típicas de la clase media y las tecnologlas de la
información. Explique cómo puede ser posible que la desigualdad esté en aumento er:
las sociedades posindustriales, que aparentemente proporcionan mucho mejores
condiciones de tabajo a una mayorla de su población.
Estudios comparativos sobre movilidad
El grado de movilidad vertical que se da en una sociedad es un indicador fundamental de
su nivel de «apertura», que señala hasta qué punto un individuo con capacidad nacido en
un e§tato inferior puede ascender en la escala socioeconómica. En este sentido, 1a movili-
dad social es un importante problema político, sobre todo en los estados que tienen una
idea progresista de la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos. ¿En qué medida son
«abiertas» las sociedades industrializadas respecto a la movilidad social?
Durante más de cincuenta años se han llevado a cabo estudios sobre movilidad social,
habitualmente comparaciones internacionales. uno de los primeros y más importantes tra-
bajos en este campo fue el realizado en Estados unidos por Peter Blau y otis Dudley Dun-
can (1967). Todavía sigue siendo el estudio más minucioso de movilidad social llevado a
cabo en un país en particular, aunque, al igual que la mayoría de los trabajos sobre moüli-
da( corrobora las puntualizaciones hechas en la sección previa: todos los examinados eran
varoües. Blau y Duncan recogieron información de una muestra nacional de veinte mil
hombres y llegaron a la conclusión de que hay mucha movilidad vertical en los Estados
unidos, pero que casi siempre se produce entre posiciones ocupacionales muy cercanas. La
movilidad de «largo alcance» no es habitual. Aunque haya movimiento descetrdsnte, tanto
en las carreras individuales como intergeneracionalrnente, este tipo de movilidad es mucho
menos común que la ascendente.Larazó¡ de esto es que el número de empleos profesiona-
les y de cuello blanco ha crecido mucho más nápidamente que ei de ios de cuello azul, un
desplazamiento que ha creado v{as para que los hijos de los trabajadores manuales se tras-
laden a puestos no manuales. Blau y Duncan sub,rayaron la importancia que tienen la edu-
cación y la formación profesional para las posibilidades de éxito del individuo. según
ellos, la movilidad social ascendente caracteriza, en llneas generales, al conjunto de las so-
ciedades industriales y conffibuye a la estabilidad y a la integración de la sociedad.
Quizá el estudio internacional sobre movilidad social más afamado sea el realizado por
seymour Martin Lipset y Reinhard Bendix (1959), que analizaron datos de nueve socieda-
des industrializadas
-Gran
Bretaña, Francia, Alemania occideutal, suecia, suiza, Japón,
Dinamarca, ltalia y los Estados Unidos- centrrindose en la movilidad de los hombres des-
de trabajos de cuello azul hasta puestos de cuello blanco. En contra de sus expectativas, no
encontraron indicios de qu9 los Estados Unidos fuesen más abiertos que las sociedades eu-
ropeas. La movilidad vertiia(,total que cruza la línea que separa los trabajos de cuello azul
l:
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i.
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500
'q!B.w
§ociotogía 1!" Estratificatión y ctase soriat 501
de los de cuello blanco era del 30% en los Estados Unidos, mienúas que en las otras socie-
dades oscilaba ente el27 y el3lo/o. Lipset y Bendix llegaron a la conclusión de que todos
los países industrializados estaban experimentando cambios similares respecto a la expan-
sión de los trabajos de cuello blanco. Esto condujo a una «oleada de movilidad ascendente»
de dimensiones comparables en todos ellos. Otros autores han puesto en duda estas conclu-
siones, arguyendo que, si se presta más atención a la movilidad descendente y se tiene en
cuenta la movilidad de largo alcance, hay diferencias significativas entre los países (fleath,
1981; Grusky y Hauser, 1984).
La mayoría de los estudros sobre movilidad social, como los descritos anteriorment§, se
hau centrado en dimensiones de movilidad «objetivas»: es decir, en cotno parece existir di-
cha movilidad, hacia dónde se dirige y a qué sectores sociales afecta. Gordon Marshall y
David Firth (1999) han partido de un enfoque diferente en su estudio comparativo de la
movilidad social; han investigado los sentimieutos «subjetivos» de las personas en lo refe-
rente al caurbio de posición social. Los autores.ioncibieron su investigación para responder
a la «especulación sin fr¡rdamento)) que, según ellos, practicaban los sociólogos al plantear
los posibles efectos de la movilidad social sobre Ia sensación de bienestar de los indivi-
duos. Aunque algunos autores han señalado que la movilidad social produce una sensación
de desequilibrio, aislamieuto y falta de raíces, ohos han adoptado un punto de vista más
optimista, indicando que tiene lugar un proceso gradual de adaptación a la nueva clase.
Utrlizando datos de encuestas de nueve paises
-Bulgaria,
la República Checa, Eslova-
quia, Estonia, Alemania, Polonia, Rusia, Eslovenia, Estados Unidos y Gran Bretaña-;
Marshall y Firth analizaron si la movilidad social estaba relacionada con una mayor sensa-
ción de satisfacción o insatisfacción respecto a cuestiones cotidianas como la familia, la
comunida4 el trabajo, la renta y la política. En líneas generales, los autores descubrieron
pocos indicios de que existiera una relación entre las experiencias de clase de los encuesta-
dos y la satisfacción global con su vida. Esto era así tanto para los individuos que, dedde un
origen de clase obrera, habían ascendido hasta la clase media como para los que habían ex-
perimentado una movilidad descendente.
La movilidad descendente
Aunque la movilidad descendente se da menos que la ascendente, no deja de ser un fenó-
meno generalizado. La movrlidad intrageneracional descendente es también habitual, y con
bastante frecuencia se relaciona con ansiedades y problemas psicológicos cuaudo los indi-
yiduos son incapaces de mantener los estilos de vida a los que se han acostumbrado. El
despido es otra de las causas principales de la movilidad descendente. Por ejemplo, los
hombres de mediana edad que pierden sus trabajos o bien no encuentrail modo alguno de
conseguir un nuevo empleo o sólo pueden obtenerlo aceptando un nivel de ingresos i¡ferior
al precedente.
Hasta ahora ha habido pocos estudios sobre la movilidad descendente en el Reino Uni-
do. Sin embargo, es probabie que ésta, cuaudo tiene un carácter intergeneracional o inta-
generacional, esté creciendo en Gran Bretaña al igual que en los Estados Unidos, país en el
que sí se han llevado a cabo diversas investigaciones recientemente sobre el fenómeno. En
los años ochenta y principios de los noventa, por primera vez desde la Segunda Guerra
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S0CIEDAD GtoBAL 11.2 ¿Está disminuyendo ta desiguatdad en [as sociedades
basadas en clases?
Existen pruebas de que, a[ menos hasta
hace poco, [os sistemas de ctases de las so-
ciedades capitatistas maduras están cada
vez más abiertos a [os movimientos entre
clases, [o que reduciría e[ nivel de desiguat'
dad. En 1955, e[ economista Simon Kuznets,
gatardonado con un premio Nobet, propuso
una hipótesis denominada desde entonces
[a curva de Kuznets: una fórmuta que mues-
tn que [a iguatdad aumenta durante las pri-
meras etapas de desanotlo capitalista, [ue-
go se reduce, para finalmente estabilizarse a
un nivel retativamente bajo (Kuznets, 1955;
véase también [a figura 11.1)'
Estudios realizados en países europeos,
Estados Unidos y Canadá sugieren que [a
desiguaLdad atcanzó su punto cutminante
en estos países antes de [a Segunda Guerra
Mundiat, se redujo a [o largo de [a década
Figura 11.1 La curva de Kuznets
ruane: Nielscn (l 994, W. 65+677
de los cincuenta y permaneció más o menos
estable a [o largo de los setenta (Berger,
1986; Nietsen, 1994). La disminución de
las desiguatdades durante [a posguerra fue
debida en parte a [a expansión económica
de las sociedades industriatizadas, que faci-
titó oportunidades para mejorar a quienes
se encontraban en tos estratos más bajos, y
también a ta cobertura pública de [a sani-
dad, a[ bienestar y a otros programas desti-
nados a reducir las desiguatdades. Sin em-
bargo, tat vez [a predicción de Kuznets sóto
pueda apticarse a las sociedades industriali-
zadas. La aparición de una sociedad posin-
dustrial trajo consigo un aumento de [a
desiguatdad en muchas naciones desanotta-
das a partir de [a década de los setenta
(véase eL capítuto 12), que pone tela de
juicio [a teoría de Kuznets.
Desano[[o económico
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o
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Menos
502 Sociotogia
Mundial, se produjo un retoceso general del promedio de sala¡ios reales (calculados des-
pués de restarles la tasa de inflación) en los empleos de cuello blanco de ratrgo medio en
ios Estados Unidos. Por lo tanto, aunque el nrimero de este tipo de trabajos sigue aumen-
tando en relación con otrosn quizá ya no puedan responder como antes a las expectativas de
alcarau wadeterminada forma de vida.
La reestructuración de las grandes empresas y sus «reajustes» son las principales causas
de estos cambios. Para enfrentarse a la cfeciente competencia global, muchas empresas han
reducido sus plantillas. Se han perdido habajos de cuello bianco y también otros manuales
de jornada completa en beneficio de empleos mal pagados y a tiempo parcial. En los Esta-
doi Unidos la movilidad descendente es especialmente habitual entre las mujeres separadas
o divorciadas con niños. Con frecuencia, las que disfrutaban de una üda de clase media re'
lativamente cómoda cuando estabán casadas se encuentran en una situacióo precaria de§-
pués de divorciarse. En muchos casos, las pensiones alimenticias son escasas o inexisten-
ies; a las mujeres que intentan hacer malabarismos para compatibilizar su trabajo, el
cuidado ¿e loi *Ros y las responsabilidades domésticas les cuesta tabajo llegar a fin de
mes (Schwarz yYolgy, 1992).
La movilidad socia[ en Gran Bretaña
Los niveles globales de movilidad han sido muy estudiados en Gran Bretaña después de la
Segunda Guirra Mundial y hay una gran cantidad de datos empíricos y habajos de investi-
gaiión sobre el caso británico. Por esa razón, en este apartado examina¡emos la informa-
ción sobre el Reino Unido, armque,vf,ayez másn casi todas las investigaciones se han cen-
hado en los hombres hasta hace muy poco tiempo'
David Glass dirigió un estudio pionero en 1954, analizando la moülidad intergeneracio-
nal alurante un plazo prolongado que llegaba hasta los años cincuenta. Sus conclusiones se
corresponden ón hs mencionadas anteriormente respecto a datos internacionales: alrede-
dor de un 30% de movilidad desde los trabajos de cuello azul hasta los de cuello blanco.
De hecho, la investigación de Glass fue muy'"utilizada por los que realizaron comparacio-
nes internacionales. En líneas generales, Glass llegó a la conclusión de que Gran Bretaña no
era wÉ sociedad especialmente «abierta». Aunque se producla bastante movilidad, la ma-
yoría era de corto aicance. La de tipo ascendente era mucho más frecüente que la descen-
dente y se concenhába mayoritariamente en los niveles intermedios de la estructura de cla-
ses. Las personas en los niveles más bajos tendían a permanecer allí, y casi e1 50% de
los hijos de trabajadores en puestos profesionales o de gestión se hallaban en ocupaciones
similares. Glass también constató la existencia de un alto nivel de (Geclutamietrto interno»
de este tipo enke los puesto§ de élite.
Iohn boldthorpe y sus colaboradores de Oxford realizaron otra importante investiga-
ción, basada en lós hallazgos de una encuesta llevada a cabo en 1972 (Goldthorpe et a1.,
1980). Intentaban investigar hasta qué punto se habían alterado las pautas de movilidad so-
cial áesde la época dei estudio de Glass y, de hecho, llegaron a la conclusión de que el nivel
general de movilidad masculina era más elevado que durante el período anterior, con bas'
ámtes más desplazamientos de largo alcance constatablei. La raz6n principal para esto' sin
embargo, no era que el sistema ocupacional se hubiera hecho más igualitario, sino que los
11. Estratificarión y clase sociaI 503
cambios procedían del crecimiento acelerado del número de trabajos de cuello blanco. de
rango superior en relación con los de cuello azul. Los investigadores se dieron cuenta
de que dos tercios de los hijos de habajadores manuales no cualificádos s s6misralificados se
hallaban también en empleos manuales. cerca del 30% de los gestores y profesionales pro-
venlan de la clase habajadora, mientras que en torno al 4% de los hombres en tabajos de
cuello azul proveuían de ambientes profesionales o de gestión.
A pesar de haber encontrado pruebas de la existencia de movilidad social en términos
absolutos, el Estudio sobre Movilidad de Oxford llegaba a la conclusión de que las posibili-
dades de movilidad relativas entre los diferentes sectores sociales seguían siendo müy desi-
guales en Gran Bretaña, y que la disparidad de oportunidades también se martenía absolu-
tamente emaaada dentro de la estrucfura de clases.
El primer Estudio sobre Movilidad de oxford fue puesto al día basandose en nuevos
materiales recogidos cerca de diez años después (Goldthorpe y payne, 1986). se constata-
ron sus principales conclusiones, pero también se detectaron nuevos fenómenos. Las proba-
bilidades de que los muchachos que procedían de ambientes de cuello azul consiguieran
empleos profesionales o de gestión se habían incrementado. una vez miis, esto se achacó a
los cambios en la estructura ocupacional, que habían producido una reducción de ias ocu-
paciones de cuello azul en relación con los empleos de cuello blanco de rango superior.
En los años ochenta, Marshall y sus colaboradores lograron resultados que corroboraban
ampliamente los hallazgos de Goldthorpe y de otros autores. En el Estudio sobre Movilidad
de Essex verificaron que alrededor de un tercio de las personas ocupadas en tabajos supe-
riores de cuello blanco o profesionales tenían antecedentes de cuello azul. Conclusiones de
este tipo tienden a mostrar la existencia de un grado de fluidez considerable en la sociedad
británica: para mucha gente es realrnente posible ascender en lajerarquía social, en térmi-
no§ tanto de moülidad intergeneracional como intrageneracional. Sin embargo,labalanza
todavia se inclina negativamente hacia la mujer, cuyas posibilidades de movilidad se ven
obstaculizadas por su excesiva representación en empleos manuales rutinarios. El carácter
fluido de la sociedad contemporánea procede principalmente de su propensión a mejorar la
categoría de las ocupaciones. Marshall y sus colaboradores concluyen: «El hecho de que
haya "más espacio en la cumbre" no ha venido acompañado de una mayor igualdad de
oportunidades para acceder alli» (1988, p. 138), sin embargo, deberlamos tener en cuenta
algo que se ha mencionado anteriormente: la mwilidad es un proceso a largo plazo, y si la
sociedad se está haciendo más «abierta», todas las consecuencias no se apreciarián hasta
dentro de una generación.
No obstante, Jo Blanden y colaboradores, eü un estudio realizado en la Escuela de Eco-
nomía de Lond¡es publicado en2002, descubrieron una inversión en este proceso. compa-
raron la movilidad intergeneracional de dos grupos, el primero de ellos nacido en marzo de
1958 y el segundo en abril de 1970, Aunque ambos grupos sólo se diferencian en doce
años, el estudio documenta una aguda caída en la movilidad intergeneracional del estatus
económico entre ellos. El estatus ecoaómico del grupo nacido en l9z0 estaba conectado
mucho m¡is estrechamente al estatus económico de sus padres que el del gnrpo nacido en
1958. Los autores sugieren que una de las ¡azones para este descenso en la movilidad inter-
generacional del último grupo fue el aumento en la asistencia escolar a partir de la década
de los setent4 que benefici.ó más a ios hijos de familias ricas gue a los de las menos. adine-
radas. '*
504 §ociotogía
En un artículo de más reciente publicación sobre movilidad social de clase en el Refuo
Unido, Jackson y Goldthorpe (2007) comparan series de datos anteriores y más actuales,
sin detectar evidencias de que la movilidad intergeneracional esté decayendo en sentido ab-
soluto; las tasas de movilidad social relativa para hombres y mujeres perrnanecen bastante
constantes, con algunos indicios de disminución de la movilidad a largo plazo. Sin embar-
go, encontraron un balance menos favorable entre la movilidad ascendente y descendente
en los hombres, producida por el cambio de clase estructural. Concluyen afirmando que el
aumento en las tasas de movilidad ascendente experimentado a mit¿des del siglo xx no va a
volver a producirse.
REFLEXIONES CRÍTICAS
¿Es la movilidad social relevante en la sociedad moderna? ¿Qué importancia tiene el
hecho de que haya disminuido la movilidad social intergeneraciotral, si ése es el caso?
¿Cuáles során sus probables consecuencias sociales? ¿Cuál puede ser la contribución de
los gobiernos a la promoción de la movilidad socíal?
Género y movilidad social
Aunque muchas de las investigaciones sobre movilidad social se han cenhado en los hom-
bres, én los ultimos años se ha comenzado a prestar atención a las pautas de las mujeres en
ese sentido. En un momonto en el qu6 las muchachas esüín rindiendo por encima de los chi-
cos en la escuela, y las mujeres están superando en número a los hombres en la educación
superior, rezulta tentador llegar a la conclusión de que puede que las kadicionales desigual-
dades sociales en función del género esténperdiendo su carácter determinante. ¿La estructu-
ra ocupacional se ha hecho más «abierta» para las mujeres o sus posibilidades de moviiidad
siguen basándose principalmente en su posición familiar y su procedencia social?
Para un anátisis más detattado sobre [a educación superior, véase et capítuto 19, «Educación».
Un reciente estudio de cohortes realizado por el Economic aud Social Research Council,
tilulado Twenty-Something in the /990s (<Veintitantos en los noventa»), ha hecho un segtri-
miento de las vidas de nueve mil ciudadanos británicos nacidos durante la misma senuna
de 1970. En 1996, cuando tenían veintiséis años, se descubrió que la familia y la clase de la
que procedían seguían teniendo una enorme influencia entre los encuestados, tanto hom-
bres como mujeres. El estudio llegaba a la conclusión de que losjóvenes que mejor se en-
frentaban a la transición a la edad adulta eran los que habían tenido una mejor educación,
los que habían pospuesto los hijos y el matimonio y aquellos cuyos padres ocupaban pues-
tos prirfesiouales. Los individuos procedentes de hogares desfavorecidos eran más procli-
ves a perman€cer en €sa posición.
En conjunto, el estudio descubría que las mujeres de hoy tieaen muchas más oportuni-
dades que las de la generación anterior. Las de clase meüa son las que más se han benefi-
x1" [stratlficación y clase social 505
ciado de las transformaciones antes mencionadas: prácticamente tenían las mismas posibi-
lidades que los hombres de ir a la universidad y de conseguir puestos bien remune¡ados
después de licenciarse. Esta tendencia hacia una mayor igualdad también se reflejaba en el
aumento de su confianza en sí mismas y de su autoestima en comparación con una cohorte
similar nacida veinte años atrtes. Etr la sociedad britrá.nica algunas mujeres se están incorpo-
rando a puestos del estatus superior, al igual que en muchos otros países desarrollados,
aunque no en cifras particularmente elevadas. Podríamos expresar gráficamente este cam-
bio sugiriendo que el <<techo de cristab» para las mujeres se ha resquebrajado, pero aún no
está completamente roto.
Las oportunidades que tiene una mujer de desarrollar una buena carrera están aumen-
tando, pero sigue habiendo dos grandes obstáculos. Los hombres con puestos directivos
y los empresarios continúan discrimiuando a las mujeres que solicitan los puestos. En
parte, 1o hacen porque creen que «las mujeres no están realmente interesadas en tener
una c¿urera» y piensan que es probable que 4baudonen el trabajo cuando tengan familia.
Tener hijos sigue siendo un factor importante para las posibilidades laborales de una mu-
jer. Esto no se debs tanto al hecho de que ellas no tengan interés en desarrollar una carre-
ra como a que se ven realmente obligadas a optar entre dedicarse a ella o tener hijos. Los
hombres no suelen estar dispuestos a compartir del todo ni las responsabilidades domés-
ticas ni el cuidado de los niños. Aunque hay muchas más mujeres que antes organizando
su vida doméstica para poder seguir su carrera, aún siguen encontrando muchas trabas
para hacerlo.
¿Es Gran Bretaña una meritocracia?
Peter Saunders (1990, 1996) ha sido uno de los autores que con más claridad han criticado
las investigaciones tradicionales de movilidad social británicas, que abarcan estudios como
los realizados por Glass y Goldthorpe. Según Saunders, Gran Bretaña es una auténtica me-
ritocracia porque recompensa de forma natural a los que «actuar»r mejor y tienen éxito. Se-
gún este autor, la capacidad y el esfuerzo son los factores clave del éxito ocupacional, no la
clase de la que se procede. Saunders utiliza datos empíricos tomados del National Child
Development Study (Estudio Nacional sobre Desarrollo Infantil) para mostrar que los niños
brillantes y trabajadores tendnín éxito independientemente de las ventajas o desventajas so-
ciales que puedan experimentar. Según su opioión, puede que Gran Bretaña sea una socie-
dad poco igualitaria, pero sí es justa. Esta conclusión bien podría aplicarse de manera gene-
ral a las poblaciones de las naciones industrializadas.
Para responder a estas afimaciones, Richard Breen y John Goldthorpe critican a Saun-
ders tanto desde el punto de vista teórico como desde presupuestos metodológicos (1999).
Le acusan de introducir sesgos en el análisis.de datos de la encuesta, por ejemplo mediante
la exclusión de encuestados en paro. Breen y Goldüorpe aportan un análisisde los mismos
datos utilizados por Saunders, y sus conclusiones, que corroboran su propia creetrcia en la
importancia que tienen las barreras de clase para la movilidad social, son radicalmente di-
ferentes. Estos autores concluyen que el mérito individuai es sin duda un factor que deter-
mina las posiciones de clase de los individuos, pero el «origen de clase» sigue siendo una
poderosa influencia. Según Breen y Goldthorpq para llegar a una posición de clase similar,
( o
r
506 §ociologÍa
los niños que proceden de entornos desfavorecidos deben mostrar más méritos que los que
proceden de medios con ventajas.
Un estudio cornparativo de ámbito internacional más reciente sobre desigualdad y movi-
lidad social, realizado por Dan Andrews y Andrew Leigh (2007), hace también referencia a
la supuesta (usticia», Su estudio empírico utiliza datos ocupacionales de hombres entre
veinticinco y ciacuenta y cuaho años en dieciséis países de todo el mundo (excluyendo
Reino Unido), y se centra en los salarios relativos de padres e hijos. Su principal conclu-
sión es que «los hijos que crecieron en países con una mayor desigualdad en la década de
los sesenta tuvieron menos probabilidades de experimentar movilidad social en 1999». En
estos.países de todo el mundo, Ia moülidad social es inferior, y el paso de la pobreza a la
iqueza es mucho más diflcil para aquellos grupos sociales que parten de las posiciones in-
feriores. De este modo, parece qud la desigualad impide resultados <<justos» (basados en la
capacidad y el esfuerzo) y que para obtener una auténtica meritocracia antes será necesario
reducir las desigualdades.
Conclusión: [a importancia continuada de [a ctase social
Aunque la tadicional incidencia del factor de clase esté sin duda debilitándose de diversas
mane¡as, sobre todo en lo tocante a las identidades de las personas, en las sociedades con-
temporáneas las divisiones en función de la clase siguen ocupando un lugar primordiai en
las desigualdades económicas. La clase social sigue ejerciendo una gran influencia en
nuestra vida, y el hecho de pertenecer a una clase determinada se correlaciona con varias
desigualdades, que van desde la esperanza de vida y la salud fisica general hasta el acceso
a la educación y los habajos bien pagados.
Las desigualdades entre los pobres y los más acomodados han aumentado en Gran Bre-
taña en los últimos treinta años. ¿Acaso el crecimiento de la desigualdad entre las clases es
un precio que hay que pagar para gar:ant:zar el desarrollo económico? A partir de la década
de los ochenta, se ha creído que la búsqueda de la riqueza crea desarrollo económico por-
que es una fuerza motivadora que fomenta ld"i¡novación y el esfuerzo. Pero en la actuali-
dad muchos autores señalan que la globalización y la desregulación de los mercados eco-
nómicos estrín haciendo que aumente el desfase ent¡e ricos y pobres y que se acentúen las
desigualdades de clase.
' Sin embargo, es importante recordar que nuestras actividades nunca están dei todo de-
terminadas por las diüsiones de clase: hay mucha gente que experimenta la movilidad so-
ciai. El empresario Gulam Noon, cuya historia personal ¡esumimos al inicio dei capítulo,
proporciona un ejemplo particularmente gráfico de movilidad social. La expansión de ia
enseñanza superior, la mayor accesibilidad a la cualificación profesional y la aparición de
lnternet y de la <mueva economíor representan importantes canales de r.novilidad ascenden-
te. Estos procesos están erosionando aún más las viejas pautas de ciase y de estratificación
y están contribuyendo al establecimiento de rur orden social mis fluido.
11. Estratificación y clase social 507
Puntos fundamentales
1. La estratificación social es la división de la sociedad en capas o estratos. Cuando se
habla de estratificación social, se ürige la atención a las posiciones desiguales que
ocupan los individuos en 1a sociedad. Tradicionalmente, los análisis sobre eskatifica-
ción se han realizado desde un punto de vista masculino, en parte porque se presupo-
ne que las desigualdades de género son un reflejo de las diferencias de clase, aunque
esto sea muy discutible. En las sociedades modernas, el género influye en la estratifi-
cación con independencia de la clase, hasta cierto punto.
2. Pueden distinguirse cuatro grandes tipos de estratificación: esclavitud, casta, esta-
mento o estado y clase. Mientras que los tres primeros dependen de desigualdades
sancionadas legal o religiosamente, las üvisiones de clase no se reconocen «oficial-
mente», sino que proceden de los factores económicos que afectan a las circunstan-
cias materiales de la vida de las personas.
3. Las teorlas sobre la estratificación más importantes e influyentes son las que de-
sarrollaron Marx y Weber. El elemento principal en la teoría de Marx es la clase,
que é1 considera una característica objetiva de la estructura económica de la socie-
dad. Ve una división fundamental entre los propietarios del capital y los trabajado-
res que no lo poseen. Weber comparte una visión similar, pero señala otros dos as-
pcctos en la estratificación: el estatus y el partido. El estatus hace referencia a la
estima o «reputación» que se concede a los individuos o gn¡pos; el parlido tiene
que ver con la movilización activa de colectividades con el fin de lograr unos fines
concretos.
4. La ocupación suele utilizarse con frecuencia como indicador de la clase social. Los
individuos que tienen una misma ocupación tienden a experimentar grados similares
de ventajas o desventajas sociales y a disfrutar de opciones vitales parecidas. Tradi-
cionalmente, los sociólogos han utilizado ciertos esquemas para describir Ia estructu-
ra de clases en la sociedad. Los esquemas de clase son útiles para detectar desigualda-
des y pautas amplias basadas en ese factor, pero en ohos sentidos son limitados. Por
ejemplo, los esquemas de clase son dificiles de aplicar a quienes no están económica-
mente activos, y no reflejan la importancia que tienen para la clase social el hecho de
ser propietario y la riqueza.
5. En las sociedades cohtemporáneas la mayoría de las personas tiene una situación más
desahogada de lo que era habitual hace algunas generaciones; sin embargo, la riqueza
sigue estando muy concentrada en un número reducido de individuos. La clase alta se
compone de una pequeña minoría que tiene nquezt y poder, así como la posibilidad
de transmitir sus privilegios a la generación siguiente, pero los ricos conforman un
grupo diverso y cambiante, con un gran número de millonarios hechos a sí mismos.
6. La clase media se compone, en líueas generales, de quienes tienen empleos de cuello
bianco, como profesores, profesionales, médicos y empleados del sector servicios. En
la mayorla de los países industrializados la clase media abarca en la actualidad a casi
toda la población; esto se debe en gran medida al desarrollo de las ocupaciones profe-
sionales, de gestióu y administrativas. Los miembros de la clase media suelen poseer
credenciales educatir¡as o una cualificación técnica que les penrdte vender su trabajo
tanto mental como fisfco para ganarse la vida.
508 Sociologia
La clase obrera está formada por tabajadores de cuello a21 o manuales. Esta clase
ha menguado de forma considerable durante el siglo >x a causa del declive de los em-
pleos manufactureros. Los integrantes de la clase obrera tienen una situación más
acomodada que hace uu siglo.
La infraclase está constituida por un segmeüto de la población que üve en condicio-
nes gravemetrte desfavorecidas al margen de la sociedad. Este concepto se desarrolló
por vez primera en Estados Unidos para describir la situación de las minorlas éüricas
pobres que habitaban en las áreas urbanas. Aunque también se haya aplicado en ofrog
lugares, puede que esta noción sea más útil en el contexto norteamericano, aunque se
trata de un concepto muy controvertido incluso en Estados Unidos.
En los últimos tiempos, algunos autores han señalado que factores culturales como el
estilo de vida y las pautas de consumo tienen una influencia importante en la posición
de clase. Según esta perspectiva, ahora las identidades individuales se estructuran más
en torno a opciones ¡elativas al estilo de vida que a indicadores tradicionales de clase
como la ocupación.
Al estudiar la movilidad social, se distingue entre movilidad intrageneracional e inter-
generacional. La primera se refiere al desplazamiento hacia arriba o hacia abajo en Ia
escala social durante la vida laboral de un individuo. La segunda corresponde al des-
plazamiento entre generaciones. La movilidad social tiene, en general, un alcance li-
mitado. La mayoría de las personas pennanece cerca del nivel de su familia de ori-
gen, aunque el incremento de los empleos de cuello blanco ha proporcionado la
oportunidad para una considerable movilidad ascendente de corto alcance. A medida
que las mujeres se han ido incorporando a la población activa, el «techo de cristal»» se
ha resquebrajado y han podido ascender a posiciones de mayor estatus, aunque üo en
cifras comparables a los hombres.
Lesturas complementarias
Un buen refe¡ente para continuar sus estudios sobre el tema es el libro de Wendy Botlero Stratifrcatíon:
Social Dívision and Inequality (Londres, Routledge, 2004), que explora la estratificación social mediante
ejemplos de decisiones y estilos de vida personales. El de Rosemary Crompton, Class and Stmtification:
An Introduction to Current Debates,3'ed. (Cambridge, Polity, 2008) [Ed. casf.: Clase y estratificación:
una infioducción a los debates actualet, Madri4 Tecnos, 1994], es un libro excelente escrito por una ex-
pertr en el tema, que ofrece exactamente lo que anuncia el titulo.
Pasando de la inhoducción a los debates actuales, Mike Savage, Class Analysis and Social Tlansfonna-
trbz (Buckingham, Open University Press, 2000), relaciona los debates sobre la clase con lag ¡ecientes teo-
rlas sobre la individualización (en la obra de Beck y Giddens) y ofrece una interpretación nueva de los da-
tos. También es innovador el trabajo editado por Fiona Devine, Mike Savage, John Scott y Rosemary
Crompton, Reihinking Class: Culares, Identities anil Lifestyles (Basíngstoke, Palgrave Macmillan,2004),
cuyos diferentes capítulos se centran en las conexiones enhe análisis de clase y cultura.
Otra recopilación muy bieu editada es el voh¡rnen de Christine Znroczek y Pat Mahony, Women and
Social Class: International Feminist Perspectives, que hata de cómo experimentan la clase mujeres de
todo el mundo. Por último, el libro de Gordon Ma¡shall Repositioning Class: Social IneEmlity iil Indus-
trial Societies (Londres, Sage Publications, 1997) utiliza información de diferentes paises para evaluar las
teorías ¡obre la <<muerte de la clase».
8.
10.
x:
.:ilp
x1. Estratificacién y clase social 509
Entaces en Internet ,
Social Inequalities and Classes, abundantes enlaces provechosos de Sociosite, de la Universidad de Ams-
terdam
www. s o ci o site. n e t/t op i c s/in equ a I ity.p hp #CLA SS
Explorations in Social Inequality oAece muchos recursos, especialmente de Estados Unidos, con base en
la Universidad de Trinity, San Antonio
www. trinity.e át/mke arl/s tra t. html
A¡chivo marxista en Intemet; exactamente 1o que dice su tltulo, todo sobre Man y el marxismo
www,marxists.orgl
I¡rforme 2000 de la UNICEF sobro el progreso de las naciones; material sobre las desigualdades globales
h t tp ://www. un i c ef. o rg/p o n 0 0/
ESRC Society Today, fichas sobre desigualdad y movilidad social en el Reino Unido
www. e s rc s o c i etyto day. a c. u ME SRCInfo Cente/fa c ts/in dex 2 4. aspx

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  • 1. 498 Sociotogía función de sus últimas ocupaciones, pero eso puede ser problemático si llevan algun tiempo sin trabajar. Adem¡ís, resulta poteocialmente muy engañoso ignorar el núcieo familiar en su conjunto-. El hecho de que los indiüduos estén solos o convivan con su pareja puede supo- ner uoa gran diferencia en cuanto a las oportunidades a las que tienen acceso. Et impacto de[ empleo femenino en las diüsiones de ctase La incorporación de las mujeres al trabajo remunerado ha tenido un impacto significativo en la rerita de los hogares, pero dicho impacto se ha experimentado de manera inegular y puede conducir a una acentuación de las divisiones de clase entre hogares. Cadawzhay más mujeres que asumen puestos fiofesionales y de gestión que les reportan salarios eleva- dos. Esio contribuye a una polarización entre los «hogares con doble salario» por un lado y los hogares que ingresan un único salario o ningún salario por el oho. Las investigaciones han mostrado que las mujeres con salarios elevados suelen tener pa- rejas cou salarios elevados, y que las esposas de quienes ocupan puesto§ directivos o profe- sionales tienen mayores ingresos que ohas mujeres asalariadas. Los matrimonio§ tienden a emparejar a individuos relativamente privilegiados o bien relativamente desfavorecidos en términos de situación ocupacional (Bonney, 1992). El impacto de esas uniones con doble salario se ve fealzado por el aumento de la edad media en la que se tienen los hijos, especialmente entre mujeres profesionales. El mayor nrimero de parejas sin hijos en las que ambos cónyuges tienen empleos remunerados está contribuyendo a aumentar las diferencias de ingresos ente núcleos familiares' La movitidad social Al estudiar la eshatificación tenemos que considerar no sólo las diferencias entre las posi- ciones económicas o las ocupaciones, sino qué ocurre con los individuos gue las tienen. La expresión movilidad social se refiere al movimiento de 1os individuos y gn¡po§ ente las Astintas posiciones socioeconómicas. La movilidad vertical es un desplazamiento hacia arriba o hacia abajo en la escala socioeconómica. De qüenes ganan propiedades, ranta o posición se dice que se mueven hacia aniba (como sir Gulam Noon, cuya historia rezumi- rnos al inicio del iapítrfo), mientras que los que las pierden se mueven hacia abaio.Enlas sociedades modernas abunda también la movilidad horizontal, que alude a 1a traslación geográfica de un barrio a ot¡o o entfe ciudades y regiones. Con frecuencia, la movilidad vertical y ia horizontal se combinan. Por ejemplo, un individuo que habaje en una empresa de una ciudad puede recibir un ascenso que le lleve a una sucu¡sal de la compañla situada en otra localidad o incluso en oho país. Hay dos maneras de estudiar la movilidad. Primero, pueden examinarse las careras pro- fesionales de los indiüduos, es decir, hasta qué Punto se desplazan hacia arriba o hacia abajo en la escala social durante su yida laboral. Esto se suele denominar moviüdad intra' generacional. Por oüa parte, se puede analizar en qué medida los hijos tienen el mismo tipo de émpleo que sus padres o abuelos. Este tipo de movilidad se llama movilidad inter- generacional. 11, Estratilicación y clase social 499 REFLEXIONES CR,fTICAS La imagen que muchas personas tienen de las sociedades industriales del siglo xx sugiere contaminación, fábricas mugrientas, duras condiciones de kabajo ypobreza masiva. Por el contrario, las sociedades posindustriales están dominadas por los habajos de oficina, las ocupaciones típicas de la clase media y las tecnologlas de la información. Explique cómo puede ser posible que la desigualdad esté en aumento er: las sociedades posindustriales, que aparentemente proporcionan mucho mejores condiciones de tabajo a una mayorla de su población. Estudios comparativos sobre movilidad El grado de movilidad vertical que se da en una sociedad es un indicador fundamental de su nivel de «apertura», que señala hasta qué punto un individuo con capacidad nacido en un e§tato inferior puede ascender en la escala socioeconómica. En este sentido, 1a movili- dad social es un importante problema político, sobre todo en los estados que tienen una idea progresista de la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos. ¿En qué medida son «abiertas» las sociedades industrializadas respecto a la movilidad social? Durante más de cincuenta años se han llevado a cabo estudios sobre movilidad social, habitualmente comparaciones internacionales. uno de los primeros y más importantes tra- bajos en este campo fue el realizado en Estados unidos por Peter Blau y otis Dudley Dun- can (1967). Todavía sigue siendo el estudio más minucioso de movilidad social llevado a cabo en un país en particular, aunque, al igual que la mayoría de los trabajos sobre moüli- da( corrobora las puntualizaciones hechas en la sección previa: todos los examinados eran varoües. Blau y Duncan recogieron información de una muestra nacional de veinte mil hombres y llegaron a la conclusión de que hay mucha movilidad vertical en los Estados unidos, pero que casi siempre se produce entre posiciones ocupacionales muy cercanas. La movilidad de «largo alcance» no es habitual. Aunque haya movimiento descetrdsnte, tanto en las carreras individuales como intergeneracionalrnente, este tipo de movilidad es mucho menos común que la ascendente.Larazó¡ de esto es que el número de empleos profesiona- les y de cuello blanco ha crecido mucho más nápidamente que ei de ios de cuello azul, un desplazamiento que ha creado v{as para que los hijos de los trabajadores manuales se tras- laden a puestos no manuales. Blau y Duncan sub,rayaron la importancia que tienen la edu- cación y la formación profesional para las posibilidades de éxito del individuo. según ellos, la movilidad social ascendente caracteriza, en llneas generales, al conjunto de las so- ciedades industriales y conffibuye a la estabilidad y a la integración de la sociedad. Quizá el estudio internacional sobre movilidad social más afamado sea el realizado por seymour Martin Lipset y Reinhard Bendix (1959), que analizaron datos de nueve socieda- des industrializadas -Gran Bretaña, Francia, Alemania occideutal, suecia, suiza, Japón, Dinamarca, ltalia y los Estados Unidos- centrrindose en la movilidad de los hombres des- de trabajos de cuello azul hasta puestos de cuello blanco. En contra de sus expectativas, no encontraron indicios de qu9 los Estados Unidos fuesen más abiertos que las sociedades eu- ropeas. La movilidad vertiia(,total que cruza la línea que separa los trabajos de cuello azul l: ,1: i. '',¿ llil ffii
  • 2. 500 'q!B.w §ociotogía 1!" Estratificatión y ctase soriat 501 de los de cuello blanco era del 30% en los Estados Unidos, mienúas que en las otras socie- dades oscilaba ente el27 y el3lo/o. Lipset y Bendix llegaron a la conclusión de que todos los países industrializados estaban experimentando cambios similares respecto a la expan- sión de los trabajos de cuello blanco. Esto condujo a una «oleada de movilidad ascendente» de dimensiones comparables en todos ellos. Otros autores han puesto en duda estas conclu- siones, arguyendo que, si se presta más atención a la movilidad descendente y se tiene en cuenta la movilidad de largo alcance, hay diferencias significativas entre los países (fleath, 1981; Grusky y Hauser, 1984). La mayoría de los estudros sobre movilidad social, como los descritos anteriorment§, se hau centrado en dimensiones de movilidad «objetivas»: es decir, en cotno parece existir di- cha movilidad, hacia dónde se dirige y a qué sectores sociales afecta. Gordon Marshall y David Firth (1999) han partido de un enfoque diferente en su estudio comparativo de la movilidad social; han investigado los sentimieutos «subjetivos» de las personas en lo refe- rente al caurbio de posición social. Los autores.ioncibieron su investigación para responder a la «especulación sin fr¡rdamento)) que, según ellos, practicaban los sociólogos al plantear los posibles efectos de la movilidad social sobre Ia sensación de bienestar de los indivi- duos. Aunque algunos autores han señalado que la movilidad social produce una sensación de desequilibrio, aislamieuto y falta de raíces, ohos han adoptado un punto de vista más optimista, indicando que tiene lugar un proceso gradual de adaptación a la nueva clase. Utrlizando datos de encuestas de nueve paises -Bulgaria, la República Checa, Eslova- quia, Estonia, Alemania, Polonia, Rusia, Eslovenia, Estados Unidos y Gran Bretaña-; Marshall y Firth analizaron si la movilidad social estaba relacionada con una mayor sensa- ción de satisfacción o insatisfacción respecto a cuestiones cotidianas como la familia, la comunida4 el trabajo, la renta y la política. En líneas generales, los autores descubrieron pocos indicios de que existiera una relación entre las experiencias de clase de los encuesta- dos y la satisfacción global con su vida. Esto era así tanto para los individuos que, dedde un origen de clase obrera, habían ascendido hasta la clase media como para los que habían ex- perimentado una movilidad descendente. La movilidad descendente Aunque la movilidad descendente se da menos que la ascendente, no deja de ser un fenó- meno generalizado. La movrlidad intrageneracional descendente es también habitual, y con bastante frecuencia se relaciona con ansiedades y problemas psicológicos cuaudo los indi- yiduos son incapaces de mantener los estilos de vida a los que se han acostumbrado. El despido es otra de las causas principales de la movilidad descendente. Por ejemplo, los hombres de mediana edad que pierden sus trabajos o bien no encuentrail modo alguno de conseguir un nuevo empleo o sólo pueden obtenerlo aceptando un nivel de ingresos i¡ferior al precedente. Hasta ahora ha habido pocos estudios sobre la movilidad descendente en el Reino Uni- do. Sin embargo, es probabie que ésta, cuaudo tiene un carácter intergeneracional o inta- generacional, esté creciendo en Gran Bretaña al igual que en los Estados Unidos, país en el que sí se han llevado a cabo diversas investigaciones recientemente sobre el fenómeno. En los años ochenta y principios de los noventa, por primera vez desde la Segunda Guerra I i l: I il I F i. it;r lv: M S0CIEDAD GtoBAL 11.2 ¿Está disminuyendo ta desiguatdad en [as sociedades basadas en clases? Existen pruebas de que, a[ menos hasta hace poco, [os sistemas de ctases de las so- ciedades capitatistas maduras están cada vez más abiertos a [os movimientos entre clases, [o que reduciría e[ nivel de desiguat' dad. En 1955, e[ economista Simon Kuznets, gatardonado con un premio Nobet, propuso una hipótesis denominada desde entonces [a curva de Kuznets: una fórmuta que mues- tn que [a iguatdad aumenta durante las pri- meras etapas de desanotlo capitalista, [ue- go se reduce, para finalmente estabilizarse a un nivel retativamente bajo (Kuznets, 1955; véase también [a figura 11.1)' Estudios realizados en países europeos, Estados Unidos y Canadá sugieren que [a desiguaLdad atcanzó su punto cutminante en estos países antes de [a Segunda Guerra Mundiat, se redujo a [o largo de [a década Figura 11.1 La curva de Kuznets ruane: Nielscn (l 994, W. 65+677 de los cincuenta y permaneció más o menos estable a [o largo de los setenta (Berger, 1986; Nietsen, 1994). La disminución de las desiguatdades durante [a posguerra fue debida en parte a [a expansión económica de las sociedades industriatizadas, que faci- titó oportunidades para mejorar a quienes se encontraban en tos estratos más bajos, y también a ta cobertura pública de [a sani- dad, a[ bienestar y a otros programas desti- nados a reducir las desiguatdades. Sin em- bargo, tat vez [a predicción de Kuznets sóto pueda apticarse a las sociedades industriali- zadas. La aparición de una sociedad posin- dustrial trajo consigo un aumento de [a desiguatdad en muchas naciones desanotta- das a partir de [a década de los setenta (véase eL capítuto 12), que pone tela de juicio [a teoría de Kuznets. Desano[[o económico 6 o '! o t o o Menos
  • 3. 502 Sociotogia Mundial, se produjo un retoceso general del promedio de sala¡ios reales (calculados des- pués de restarles la tasa de inflación) en los empleos de cuello blanco de ratrgo medio en ios Estados Unidos. Por lo tanto, aunque el nrimero de este tipo de trabajos sigue aumen- tando en relación con otrosn quizá ya no puedan responder como antes a las expectativas de alcarau wadeterminada forma de vida. La reestructuración de las grandes empresas y sus «reajustes» son las principales causas de estos cambios. Para enfrentarse a la cfeciente competencia global, muchas empresas han reducido sus plantillas. Se han perdido habajos de cuello bianco y también otros manuales de jornada completa en beneficio de empleos mal pagados y a tiempo parcial. En los Esta- doi Unidos la movilidad descendente es especialmente habitual entre las mujeres separadas o divorciadas con niños. Con frecuencia, las que disfrutaban de una üda de clase media re' lativamente cómoda cuando estabán casadas se encuentran en una situacióo precaria de§- pués de divorciarse. En muchos casos, las pensiones alimenticias son escasas o inexisten- ies; a las mujeres que intentan hacer malabarismos para compatibilizar su trabajo, el cuidado ¿e loi *Ros y las responsabilidades domésticas les cuesta tabajo llegar a fin de mes (Schwarz yYolgy, 1992). La movilidad socia[ en Gran Bretaña Los niveles globales de movilidad han sido muy estudiados en Gran Bretaña después de la Segunda Guirra Mundial y hay una gran cantidad de datos empíricos y habajos de investi- gaiión sobre el caso británico. Por esa razón, en este apartado examina¡emos la informa- ción sobre el Reino Unido, armque,vf,ayez másn casi todas las investigaciones se han cen- hado en los hombres hasta hace muy poco tiempo' David Glass dirigió un estudio pionero en 1954, analizando la moülidad intergeneracio- nal alurante un plazo prolongado que llegaba hasta los años cincuenta. Sus conclusiones se corresponden ón hs mencionadas anteriormente respecto a datos internacionales: alrede- dor de un 30% de movilidad desde los trabajos de cuello azul hasta los de cuello blanco. De hecho, la investigación de Glass fue muy'"utilizada por los que realizaron comparacio- nes internacionales. En líneas generales, Glass llegó a la conclusión de que Gran Bretaña no era wÉ sociedad especialmente «abierta». Aunque se producla bastante movilidad, la ma- yoría era de corto aicance. La de tipo ascendente era mucho más frecüente que la descen- dente y se concenhába mayoritariamente en los niveles intermedios de la estructura de cla- ses. Las personas en los niveles más bajos tendían a permanecer allí, y casi e1 50% de los hijos de trabajadores en puestos profesionales o de gestión se hallaban en ocupaciones similares. Glass también constató la existencia de un alto nivel de (Geclutamietrto interno» de este tipo enke los puesto§ de élite. Iohn boldthorpe y sus colaboradores de Oxford realizaron otra importante investiga- ción, basada en lós hallazgos de una encuesta llevada a cabo en 1972 (Goldthorpe et a1., 1980). Intentaban investigar hasta qué punto se habían alterado las pautas de movilidad so- cial áesde la época dei estudio de Glass y, de hecho, llegaron a la conclusión de que el nivel general de movilidad masculina era más elevado que durante el período anterior, con bas' ámtes más desplazamientos de largo alcance constatablei. La raz6n principal para esto' sin embargo, no era que el sistema ocupacional se hubiera hecho más igualitario, sino que los 11. Estratificarión y clase sociaI 503 cambios procedían del crecimiento acelerado del número de trabajos de cuello blanco. de rango superior en relación con los de cuello azul. Los investigadores se dieron cuenta de que dos tercios de los hijos de habajadores manuales no cualificádos s s6misralificados se hallaban también en empleos manuales. cerca del 30% de los gestores y profesionales pro- venlan de la clase habajadora, mientras que en torno al 4% de los hombres en tabajos de cuello azul proveuían de ambientes profesionales o de gestión. A pesar de haber encontrado pruebas de la existencia de movilidad social en términos absolutos, el Estudio sobre Movilidad de Oxford llegaba a la conclusión de que las posibili- dades de movilidad relativas entre los diferentes sectores sociales seguían siendo müy desi- guales en Gran Bretaña, y que la disparidad de oportunidades también se martenía absolu- tamente emaaada dentro de la estrucfura de clases. El primer Estudio sobre Movilidad de oxford fue puesto al día basandose en nuevos materiales recogidos cerca de diez años después (Goldthorpe y payne, 1986). se constata- ron sus principales conclusiones, pero también se detectaron nuevos fenómenos. Las proba- bilidades de que los muchachos que procedían de ambientes de cuello azul consiguieran empleos profesionales o de gestión se habían incrementado. una vez miis, esto se achacó a los cambios en la estructura ocupacional, que habían producido una reducción de ias ocu- paciones de cuello azul en relación con los empleos de cuello blanco de rango superior. En los años ochenta, Marshall y sus colaboradores lograron resultados que corroboraban ampliamente los hallazgos de Goldthorpe y de otros autores. En el Estudio sobre Movilidad de Essex verificaron que alrededor de un tercio de las personas ocupadas en tabajos supe- riores de cuello blanco o profesionales tenían antecedentes de cuello azul. Conclusiones de este tipo tienden a mostrar la existencia de un grado de fluidez considerable en la sociedad británica: para mucha gente es realrnente posible ascender en lajerarquía social, en térmi- no§ tanto de moülidad intergeneracional como intrageneracional. Sin embargo,labalanza todavia se inclina negativamente hacia la mujer, cuyas posibilidades de movilidad se ven obstaculizadas por su excesiva representación en empleos manuales rutinarios. El carácter fluido de la sociedad contemporánea procede principalmente de su propensión a mejorar la categoría de las ocupaciones. Marshall y sus colaboradores concluyen: «El hecho de que haya "más espacio en la cumbre" no ha venido acompañado de una mayor igualdad de oportunidades para acceder alli» (1988, p. 138), sin embargo, deberlamos tener en cuenta algo que se ha mencionado anteriormente: la mwilidad es un proceso a largo plazo, y si la sociedad se está haciendo más «abierta», todas las consecuencias no se apreciarián hasta dentro de una generación. No obstante, Jo Blanden y colaboradores, eü un estudio realizado en la Escuela de Eco- nomía de Lond¡es publicado en2002, descubrieron una inversión en este proceso. compa- raron la movilidad intergeneracional de dos grupos, el primero de ellos nacido en marzo de 1958 y el segundo en abril de 1970, Aunque ambos grupos sólo se diferencian en doce años, el estudio documenta una aguda caída en la movilidad intergeneracional del estatus económico entre ellos. El estatus ecoaómico del grupo nacido en l9z0 estaba conectado mucho m¡is estrechamente al estatus económico de sus padres que el del gnrpo nacido en 1958. Los autores sugieren que una de las ¡azones para este descenso en la movilidad inter- generacional del último grupo fue el aumento en la asistencia escolar a partir de la década de los setent4 que benefici.ó más a ios hijos de familias ricas gue a los de las menos. adine- radas. '*
  • 4. 504 §ociotogía En un artículo de más reciente publicación sobre movilidad social de clase en el Refuo Unido, Jackson y Goldthorpe (2007) comparan series de datos anteriores y más actuales, sin detectar evidencias de que la movilidad intergeneracional esté decayendo en sentido ab- soluto; las tasas de movilidad social relativa para hombres y mujeres perrnanecen bastante constantes, con algunos indicios de disminución de la movilidad a largo plazo. Sin embar- go, encontraron un balance menos favorable entre la movilidad ascendente y descendente en los hombres, producida por el cambio de clase estructural. Concluyen afirmando que el aumento en las tasas de movilidad ascendente experimentado a mit¿des del siglo xx no va a volver a producirse. REFLEXIONES CRÍTICAS ¿Es la movilidad social relevante en la sociedad moderna? ¿Qué importancia tiene el hecho de que haya disminuido la movilidad social intergeneraciotral, si ése es el caso? ¿Cuáles során sus probables consecuencias sociales? ¿Cuál puede ser la contribución de los gobiernos a la promoción de la movilidad socíal? Género y movilidad social Aunque muchas de las investigaciones sobre movilidad social se han cenhado en los hom- bres, én los ultimos años se ha comenzado a prestar atención a las pautas de las mujeres en ese sentido. En un momonto en el qu6 las muchachas esüín rindiendo por encima de los chi- cos en la escuela, y las mujeres están superando en número a los hombres en la educación superior, rezulta tentador llegar a la conclusión de que puede que las kadicionales desigual- dades sociales en función del género esténperdiendo su carácter determinante. ¿La estructu- ra ocupacional se ha hecho más «abierta» para las mujeres o sus posibilidades de moviiidad siguen basándose principalmente en su posición familiar y su procedencia social? Para un anátisis más detattado sobre [a educación superior, véase et capítuto 19, «Educación». Un reciente estudio de cohortes realizado por el Economic aud Social Research Council, tilulado Twenty-Something in the /990s (<Veintitantos en los noventa»), ha hecho un segtri- miento de las vidas de nueve mil ciudadanos británicos nacidos durante la misma senuna de 1970. En 1996, cuando tenían veintiséis años, se descubrió que la familia y la clase de la que procedían seguían teniendo una enorme influencia entre los encuestados, tanto hom- bres como mujeres. El estudio llegaba a la conclusión de que losjóvenes que mejor se en- frentaban a la transición a la edad adulta eran los que habían tenido una mejor educación, los que habían pospuesto los hijos y el matimonio y aquellos cuyos padres ocupaban pues- tos prirfesiouales. Los individuos procedentes de hogares desfavorecidos eran más procli- ves a perman€cer en €sa posición. En conjunto, el estudio descubría que las mujeres de hoy tieaen muchas más oportuni- dades que las de la generación anterior. Las de clase meüa son las que más se han benefi- x1" [stratlficación y clase social 505 ciado de las transformaciones antes mencionadas: prácticamente tenían las mismas posibi- lidades que los hombres de ir a la universidad y de conseguir puestos bien remune¡ados después de licenciarse. Esta tendencia hacia una mayor igualdad también se reflejaba en el aumento de su confianza en sí mismas y de su autoestima en comparación con una cohorte similar nacida veinte años atrtes. Etr la sociedad britrá.nica algunas mujeres se están incorpo- rando a puestos del estatus superior, al igual que en muchos otros países desarrollados, aunque no en cifras particularmente elevadas. Podríamos expresar gráficamente este cam- bio sugiriendo que el <<techo de cristab» para las mujeres se ha resquebrajado, pero aún no está completamente roto. Las oportunidades que tiene una mujer de desarrollar una buena carrera están aumen- tando, pero sigue habiendo dos grandes obstáculos. Los hombres con puestos directivos y los empresarios continúan discrimiuando a las mujeres que solicitan los puestos. En parte, 1o hacen porque creen que «las mujeres no están realmente interesadas en tener una c¿urera» y piensan que es probable que 4baudonen el trabajo cuando tengan familia. Tener hijos sigue siendo un factor importante para las posibilidades laborales de una mu- jer. Esto no se debs tanto al hecho de que ellas no tengan interés en desarrollar una carre- ra como a que se ven realmente obligadas a optar entre dedicarse a ella o tener hijos. Los hombres no suelen estar dispuestos a compartir del todo ni las responsabilidades domés- ticas ni el cuidado de los niños. Aunque hay muchas más mujeres que antes organizando su vida doméstica para poder seguir su carrera, aún siguen encontrando muchas trabas para hacerlo. ¿Es Gran Bretaña una meritocracia? Peter Saunders (1990, 1996) ha sido uno de los autores que con más claridad han criticado las investigaciones tradicionales de movilidad social británicas, que abarcan estudios como los realizados por Glass y Goldthorpe. Según Saunders, Gran Bretaña es una auténtica me- ritocracia porque recompensa de forma natural a los que «actuar»r mejor y tienen éxito. Se- gún este autor, la capacidad y el esfuerzo son los factores clave del éxito ocupacional, no la clase de la que se procede. Saunders utiliza datos empíricos tomados del National Child Development Study (Estudio Nacional sobre Desarrollo Infantil) para mostrar que los niños brillantes y trabajadores tendnín éxito independientemente de las ventajas o desventajas so- ciales que puedan experimentar. Según su opioión, puede que Gran Bretaña sea una socie- dad poco igualitaria, pero sí es justa. Esta conclusión bien podría aplicarse de manera gene- ral a las poblaciones de las naciones industrializadas. Para responder a estas afimaciones, Richard Breen y John Goldthorpe critican a Saun- ders tanto desde el punto de vista teórico como desde presupuestos metodológicos (1999). Le acusan de introducir sesgos en el análisis.de datos de la encuesta, por ejemplo mediante la exclusión de encuestados en paro. Breen y Goldüorpe aportan un análisisde los mismos datos utilizados por Saunders, y sus conclusiones, que corroboran su propia creetrcia en la importancia que tienen las barreras de clase para la movilidad social, son radicalmente di- ferentes. Estos autores concluyen que el mérito individuai es sin duda un factor que deter- mina las posiciones de clase de los individuos, pero el «origen de clase» sigue siendo una poderosa influencia. Según Breen y Goldthorpq para llegar a una posición de clase similar,
  • 5. ( o r 506 §ociologÍa los niños que proceden de entornos desfavorecidos deben mostrar más méritos que los que proceden de medios con ventajas. Un estudio cornparativo de ámbito internacional más reciente sobre desigualdad y movi- lidad social, realizado por Dan Andrews y Andrew Leigh (2007), hace también referencia a la supuesta (usticia», Su estudio empírico utiliza datos ocupacionales de hombres entre veinticinco y ciacuenta y cuaho años en dieciséis países de todo el mundo (excluyendo Reino Unido), y se centra en los salarios relativos de padres e hijos. Su principal conclu- sión es que «los hijos que crecieron en países con una mayor desigualdad en la década de los sesenta tuvieron menos probabilidades de experimentar movilidad social en 1999». En estos.países de todo el mundo, Ia moülidad social es inferior, y el paso de la pobreza a la iqueza es mucho más diflcil para aquellos grupos sociales que parten de las posiciones in- feriores. De este modo, parece qud la desigualad impide resultados <<justos» (basados en la capacidad y el esfuerzo) y que para obtener una auténtica meritocracia antes será necesario reducir las desigualdades. Conclusión: [a importancia continuada de [a ctase social Aunque la tadicional incidencia del factor de clase esté sin duda debilitándose de diversas mane¡as, sobre todo en lo tocante a las identidades de las personas, en las sociedades con- temporáneas las divisiones en función de la clase siguen ocupando un lugar primordiai en las desigualdades económicas. La clase social sigue ejerciendo una gran influencia en nuestra vida, y el hecho de pertenecer a una clase determinada se correlaciona con varias desigualdades, que van desde la esperanza de vida y la salud fisica general hasta el acceso a la educación y los habajos bien pagados. Las desigualdades entre los pobres y los más acomodados han aumentado en Gran Bre- taña en los últimos treinta años. ¿Acaso el crecimiento de la desigualdad entre las clases es un precio que hay que pagar para gar:ant:zar el desarrollo económico? A partir de la década de los ochenta, se ha creído que la búsqueda de la riqueza crea desarrollo económico por- que es una fuerza motivadora que fomenta ld"i¡novación y el esfuerzo. Pero en la actuali- dad muchos autores señalan que la globalización y la desregulación de los mercados eco- nómicos estrín haciendo que aumente el desfase ent¡e ricos y pobres y que se acentúen las desigualdades de clase. ' Sin embargo, es importante recordar que nuestras actividades nunca están dei todo de- terminadas por las diüsiones de clase: hay mucha gente que experimenta la movilidad so- ciai. El empresario Gulam Noon, cuya historia personal ¡esumimos al inicio dei capítulo, proporciona un ejemplo particularmente gráfico de movilidad social. La expansión de ia enseñanza superior, la mayor accesibilidad a la cualificación profesional y la aparición de lnternet y de la <mueva economíor representan importantes canales de r.novilidad ascenden- te. Estos procesos están erosionando aún más las viejas pautas de ciase y de estratificación y están contribuyendo al establecimiento de rur orden social mis fluido. 11. Estratificación y clase social 507 Puntos fundamentales 1. La estratificación social es la división de la sociedad en capas o estratos. Cuando se habla de estratificación social, se ürige la atención a las posiciones desiguales que ocupan los individuos en 1a sociedad. Tradicionalmente, los análisis sobre eskatifica- ción se han realizado desde un punto de vista masculino, en parte porque se presupo- ne que las desigualdades de género son un reflejo de las diferencias de clase, aunque esto sea muy discutible. En las sociedades modernas, el género influye en la estratifi- cación con independencia de la clase, hasta cierto punto. 2. Pueden distinguirse cuatro grandes tipos de estratificación: esclavitud, casta, esta- mento o estado y clase. Mientras que los tres primeros dependen de desigualdades sancionadas legal o religiosamente, las üvisiones de clase no se reconocen «oficial- mente», sino que proceden de los factores económicos que afectan a las circunstan- cias materiales de la vida de las personas. 3. Las teorlas sobre la estratificación más importantes e influyentes son las que de- sarrollaron Marx y Weber. El elemento principal en la teoría de Marx es la clase, que é1 considera una característica objetiva de la estructura económica de la socie- dad. Ve una división fundamental entre los propietarios del capital y los trabajado- res que no lo poseen. Weber comparte una visión similar, pero señala otros dos as- pcctos en la estratificación: el estatus y el partido. El estatus hace referencia a la estima o «reputación» que se concede a los individuos o gn¡pos; el parlido tiene que ver con la movilización activa de colectividades con el fin de lograr unos fines concretos. 4. La ocupación suele utilizarse con frecuencia como indicador de la clase social. Los individuos que tienen una misma ocupación tienden a experimentar grados similares de ventajas o desventajas sociales y a disfrutar de opciones vitales parecidas. Tradi- cionalmente, los sociólogos han utilizado ciertos esquemas para describir Ia estructu- ra de clases en la sociedad. Los esquemas de clase son útiles para detectar desigualda- des y pautas amplias basadas en ese factor, pero en ohos sentidos son limitados. Por ejemplo, los esquemas de clase son dificiles de aplicar a quienes no están económica- mente activos, y no reflejan la importancia que tienen para la clase social el hecho de ser propietario y la riqueza. 5. En las sociedades cohtemporáneas la mayoría de las personas tiene una situación más desahogada de lo que era habitual hace algunas generaciones; sin embargo, la riqueza sigue estando muy concentrada en un número reducido de individuos. La clase alta se compone de una pequeña minoría que tiene nquezt y poder, así como la posibilidad de transmitir sus privilegios a la generación siguiente, pero los ricos conforman un grupo diverso y cambiante, con un gran número de millonarios hechos a sí mismos. 6. La clase media se compone, en líueas generales, de quienes tienen empleos de cuello bianco, como profesores, profesionales, médicos y empleados del sector servicios. En la mayorla de los países industrializados la clase media abarca en la actualidad a casi toda la población; esto se debe en gran medida al desarrollo de las ocupaciones profe- sionales, de gestióu y administrativas. Los miembros de la clase media suelen poseer credenciales educatir¡as o una cualificación técnica que les penrdte vender su trabajo tanto mental como fisfco para ganarse la vida.
  • 6. 508 Sociologia La clase obrera está formada por tabajadores de cuello a21 o manuales. Esta clase ha menguado de forma considerable durante el siglo >x a causa del declive de los em- pleos manufactureros. Los integrantes de la clase obrera tienen una situación más acomodada que hace uu siglo. La infraclase está constituida por un segmeüto de la población que üve en condicio- nes gravemetrte desfavorecidas al margen de la sociedad. Este concepto se desarrolló por vez primera en Estados Unidos para describir la situación de las minorlas éüricas pobres que habitaban en las áreas urbanas. Aunque también se haya aplicado en ofrog lugares, puede que esta noción sea más útil en el contexto norteamericano, aunque se trata de un concepto muy controvertido incluso en Estados Unidos. En los últimos tiempos, algunos autores han señalado que factores culturales como el estilo de vida y las pautas de consumo tienen una influencia importante en la posición de clase. Según esta perspectiva, ahora las identidades individuales se estructuran más en torno a opciones ¡elativas al estilo de vida que a indicadores tradicionales de clase como la ocupación. Al estudiar la movilidad social, se distingue entre movilidad intrageneracional e inter- generacional. La primera se refiere al desplazamiento hacia arriba o hacia abajo en Ia escala social durante la vida laboral de un individuo. La segunda corresponde al des- plazamiento entre generaciones. La movilidad social tiene, en general, un alcance li- mitado. La mayoría de las personas pennanece cerca del nivel de su familia de ori- gen, aunque el incremento de los empleos de cuello blanco ha proporcionado la oportunidad para una considerable movilidad ascendente de corto alcance. A medida que las mujeres se han ido incorporando a la población activa, el «techo de cristal»» se ha resquebrajado y han podido ascender a posiciones de mayor estatus, aunque üo en cifras comparables a los hombres. Lesturas complementarias Un buen refe¡ente para continuar sus estudios sobre el tema es el libro de Wendy Botlero Stratifrcatíon: Social Dívision and Inequality (Londres, Routledge, 2004), que explora la estratificación social mediante ejemplos de decisiones y estilos de vida personales. El de Rosemary Crompton, Class and Stmtification: An Introduction to Current Debates,3'ed. (Cambridge, Polity, 2008) [Ed. casf.: Clase y estratificación: una infioducción a los debates actualet, Madri4 Tecnos, 1994], es un libro excelente escrito por una ex- pertr en el tema, que ofrece exactamente lo que anuncia el titulo. Pasando de la inhoducción a los debates actuales, Mike Savage, Class Analysis and Social Tlansfonna- trbz (Buckingham, Open University Press, 2000), relaciona los debates sobre la clase con lag ¡ecientes teo- rlas sobre la individualización (en la obra de Beck y Giddens) y ofrece una interpretación nueva de los da- tos. También es innovador el trabajo editado por Fiona Devine, Mike Savage, John Scott y Rosemary Crompton, Reihinking Class: Culares, Identities anil Lifestyles (Basíngstoke, Palgrave Macmillan,2004), cuyos diferentes capítulos se centran en las conexiones enhe análisis de clase y cultura. Otra recopilación muy bieu editada es el voh¡rnen de Christine Znroczek y Pat Mahony, Women and Social Class: International Feminist Perspectives, que hata de cómo experimentan la clase mujeres de todo el mundo. Por último, el libro de Gordon Ma¡shall Repositioning Class: Social IneEmlity iil Indus- trial Societies (Londres, Sage Publications, 1997) utiliza información de diferentes paises para evaluar las teorías ¡obre la <<muerte de la clase». 8. 10. x: .:ilp x1. Estratificacién y clase social 509 Entaces en Internet , Social Inequalities and Classes, abundantes enlaces provechosos de Sociosite, de la Universidad de Ams- terdam www. s o ci o site. n e t/t op i c s/in equ a I ity.p hp #CLA SS Explorations in Social Inequality oAece muchos recursos, especialmente de Estados Unidos, con base en la Universidad de Trinity, San Antonio www. trinity.e át/mke arl/s tra t. html A¡chivo marxista en Intemet; exactamente 1o que dice su tltulo, todo sobre Man y el marxismo www,marxists.orgl I¡rforme 2000 de la UNICEF sobro el progreso de las naciones; material sobre las desigualdades globales h t tp ://www. un i c ef. o rg/p o n 0 0/ ESRC Society Today, fichas sobre desigualdad y movilidad social en el Reino Unido www. e s rc s o c i etyto day. a c. u ME SRCInfo Cente/fa c ts/in dex 2 4. aspx