El mono con alergia desobedeció a su mamá y se rascó la espalda a pesar de que le picaba mucho, lo que hizo que su mamá se diera cuenta de que le estaba mintiendo. Aunque el mono siguió mintiendo, su mamá se dio cuenta y le pidió que le dijera la verdad; luego de prometerle a su mamá que no mentiría más, el mono cumplió su promesa y dejó de rascarse la espalda.