La Ley 300 de 1996 establece que los prestadores de servicios turísticos deben cumplir con sus obligaciones y requisitos relacionados con su capacidad técnica, operativa, financiera y de seguridad para los turistas. Además, la ley indica que el turismo debe desarrollarse de forma armoniosa con los recursos naturales y culturales para garantizar los beneficios a las futuras generaciones, determinando la capacidad de carga como un elemento fundamental para un desarrollo sostenible desde las perspectivas ambiental, social y económica.