2. El Cielo, 1ª parte OBJETIVO: Ayudarlos a captar que el Cielo es muy real y darles una mejor idea de cómo es. Mostrarles y enseñarles a apreciar toda la belleza del Cielo , de la cual lo más sublime de todo es la presencia del Señor .
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4. ¿Que se imaginan cuando piensan en el cielo? ¿Se han preguntado qué sucede cuando nos morimos?
5. ¡El Cielo nos aguarda! El Cielo es real; la muerte no es más que la puerta por la que pasamos de la vida que ahora vivimos a la eternidad. Corintios 13:12 — Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
11. La apoteosis Cuadro final de gran espectáculo en la representación teatral. Diccionario
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14. ¿Qué propósito tiene estudiar sobre el Cielo? Dicen que la mitad del placer de algo proviene de aguardarlo con ilusión y expectativa. Entonces, ¿por qué no disfrutar de la mitad del Cielo ahora mismo?
15. Hebreos 11:10 — Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios. Romanos 8:18 — Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
16. No hay nada que temer El miedo a la muerte es uno de los temores más grandes que aquejan a la gente. Sin embargo, la Biblia nos dice que Jesús puede librarnos de él. ¡El venció a la muerte! No hay nada que temer . Solo que nos queda aguardar con gozo y paciencia el momento de encontrarnos con nuestro Salvador cara a cara.
17. Hebreos 2:15 — y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. 1 Corintios 15:55-57 - ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?, ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. No hay nada que temer
18. Las experiencias de muerte clínica casi siempre disipan el temor a la muerte
19. Pensemos en el Cielo Todos aquellos héroes de la Biblia que figuran en el cuadro de honor de Dios, el capítulo 11 de Hebreos , se consideraban extranjeros y peregrinos aquí porque anhelaban una Ciudad Celestial que tiene Fundamentos la única patria que realmente les pertenecía y a la que ellos pertenecían. Hebreos 13:14 – Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.
20. De modo que vale la pena pensar en el Cielo y hablar de él, tratar de visualizarlo y darnos cuenta de lo que nos aguarda, sabiendo que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria que vamos a compartir en un futuro no muy lejano. 2 Corintios 4:17-18 - Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
35. El diseño divino de nuestro hogar celestial El apóstol Juan nos da una descripción detallada y específica de nuestro futuro hogar celestial, la gran ciudad del espacio: la Nueva Jerusalén.
36. Apocalipsis 21:9-11 - Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: «Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero». Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios.
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38. Medidas de la Nueva Jerusalem Apocalipsis 21:15-16 - El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.
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41. ¿Tienen alguna idea de cuánto es doce mil estadios bíblicos en medidas modernas? No hay un consenso muy claro en torno a la medida exacta de un estadio en tiempos bíblicos, pero aproximadamente equivale a 185 metros. De modo que 12.000 estadios equivaldría a unos 2.200 kilómetros. ¡Eso significa que es una ciudad gigantesca! 2.200 kilómetros en cada dirección: ancho, largo y alto. Casi escapa a nuestra comprensión.
42. ¿Cabríamos todos? Si la base tiene 2.200 kilómetros de lado, significa que tiene una superficie de unos 5.000.000 de kilómetros cuadrados. Eso equivale a tres cuartas partes de la superficie del continente australiano. Y con una altura de unos 2.200 kilómetros desde la base hasta la cúspide, el volumen total de la pirámide asciende a más de 3.500 millones de kilómetros cúbicos.
43. Los estudiosos afirman que hasta el presente han vivido unas 70.000 millones de personas en la tierra. De modo que si hasta una tercera parte de ellos se hubieran salvado, habría 23.000 millones de personas en la ciudad celestial, es decir, 7 personas por kilómetro cúbico. ¡Más espacioso, imposible!
52. OBJETIVO: El reto de hacer preparativos para el Cielo esforzándose más en su trabajo por el Señor y los demás , lo prodigioso que será nuestro cuerpo resucitado . Quienes habitan la dimensión del más allá, sirven también al Señor, se comunican con nosotros en la tierra y nos prestan asistencia .
55. Al crear el ciclo de vida de las mariposas y las polillas, el Señor se proponía ilustrar la resurrección . Nacen de huevos y se convierten en orugas. Luego se envuelven en capullos llamados crisálidas, que se asemejan a un ataúd, y dan la impresión de haber muerto. Pero al llegar la primavera el ataúd se abre y sale una hermosa mariposa. Una de las criaturas más hermosas que hay. Así de mejorado será nuestro cuerpo celestial .
56. 1 Corintios 15:35-38 - Pero dirá alguno: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán»? Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como Él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo El misterio de la resurrección
57. Una semilla enterrada en la tierra germina y se convierte en una nueva planta con flores y todo lo demás. Así de diferente y estupendo será nuestro cuerpo nuevo. Si sembramos un grano de trigo en la tierra, no nos va a dar manzanas. Lo que brote de él, el producto final, tendrá el mismo aspecto que el grano de trigo que sembramos. Tendremos la misma fisonomía que ahora, pero con un cuerpo nuevo e increíble.
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60. Cuando hablamos de cuál será nuestro aspecto en el Cielo, es importante entender que hay dos fases. Si morimos ahora, antes de que regrese Jesús, recibimos una especie de cuerpo espiritual. Al retornar Jesús, resucitarán los cuerpos de los creyentes salvos (que ya están en el Cielo). Quienes todavía se encuentre con vida a la venida de Jesús serán transformados instantáneamente y recibirán sus cuerpos resucitados:
66. Filipenses 3:20-21 - Mas nuestra ciudadanía está en los Cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria Suya , por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
67. ¡Nos pareceremos mucho a Jesús! Tendremos características muy similares a Jesús después que hubo resucitado de los muertos. Tendremos un aspecto muy parecido a como somos ahora, solo que contaremos con cuerpos sobrenaturales. Tendremos la misma fisonomía, igual que Jesús después de haber resucitado.
68. Podía comer y beber y hasta podían tocarlo y verlo. Jesús adoptó una forma física, es decir que tenía algún tipo de cuerpo físico. Los teólogos lo llaman «teofanía», palabra que significa «cuerpo divino», es decir, la manifestación física de un ser espiritual. Seremos como Él. 1 Juan 3:2 - Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él , porque le veremos tal como Él es.
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70. Los atributos de nuestro cuerpo celestial Echemos un vistazo a los atributos de Jesús una vez que hubo resucitado…
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72. Jesús todavía era humano y todavía tenía un cuerpo de carne y hueso: Él mismo lo dice . ¡Carne y hueso! Advertirán que no dice «sangre» , porque «la vida de la carne en la sangre está» (Levítico 17:11). Porque todo ser vive por la sangre que esta en el……, pues es la sangre la que paga el rescate por la vida
73. Seremos reconocibles 1 Corintios 15:49 - Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. El aspecto que tendremos en el Cielo será muy parecido al que hemos tenido aquí en la tierra. Tendremos los mismos rasgos y fisonomía general -que aquí llama «imagen»- que tuvimos aquí en la tierra, pero mucho más gloriosos.
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75. Capacidad de desplazamiento Después de resucitar, además de hacer todas las cosas normales y naturales que hace cualquier ser humano, Jesús traspasó repentinamente la puerta de un recinto en el que los discípulos se hallaban encerrados sin necesidad de abrirla. Podía aparecer y desaparecer, atravesar muros o puertas cerradas .
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78. Todavía gozaremos de los placeres de la vida Sin embargo podrá materializarse, comer, beber, pasarlo bien, divertirse, amar y gozar de todos los placeres de nuestra vida actual. Todo eso continuará en la vida venidera, solo que con un cuerpo inmortal, incorruptible y omnipotente que estará en condiciones de disfrutarlas aun más de lo que lo hacemos ahora. Y además, para siempre, sin sufrir dolor ni enfermedades ni cansancio ni muerte.
83. En el Cielo hay mucha actividad Morar en el Cielo no implica una eternidad de ocio, sino toda una vida nueva de movimiento, acción, aprendizaje y acometimientos . Al leer el libro del Apocalipsis, vemos que hay mucha actividad. Gente que viene y gente que va, trompetas que suenan, cantos, alabanzas, personas a las que citan para una audiencia o envían con cierta misión, y mucho más.
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85. Asistencia a los habitantes de la tierra Las Escrituras nos dan a entender que una de las actividades de los moradores del Cielo es la de asistir a quienes todavía vivimos aquí en la tierra . Quienes están en el Cielo no solo observan nuestras actividades, sino que el Señor dispone que nos asistan activamente y a veces se comuniquen con nosotros , los que estamos en la tierra.
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87. Encontramos varios ejemplos en los que Dios se valió de los espíritus de creyentes difuntos para comunicarse con los vivientes.
88. El capítulo 11 del Libro de los Hebreos , que aparece en el Nuevo Testamento, es un recuento fascinante sobre la fe y los portentos obrados por muchos de los hombres y mujeres de fe más sobresalientes del Antiguo Testamento. En el primer versículo del capítulo siguiente, dice: Hebreos 12:1 - Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos , despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
89. Portadores de mensajes proféticos En casi todos los recuentos de profetas de la Biblia hay un agente espiritual o ángel o alguien que lo asiste la mayor parte del tiempo. En repetidas ocasiones, cuando un profeta revelaba algo, decía que el ángel del Señor o algún otro personaje estaba presente para mostrárselo.
90. Daniel 8:13a - Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba. Daniel 9:21-23 - Aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo , diciendo: «Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela , porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión».
91. Comunicación celestial Es posible que la comunicación en la dimensión espiritual difiera de la de nuestro mundo material. Tal vez entrañe alguna forma de transferencia de pensamientos. Eso explica de algún modo cómo recibimos mensajes del más allá, pues normalmente nos los comunican directamente a nuestro pensamiento. Isaías 30:21 - Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga : Este es el camino, andad por él…
94. No tenemos por qué tenerle miedo a la muerte Para los creyentes, la muerte no tendrá aguijón porque nuestros pecados nos han sido perdonados, y el sepulcro no tendrá victoria porque lo hemos vencido por medio de Cristo, de nuestra salvación y a la larga, de nuestra resurrección . Por eso es que no nos gusta llamarlo «muerte» o «morir». Es mejor denominarlo graduación, pasar a mejor vida o ascensión .
95. Juan 11:25-26 - Le dijo Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?» Juan 8:51 - De cierto, de cierto os digo, que el que guarda Mi palabra, nunca verá muerte.
96. Jesús mismo dijo que en realidad no morimos. Ni siquiera quiere llamarlo «muerte» ni «morir». Él decía que dormía. Ni siquiera quería decir que había muerto. Al menos aparentemente, su cuerpo dormía y es probable que su espíritu tuviera una experiencia de muerte clínica o de vida después de la vida. Mateo 9:24 - Les dijo: «Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme». Y se burlaban de Él.
97. Gracia para morir Cuando nos llegue la hora el Señor nos dará la gracia para morir y probablemente será la experiencia más llevadera que hayamos tenido. ¡Lo difícil es vivir! ¿Cierto? Es como lo que dijo Dwight L. Moody a unas señoras cuando le preguntaron si tenía la gracia para morir. Eran dos feligresas de los de la Santidad, que daban por descontado que ellas sí tenía la gracia para morir. Él las dejó perplejas al contestarles:
98. -No hermanas. No tengo la gracia para morir. -¡No nos dirá usted, Dr. Moody, el gran evangelista, que aún no tiene la gracia para morir! -¡No hermanas -respondió él-, es que aún no me estoy muriendo.
99. Estoy de pie junto al mar. Un navío despliega sus velas blancas en la brisa matutina y se hace a la mar. Me quedo observando hasta que desaparece en el horizonte, y alguien que está a mi lado me dice: «Se fue». ¿Se fue? ¿Adónde? Quien ya no ve soy yo, no el barco. En el momento en que me dicen: «El barco se fue», otros lo ven llegar. Otras voces exclaman jubilosas: «Aquí llega». Y eso es la muerte. Eso es la muerte.
100. Nuestra vida está en manos del Señor. Él nos llevará a casa cuando sea nuestra hora. Por mucha ilusión con que aguardemos el Cielo, nunca debemos considerar la posibilidad de tomar el asunto en nuestras propias manos . Dios sabe cuándo y cómo hemos de morir. Para quienes aman al Señor, Dios ha dispuesto un momento y un lugar en los que han de morir cuando su labor haya concluido.
101. La vida que vivimos al presente en la tierra tiene un propósito. Prepararnos para el Cielo entraña aprender ciertas cosas. Lo mejor y más sabio que podemos hacer es vivir nuestra vida hasta el final en la tierra a fin de estar debidamente preparados y aprender lo que tengamos que aprender antes de nuestro arribo en el Cielo.
102. Podemos prepararnos para ir al Cielo complaciendo al Señor Nuestra vida en el mundo venidero depende de las decisiones que tomemos en la tierra . Quienes optan por amar a Dios, aceptarlo y tratar de hacer el bien y amar a su prójimo serán bendecidos con amor en la otra vida. En cambio, quienes odian, destruyen y matan serán juzgados en el más allá y tendrán que sufrir por haber escogido mal y por su falta de amor.
103. No obstante, para que el Señor se alegre a nuestra llegada y para recibir nuestras recompensas, tenemos que hacer lo que le place . Ya nos hemos preparado para el Cielo al aceptar al Señor. Ahora tenemos que manifestar nuestra fe y dar testimonio de ella por medio de la forma en que vivimos. Recuerden lo que dijo Jesús: Apocalipsis 14:13 - Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
104. Los creyentes serán recompensados en el Juicio de Jesucristo, el Trono de Cristo. Para muchos, la recompensa más grande será encontrarse con personas a las que ayudaron, sobre todo aquellos en cuya salvación desempeñaron un papel preponderante
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106. Al final de cada día, una buena pregunta para hacernos es: ¿Qué hice hoy con mi vida? ¿Qué hice hoy por Jesús? ¿Qué hice hoy por los demás?