2. La vida es semejante a la navegación a vela. Jesús es el Capitán y conoce bien los mares de la vida. Muchos se conforman con navegar dentro de la seguridad de las ensenadas. Su vida nunca tiene rumbo; en cambio‚ otros ponen proa al horizonte y se aventuran mar adentro.
3. Se necesita fe para lanzarse a lo desconocido... ...para creer que Su Palabra es veraz y que Él te mantendrá a salvo y fijará bien tu rumbo. Esa fe se adquiere en travesías difíciles en las que sigues el rumbo que Él te señala y descubres que da resultado.
4. Esta vida y su limitada existencia puede acarrear muchas preocupaciones, afanes y temores si das lugar a ellos. En cambio, si aceptas Su amor y Su perspectiva de todo, empezarás a ver en cada obstáculo una oportunidad y algo positivo en toda situación negativa.
5. Tendrás la fe para remontarte sobre los límites de este mundo y aceptar que hay un designio más sublime para tu vida, y que en definitiva es Él quien lleva las riendas.
6. Cada prueba fortalece tu fe. Las costas de Sus bendiciones no son visibles para quienes se quedan en el puerto y nunca se atreven a zarpar; hace falta fe para navegar hacia ellas.
7. No hagas caso del incrédulo que nunca abandonó la seguridad de su puerto y afirma que no hay otras costas, no hay retos que afrontar ni nada que aprender. Sé el primero en zarpar... ...en dejar que Él trace el rumbo de tu vida. www.tommyswindow.com Para más presentaciones, visita: