1. ¿Qué? ¿Ya estás contento? ¿Qué has conseguido? Acabar con la vida de tu compañera,
dejar a tus hijos sin madre ante el horror de que su padre la mató, varias familias
destrozadas,…Y tú, tú ahora dirás que estás arrepentido, que no querías hacerlo, que
ella te provocó, que fue un accidente y mil cosas más. No me vale. Tú no eres víctima
de nada ni de nadie: eres el culpable. Me dan igual tus excusas: no las hay. ¿Qué
importa si habías bebido, si discutíais a menudo, si no te gustaba lo que ella hacía, ..?,
¿qué importa? Ella está muerta. No hay marcha atrás.
No juzgo tu conciencia: no me corresponde. Juzgo tus actos y ellos hablan por sí solos.
¿Quién te crees que eres? ¿Qué derechos tienes sobre las personas? Eres un ser cobarde
y despreciable. Llevabas tiempo insultándola, vejándola, pegándole, queriendo
controlarla y ahora, como ella aguantó tus ofensas –aunque a veces quería rebelarse- ,
vas y la matas. ¿Para qué? ¿Te sientes más hombre, más fuerte, más poderoso, …?,
¿pensabas acaso que eres intocable y que ella debía obedecerte, que era un títere a tu
disposición y que el que mandas eres tú?
No me digas que su carácter era insoportable, o que estaba loca, o que te hacía la vida
imposible. No, no vale tampoco. Nada te justifica, porque si fueses hombre, si fueses
persona, hubieses acudido a otros medios. Si no estabas contento con ella, si creías que
te arruinaba la vida, haberte marchado. ¿Por tus hijos?, ¿por la casa?, ¿por qué no serían
justas las consecuencias de una ruptura? Te tomaste la justicia por tu mano y fuiste su
verdugo. Tú la juzgaste, la condenaste y la ejecutaste. Puedes estar satisfecho con “tu
justicia”.
¿Aplicamos la misma contigo, qué te parece? No nos gustas: no nos gusta cómo eres, ni
cómo actúas, ni cómo piensas,… ¿Quieres que hagamos lo mismo que tú, pero contigo?
No, eso para ti no, ¿verdad?. Y no lo haremos, porque simplemente no somos como tú.