Enriqueta Arcos Pérez, hija del autor del famoso pasodoble "Enriquetilla", falleció el pasado sábado en Córdoba a la edad de 86 años. Tuvo diez hijos con su esposo Gervasio Martínez y vivió en Córdoba desde hace muchos años aunque siempre mantuvo un fuerte amor por su pueblo natal de Puente Genil. Fue un ejemplo de mujer, madre y abuela generosa que dejó un gran recuerdo en todos los que tuvieron el placer de conocerla.
1. información
Edita: Publicaciones del Sur, SA, Parque Empresarial. C/. De la Investigación (esq. Avda. de los Empresarios). Jerez de la Frontera 11407. Tfno: 956 16 73 00. Fax Redacción: 956 30 79 12. E-mail: jerez@publicacionesdelsur.net
Puente Genil Información. Si desea ponerse en contacto con nosotros, envíenos un correo electrónico a: puentegenil@publicacionesdelsur.net
Adiósa “Enriquetilla”,lamujerque
dionombreal conocidopasodoble
ÁNGEL DELGADO
PUENTE GENIL
El pasado sábado 22 fallecía en
Córdoba a la edad de 86 años
Doña Enriqueta Arcos Pérez, la
mujer que dio nombre al más popular pasodoble romano: “Enriquetilla”.
No hace falta ser manantero
para saber y relacionar el nombre de “Enriquetilla” a uno de los
pasodobles más interpretados por
el grupo de música del Imperio
Romano en nuestra Semana Santa, cuyo autor Don José Arcos lo
dedicó a su hija Enriqueta cuando aún era una chiquilla.
“Enriqueta Arcos Pérez,
hija del autor de la
famosa y conocida
composición musical,
nos dejó el pasado
sábado en Córdoba, a
los 86 años de edad”
Aprovechando la amistad personal que me unía, en febrero del
2005 se me ocurrió entrevistarla
para dar a conocer la personalidad e imagen de Enriqueta, por
medio del entonces “Puente Genil Semanal”, con el solo deseo
de que Puente Genil supiera que
esta gran mujer existía y vivía en
Córdoba hacía muchos años, y
que a pesar de tanto tiempo fuera de su pueblo, seguía pensando y viviendo en pontanés.
Tengo el privilegio de haber
pasado muchas horas hablando
con ella, de temas y recuerdos
vividos relacionados con las cosas
del pueblo. Todo el que haya hablado con ella estará de acuerdo
conmigo que en su rostro se le
apreciaba la felicidad que experimentaba. Como gran lectora
que era, devoraba todo lo que llegaba a sus manos, y con la prensa y revistas de Puente Genil que
le facilitábamos los amigos los leía
una y otra vez para estar al día de
todo lo que se cocía en la Puente, lo que demostraba su amor
por la tierra que la vio nacer.
Como hija única volcó con locura todo su cariño por sus padres, ¡qué decir de sus padres, si
para ellos era la niña de sus ojos!
En el colegio de la Compañía
de María completó la exquisita
educación mamada de sus progenitores en casa. Don José, su
padre, amante de la música, confió su formación musical a la Madre Freyre, la que le sugirió la adquisición de un piano para que
la niña pudiese estudiar en casa,
indirecta que su padre cumplió
al momento comprando uno en
Córdoba.
Pasado el tiempo, llegó un día
a Puente Genil procedente de
Aguilar de la Frontera un caballero alto y apuesto galán llamado Gervasio Martínez que, porque Dios lo quiso, enamoró de tal
manera a la hermosa doncella
que atrás quedaron las notas musicales, partituras y piano, que
según ella, “lo entregó al colegio
pero no sabe dónde habrá ido a
parar”
Como fruto de su matrimonio
nacieron diez hijos; cinco pontanenses, el resto cordobeses, solo
criaron nueve por la muerte de
uno pequeñito. Sufrió la pérdida
de su hija Enriqueta en plena juventud, ni que decir tiene esto le
supuso un fuerte varapalo que re-
ÁNGEL DELGADO
Enriqueta Arcos, la mujer que dio nombre al conocido pasodoble.
sistió con resignación cristiana.
De las muchas experiencias de
su vida me contaba que en uno
de los partos en Puente Genil, debido a una fuerte hemorragia, estuvo al filo de la muerte. Me decía,
“Llegué a ver la luz al fondo del
famoso túnel, menos mal que no
lo pasé”. Dios puso al Ginecólogo Don Epifanio en mi camino
para salvarme. Igual me ocurrió
en Córdoba, esta vez fue Enrique
Solano quien se ocupó que la cosa
no llegara a mayores, la verdad es
que he estado dos veces más “pallá
que pacá”, pero como Dios es tan
bueno quiso dejarme aquí para
sacar a mis hijos adelante.
En febrero del 2012 una representación de la Corporación
Bíblica “La Resurrección de Lázaro” tuvo a bien desplazarse a
Córdoba para visitar a Enriqueta
y expresarle su agradecimiento
por la deferencia que había tenido al concederles una foto de ella
dedicada a la corporación. Foto
que con gran honor se encuentra enmarcada junto con la partitura de “Enriquetilla” en sitio
destacable del cuartel.
Resulta tópico decir de toda
persona que se marcha de este
mundo cosas bonitas y ciertas,
pero no son menos ciertas los que
hemos tenido la suerte y el placer
de conocer a Enriqueta decir que
guardamos recuerdos extraordinarios difíciles de narrar; fue
ejemplo de mujer, de madre, de
abuela, generosa. Particularmente tengo que decir que
además del recuerdo en el corazón, tanto mi esposa y mis hijas
conservan unos cuantos cuadros
y una lata de costura pintados por
ella que son una maravilla y que
nos regaló generosamente, como
ella era. Y digo yo, ¿no es bastante traer al mundo diez hijos, criarlos, educarlos y ponerlos en órbita para ganar el cielo? En cierta ocasión hace muchos años me
dijo mi gran amigo Don Juan Reina del Pino, “la mujer con el solo
hecho de parir tiene que tener el
cielo ganado”.
Estoy seguro que esta Semana
Santa la agrupación musical del
Imperio Romano interpretará
con más fuerza y sentimientos que
nunca el pasodoble que compuso Pepe Arcos pensando en la
niña de sus ojos, “Enriquetilla”.
Enriqueta, tus hijos, familia y
amigos te hemos acompañado en
tu último viaje, tu deseo ha sido
respetado; descansar para la eternidad en Puente Genil junto a tus
padres. Si tus hijos no te olvidan,
yo tampoco. Descansa en Paz.