Jesús les dice a sus discípulos que deben estar atentos y vigilantes porque no saben cuándo volverá. Los compara con criados a quienes su amo les asignó tareas y les pidió al portero que vigile, ya que el amo podría regresar de noche o de mañana y encontrarlos dormidos si no están preparados. Jesús les dice a todos que deben estar alertas.