1. Son aplicaciones de agua fría mas enérgicas que
los lavados y pueden dirigirse para obtener en el
cuerpo una reacción general o local. Se dan con
una regadera o manguera.
2. AFUSION:
(Del lat. affusĭo, -ōnis).
Acción de verter agua, fría por lo común, desde cierta altura
sobre todo el cuerpo o una parte cualquiera de él, como medio
terapéutico.
3. DE QUE SE TRATA:
Se trata de aplicar chorros de agua, con duchadores especiales que
arrojan una lluvia uniforme. Este procedimiento, que permite actuar
sobre zonas localizadas, beneficia la circulación de la sangre y la
respiración, al tiempo que equilibra la energía vital.
• En la cara. Esta práctica relaja tanto el cuerpo como la mente, por lo
que resulta perfecta para combatir dolores de cabeza y migrañas. Se
comienza por la frente y se desplaza el chorro de agua fría en el
sentido de las agujas del reloj. No hay que contener la
respiración, sino hacerlo por la boca.
4. * En los brazos. Es una afusión refrescante que revitaliza de
inmediato, ya que activa la circulación y estimula una respiración más
profunda.
1. Se comienza pasando el duchador con agua fría por el dorso de la
mano derecha, y se va subiendo hasta el hombro, donde se lo
mantiene durante unos minutos.
2. Luego se desplaza hacia abajo, por la cara interna del brazo hasta la
palma de la mano. Se repite del lado izquierdo. Para casos de
agotamiento y falta de concentración, se aplican afusiones en los
brazos, alternando agua tibia y fría.
5. Los efectos de las afusiones son similares a
los de las abluciones, pero algo más
intensos, debido a que el estímulo térmico es
superior.
6. Las principales indicaciones son los procesos
que requieran una estimulación del sistema
vascular.
7. No existe una regla fija sobre la duración del
tratamiento, pero, como norma general: las
afusiones frías se aplican alrededor de 1 min;
las afusiones alternas, 1-2 min la aplicación
caliente y 20 s la fría, y las afusiones
calientes, entre 3-5 min.