Alexander Fleming, un científico británico nacido en Escocia, descubrió la lisozima y fue el primero en observar los efectos antibióticos de la penicilina obtenida de un hongo. Trabajó como médico microbiólogo en el Hospital St. Mary de Londres hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, durante la cual sirvió como médico militar en Francia y quedó impresionado por la mortalidad causada por heridas infectadas.