Alexander Fleming descubrió accidentalmente los efectos antibióticos de la penicilina y la lisozima. Mientras trabajaba como microbiólogo, observó que las bacterias cercanas a un moho Penicillium estaban destruidas, lo que lo llevó a descubrir que la penicilina podía tratar infecciones bacterianas. También descubrió la lisozima al observar que las bacterias cultivadas en una placa estaban destruidas después de estornudar sobre ellas. Fleming fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1945 por