Un médico que mida incorrectamente la presión arterial o la temperatura de un paciente, o un mecánico que no calibre correctamente los tornillos de las ruedas de un automóvil, podrían tomar decisiones erróneas o causar daños, debido a que los instrumentos de medición imprecisos proporcionan información inexacta. Por lo tanto, es fundamental utilizar instrumentos confiables al realizar medidas para garantizar resultados precisos y evitar consecuencias potencialmente dañinas.