Este documento discute la importancia de la acreditación institucional como factor de calidad en la educación superior en México. Argumenta que las universidades deben comprometerse con la formación de ciudadanos que puedan transformar el mundo y abordar la crisis civilizatoria actual relacionada con el agotamiento de recursos y el modelo económico fallido. También enfatiza la necesidad de una educación superior de alta calidad que promueva un desarrollo sustentable y apoye la democracia, los derechos humanos y la justicia social.