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Amor a
laverdad
El mayor tesoro
E.G.White
Amor a
laverdad
El Mayor Tesoro
E.G.White
Copyright © 2015 International Missionary Society, Seventh-day Adventist Church, Reform Move-
ment, General Conference P.O. Box S Cedartown, GA 30125 USA
Autores: E. G. White (Patriarcas y Profetas e Historia de la Redención) y R. Orce Sotomayor
Compilado por Raquel Orce Sotomayor
Revisión de Contenido a cargo del Departamento Ministerial de la Asociación General
Diseñado por Miriam Arostegui, Alexander Najarro y Departamento de Familia de la Asociación
General
Copyright © 2015 Family Department 625 West Avenue Cedartown, GA 30125 USA Tel.: (+1) 770-
748 0077 / Fax (+1) 770-748 0095 e-Mail:family@sda1844.org Web site: www.smifamilia1844.com
Todos los derechos reservados. Queda terminantemente prohibido copiar, reproducir, difundir,
publicar o modificar cualquier material incluido en esta obra o en cualquier soporte derivado del
mismo sin previo consentimiento expreso y escrito del poseedor de los derechos
INTRODUCCION
E
n su sabiduría el Señor ha decretado que la familia sea el
mayor agente educativo. En el hogar es donde ha de empezar
la educación del niño. Allí está su primera escuela. Allí, con sus
padres como maestros, debe aprender las lecciones que han
de guiarlo a través de la vida: lecciones de respeto, obediencia,
reverencia, dominio propio... ¡Cuán importante es, pues, la escuela del ho-
gar!...
La cultura del alma, que da pureza y elevación a los
pensamientos y fragancia a las palabras y los actos,
requiere el esfuerzo más esmerado. Requiere paciencia
para mantener todo mal motivo apartado del jardín del
corazón. En ningún caso debe descuidarse la prepara-
ción espiritual; porque “el principio de la sabiduría es el
temor de Jehová”. Salmos 111:10.... La Biblia debería ser el primer libro de
texto del niño. De este libro, los padres han de dar sabias instrucciones. La
Palabra de Dios ha de constituir la regla de la vida. De ella los niños han de
aprender que Dios es su Padre; y de las hermosas lecciones de su Palabra
han de adquirir un conocimiento de su carácter. Por la inculcación de sus
principios, deben aprender a hacer justicia y juicio....
Padres, sean sencillas las instrucciones
que dais a vuestros hijos, y aseguraos que
las comprendan claramente. Las leccio-
nes que aprendéis de la Palabra, debéis
presentarlas a sus mentes juveniles con
tal claridad, que no puedan dejar de com-
prenderlas. Por sencillas lecciones saca-
das de la Palabra de Dios y de su propia
experiencia, podéis enseñarles a conformar su vida a la norma más alta.
Aun en la infancia y la adolescencia pueden aprender a vivir vidas llenas
de reflexión y fervor, vidas que den una rica mies de bien. (Consejos para
Maestros, Padres y Alumnos, pág. 105).
El Departamento de Familia de la Asociación General
indice
Enero...............................................1 1
Febrero............................................45
Marzo.............................................77
Abril..............................................1 1 1
Mayo.............................................145
Junio.............................................179
Julio.............................................213
Agosto.........................................247
Septiembre....................................281
Octubre.........................................315
Noviembre.....................................349
Diciembre.....................................383
Enero
Personajes de la Biblia
Mañana
Tarde
Enero 1
13
L
a santa pareja vivía muy dichosa en el Edén. Tenía dominio ilimitado
sobre todos los seres vivientes. El león y el cordero jugueteaban pa-
cífica e inofensivamente a su alrededor, o se tendían a dormitar a sus
pies. Aves de todo color y plumaje revoloteaban entre los árboles y
las flores, y en torno de Adán y Eva, mientras sus melodiosos cantos
resonaban entre los árboles en dulce acuerdo con las alabanzas tributadas a
su Creador.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Quién soy?
A
dán y Eva estaban encantados con las bellezas de su hogar edéni-
co. Se deleitaban con los pequeños cantores que los rodeaban re-
vestidos de brillante y primoroso plumaje, que gorjeaban su melodía
alegre y feliz. La santa pareja unía sus voces a las de ellos en armo-
niosos cantos de amor, alabanza y adoración al Padre y a su Hijo
amado, por las muestras de amor que la rodeaban. Reconocían el orden y la
armonía de la creación que hablaban de un conocimiento y una sabiduría infi-
nitos. Continuamente descubrían en su edénica morada alguna nueva belleza,
alguna gloria adicional, que henchía sus corazones de un amor más profundo,
y arrancaba de sus labios expresiones de gratitud y reverencia a su Creador.
Mañana
14
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Quién soy?
Enero 2
Tarde
S
et era un personaje respetable, y debía ocupar el lugar de Abel en lo
que se refiere a la rectitud. Pero era tan hijo de Adán como el pecador
Caín, y no había heredado de la naturaleza de éste más bondad natural
de la que aquél había recibido. Nació en pecado, pero por la gracia de
Dios, y al aceptar las fieles instrucciones de su padre Adán, honró a
Dios pues hizo su voluntad. Se apartó de los descendientes corruptos de Caín y
trabajó, como lo habría hecho Abel si hubiera vivido, para inducir a los pecado-
res a reverenciar y obedecer al Señor.
Mañana
15
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Tarde
• ¿Quién soy?
Enero 3
E
noc era santo. Sirvió a Dios con corazón indiviso. Se dio cuenta de la
corrupción de la familia humana y se apartó de los descendientes de
Caín a quienes reprendió por su gran maldad. Había en la tierra quie-
nes reconocían al Señor, lo temían y lo adoraban. Pero el justo Enoc se
sentía tan perturbado por la creciente maldad de los impíos, que no se
relacionaba con ellos cada día, por temor de verse afectado por su infidelidad
y que sus pensamientos no siempre se dirigieran a Dios con la santa reveren-
cia que merecía su carácter excelso.
Mañana
16
Tarde
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 4
M
ás de cien años antes del diluvio el Señor envió un ángel al fiel Noé
para hacerle saber que no tendría más misericordia de los miem-
bros de la raza corrupta. Pero no quería que ignoraran su propósito.
Instruiría a Noé y lo transformaría en un fiel predicador para advertir
al mundo acerca de la destrucción que se avecinaba, a fin de que
los habitantes de la tierra no tuvieran excusa. El patriarca debía predicar a la
gente, y también construir un arca según las indicaciones de Dios para salva-
ción de sí mismo y su familia. No sólo debía predicar, sino que su ejemplo al
construir el arca habría de convencer a todos que creía lo que predicaba.
• ¿Quién soy?
N
oé y su familia no estaban solos al temer y obedecer a Dios. Pero el
patriarca era el más piadoso y santo de todos los hombres de la tie-
rra, y a él preservó Dios para que llevara a cabo su voluntad al cons-
truir el arca y advertir al mundo acerca de su próxima condenación.
Mañana
17
Tarde
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 5
• ¿Quién soy?
E
l Señor escogió a Abrahán para que cum-
pliera su voluntad. Se le indicó que aban-
donara su nación idólatra y se separara de
sus familiares. Dios se le había revelado en
su juventud y le había dado entendimien-
to preservándolo de la idolatría. Había planeado
hacer de él un ejemplo de fe y verdadera devo-
ción para su pueblo que más tarde viviera sobre
la tierra. Su carácter se destacaba por su integridad, su generosidad y su hos-
pitalidad. Imponía respeto puesto que era un poderoso príncipe de su pueblo.
Su reverencia y amor a Dios y su estricta obediencia a su voluntad le ganaron
el reconocimiento de sus siervos y vecinos. Su piadoso ejemplo y su conducta
correcta, junto con las fieles instrucciones que impartía a sus siervos y a toda su
familia, los indujo a temer, amar y reverenciar al Dios de Abrahán.
Mañana
18
E
l caso de Isaac está registrado como ejemplo a seguir por
los hijos de las generaciones posteriores, especialmente de
los que profesan temer a Dios. La conducta seguida
por Abrahán en la educación de Isaac, que lo indujo a
vivir una existencia de noble obediencia, está registra-
da también en beneficio de los padres y debiera inducirlos a orde-
nar su casa después de sí. Debieran instruir a sus hijos para que se
sometan a su autoridad y la respeten, y debieran comprender que
descansa sobre ellos la responsabilidad de guiar los afectos de sus
hijos para que los pongan en personas que según su juicio les indi-
ca van a ser compañeros adecuados para sus hijos e hijas.
Tarde
Enero 6
• Dibuja al personaje bíblico.
Mañana
19
• ¿Quién soy?
D
ios conoce el fin desde el principio. Sabía, antes que Jacob y
Esaú nacieran, qué clase de carácter iba a desarrollar cada
uno. Sabía que Esaú no tendría un corazón inclinado a obede-
cerle. Contestó la ansiosa oración de Rebeca y le informó que
tendría dos hijos, y que el mayor serviría al menor. Le
presentó la historia futura de sus hijos, y le dijo que serían dos
naciones, una mayor que la otra, y que el mayor serviría al me-
nor. El primogénito disponía de ciertas ventajas especiales y
privilegios particulares que no le correspondían a ningún otro
miembro de la familia.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 7
Tarde
Mañana
20
Enero 8
Tarde
J
osé escuchaba las instrucciones de su padre y temía al
Señor. Era más obediente a sus justas enseñanzas que
cualquiera de sus hermanos. Atesoraba sus instruccio-
nes y amaba y obedecía a Dios con integridad de cora-
zón. Se sentía apenado por la conducta errónea de al-
guno de ellos, y con mansedumbre les aconsejaba que se portaran
bien y abandonaran sus malas acciones. Esto sólo los exasperaba.
José aborrecía el pecado de tal manera que no podía soportar que
sus hermanos pecaran contra Dios. Informó del asunto a su padre
con la esperanza de que su autoridad contribuyera a reformarlos.
Esta presentación de sus errores enfureció a sus hermanos.
• Dibuja al personaje bíblico.
Mañana
21
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Quién soy?
Tarde
Enero 9
S
u madre lo ocultó tanto como pudo ya que no dis-
ponía de ningún medio de protección. Entonces
preparó una barquilla con juncos, y la calafateó con
asfalto y brea, para que el agua no penetrara, y la puso a la orilla del río
mientras su hermana permanecía por las inmediaciones aparentando
indiferencia. Ella observaba ansiosamente, sin embargo, para ver qué ocurriría
con su hermanito. Los ángeles también estaban vigilando para que ningún mal
sobreviniera al desamparado niño, que había sido encomendado al cuidado de
Dios por una madre afectuosa mediante fervientes oraciones mezcladas con
lágrimas.
• ¿Cuándo viví?
Mañana
22
• ¿Quién soy?
Tarde
Enero 10
G
racias a su perspicacia Jetro pronto se dio cuenta que las cargas
que recaían sobre Moisés eran demasiado grandes, puesto que la
gente le traía todos sus problemas, y él los instruía con respecto a
los estatutos y a la ley de Dios. Dijo a Moisés: “Oye ahora mi voz;
yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está por el pueblo delante
de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las or-
denanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben
andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo
el pueblo.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Cuándo viví?
Mañana
23
Enero 11
Tarde
• Dibuja a los dos amigos.
C
aleb y Josué trataron de lograr que se los escuchara, pero la gente
estaba tan excitada que no podía tener la calma suficiente para oír
a estos dos hombres. Cuando se tranquilizaron un poco Caleb se
aventuró a hablar. Dijo a la gente: “Subamos luego, y tomemos po-
sesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos”. Pero los
hombres que fueron con ellos dijeron: “No podremos subir contra aquel pue-
blo, porque es más fuerte que nosotros”. Y siguieron repitiendo su mal informe,
y afirmaron que todos los hombres eran de elevada estatura.
Mañana
24
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Tarde
Enero 12
• ¿Qué hice?
C
uando Josué se apartó de los ejércitos de Israel
para meditar y pedir a Dios que su presencia lo
acompañara de una manera especial, vio a un hom-
bre de elevada estatura, revestido de atuendos mi-
litares, con una espada desnuda en la mano. Josué
no estaba seguro si pertenecía o no a los ejércitos de Israel,
pero tampoco parecía enemigo. En su celo se aproximó a él y le dijo: “¿Eres de
los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como príncipe
del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su
rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el príncipe
del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque
el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo”.
• ¿Quién soy?
Mañana
25
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Tarde
Enero 13
• ¿Quién soy?
D
e Silo, Ana regresó tranquilamente a su ho-
gar en Ramá, dejando al niño Samuel para
que, bajo la instrucción del sumo sacerdo-
te, se le educara en el servicio de la casa
de Dios. Desde que el niño diera sus prime-
ras muestras de inteligencia, la madre lo había enseñado a amar y reveren-
ciar a Dios, y a considerarse a sí mismo como del Señor. Por medio de todos
los objetos familiares que lo rodeaban, ella había tratado de dirigir sus pensa-
mientos hacia el Creador. Cuando se separó de su hijo no cesó la solicitud de
la madre fiel por el niño. Era el tema de las oraciones diarias de ella.
T
odos los años le hacía con sus propias manos un manto
para su servicio; y cuando subía a Silo a adorar con su mari-
do, entregaba al niño ese recordatorio de su amor. Mientras
la madre tejía cada una de las fibras de la pequeña prenda
rogaba a Dios que su hijo sea puro, noble, y leal. No pedía
para él grandeza terrenal, sino que solicitaba fervorosamente que pudie-
ra alcanzar la grandeza que el cielo aprecia, que honrara a Dios y bene-
ficiara a sus conciudadanos.
Mañana
26
Tarde
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 14
odas estas cosas provocaban inquietud en el que había sido
ungido para ser rey de Israel. Pero cuando se sentía absorto en
profunda meditación, y atribulado por pensamientos de ansie-
dad, echaba mano a su arpa y producía acordes que elevaban
su mente al Autor de todo lo bueno, y se disipaban las nubes os-
curas que parecían entenebrecer el horizonte del futuro.
• ¿Quién soy?
D
avid crecía en favor ante Dios y los hombres.
Había sido educado en los caminos del Señor,
y ahora dedicó su corazón más plenamente que
nunca a hacer la voluntad de Dios. Tenía nuevos
temas en que pensar. Había estado en la cor-
te del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había
descubierto algunas de las tentaciones que asediaban el
alma de Saúl, y había penetrado en algunos de los misterios
del carácter y el trato del primer rey de Israel. Había visto la gloria real ensom-
brecida por una nube oscura de tristeza, y sabía que en su vida privada la
casa de Saúl distaba mucho de tener felicidad.
Mañana
27
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Tarde
Enero 15
M
ediante un pacto, Jonatán y David se comprometieron a estar uni-
dos como hermanos; y el hijo del rey “se quitó Jonatán el manto que
llevaba y se lo dio a David, así como otras ropas suyas, su espada,
su arco y su cinturón”. A David se le confiaron responsabilidades
importantes; sin embargo conservó su modestia y se ganó el afecto
del pueblo así como también el de la casa real.
• ¿Quién soy?
J
onatán, que por nacimiento era heredero del
trono, sabía que había sido privado de él por
decreto divino; sin embargo, fue el más tierno
y fiel amigo de David, su rival, y lo protegió a
riesgo de su vida; fue fiel a su padre durante
los días sombríos de la decadencia de su poder, y cayó al
fin a su lado. El nombre de Jonatán está registrado en el
cielo, y en la tierra es un testigo de la existencia y el poder del amor abnegado.
Después de la muerte de Goliat, Saúl retuvo a David consigo y rehusó permitirle
que volviera a la casa de su padre. Y sucedió que “el alma de Jonatán quedó
ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo”.
28
Tarde
Mañana
Enero 16
• Dibuja al personaje bíblico.
S
obre todos los bienes terrenales, el rey deseaba
sabiduría y entendimiento para realizar la obra que
Dios le había dado. Anhelaba tener una mente des-
pierta, un corazón grande, y un espíritu tierno. Esa
noche el Señor apareció a Salomón en un sueño y
le dijo: “Pide lo que te he de dar.” En respuesta, el joven e
inexperto gobernante expresó su sentimiento de incapacidad
y su deseo de ayuda. Dijo: “Tú has hecho para con tu siervo
David, mi padre, gran merced, así como él anduvo delante de
tu rostro con fidelidad y en justicia, y en rectitud de corazón para contigo; y le
has guardado esta gran merced de darle un hijo que se siente sobre su trono,
como parece hoy.
Mañana
29
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Tarde
Enero 17
ero Daniel no vaciló. Apreciaba más la aprobación de Dios que el
favor del mayor potentado de la tierra, aun más que la vida misma.
Resolvió permanecer firme en su integridad, cualesquiera fuesen los
resultados. “Propuso en su corazón de no contaminarse en la ración
de la comida del rey, ni en el vino de su beber.” Esta resolución fué
apoyada por sus tres compañeros.
• ¿Quién soy?
D
aniel lo hubiese deseado, podría haber hallado en las circunstan-
cias que le rodeaban una excusa plausible por apartarse de hábi-
tos estrictamente temperantes. Podría haber argüído que, en vista
de que dependía del favor del rey y estaba sometido a su poder, no
le quedaba otro remedio que comer de la comida del rey y beber
de su vino; porque si seguía la enseñanza divina no podía menos que ofender
al rey y probablemente perdería su puesto y la vida, mientras que si despre-
ciaba el mandamiento del Señor, conservaría el favor del rey y se aseguraría
ventajas intelectuales y perspectivas halagüeñas en este mundo.
Mañana
30
Tarde
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 18
S
u piadoso ejemplo y su incansable actividad inspiraban a muchos
jóvenes promisorios a entregarse totalmente a la obra del ministerio.
A medida que el tiempo transcurría, la influencia del apóstol como
educador y dirigente aumentaba; y aun cuando nunca abandonó
sus cargas relacionadas con su trabajo especial por los judíos, dió
su testimonio también en muchos países y fortaleció la fe de multitudes en el
Evangelio.
• ¿Quién soy?
D
urante su ministerio, Pedro veló fielmente sobre el rebaño enco-
mendado a su cuidado, y así demostró que era digno de la carga
y responsabilidad que el Salvador había puesto sobre él. Siempre
exaltaba a Jesús de Nazaret como la esperanza de Israel, y el Sal-
vador de la humanidad. Imponía a su propia vida la disciplina del
Obrero maestro. Por todos los medios a su alcance procuraba educar a los
creyentes para el servicio activo.
Mañana
Tarde
31
D
urante veinte años, los israelitas gimieron bajo el yugo opresor. En-
tonces se volvieron de su idolatría, y con humildad y arrepentimien-
to clamaron a Dios por su liberación. Y no clamaron en vano. En ese
tiempo moraba en Israel una ilustre mujer conocida por su piedad;
se llamaba Débora, y Dios eligió liberar a su pueblo mediante ella.
Era conocida como profetisa, y en ausencia de los magistrados regulares, la
gente iba a ella para buscar consejo y justicia.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 19
D
ébora celebró el triunfo de Israel con un canto
sublime y apasionado. En él, le dio a Dios toda
la gloria por su liberación, y llamó al pueblo a
alabarlo por sus maravillosas obras. Alertó a los
reyes y príncipes de las naciones vecinas acer-
ca de lo que había hecho Dios por su pueblo, y los previno
de no intentar dañarlos. Mostró que el honor y el poder per-
tenecen a Dios, y no a los hombres o a sus ídolos. Recordó
las majestuosas manifestaciones del poder divino en el Sinaí. Con un lenguaje
exuberante, comparó la indefensa y angustiante condición de Israel bajo la
opresión de sus enemigos, con la gloriosa historia de su liberación.
• ¿Quién soy?
Mañana
32
Tarde
Enero 20
• Dibuja al personaje bíblico.
L
os acontecimientos que se produjeron
en rápida sucesión: la aparición de Es-
ter ante el rey, el señalado favor que le
manifestó, los banquetes del rey y la
reina con Amán como único invitado, el
sueño perturbado del rey, los honores tributa-
dos en público a Mardoqueo y la humillación y
caída de Amán al ser descubierta su perversa
maquinación, son todos partes de una historia
conocida. Dios obró admirablemente en favor
de su pueblo penitente; y un contradecreto promulgado por el rey, para per-
mitir a los judíos que pelearan por su vida, se comunicó rápidamente a todas
partes del reino por correos montados, que “salieron a toda prisa por la orden
del rey [...]. Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento
del rey, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos
de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos
había caído sobre ellos”.
Mañana
33
Tarde
• ¿En qué se diferenciaban?
Enero 21
• ¿Quiénes son?
A
unque estaba fatigado, Jesús continuó con la
instrucción que había estado dando a sus discí-
pulos en el camino, acerca de las calificaciones
necesarias para el reino de los cielos. La paz de
Cristo descansó sobre el hogar de estos herma-
nos. Marta estaba ansiosa por brindar toda la comodidad
a sus huéspedes, mientras María, arrobada por las pa-
labras que Jesús dirigía a sus discípulos, consideró que
era una oportunidad dorada la que tenía de conocer me-
jor la doctrina de Cristo. Entrando silenciosamente a la habitación en la que
Cristo estaba, se sentó silenciosamente a sus pies y absorbía con fervor cada
palabra que salía de sus labios.
Mañana
34
Tarde
Enero 22
• ¿Quién soy?
E
n Jope había una mujer llamada Dorcas, cuyos hábiles dedos perma-
necían más activos que su lengua. Ella sabía quién necesitaba ropa
cómoda y quién necesitaba asistencia, y generosamente atendía las
necesidades de ambos grupos. Y cuando Dorcas falleció, la iglesia
en Jope se dio cuenta de su pérdida. Con razón se pusieron de luto y
se lamentaron y derramaron cálidas lágrimas sobre el cuerpo inerte. Ella era
de tan alto valor que por medio del poder de Dios fue regresada del país del
enemigo, con el fin de que su destreza y energía pudieran todavía ser una
bendición para los demás.
• ¿Qué hice?
• ¿Cuándo viví?
Mañana
35
Tarde
• ¿Qué hice?
Enero 23
• ¿Quién soy?
L
idia era una comerciante en Tiatira, que
vendía costosas prendas de púrpura. Era
una adoradora del verdadero Dios, y ofre-
ció hospitalidad a los discípulos.
“Y un sábado”, continúa Lucas, “salimos
fuera de la puerta, junto al río, donde solía ha-
cerse la oración; y sentándonos, hablamos a las
mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora
de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo, y el
Señor abrió el corazón de ella”. Lidia recibió alegremente la verdad. Ella y su
familia se convirtieron y bautizaron, y rogó a los apóstoles que se hospedaran
en su casa.
• ¿A quién conocí?
Mañana
36
Enero 24
A
quila y Priscila no fueron llamados a
dedicar todo su tiempo al ministerio
del evangelio; sin embargo, estos
humildes artesanos fueron usados
por Dios para enseñar más perfec-
tamente a Apolos el camino de la verdad. El
Señor emplea diversos instrumentos para el
cumplimiento de su propósito; mientras algu-
nos con talentos especiales son escogidos
para dedicar todas sus energías a la obra
de enseñar y predicar el evangelio, muchos
otros, a quienes nunca fueron impuestas las manos humanas para su ordena-
ción, son llamados a realizar una parte importante en la salvación de las almas.
Tarde
• ¿Qué hice?
• ¿Quién soy?
• ¿A quién conocí?
Mañana
37
• ¿Qué aprendes de mí?
• ¿Qué hice?
Enero 25
A
temprana edad María había revelado su fuerza
de carácter, cuando siendo niña vigiló a la orilla
del Nilo el cesto en que estaba escondido el niño
Moisés. Su dominio propio y su tacto habían con-
tribuido a salvar la vida del libertador del pueblo.
Ricamente dotada en cuanto a la poesía y la música, Ma-
ría había dirigido a las mujeres de Israel en los cantos de
alabanza y las danzas en las playas del Mar Rojo. Ocupa-
ba el segundo puesto después de Moisés y Aarón en los
afectos del pueblo y los honores otorgados por el cielo.
Tarde
• ¿Quién soy?
Mañana
38
Tarde
• ¿Qué puedes aprender de mí?
Enero 26
• ¿Quién soy?
J
ocabed era mujer y esclava. Su destino en la
vida era humilde, y su carga pesada. Sin em-
bargo, el mundo no ha recibido beneficios ma-
yores mediante ninguna otra mujer, con excep-
ción de María de Nazaret. Sabiendo que su hijo
había de pasar pronto de su cuidado al de aquellos que
no conocían a Dios, se esforzó con más fervor aun para
unir su alma con el cielo. Trató de implantar en su corazón
el amor y la lealtad a Dios. Y esa obra fue llevada a cabo
fielmente. Ninguna influencia posterior pudo inducir a Moisés a renunciar a los
principios de la verdad que eran el centro de la enseñanza de su madre.
Mañana
39
Tarde
Enero 27
E
n su trabajo, Timoteo buscaba constantemente el consejo y la instruc-
ción de Pablo. No actuaba por impulso, sino con reflexión y sereni-
dad... El Espíritu Santo encontraba en él uno que podía ser amoldado
y modelado como un templo para la morada de la divina Presencia.
Las lecciones de la Biblia, al entretejerse en la vida diaria, tienen una
profunda y perdurable influencia en el carácter. Estas lecciones las aprendía
y practicaba Timoteo.
P
ablo amaba a Timoteo porque Timoteo
amaba a Dios. Su conocimiento inteli-
gente de la piedad experimental y de la
verdad le daba distinción e influencia. La
piedad y la influencia de su vida hoga-
reña no eran de baja categoría, sino puras, sen-
satas, y no corrompidas por falsos sentimientos...
La Palabra de Dios era la regla que guiaba a Ti-
moteo... Su mente se espaciaba en las ideas del orden más elevado posible.
Quienes lo instruían en su hogar cooperaban con Dios al educar a ese joven
para soportar las cargas que le serían impuestas a temprana edad.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Quién soy?
Mañana
40
Tarde
Enero 28
• Dibuja al personaje bíblico.
E
n su infancia, Jesús hizo las obras de un niño obe-
diente. Hablaba y actuaba con la sabiduría de un
niño, y no de un hombre, honrando a sus padres,
y ejecutando sus deseos en forma servicial, según
la capacidad de un niño. Pero en cada etapa de su
desarrollo fue perfecto, con la gracia sencilla y natural de
una vida sin pecado. El relato sagrado dice de su infancia
lo siguiente: “Y el niño crecía, y fortalecíase, y se henchía de sabiduría; y la gra-
cia de Dios era sobre él”. Y acerca de su juventud tenemos registrado: “Y Je-
sús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres”.
Mañana
41
Tarde
Enero 29
U
n ángel guió a Felipe a uno que anhelaba luz y estaba dispuesto a
recibir el Evangelio. Hoy también, los ángeles guiarán los pasos de
aquellos obreros que consientan en que el Espíritu Santo santifique
sus lenguas y refine y ennoblezca sus corazones.
El que mandó a Felipe al eunuco etíope; que envió a Pedro al cen-
turión romano; y la pequeña israelita en auxilio de Naamán, el capitán sirio,
también envía hoy, como representantes suyos, a hombres, mujeres y jóve-
nes, para que vayan a los que necesitan ayuda y dirección divinas.
E
ste etíope simboliza una numerosa clase
de personas que necesita ser enseñada
por misioneros como Felipe, esto es, por
hombres que escuchen la voz de Dios y
vayan adonde él los envíe. Muchos leen
las Escrituras sin comprender su verdadero sen-
tido. En todo el mundo, hay hombres y mujeres
que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas
e interrogaciones brotan de las almas anhelosas
de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están
en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados en él.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Quién soy?
Mañana
42
Tarde
Enero 30
P
or encima del clamor de los sacerdotes y rabinos y las voces de
bienvenida de la multitud, el inexpresado deseo del principal de los
publicanos habló al corazón de Jesús. Repentinamente, bajo el si-
cómoro, un grupo se detuvo, la compañía que iba adelante y la que
iba atrás hicieron alto, y miró arriba Uno cuya mirada parecía leer el
alma. Casi dudando de sus sentidos, el hombre que estaba en el árbol oyó
las palabras: “Zaqueo, date priesa, desciende, porque hoy es necesario que
pose en tu casa.”
L
as calles estaban atestadas, y Zaqueo, que
era de poca estatura, no iba a ver nada por
encima de las cabezas del gentío. Nadie le
daría lugar; así que, corriendo delante de la
multitud hasta donde un frondoso sicómoro
extendía sus ramas sobre el camino, el rico recau-
dador de impuestos trepó a un sitio entre las ramas
desde donde podría examinar a la procesión que pasaba abajo. Mientras el
gentío se aproximaba en su recorrido, Zaqueo escudriñaba con ojos anhelan-
tes para distinguir la figura de Aquel a quien ansiaba ver.
• ¿Qué puedes aprender de mí?
• ¿Quién soy?
Mañana
43
Tarde
Enero 31
E
ntre la multitud de los rescatados están los apóstoles de Cristo, el heroi-
co Pablo, el ardiente Pedro, el amado y amoroso Juan y sus hermanos
de corazón leal, y con ellos la inmensa hueste de los mártires.
• ¿Qué hice?
• ¿Quién soy?
• ¿Qué aprendes de mí?
• Dibuja tu personaje bíblico preferido.
44
Resumen del mes
• ¿Qué personaje bíblico que has estudiado es tu favorito?
• ¿Por qué?
• Da respuesta a la pregunta al inicio del mes: ¿Quién eres?
• Dibuja a tu personaje bíblico favorito de este mes.
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
febrero 1
47
• ¿Qué te gusta más de este animal?
La paloma
”Sed…sencillos como palomas” (Mateo 10:16).
L
a paloma es un ave muy servicial, pues la primera vez que las Sa-
gradas Escrituras nos hablan de ella es cuando realizó una tarea muy
importante. Cuando la tierra se encontraba llena de agua y Noé y su
familia, los únicos supervivientes del diluvio, deseaban saber si había
algún lugar seco enviaron una paloma, aunque antes habían enviado
un cuervo. La primera vez que envió la paloma, ésta regresó al arca, por-
que la tierra aún estaba llena de agua y entonces Noé le dio acogida en el
arca. Después de siete días, volvió a enviarla y ella volvió con una sorpresa.
Traía una hoja de olivo en su pico y Noé al verla entendió que en la tierra ya
había lugares secos. Cuando pasaron siete días más la paloma fue enviada
de nuevo fuera del arca, pero esta vez ya no volvió. Esto quería decir que la
tierra estaba completamente seca.
E
s hermoso comprobar como esta pequeña avecilla cumplió fielmen-
te su deber, dirigida por Dios, pues en las tres ocasiones en que fue
enviada por Noé comunicó un mensaje claro, ya que llevó a cabo la
misión para la que había sido encargada.
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
48
• ¿Qué te gusta más de este animal?
E
s asombroso como el Creador hizo que la hormiga,
sea tan activa, cumpla sus tareas voluntariamente y
con presteza y al mismo tiempo sea constante para
poder cumplir el propósito de trabajar para asegu-
rarse el futuro.
La hormiga
”Observa a la hormiga,… mira sus caminos, y sé sabio. Aunque no tiene capitán, ni
gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y allega en el tiempo de la
siega su mantenimiento” (Proverbios 6:6-8).
L
a hormiga es un insecto pequeño que generalmente no recibe aten-
ción. Pero las Sagradas Escrituras consideran que tiene grandes para
enseñar, pues es paciente, perseverante y previsora. Este pequeño
animalito trabaja incansablemente durante la primavera, el verano y
parte del otoño recogiendo comida: granos, pedacitos de pan, y todo
aquello que se puede comer, para almacenarlo, de modo que durante el
invierno su comida esté asegurada. Puede manejar un solo granito a la vez,
pero por la diligencia y la perseverancia realiza maravillas. Las díficultades o
problemas que se encuentra en su búsqueda de la comida o en su transpor-
te, no la desaniman. Prueba de una manera y de otra para poder llevar a su
hormiguero el sustento.
febrero 2
Mañana
49
• ¿Qué has aprendido?
Tarde
• ¿Qué te gusta más de este animal?
febrero 3
El cuervo
• Haz un dibujo
• ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
50
• ¿Qué te gusta más de este animal?
E
s imposible cambiar la naturaleza del leopar-
do, pero por el poder de Dios se convertirá en
un animal pacífico y no será más peligroso ni
feroz.
El leopardo
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará. El becerro,
el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías 11:6).
E
l leopardo es un animal grande, feroz y de manchas negras, pertene-
ciente a la familia del gato. Este gran gato moteado se destaca por su
rapidez y su peligrosidad. Hace tiempo vivía en los bosques de Pales-
tina, el lugar donde se escribió la Biblia y en donde se destacan sus
manchas oscuras, que lo hacen tan interesante. Ahora el leopardo es
muy feroz y los otros animales que son pacíficos, le tienen miedo. También las
personas tienen que cuidarse para que no les ataque. Pero, cuando el Señor
restaure el Paraíso el leopardo será un animal tranquilo y pacífico que descan-
sará junto al cabrito, comerá yerba como la vaca y podrá ser guiado por un
niñito.
febrero 4
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
51
• ¿Qué te gusta más de este animal?
P
or medio del ciervo el Señor da un mensaje a
cada uno de sus hijos, pues con un deseo aún
mayor deberíamos desear estar siempre con
Jesús.
El ciervo
“Como el ciervo ansía las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo iré, y me veré ante Dios?” (Sal-
mo 42:1, 2).
E
l ciervo es un animal muy rápido, precavido y majestuoso. Vive en los
bosques y en las planicies de las montañas. Posee un adorno muy
especial. Encima de su cabeza tiene una gran ornamenta que utiliza
como defensa y señal de poderío. Cuando siente temor o es persegui-
do corre muy rápido y en su carrera vence los obstáculos con los que
se encuentra saltando ágilmente sobre ellos. Viven generalmente en grupos y
el ciervo principal es el encargado de proteger la manada, así como de vigilar
para prever cualquier peligro y poder poner a salvo a todos los que se en-
cuentran bajo su dirección.
La llamada o bramido del ciervo en busca de agua es muy intenso y se es-
cucha desde bastante distancia.
febrero 5
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
52
• ¿Qué te gusta más de este animal?
D
ios nos dice a cada uno que debemos amarle so-
bre todas las cosas y a todas las personas como
a nosotros mismos. Obedecer al Señor y amarle
es nuestro primer deber, así como amar y ayudar
a todos los que nos rodean.
La abeja
“… un enjambre de abejas y un panal de miel” (Jueces 14:8).
L
a abeja que produce la rica miel es un insecto incan-
sable en su tarea de ir de flor en flor para volver al
panal con sus compañeras y comunicarles el gran
descubrimiento: un campo lleno de hermosas flores.
Las abejas colaboran juntas en su propósito de fabricar del néctar de
las flores: miel, polen, cera y jalea. Aunque son animales muy pequeños hacen
grandes cosas. Cada abeja cumple sus deberes fielmente tanto por separado
como en conjunto y por eso el resultado de su trabajo es tan dulce y agrada-
ble.
Siempre que se cumplen las tareas encomendadas y se colabora amistosa-
mente con los demás se realizará un buen trabajo, así como las abejas hacen
para producir miel.
febrero 6
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
53
• ¿Qué te gusta más de este animal?
E
n el cielo nuevo y la tierra nueva, después que
Jesús venga por segunda vez, el oso ya no será
más un animal peligroso, sino muy pacífico y
amistoso, aunque será también fuerte y grande.
El oso
“… Jehová, que me ha librado… de las garras del oso”
(1 Samuel 17:37).
E
l oso es un animal muy grande que tiene costum-
bres muy interesantes, pues durante el tiempo frio
duerme, mientras que cuando se inicia la primavera y durante el vera-
no es muy activo. Su alimento preferido es la miel, pues es muy golo-
so. En las Sagradas Escrituras se nos habla del oso como un animal
peligroso para los rebaños de ovejas, que eran conducidos por los pastores a
los pastos frescos de las montañas, donde también vivían los osos. Acerca del
rey David se cuenta que cuando era pastor defendía a sus ovejas del oso, que
quería llevarse alguna para comer.
febrero 7
Mañana
54
• ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
febrero 8
• ¿Qué has aprendido?
Tarde
• ¿Qué te gusta más de este animal?
La avispa
• Haz un dibujo
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
55
• ¿Qué te gusta más de este animal?
L
as vacas eran guiadas por seres celestiales invisibles y aun-
que escuchaban a sus pequeños becerros que las solicitaban,
cumplieron fielmente su tarea, pues siempre debe obedecerse a
Dios en primer lugar.
La vaca
“Y las vacas tomaron derecho el camino, … andando y braman-
do, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda” (1 Samuel 6:12).
L
as vacas son animales bastante conocidos por la
mayoría de las personas, especialmente porque dan leche y además
ayudan mucho a los campesinos en el trabajo del campo. En las Sa-
gradas Escrituras se nos cuenta una historia muy interesante, pues en
una ocasión se usaron unas vacas para tirar de un carro que contenía
una carga muy especial: el arca de Dios. En su interior se encontraban los
Diez Mandamientos, escritos con el dedo del Señor. Las vacas debían condu-
cir el carro y su valiosa carga a Israel, ya que una nación vecina la había roba-
do y ahora iba a devolverla.
febrero 9
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
56
• ¿Qué te gusta más de este animal?
Tarde
L
a cigüeña sabe muy bien cuando ha llegado
el tiempo para emprender su viaje en bus-
ca de un tiempo suave y agradable, pues el
Señor le ha enseñado, y así nos da la gran
lección de hacer las tareas cuando es el mo-
mento y saber aprovechar bien el tiempo.
La ciguena
“Hasta la cigüeña en el cielo conoce su tiempo” (Jeremías 8:7)
L
a cigüeña es un ave muy interesante, ya que tiene
largas patas y largo pico, que le sirven para buscar su
comida en los estanques, entre las plantas que crecen
al lado de los ríos, para escarbar en la tierra y así poder alimentarse.
Además le gusta mucho viajar, pues cuando en un lugar empieza el frio
emprende su vuelo hacia zonas más cálidas. Así que, muchas personas pue-
den saber cuándo empieza el buen tiempo cuando las cigüeñas empiezan a
aparecer, pues hacen grandes nidos en los lugares más altos que encuentran,
como el campanario de una iglesia o la copa de un gran árbol.
febrero 10
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
57
• ¿Qué te gusta más de este animal?
L
a historia de Jonás nos enseña que debemos
cumplir siempre los deberes que se nos dan
con rapidez, alegría y de la mejor forma que
sabemos y podemos.
El pez grande
“Y creó Dios los grandes animales marinos…” (Génesis 1:21).
E
n una ocasión el Señor usó a un gran pez marino
para ayudar a un profeta, llamado Jonás. Dios le
había dado una tarea a este profeta, pero Jo-
nás no estaba de acuerdo con el Señor, así que decidió irse muy lejos
para no tener que hacer lo encomendado. Este profeta desobediente
debía aprender que lo ordenado por Dios es siempre lo mejor, lo más impor-
tante y lo primero que debe hacerse. Así que para que pudiera reflexionar so-
bre su mal comportamiento fue arrojado al mar desde un barco y un gran pez
se lo tragó, aunque después de tres días ya se encontraba a salvo y listo para
cumplir la tarea que Dios le había confiado.
febrero 11
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
58
• ¿Qué te gusta más de este animal?
D
eberíamos aprender de los conejos a ser cuidadosos y pre-
cavidos para evitar los peligros y así estar siempre atentos
para no crear problemas.
El conejo
“Los conejos… ponen su casa en la piedra” (Proverbios
30:26).
E
l conejo, junto a todos los animales terrestres
fue creado por Dios el sexto día. Este peque-
ño animalito es muy rápido y precavido. Sus
dos patas traseras le permiten dar grandes saltos y correr velozmente,
pero al mismo tiempo es muy tímido, pues siempre está escuchando
atentamente, a través de sus largas y grandes orejas sí algún peligro se apro-
xima y así poder esconderse en un lugar seguro. La Biblia nos explica en el
Salmo 104:18 que “… las peñas, son la casa de los conejos” Salmo 104:18.
Además de ser rápidos, cuidadosos y prevenidos se preocupan de tener un
lugar seguro donde vivir.
febrero 12
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
59
• ¿Qué te gusta más de este animal?
Tarde
E
l avestruz no se destaca por su belleza, pero si
en su rapidez que es realmente espectacular,
lo cual la convierte en un ave que no vuela pero
si corre muy rápido. El Señor nos imparte siem-
pre alguna característica especial que nos hace
también criaturas especiales.
El avestruz
“El avestruz aletea alegremente…” (Job 39:13).
E
l avestruz es un animal muy interesante, pues es un ave que no vuela,
pero que corre muy rápido con sus largas y fuertes patas, tal como se
describe en las Sagradas Escrituras “se levanta en alto,… se burla del
caballo y de su jinete” (Job 39: 18); realmente es muy rápida. Dios le
dotó de una gran velocidad cuando corre, hasta el punto de superar
en velocidad a los mejores caballos. Así como su apariencia es muy curiosa,
lo son también sus costumbres, pues sus huevos los coloca en la tierra sin ha-
ber preparado ningún nido, pero además éstos son especialmente grandes y
fuertes, así como sus padres. La hembra del avestruz deja los huevos al calor
del sol mientras va en busca de alimento y el macho les da calor durante toda
la noche.
febrero 13
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
60
• ¿Qué te gusta más de este animal?
E
l buey en su comportamiento nos da una lección muy importan-
te a cada uno de nosotros, pues su disposición al sacrificio y al
trabajo es un ejemplo que deberíamos seguir: Ser obedientes y
dispuestos siempre a cumplir las tareas.
El buey
“Sin bueyes el granero está vacío, por la fuerza
del buey hay abundancia de pan” (Proverbios
14:4).
E
l buey es un animal muy fuerte y
trabajador. Se le coloca el yugo para
poder tirar del arado que es dirigido por el campesino y así es como
se puede preparar la tierra para sembrar el trigo que se convertirá
en harina para hacer pan. El buey es tranquilo, manso y obediente,
siempre dispuesto a realizar la labor que se le asigna. La Palabra de Dios nos
explica que “el buey conoce a su dueño” Isaías 1:3 y así es, pues le obedece
y realiza mansamente las labores que se le encomiendan.
febrero 14
Mañana
61
febrero 15
• ¿Qué has aprendido?
Tarde
• ¿Qué te gusta más de este animal?
El becerro
• Haz un dibujo
• ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
62
• ¿Qué te gusta más de este animal?
Q
uizá pocas personas trabajen tan dura e incansablemente
como lo hacen los pajarillos para conseguirse el alimento,
sobre todo cuando tienen pequeñuelos en el nido. Del mis-
mo modo, Dios espera que trabajamos y seamos responsa-
bles y agradecidos.
El pajarillo
“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvi-
dado ante Dios” (Lucas 12:6).
S
ólo por el cuidado protector de Dios son preservadas las aves para
alegrarnos con sus cantos de gozo. Pero Él no se olvida siquiera de
los pajarillos. “Así que, no temáis: más valéis vosotros que muchos
pajarillos.” Mat. 10: 31. Si Dios alimenta con tanta abundancia a los
animalitos que ha creado, ¿no tendrá acaso mayor preocupación
por la felicidad y el bienestar de cada uno de nosotros? El que proporciona el
alimento para las aves del cielo es Aquel en quien podemos confiar para que
nos proporcione lo que necesitamos para vivir. Dios nos ha prometido estas
cosas, si estamos dispuestos a trabajar por ellas.
febrero 16
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
63
• ¿Qué te gusta más de este animal?
N
o debemos ser como el león que es temido por los demás,
sino que nuestro comportamiento debe ser amable y amoroso
con todos.
El leon
“El león, fuerte entre todos los animales, que ante nada
retrocede…” (Proverbios 30:30).
E
l león es un animal muy fuerte y peligroso. Es
impresionante en su fiereza y poderoso en su
apariencia. Se le llama el rey de los animales,
pues ejerce su supremacía allí donde se en-
cuentra. En las Sagradas Escrituras se presenta al león como un sím-
bolo de fuerza “… ¿Y qué cosa es más fuerte que el león?…” Jueces 14:18.
Aunque ahora es un animal muy feroz que se alimenta de otros animales y
también ataca a las personas, cuando Jesús establezca su reino en esta tie-
rra, después de purificarla y eliminar todo lo malo, el león será pacífico y se
podrá jugar con él.
febrero 17
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
64
• ¿Qué te gusta más de este animal?
E
l Señor cuida siempre de nosotros y aunque no nos demos
cuenta sus ángeles nos acompañan y protegen para que nada
malo nos ocurra.
El áaguila
“¿Es por tu mandato que el águila pone en alto su nido? Ha-
bita en la roca, en la cumbre del inaccesible peñasco” (Job
39:27, 28).
E
l águila es un ave muy especial. Es muy grande,
veloz y aguda, además de precavida, pues coloca su nido, donde
nadie pueda molestar a sus pollitos y así puedan crecer y hacerse
grandes. “Como el águila incita su nidada, revolotea sobre sus po-
llos, extiende sus alas, los toma, y los lleva sobre sus plumas; así el
Eterno solo lo guio…” Deuteronomio 32:11, 12. Esta ave se preocupa mucho
de sus crías, pues les enseña a volar aun cuando ellas no quieren y prefieren
permanecer en la seguridad del nido. Cuando están empezando a volar los
polluelos se sientes inseguros y se cansan muy pronto, por lo que el águila
los recoge en sus grandes alas y los lleva de nuevo al nido.
febrero 18
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
65
• ¿Qué te gusta más de este animal?
S
iempre se debe actuar con sinceridad y sin ocultar nada. El
comportamiento del zorro no es aconsejable, pues no es hon-
rado y destruye mucho para conseguir lo que quiere.
El zorro
“Las zorras tienen cuevas…” (Lucas 9:58).
E
l zorro es un animal huidizo, rápido y cuida-
doso. Pocas veces se le suele ver durante el
día, pues prefiere estar escondido o cazar
cuando anochece. Aunque es precavido y
atento ante los peligros que pueda encontrar,
sí se encuentra en problemas produce grandes destrozos, ya que en su hui-
da desesperada corre descontroladamente dejando tras si un gran desastre.
Este comportamiento del zorro se describe en la Palabra de Dios: “Cazadnos
las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas. Porque nues-
tras viñas están en flor.” Cantares 2:15.
febrero 19
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
66
• ¿Qué te gusta más de este animal?
N
osotros somos como pollitos ante Dios, pues cuando vamos a
Él, recibimos su amor, cuidado y protección. El Señor desea
que permanezcamos siempre a Su lado.
La gallina
“…como la gallina junta sus pollos bajo sus alas” (Mateo
23:37).
L
a gallina es conocida por todos, ya que sus
huevos son apreciados por muchos. Cuando
la gallina tiene pollitos, éstos la siguen por todas partes en constante
piar, pero ella nunca se cansa ni los rechaza, pues siempre está pen-
diente de ellos y los defiende con gran energía. Los polluelos saben
que con ella están seguros, por lo que buscan su protección y cercanía. La
gallina los atrae y los coloca bajo sus alas, donde encuentran calor, descan-
so y seguridad.
febrero 20
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
67
• ¿Qué te gusta más de este animal?
D
ebemos ser perseverantes y laboriosos, como también obe-
dientes y no obstinados como el asno, sino prontos a cum-
plir lo mandado.
El asno
“… conoce… el asno el pesebre de su señor…” (Isaías 1:3).
E
l asno es fuerte, tranquilo y obstinado. Hasta hoy
se le usa para trabajar en el campo, transportar
personas o cargas y para realizar labores pesa-
das que requieren constancia y tiempo. Cuando
Jesús estuvo en esta tierra también usó un polli-
no o asno joven, para su entrada en la ciudad de Jerusa-
lén. La Biblia nos lo explica así: “¡Alégrate mucho, hija de
Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, justo y salvador,
humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna” Zacarías.
9:9.
febrero 21
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
68
• ¿Qué te gusta más de este animal?
L
a resistencia y la fuerza del camello, lo convierte en un animal
muy importante en muchos lugares en que otros animales no
podrían sobrevivir.
El camello
“… Vino con una gran caravana, con camellos cargados de aro-
mas, oro en abundancia, y piedras preciosas….” (2 Crónicas 9:1).
E
l camello tiene una apariencia muy curiosa, pues
tiene una o dos jorobas, dependiendo de la espe-
cie. Esta joroba es como un almacén de alimento
ambulante, pues los camellos caminan largas
distancias y en muchas ocasiones por el desierto
o lugares donde no hay que comer o beber, pero el Señor les ha previsto un
medio de existencia, a través de estas jorobas. Generalmente se les usa para
transportar carga y también personas en viajes muy largos por lugares áridos
o desérticos.
febrero 22
Mañana
69
febrero 23
• ¿Qué has aprendido?
Tarde
• ¿Qué te gusta más de este animal?
La rana
• Haz un dibujo
• ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
70
• ¿Qué te gusta más de este animal?
S
iempre debemos ser atentos y cuidadosos en
el trato con todos, además de silenciosos y
tranquilos.
La serpiente
”La serpiente, el más astuto de todos los animales del campo que Dios el Eterno había
hecho… ” (Génesis 3:1).
L
a serpiente es silenciosa, precisa y cuidadosa. Se mueve delicada-
mente y alcanza su propósito con toda tranquilidad, pues ha ideado
astutamente cada uno de sus movimientos con el fin de no fallar. La
Palabra de Dios nos da el siguiente consejo: “…Sed prudentes como
serpientes, y sencillos como palomas” Mat. 10:16. La precaución de
la serpiente es un rasgo propio de este animal, pues es sigilosa y reservada,
aunque actúa con rapidez en el momento preciso.
febrero 24
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
71
• ¿Qué te gusta más de este animal?
Tarde
L
as cabras se colocan en lugares peligrosos y muchas veces in-
accesibles, lo cual no debemos hacer los hijos de Dios, pues es
necesario evitar el peligro y el aislamiento.
La cabra
“… por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses”
(1 Samuel 24:2).
L
as cabras son animales muy inquietos, que les
gusta saltar, subirse a lugares altos y difíciles
y también pelear con sus cuernos. Hay cabras
salvajes, que viven en libertad en las montañas
y otras en rebaños bajo la dirección de un pas-
tor, de igual modo que las ovejas. Aunque las cabras
son muy independientes, viven en grupo, protegiendo a los más pequeños y
desválidos de la manada. Especialmente, las cabras de las montañas son muy
rápidas y ágiles en sus movimientos, pues viven en lugares difíciles de alcan-
zar para las personas, pues son lugares muy altos, con profundos abismos y
peligrosos peñascos.
febrero 25
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
Tarde
72
• ¿Qué te gusta más de este animal?
E
s curioso que en las Sagradas Escrituras, el pueblo de Dios es
con frecuencia es comparado con las ovejas, las cuales deben
ser conducidas, protegidas y cuidadas tiernamente.
La oveja
“… Como oveja ante sus trasquiladores, enmudeció y no
abrió su boca” (Isaías 53:7).
L
a oveja es un animal muy interesante, pues
se encuentra cubierto con la valiosa lana, con
la que se tejen las ropas para el frio. Es muy
tranquila y paciente, pues soporta sin quejarse las dificultades que le
sobrevengan. Casi siempre es obediente, pues sigue al pastor que
va delante del rebaño, aunque algunas veces puede desviarse del camino
y entonces ya no sabe volver con las demás ovejas. El pastor tiene que ir a
buscarla, pues ella bala con gran temor. La oveja es tímida e indefensa, pues
necesita ser ayudada cuando se encuentra en algún peligro, ya que por si
misma es incapaz de alejarse de los precipicios y necesita ser guiada hacia
un lugar seguro, donde pueda pastar sin temor.
febrero 26
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
73
• ¿Qué te gusta más de este animal?
Tarde
E
l control de las palabras que pronuncia nuestra boca es de
gran importancia para hacer lo que es correcto, pues aunque
podamos realizar muchas cosas bien y prestamente, deben es-
tar en acompañadas de un modo de hablar que refleje la obe-
diencia a la Palabra de Dios.
El caballo
“¿Diste tú al caballo su fuerza? ¿Vestiste tú su cuello de ondulan-
te crin?” (Job 39:19).
E
l caballo es un animal fuerte, rápido y hermoso. Des-
de tiempos antiguos fue usado para transporte, car-
ga y trabajo, además se comerciaba con ellos “cam-
biaban caballos de trabajo y de guerra” Ezequiel
27:14. La Biblia nos explica cómo se domina a un animal tan fuerte y
veloz: “ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y
así dirigimos todo su cuerpo.” Santiago 3:3. Al colocar un objeto en su boca y
dirigirlo a través de las riendas se consigue que al montarlo obedezca a quién
le conduce y así se dirige su fuerza y rapidez hacia la tarea que deba cumplir-
se.
febrero 27
• ¿Qué has aprendido?
Mañana
74
• ¿Qué te gusta más de este animal?
Tarde
E
n las tareas más pequeñas que se nos confían debemos ser tan
cuidadosos y laboriosos como sí se tratara de grandes accio-
nes, pues a través del modo en que se cumplen los deberes
menores se cumplirán los mayores.
La arana
“La araña que atrapas con la mano, y está en palacios de
rey” (Proverbios 30:28).
L
a araña es un animal pequeño, pero de gran
actividad, pues en su labor constante de ampliar su
tela se encuentra muy ocupada. Por ser pequeña puede acceder a
cualquier lugar, por grande o pequeño que sea y no se atemoriza ni
abandona su tela, que aunque es tan sutil y sensible como ella siempre
repara y ensancha. Aunque la araña parece insignificante su labor se ve por
todas partes y aunque su tela se rompa, nunca cesa en su esfuerzo y dedica-
ción, hasta que vuelve a ser visible a través de su obra.
febrero 28
Mañana
75
• ¿Qué animal bíblico que has estudiado es tu favorito?
• ¿Por qué?
• Da respuesta a la pregunta al inicio del mes: ¿Cuál te gusta más?
• Dibuja el animal bíblico favorito de este mes.
Resumen del mes
Mañana
marzo 1
79
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
l tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de
Jesús se encontraba allí. También habían sido invitados a la boda
Jesús y sus discípulos. Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús
le dijo: —Ya no tienen vino. —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmi-
go? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. Su madre
dijo a los sirvientes: —Hagan lo que él les ordene. Había allí seis tinajas de
piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada
una cabían unos cien litros. Jesús dijo a los sirvientes: —Llenen de agua las
tinajas. Y los sirvientes las llenaron hasta el borde. —Ahora saquen un poco y
llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.
Así lo hicieron. El encargado del banquete probó el agua convertida en vino
sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían
sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio y le dijo: Todos sirven primero
el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el
más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.
Mañana
80
• ¿Qué te impresiona más?
• ¿Cuál es este milagro?
Tarde
• Haz un resumen.
marzo 2
U
n día estaba Jesús a orillas del lago de
Genesaret, y la gente lo apretujaba para
escuchar el mensaje de Dios. Enton-
ces vio dos barcas que los pescadores
habían dejado en la playa mientras la-
vaban las redes. Subió a una de las barcas, que
pertenecía a Simón, y le pidió que la alejara un
poco de la orilla. Luego se sentó, y enseñaba a la
gente desde la barca.
Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón:
—Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes
para pescar.
—Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no he-
mos pescado nada —le contestó Simón—. Pero como tú me lo man-
das, echaré las redes. Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan
grande de peces que las redes se les rompían. Entonces llamaron
por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran.
Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a
hundirse.
Mañana
81
Tarde
• Dibuja cómo te imaginas el milagro
C
uando Jesús bajó de la ladera de la
montaña, lo siguieron grandes multi-
tudes. Un hombre que tenía lepra se
le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor, si quieres,
puedes limpiarme —le dijo. Jesús extendió la mano y tocó
al hombre. —Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó
sano[a] de la lepra. —Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—;
sólo ve, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moi-
sés, para que sirva de testimonio.
marzo 3
Mañana
82
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
S
ubió Jesús a una barca, cruzó al otro lado
y llegó a su propio pueblo. Unos hombres
le llevaron un paralítico, acostado en una
camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo
al paralítico: — ¡Ánimo, hijo; tus pecados
quedan perdonados! Algunos de los maestros de
la ley murmuraron entre ellos: « ¡Este hombre blasfema! » Como Je-
sús conocía sus pensamientos, les dijo:—¿Por qué dan lugar a tan
malos pensamientos? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan
perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que
el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados
—se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete
a tu casa. Y el hombre se levantó y se fue a su casa.
marzo 4
Mañana
83
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
J
esús se retiró al lago con sus dis-
cípulos, y mucha gente de Galilea
lo siguió. Cuando se enteraron
de todo lo que hacía, acudieron
también a él muchos de Judea y
Jerusalén, de Idumea, del otro
lado del Jordán y de las regiones
de Tiro y Sidón. Entonces, para
evitar que la gente lo atropellara,
encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una
pequeña barca; pues como había sanado a muchos, todos
los que sufrían dolencias se abalanzaban sobre él para
tocarlo. Además, los espíritus malignos, al verlo, se postra-
ban ante él, gritando: « ¡Tú eres el Hijo de Dios! »
marzo 5
Mañana
84
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
l entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó
un centurión pidiendo ayuda. —Señor, mi
siervo está postrado en casa con parálisis,
y sufre terriblemente. —Iré a sanarlo —res-
pondió Jesús. —Señor, no merezco que
entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una
sola palabra, y mi siervo quedará sano. 9 Porque yo mismo soy un
hombre sujeto a órdenes superiores, y además ten-
go soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y
va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz
esto”, y lo hace. Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a
quienes lo seguían: —Les aseguro que no he encon-
trado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Les digo que muchos ven-
drán del oriente y del occidente, y participarán en el banquete con
Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero a los súbditos
del reino se les echará afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y
rechinar de dientes. Luego Jesús le dijo al centurión: — ¡Ve! Todo se
hará tal como creíste. Y en esa misma hora aquel siervo quedó sano.
marzo 6
Mañana
85
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
Y
volvió otra vez Jesús a Caná de Galilea, don-
de había convertido el agua en vino. Había allí
un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo
en Capernaúm. Cuando este hombre se enteró
de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su en-
cuentro y le suplicó que bajara a sanar a su hijo, pues estaba a punto
de morir. —Ustedes nunca van a creer si no ven señales y prodigios
—le dijo Jesús. —Señor —rogó el funcionario—, baja antes de que
se muera mi hijo. —Vuelve a casa, que tu hijo vive —le dijo Jesús—.
El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Cuando se dirigía a
su casa, sus siervos salieron a su encuentro y le dieron la noticia de
que su hijo estaba vivo. Cuando les preguntó a qué hora había co-
menzado su hijo a sentirse mejor, le contestaron: —Ayer a la una de la
tarde[a] se le quitó la fiebre. Entonces el padre se dio cuenta de que
precisamente a esa hora Jesús le había dicho: «Tu hijo vive.» Así que
creyó él con toda su familia.
marzo 7
Mañana
86
Tarde
P
oco después Jesús, en compañía de sus discí-
pulos y de una gran multitud, se dirigió a un pue-
blo llamado Naín. Cuando ya se acercaba a las
puertas del pueblo, vio que sacaban de allí a un
muerto, hijo único de madre viuda. La acompaña-
ba un grupo grande de la población. Al verla, el Señor se
compadeció de ella y le dijo: —No llores. Entonces se acercó y tocó
el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: —Joven, ¡te
ordeno que te levantes!
El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo
entregó a su madre. Todos se llenaron de temor y alababan a
Dios.
marzo 8
· Dibuja el milagro
Mañana
87
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
E
se día al anochecer, les dijo a sus discípulos:—
Crucemos al otro lado. Dejaron a la multitud y se
fueron con él en la barca donde estaba. También
lo acompañaban otras barcas. Se desató enton-
ces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la
barca, tanto que ya comenzaba a inundarse. Jesús, mientras tanto,
estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípu-
los lo despertaron.—¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos
ahoguemos? Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: —¡Si-
lencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente
tranquilo. —¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—.
¿Todavía no tienen fe? Ellos estaban espantados y se decían unos a
otros: —¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?
marzo 9
Mañana
88
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
E
n esto llegó un hombre llamado Jairo, que era
un jefe de la sinagoga. Arrojándose a los pies
de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa,
porque su única hija, de unos doce años, se
estaba muriendo. Jesús se puso en camino y
las multitudes lo apretujaban.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando alguien
llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para
decirle: —Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro. Al oír esto,
Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será
sanada. Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara
con él, excepto Pedro, Juan y Jacobo, y el padre y la madre de la
niña. Todos estaban llorando, muy afligidos por ella. —Dejen de llorar
—les dijo Jesús—. No está muerta sino dormida. Entonces ellos em-
pezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta. Pero él la
tomó de la mano y le dijo: — ¡Niña, levántate! Recobró la vida[a] y al
instante se levantó. Jesús mandó darle de comer.
marzo 10
Mañana
89
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
lgún tiempo después, se celebraba una fiesta de
los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Había allí,
junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodea-
do de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es
Betzatá. En esos pórticos se hallaban tendidos mu-
chos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos se
encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta
y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró
de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó:— ¿Quieres
quedar sano? —Señor —respondió—, no tengo a nadie que me meta
en el estanque mientras se agita el agua, y cuando trato de hacerlo,
otro se mete antes. —Levántate, recoge tu camilla y anda —le contes-
tó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su cami-
lla y echó a andar.
marzo 11
Mañana
90
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
marzo 12
A
l irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritán-
dole:— ¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!
Cuando entró en la casa, se le acercaron los cie-
gos, y él les preguntó: — ¿Creen que puedo sanar-
los? —Sí, Señor —le respondieron. Entonces les
tocó los ojos y les dijo: —Se hará con ustedes conforme a
su fe. Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza:
— Asegúrense de que nadie se entere de esto.
Pero ellos salieron para divulgar por toda aquella región la noticia
acerca de Jesús.
Mañana
91
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
marzo 13
P
asando de allí, entró en la sinagoga,
donde había un hombre que tenía una
mano paralizada. Como buscaban un
motivo para acusar a Jesús, le preguntaron: — ¿Está permiti-
do sanar en sábado? Él les contestó: —Si alguno de ustedes
tiene una oveja y en sábado se le cae en un hoyo, ¿no la
agarra y la saca? ¡Cuánto más vale un hombre que una ove-
ja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado.
Entonces le dijo al hombre: —Extiende la mano. Así que la
extendió y le quedó restablecida, tan sana como la otra.
• ¿Qué te impresiona más?
Mañana
Tarde
92
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
C
uando Jesús desembarcó y vio a tanta
gente, tuvo compasión de ellos y sanó
a los que estaban enfermos. Al atarde-
cer se le acercaron sus discípulos y le
dijeron: —Éste es un lugar apartado y
ya se hace tarde. Despide a la gente, para que vayan a los pueblos y
se compren algo de comer. —No tienen que irse —contestó Jesús—.
Denles ustedes mismos de comer. Ellos objetaron: —No tenemos aquí
más que cinco panes y dos pescados. —Tráiganmelos acá —les dijo
Jesús.
Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco
panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego par-
tió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a
la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos
recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron. Los que
comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a
los niños.
marzo 14
Mañana
93
• ¿Qué te impresiona más?
• Describe el milagro con un dibujo
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
C
uando ya anochecía, sus discípulos bajaron
al lago y subieron a una barca, y comenza-
ron a cruzar el lago en dirección a Caper-
naúm. Para entonces ya había oscurecido,
y Jesús todavía no se les había unido. Por
causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado. Habrían
remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se
acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. Pero
él les dijo: «No tengan miedo, que soy yo.» Así que se dispusieron
a recibirlo a bordo, y en seguida la barca llegó a la orilla adonde se
dirigían.
marzo 15
Mañana
94
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
L
uego regresó Jesús de la región de Tiro y se dirigió
por Sidón al mar de Galilea, internándose en la región
de Decápolis. Allí le llevaron un sordo tartamudo, y le
suplicaban que pusiera la mano sobre él.
Jesús lo apartó de la multitud para estar a solas con
él, le puso los dedos en los oídos y le tocó la lengua con sa-
liva. Luego, mirando al cielo, suspiró profundamente y le dijo:
«¡Efatá!» (que significa: ¡Ábrete!). Con esto, se le abrieron los oídos
al hombre, se le destrabó la lengua y comenzó a hablar normalmente.
Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se
lo prohibía, tanto más lo seguían propagando. La gente estaba suma-
mente asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los
sordos y hablar a los mudos.»
marzo 16
Mañana
95
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
E
n aquellos días se reunió de nuevo mucha gen-
te.Como no tenían nada que comer, Jesús llamó
a sus discípulos y les dijo:—Siento compasión
de esta gente porque ya llevan tres días conmi-
go y no tienen nada que comer. Si los despido
a sus casas sin haber comido, se van a desmayar por el camino, por-
que algunos de ellos han venido de lejos. Los discípulos objetaron:
—¿Dónde se va a conseguir suficiente pan en este lugar despobla-
do para darles de comer? —¿Cuántos panes tienen? —les preguntó
Jesús. —Siete — respondieron. Entonces mandó que la gente se sen-
tara en el suelo. Tomando los siete panes, dio gracias, los partió y se
los fue dando a sus discípulos para que los repartieran a la gente, y
así lo hicieron. Tenían además unos cuantos pescaditos. Dio gracias
por ellos también y les dijo a los discípulos que los repartieran. La
gente comió hasta quedar satisfecha. Después los discípulos recogie-
ron siete cestas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron
eran unos cuatro mil.
marzo 17
Mañana
96
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
C
uando llegaron a Betsaida, algunas perso-
nas le llevaron un ciego a Jesús y le roga-
ron que lo tocara. Él tomó de la mano al
ciego y lo sacó fuera del pueblo. Después
de escupirle en los ojos y de poner las
manos sobre él, le preguntó: —¿Puedes ver ahora?
El hombre alzó los ojos y dijo: —Veo gente; parecen
árboles que caminan. Entonces le puso de nuevo
las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: re-
cobró la vista y comenzó a ver todo con claridad.
marzo 18
Mañana
97
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
l día siguiente, cuando bajaron de la mon-
taña, le salió al encuentro mucha gente. Y
un hombre de entre la multitud exclamó:
—Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo,
pues es el único que tengo. Resulta que un
espíritu se posesiona de él, y de repente el mucha-
cho se pone a gritar; también lo sacude con violen-
cia y hace que eche espumarajos. Cuando
lo atormenta, a duras penas lo suelta. Ya les rogué a tus dis-
cípulos que lo expulsaran, pero no pudieron. — ¡Ah, genera-
ción incrédula y perversa! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuán-
do tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu
hijo. Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo
derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu
maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre. Y todos se que-
daron asombrados de la grandeza de Dios.
marzo 19
Mañana
98
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
U
n sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas,
y estaba allí una mujer que por causa de un demonio lleva-
ba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún
modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le
dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiem-
po, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y
empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sá-
bado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: —Hay
seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para
ser sanados, y no el sábado. — ¡Hipócritas! —le contestó el Señor—.
¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sába-
do, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo,
a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada
durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en
sábado?
marzo 20
Mañana
99
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
U
n día Jesús fue a comer a casa de un no-
table de los fariseos. Era sábado, así que
éstos estaban acechando a Jesús. Allí,
delante de él, estaba un hombre enfermo
de hidropesía. Jesús les preguntó a los
expertos en la ley y a los fariseos: —¿Está permiti-
do o no sanar en sábado? Pero ellos se quedaron
callados. Entonces tomó al hombre, lo sanó y lo
despidió. También les dijo: —Si uno de ustedes tie-
ne un hijo[a] o un buey que se le cae en un pozo,
¿no lo saca en seguida aunque sea sábado?
marzo 21
Mañana
100
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
U
n día, siguiendo su viaje a Jerusalén, Jesús pa-
saba por Samaria y Galilea. Cuando estaba por
entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez
hombres enfermos de lepra. Como se habían
quedado a cierta distancia, gritaron: — ¡Jesús,
Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes. Resultó que, mientras iban
de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó
alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de
Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano.— ¿Aca-
so no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están
los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios,
excepto este extranjero? Levántate y vete —le dijo al hombre—; tu fe
te ha sanado.
marzo 22
• ¿Qué te impresiona más?
Mañana
101
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
su paso, Jesús vio a un hombre que era
ciego de nacimiento. Y sus discípulos le
preguntaron: —Rabí, para que este hombre
haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus
padres? —Ni él pecó, ni sus padres —res-
pondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la
obra de Dios se hiciera evidente en su vida. Mien-
tras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió.
Viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras esté yo en el
mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro
con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego, diciéndole: —Ve y láva-
te en el estanque de Siloé (que significa: Enviado). El ciego fue y se
lavó, y al volver ya veía.
marzo 23
Mañana
102
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
su llegada, Jesús se encontró con que Lá-
zaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.
Cuando Marta supo que Jesús llegaba, fue
a su encuentro; pero María se quedó en la
casa. —Señor —le dijo Marta a Jesús—, si
hubieras estado aquí, mi hermano no habría muer-
to. Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas. —Tu
hermano resucitará —le dijo Jesús. Dicho esto, Marta regresó a la
casa y, llamando a su hermana María, le dijo en privado: —El Maestro
está aquí y te llama. Cuando María oyó esto, se levantó rápidamente y
fue a su encuentro. Cuando María llegó adonde estaba Jesús y lo vio,
se arrojó a sus pies…Al ver llorar a María y a los judíos que la habían
acompañado, Jesús se turbó y se conmovió profundamente. Conmo-
vido una vez más, Jesús se acercó al sepulcro. Era una cueva cuya
entrada estaba tapada con una piedra. —Quiten la piedra —ordenó
Jesús. Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: —Pa-
dre, te doy gracias porque me has escuchado…. Dicho esto, gritó con
todas sus fuerzas: — ¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas
en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. —Quí-
tenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús.
marzo 24
• ¿Qué te impresiona más?
Mañana
103
• Haz un resumen
Tarde
• ¿Cuál es este milagro?
S
ucedió que al acercarse Jesús
a Jericó, estaba un ciego sen-
tado junto al camino pidiendo
limosna. Cuando oyó a la mul-
titud que pasaba, preguntó
qué acontecía. —Jesús de Nazaret está
pasando por aquí —le respondieron. —
¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de
mí! —gritó el ciego. Los que iban delante lo reprendían para que se
callara, pero él se puso a gritar aún más fuerte: — ¡Hijo de David, ten
compasión de mí! Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuan-
do el ciego se acercó, le preguntó Jesús: — ¿Qué quieres que haga
por ti? —Señor, quiero ver. — ¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu
fe te ha sanado. Al instante recobró la vista. Entonces, glorificando a
Dios, comenzó a seguir a Jesús, y todos los que lo vieron daban ala-
banza a Dios.
marzo 25
• ¿Qué te impresiona más?
Mañana
Tarde
104
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
Y
uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la
oreja derecha.
— ¡Déjenlos! —ordenó Jesús. Entonces le tocó la oreja al
hombre, y lo sanó.
marzo 26
Mañana
105
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
l despuntar el alba Jesús se hizo pre-
sente en la orilla, pero los discípulos
no se dieron cuenta de que era él. —
Muchachos, ¿no tienen algo de comer?
—les preguntó Jesús.—No —respon-
dieron ellos. —Tiren la red a la derecha de la
barca, y pescarán algo. Así lo hicieron, y era
tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red.
—¡Es el Señor! —dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús amaba.
Tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se puso
la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua. Los otros discí-
pulos lo siguieron en la barca, arrastrando la red llena de pescados,
pues estaban a escasos cien metros[a] de la orilla. Al desembarcar,
vieron unas brasas con un pescado encima, y un pan. —Traigan al-
gunos de los pescados que acaban de sacar —les dijo Jesús. Simón
Pedro subió a bordo y arrastró hasta la orilla la red, la cual estaba
llena de pescados de buen tamaño. Eran ciento cincuenta y tres, pero
a pesar de ser tantos la red no se rompió.
marzo 27
• ¿Qué te impresiona más?
Mañana
106
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
H
abía en la sinagoga un hombre que es-
taba poseído por un espíritu maligno,
quien gritó con todas sus fuerzas:
—	 ¡Ah! ¿Por qué te entrometes,
Jesús de Nazaret? ¿Has venido a des-
truirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!
— ¡Silencio! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre! Entonces el
demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin ha-
cerle ningún daño. Todos se asustaron y se decían unos a otros:
« ¿Qué clase de palabra es ésta? ¡Con autoridad y po-
der les da órdenes a los espíritus malignos, y salen!»
Y se extendió su fama por todo aquel lugar.
marzo 28
Mañana
107
• ¿Qué te impresiona más?
• Haz un resumen
Tarde
• ¿Cuál es este milagro?
C
uando Jesús entró en casa de Pedro, vio a
la suegra de éste en cama, con fiebre. Le
tocó la mano y la fiebre se le quitó; luego
ella se levantó y comenzó a servirle. Al
atardecer, le llevaron muchos endemonia-
dos, y con una sola palabra expulsó a los espíritus,
y sanó a todos los enfermos. Esto sucedió para que
se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él car-
gó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores.»
marzo 29
Mañana
108
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
H
abía entre la gente una mujer que hacía doce
años padecía de hemorragias. Había sufrido
mucho a manos de varios médicos, y se había
gastado todo lo que tenía sin que le hubie-
ra servido de nada, pues en vez de mejorar, iba de mal en
peor. Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la
gente y le tocó el manto. Pensaba: «Si logro tocar siquiera su ropa,
quedaré sana.» Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de
que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción. Al momento tam-
bién Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que
se volvió hacia la gente y preguntó: —¿Quién me ha tocado
la ropa? —Ves que te apretuja la gente —le contestaron sus
discípulos—, y aun así preguntas: “¿Quién me ha tocado?”
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién lo
había hecho. La mujer, sabiendo lo que le había sucedido,
se acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le
confesó toda la verdad. — ¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo
Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.
marzo 30
Mañana
109
• ¿Qué te impresiona más?
Tarde
• Haz un resumen
• ¿Cuál es este milagro?
A
hora, hermanos, quiero recordarles el evan-
gelio que les prediqué, el mismo que recibie-
ron y en el cual se mantienen firmes. Median-
te este evangelio son salvos, si se aferran a
la palabra que les prediqué. De otro modo,
habrán creído en vano. Porque ante todo les transmití
a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros peca-
dos según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día
según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.
Después se apareció a más de quinientos hermanos
a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aun-
que algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo,
más tarde a todos los apóstoles, y por último, como a
uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a
mí.
marzo 31
110
• ¿Qué milagro bíblico que has estudiado es tu favorito?
• ¿Por qué?
• Da respuesta a la pregunta al inicio del mes: ¿Cuál es el más
impresionante?
• Dibuja el milagro bíblico favorito de este mes
Resumen del mes
Mañana
abril 1
113
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
J
osué le dijo al Señor en presencia de
todo el pueblo: ‘Sol, deténte en Gabaón,
luna, párate sobre Ayalón’ El sol se de-
tuvo y la luna se paró, hasta que Israel
se vengó de sus adversarios. Esto está
escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se
detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi
un día entero” (Josué 10:12,13).
Mañana
114
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
S
eñor, Dios de Abrahán, de Isaac
y de Israel, demuestra hoy que
tú eres el Dios de Israel y que yo
soy tu siervo, y que solamente
hago lo que tú me has ordena-
do hacer. ¡Respóndeme, Señor, respón-
deme! ¡Que tu pueblo reconozca que
tú, Señor, eres Dios, y que tú harás que
su corazón se vuelva a ti!’ En ese momento cayó fuego de parte del
Señor, y consumió el toro que allí se ofrecía, y la leña, las piedras,
y hasta el polvo, ¡y aun secó el agua que inundaba la zanja! Cuan-
do todos vieron esto, se arrodillaron y exclamaron: ‘¡El Señor es
Dios, el Señor es Dios!’” (1 Reyes 16:36-39).
abril 2
Mañana
115
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
P
or esta causa doblo mis rodillas ante
el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
de quien toma nombre toda familia en
los cielos y en la tierra, para que os
dé, conforme a las riquezas de su glo-
ria, el ser fortalecidos con poder en el hombre
interior por su Espíritu;…y de conocer el amor
de Cristo, que excede a todo conocimiento,
para que seáis llenos de toda la plenitud de
Dios” (Efesios 3:14-16, 19).
abril 3
Mañana
116
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
P
adre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en
el cielo, así también en la tierra. El
pan nuestro de cada día, dánoslo
hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros
deudores. Y no nos metas en tentación, mas
líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el
poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”
(Mateo 6:9-13).
abril 4
• ¿Qué piensas de esta petición?
Mañana
Tarde
117
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
E
ntonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del
pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste” (Jonás 2:1, 2)
abril 5
Mañana
118
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Y
	 oré a Jehová mi Dios e hice confesión
diciendo: Ahora, Señor, Dios grande,
digno de ser temido, que guardas el
pacto y la misericordia con los que te
aman y guardan tus mandamientos; he-
mos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos
hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos
hemos apartado de tus mandamientos y de tus
ordenanzas” (Daniel 9:4, 5).
abril 6
Mañana
119
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Y
	 después que di la carta de venta a Ba-
ruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo:
¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste
el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo exten-
dido, ni hay nada que sea difícil para ti” (Jeremías 36:16,
17).
abril 7
Mañana
120
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
R
espondió Job a Jehová, y dijo: Yo
conozco que todo lo puedes, Y que
no hay pensamiento que se escon-
da de ti. ¿Quién es el que oscurece
el consejo sin entendimiento? Por
tanto, yo hablaba lo que no
entendía; Cosas demasiado
maravillosas para mí, que yo
no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te pregunta-
ré, y tú me enseñarás” (Job 42:1-4).
abril 8
Mañana
121
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
P
ermanezca, pues, y sea engran-
decido tu nombre para siempre,
a fin de que se diga: Jehová de
los ejércitos, Dios de Israel, es
Dios para Israel. Y sea la casa
de tu siervo David firme delante de ti.
Porque tú, Dios mío, revelaste al oído
a tu siervo que le has de edificar casa;
por eso ha hallado tu siervo motivo para
orar delante de ti” (1 Crónicas 17:24, 25).
abril 9
Mañana
122
• ¿Qué piensas de esta petición?
• ¿Por qué?
Tarde
• ¿Quién pronuncio esta oración?
abril 10
Y
	 tomó Ezequías las cartas de mano
de los embajadores, y las leyó; y
subió a la casa de Jehová, y las ex-
tendió delante de Jehová. Entonces
Ezequías oró a Jehová, diciendo:
“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que
moras entre los querubines, sólo tú eres Dios
de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. In-
clina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira”
(Isaías 37:14-17).
Mañana
123
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
L
uego se puso Salomón delante
del altar de Jehová, en pre-
sencia de toda la congrega-
ción de Israel, y extendiendo
sus manos al cielo, dijo: Jeho-
vá Dios de Israel,
no hay Dios como
tú, ni arriba en los
cielos ni abajo en
la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a
tus siervos, los que andan delante de ti con todo
su corazón” (1 Reyes 18:22, 23).
abril 11
Mañana
124
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
E
ntonces quitaron la piedra de
donde había sido puesto el muer-
to. Y Jesús, alzando los ojos a lo
alto, dijo: Padre, gracias te doy
por haberme oído. Yo sabía que
siempre me oyes; pero lo dije por causa
de la multitud que está alrededor, para
que crean que tú me has enviado. Y ha-
biendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que
había muerto salió...” (Juan 11:41-44).
abril 12
Mañana
125
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
L
e dijo Eliseo a su
siervo: No tengas
miedo, porque
más son los que
están con noso-
tros que los que están
con ellos. Y oró Eliseo y
dijo: Te ruego, oh Je-
hová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los
ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gen-
te de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo” (2 Reyes
6:16, 17).
abril 13
Mañana
126
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
C
uando llegó la hora de ofrecerse
el holocausto, se acercó el profeta
Elías y dijo: Jehová Dios de Abra-
ham, de Isaac y de Israel, sea hoy
manifiesto que tú eres Dios en Is-
rael, y que yo soy tu siervo, y por mandato
tuyo he hecho todas estas cosas. Respónde-
me, Jehová, respóndeme, para que conozca
este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios,
y que tú vuelves a tí el corazón de ellos” (2 Reyes 18:36, 37).
abril 14
Mañana
127
• ¿Qué piensas de esta petición?
• ¿Por qué?
Tarde
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Y
ellos, habiéndolo oído, alzaron unáni-
mes la voz, y dijeron: Soberano Señor,
tú eres el Dios que hiciste el cielo y la
tierra,… Y ahora, Señor, mira sus ame-
nazas, y concede a tus siervos que
con todo denuedo hablen tu palabra, mientras
extiendes tu mano para que se hagan sanida-
des y señales y prodigios mediante el nombre
de tu santo Hijo Jesús.
Cuando hubieron orado el lugar tembló; y
todos fueron llenos del Espíritu Santo y habla-
ban con denuedo la palabra de Dios” (Hechos
4:23, 28-31).
abril 15
Mañana
128
• ¿Qué piensas de esta petición?
• ¿Por qué?
Tarde
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Y
endo hacia adelante, se postró sobre su rostro,
orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase
de mí esta copa; pero no sea como yo quiero sino
como tú. Otra vez fue y oró por segunda vez, di-
ciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta
copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad” (Mateo
26:39, 42).
abril 16
Mañana
129
• ¿Qué piensas de esta petición?
• ¿Por qué?
Tarde
• ¿Quién pronuncio esta oración?
abril 17
A
Tí, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te
alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza,
y ahora me has revelado lo que te pedimos;
pues nos has dado a conocer el asunto del
rey” (Daniel 2:23).
Mañana
130
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
E
n aquellos días Ezequías enfermó de muerte.
Y vino a él el profeta Isaías y le dijo:
Jehová dice así: Ordena tu casa, porque mo-
rirás y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su
rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y
dijo: Oh, Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que
he andado delante de tí en verdad y con íntegro cora-
zón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante
de tus ojos” (Isaías 38:1-4).
abril 18
Mañana
131
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
C
on amargura de alma oró a Jehová,
y lloró abundantemente e hizo voto
diciendo: Jehová de los Ejércitos,
si te dignares mirar a la aflicción de
tu sierva, y te acordares de mí, y no
te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu
sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová
todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. El-
cana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
...Dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por
cuanto lo pedí a Jehová” (1 Samuel 1:11,19, 20).
abril 19
Mañana
132
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
A
ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los
cielos. He aquí, como los ojos de los
siervos miran a la mano de sus seño-
res, Y como los ojos de la sierva a la
mano de su señora,
Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro
Dios, Hasta que tenga misericordia de noso-
tros” (Salmo 123:1, 2).
abril 20
Mañana
133
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Y
clamando a Jehová, dijo: Jehová, Dios
mío, ¿aún a la viuda en cuya casa estoy
hospedado has afligido, haciéndole morir
su hijo? Y se tendió sobre el niño tres ve-
ces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová, Dios
mío, te ruego que hagas volver el alma de este
niño a él. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma
del niño volvió a él, y revivió” (1 Reyes 17:17-22).
abril 21
Mañana
134
• ¿Qué piensas de esta petición?
• ¿Por qué?
Tarde
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Y
se le apareció Jehová a Salomón en
Gabaón una noche en sueños, y le
dijo Dios: Pide lo que quieras que yo
te dé. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran
misericordia a tu siervo David mi pa-
dre, porque él anduvo delante de ti en verdad,
en justicia, y con rectitud de corazón para
contigo; y tú le has reservado esta tu gran
misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como
sucede en este día…. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para
juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; por-
que ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó
delante del Señor que Salomón pidiese esto” (1 Reyes 3:5,6, 9, 10).
abril 22
Mañana
135
• ¿Qué piensas de esta petición?
• ¿Por qué?
Tarde
• ¿Quién pronuncio esta oración?
Q
ue Dios nuestro Padre y el Señor Je-
sucristo les concedan gracia y paz.
Jesucristo dio su vida por nuestros
pecados para rescatarnos de este
mundo malvado, según la voluntad de
nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por
los siglos de los siglos. Amén” (Gálatas 1:3-5).
abril 23
Mañana
136
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
A
sí que mi Dios les proveerá de todo
lo que necesiten, conforme a las
gloriosas riquezas que tiene en
Cristo Jesús. A nuestro Dios y Pa-
dre sea la gloria por los siglos de
los siglos. Amén” (Filipenses 4:19,
20).
abril 24
Mañana
137
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
A
unque la higuera no dé renue-
vos, ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del oli-
vo, y los campos no produzcan
alimentos; aunque en el apris-
co no haya ovejas, ni ganado alguno
en los establos; aun así, yo me regoci-
jaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios,
mi libertador!” (Habacuc 3:17, 18).
abril 25
Mañana
138
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
S
i a alguno de ustedes le falta
sabiduría, pídasela a Dios, y él
se la dará, pues Dios da a to-
dos generosamente sin menos-
preciar a nadie. Pero que pida
con fe, sin dudar, porque quien duda
es como las olas del mar, agitadas y
llevadas de un lado a otro por el viento.
Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es
indeciso e inconstante en todo lo que hace” (Santiago 1:5-8).
abril 26
Mañana
139
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
A
labado sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, Padre misericordioso
y Dios de toda consolación, quien nos
consuela en todas nuestras tribulaciones
para que con el mismo consuelo que de
Dios hemos recibido, también nosotros podamos
consolar a todos los que sufren. Pues así como participamos abun-
dantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de
él tenemos abundante consuelo” (1 Corintios 1:3-5).
abril 27
Mañana
140
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
A
tiende, Señor, a mis palabras; toma en cuenta
mis gemidos. Escucha mis súplicas, rey mío y
Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria.
Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor;
por la mañana te presento mis ruegos, y que-
do a la espera de tu respuesta” (Salmo 5:1-3).
abril 28
Mañana
141
• ¿Qué piensas de esta petición?
Tarde
• ¿Por qué?
• ¿Quién pronuncio esta oración?
C
rea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y re-
nueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes
de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación; que
un espíritu obediente me sostenga” (Salmo
51:10-12).
abril 29
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
Amor a la Verdad
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Amor a la Verdad
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  • 6. Copyright © 2015 International Missionary Society, Seventh-day Adventist Church, Reform Move- ment, General Conference P.O. Box S Cedartown, GA 30125 USA Autores: E. G. White (Patriarcas y Profetas e Historia de la Redención) y R. Orce Sotomayor Compilado por Raquel Orce Sotomayor Revisión de Contenido a cargo del Departamento Ministerial de la Asociación General Diseñado por Miriam Arostegui, Alexander Najarro y Departamento de Familia de la Asociación General Copyright © 2015 Family Department 625 West Avenue Cedartown, GA 30125 USA Tel.: (+1) 770- 748 0077 / Fax (+1) 770-748 0095 e-Mail:family@sda1844.org Web site: www.smifamilia1844.com Todos los derechos reservados. Queda terminantemente prohibido copiar, reproducir, difundir, publicar o modificar cualquier material incluido en esta obra o en cualquier soporte derivado del mismo sin previo consentimiento expreso y escrito del poseedor de los derechos
  • 7. INTRODUCCION E n su sabiduría el Señor ha decretado que la familia sea el mayor agente educativo. En el hogar es donde ha de empezar la educación del niño. Allí está su primera escuela. Allí, con sus padres como maestros, debe aprender las lecciones que han de guiarlo a través de la vida: lecciones de respeto, obediencia, reverencia, dominio propio... ¡Cuán importante es, pues, la escuela del ho- gar!... La cultura del alma, que da pureza y elevación a los pensamientos y fragancia a las palabras y los actos, requiere el esfuerzo más esmerado. Requiere paciencia para mantener todo mal motivo apartado del jardín del corazón. En ningún caso debe descuidarse la prepara- ción espiritual; porque “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Salmos 111:10.... La Biblia debería ser el primer libro de texto del niño. De este libro, los padres han de dar sabias instrucciones. La Palabra de Dios ha de constituir la regla de la vida. De ella los niños han de aprender que Dios es su Padre; y de las hermosas lecciones de su Palabra han de adquirir un conocimiento de su carácter. Por la inculcación de sus principios, deben aprender a hacer justicia y juicio.... Padres, sean sencillas las instrucciones que dais a vuestros hijos, y aseguraos que las comprendan claramente. Las leccio- nes que aprendéis de la Palabra, debéis presentarlas a sus mentes juveniles con tal claridad, que no puedan dejar de com- prenderlas. Por sencillas lecciones saca- das de la Palabra de Dios y de su propia experiencia, podéis enseñarles a conformar su vida a la norma más alta. Aun en la infancia y la adolescencia pueden aprender a vivir vidas llenas de reflexión y fervor, vidas que den una rica mies de bien. (Consejos para Maestros, Padres y Alumnos, pág. 105). El Departamento de Familia de la Asociación General
  • 8.
  • 9. indice Enero...............................................1 1 Febrero............................................45 Marzo.............................................77 Abril..............................................1 1 1 Mayo.............................................145 Junio.............................................179 Julio.............................................213 Agosto.........................................247 Septiembre....................................281 Octubre.........................................315 Noviembre.....................................349 Diciembre.....................................383
  • 10.
  • 12.
  • 13. Mañana Tarde Enero 1 13 L a santa pareja vivía muy dichosa en el Edén. Tenía dominio ilimitado sobre todos los seres vivientes. El león y el cordero jugueteaban pa- cífica e inofensivamente a su alrededor, o se tendían a dormitar a sus pies. Aves de todo color y plumaje revoloteaban entre los árboles y las flores, y en torno de Adán y Eva, mientras sus melodiosos cantos resonaban entre los árboles en dulce acuerdo con las alabanzas tributadas a su Creador. • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Quién soy? A dán y Eva estaban encantados con las bellezas de su hogar edéni- co. Se deleitaban con los pequeños cantores que los rodeaban re- vestidos de brillante y primoroso plumaje, que gorjeaban su melodía alegre y feliz. La santa pareja unía sus voces a las de ellos en armo- niosos cantos de amor, alabanza y adoración al Padre y a su Hijo amado, por las muestras de amor que la rodeaban. Reconocían el orden y la armonía de la creación que hablaban de un conocimiento y una sabiduría infi- nitos. Continuamente descubrían en su edénica morada alguna nueva belleza, alguna gloria adicional, que henchía sus corazones de un amor más profundo, y arrancaba de sus labios expresiones de gratitud y reverencia a su Creador.
  • 14. Mañana 14 • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Quién soy? Enero 2 Tarde S et era un personaje respetable, y debía ocupar el lugar de Abel en lo que se refiere a la rectitud. Pero era tan hijo de Adán como el pecador Caín, y no había heredado de la naturaleza de éste más bondad natural de la que aquél había recibido. Nació en pecado, pero por la gracia de Dios, y al aceptar las fieles instrucciones de su padre Adán, honró a Dios pues hizo su voluntad. Se apartó de los descendientes corruptos de Caín y trabajó, como lo habría hecho Abel si hubiera vivido, para inducir a los pecado- res a reverenciar y obedecer al Señor.
  • 15. Mañana 15 • ¿Qué puedes aprender de mí? Tarde • ¿Quién soy? Enero 3 E noc era santo. Sirvió a Dios con corazón indiviso. Se dio cuenta de la corrupción de la familia humana y se apartó de los descendientes de Caín a quienes reprendió por su gran maldad. Había en la tierra quie- nes reconocían al Señor, lo temían y lo adoraban. Pero el justo Enoc se sentía tan perturbado por la creciente maldad de los impíos, que no se relacionaba con ellos cada día, por temor de verse afectado por su infidelidad y que sus pensamientos no siempre se dirigieran a Dios con la santa reveren- cia que merecía su carácter excelso.
  • 16. Mañana 16 Tarde • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 4 M ás de cien años antes del diluvio el Señor envió un ángel al fiel Noé para hacerle saber que no tendría más misericordia de los miem- bros de la raza corrupta. Pero no quería que ignoraran su propósito. Instruiría a Noé y lo transformaría en un fiel predicador para advertir al mundo acerca de la destrucción que se avecinaba, a fin de que los habitantes de la tierra no tuvieran excusa. El patriarca debía predicar a la gente, y también construir un arca según las indicaciones de Dios para salva- ción de sí mismo y su familia. No sólo debía predicar, sino que su ejemplo al construir el arca habría de convencer a todos que creía lo que predicaba. • ¿Quién soy? N oé y su familia no estaban solos al temer y obedecer a Dios. Pero el patriarca era el más piadoso y santo de todos los hombres de la tie- rra, y a él preservó Dios para que llevara a cabo su voluntad al cons- truir el arca y advertir al mundo acerca de su próxima condenación.
  • 17. Mañana 17 Tarde • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 5 • ¿Quién soy? E l Señor escogió a Abrahán para que cum- pliera su voluntad. Se le indicó que aban- donara su nación idólatra y se separara de sus familiares. Dios se le había revelado en su juventud y le había dado entendimien- to preservándolo de la idolatría. Había planeado hacer de él un ejemplo de fe y verdadera devo- ción para su pueblo que más tarde viviera sobre la tierra. Su carácter se destacaba por su integridad, su generosidad y su hos- pitalidad. Imponía respeto puesto que era un poderoso príncipe de su pueblo. Su reverencia y amor a Dios y su estricta obediencia a su voluntad le ganaron el reconocimiento de sus siervos y vecinos. Su piadoso ejemplo y su conducta correcta, junto con las fieles instrucciones que impartía a sus siervos y a toda su familia, los indujo a temer, amar y reverenciar al Dios de Abrahán.
  • 18. Mañana 18 E l caso de Isaac está registrado como ejemplo a seguir por los hijos de las generaciones posteriores, especialmente de los que profesan temer a Dios. La conducta seguida por Abrahán en la educación de Isaac, que lo indujo a vivir una existencia de noble obediencia, está registra- da también en beneficio de los padres y debiera inducirlos a orde- nar su casa después de sí. Debieran instruir a sus hijos para que se sometan a su autoridad y la respeten, y debieran comprender que descansa sobre ellos la responsabilidad de guiar los afectos de sus hijos para que los pongan en personas que según su juicio les indi- ca van a ser compañeros adecuados para sus hijos e hijas. Tarde Enero 6 • Dibuja al personaje bíblico.
  • 19. Mañana 19 • ¿Quién soy? D ios conoce el fin desde el principio. Sabía, antes que Jacob y Esaú nacieran, qué clase de carácter iba a desarrollar cada uno. Sabía que Esaú no tendría un corazón inclinado a obede- cerle. Contestó la ansiosa oración de Rebeca y le informó que tendría dos hijos, y que el mayor serviría al menor. Le presentó la historia futura de sus hijos, y le dijo que serían dos naciones, una mayor que la otra, y que el mayor serviría al me- nor. El primogénito disponía de ciertas ventajas especiales y privilegios particulares que no le correspondían a ningún otro miembro de la familia. • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 7 Tarde
  • 20. Mañana 20 Enero 8 Tarde J osé escuchaba las instrucciones de su padre y temía al Señor. Era más obediente a sus justas enseñanzas que cualquiera de sus hermanos. Atesoraba sus instruccio- nes y amaba y obedecía a Dios con integridad de cora- zón. Se sentía apenado por la conducta errónea de al- guno de ellos, y con mansedumbre les aconsejaba que se portaran bien y abandonaran sus malas acciones. Esto sólo los exasperaba. José aborrecía el pecado de tal manera que no podía soportar que sus hermanos pecaran contra Dios. Informó del asunto a su padre con la esperanza de que su autoridad contribuyera a reformarlos. Esta presentación de sus errores enfureció a sus hermanos. • Dibuja al personaje bíblico.
  • 21. Mañana 21 • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Quién soy? Tarde Enero 9 S u madre lo ocultó tanto como pudo ya que no dis- ponía de ningún medio de protección. Entonces preparó una barquilla con juncos, y la calafateó con asfalto y brea, para que el agua no penetrara, y la puso a la orilla del río mientras su hermana permanecía por las inmediaciones aparentando indiferencia. Ella observaba ansiosamente, sin embargo, para ver qué ocurriría con su hermanito. Los ángeles también estaban vigilando para que ningún mal sobreviniera al desamparado niño, que había sido encomendado al cuidado de Dios por una madre afectuosa mediante fervientes oraciones mezcladas con lágrimas. • ¿Cuándo viví?
  • 22. Mañana 22 • ¿Quién soy? Tarde Enero 10 G racias a su perspicacia Jetro pronto se dio cuenta que las cargas que recaían sobre Moisés eran demasiado grandes, puesto que la gente le traía todos sus problemas, y él los instruía con respecto a los estatutos y a la ley de Dios. Dijo a Moisés: “Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las or- denanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo. • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Cuándo viví?
  • 23. Mañana 23 Enero 11 Tarde • Dibuja a los dos amigos. C aleb y Josué trataron de lograr que se los escuchara, pero la gente estaba tan excitada que no podía tener la calma suficiente para oír a estos dos hombres. Cuando se tranquilizaron un poco Caleb se aventuró a hablar. Dijo a la gente: “Subamos luego, y tomemos po- sesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos”. Pero los hombres que fueron con ellos dijeron: “No podremos subir contra aquel pue- blo, porque es más fuerte que nosotros”. Y siguieron repitiendo su mal informe, y afirmaron que todos los hombres eran de elevada estatura.
  • 24. Mañana 24 • ¿Qué puedes aprender de mí? Tarde Enero 12 • ¿Qué hice? C uando Josué se apartó de los ejércitos de Israel para meditar y pedir a Dios que su presencia lo acompañara de una manera especial, vio a un hom- bre de elevada estatura, revestido de atuendos mi- litares, con una espada desnuda en la mano. Josué no estaba seguro si pertenecía o no a los ejércitos de Israel, pero tampoco parecía enemigo. En su celo se aproximó a él y le dijo: “¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo”. • ¿Quién soy?
  • 25. Mañana 25 • ¿Qué puedes aprender de mí? Tarde Enero 13 • ¿Quién soy? D e Silo, Ana regresó tranquilamente a su ho- gar en Ramá, dejando al niño Samuel para que, bajo la instrucción del sumo sacerdo- te, se le educara en el servicio de la casa de Dios. Desde que el niño diera sus prime- ras muestras de inteligencia, la madre lo había enseñado a amar y reveren- ciar a Dios, y a considerarse a sí mismo como del Señor. Por medio de todos los objetos familiares que lo rodeaban, ella había tratado de dirigir sus pensa- mientos hacia el Creador. Cuando se separó de su hijo no cesó la solicitud de la madre fiel por el niño. Era el tema de las oraciones diarias de ella. T odos los años le hacía con sus propias manos un manto para su servicio; y cuando subía a Silo a adorar con su mari- do, entregaba al niño ese recordatorio de su amor. Mientras la madre tejía cada una de las fibras de la pequeña prenda rogaba a Dios que su hijo sea puro, noble, y leal. No pedía para él grandeza terrenal, sino que solicitaba fervorosamente que pudie- ra alcanzar la grandeza que el cielo aprecia, que honrara a Dios y bene- ficiara a sus conciudadanos.
  • 26. Mañana 26 Tarde • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 14 odas estas cosas provocaban inquietud en el que había sido ungido para ser rey de Israel. Pero cuando se sentía absorto en profunda meditación, y atribulado por pensamientos de ansie- dad, echaba mano a su arpa y producía acordes que elevaban su mente al Autor de todo lo bueno, y se disipaban las nubes os- curas que parecían entenebrecer el horizonte del futuro. • ¿Quién soy? D avid crecía en favor ante Dios y los hombres. Había sido educado en los caminos del Señor, y ahora dedicó su corazón más plenamente que nunca a hacer la voluntad de Dios. Tenía nuevos temas en que pensar. Había estado en la cor- te del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había descubierto algunas de las tentaciones que asediaban el alma de Saúl, y había penetrado en algunos de los misterios del carácter y el trato del primer rey de Israel. Había visto la gloria real ensom- brecida por una nube oscura de tristeza, y sabía que en su vida privada la casa de Saúl distaba mucho de tener felicidad.
  • 27. Mañana 27 • ¿Qué puedes aprender de mí? Tarde Enero 15 M ediante un pacto, Jonatán y David se comprometieron a estar uni- dos como hermanos; y el hijo del rey “se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a David, así como otras ropas suyas, su espada, su arco y su cinturón”. A David se le confiaron responsabilidades importantes; sin embargo conservó su modestia y se ganó el afecto del pueblo así como también el de la casa real. • ¿Quién soy? J onatán, que por nacimiento era heredero del trono, sabía que había sido privado de él por decreto divino; sin embargo, fue el más tierno y fiel amigo de David, su rival, y lo protegió a riesgo de su vida; fue fiel a su padre durante los días sombríos de la decadencia de su poder, y cayó al fin a su lado. El nombre de Jonatán está registrado en el cielo, y en la tierra es un testigo de la existencia y el poder del amor abnegado. Después de la muerte de Goliat, Saúl retuvo a David consigo y rehusó permitirle que volviera a la casa de su padre. Y sucedió que “el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo”.
  • 28. 28 Tarde Mañana Enero 16 • Dibuja al personaje bíblico. S obre todos los bienes terrenales, el rey deseaba sabiduría y entendimiento para realizar la obra que Dios le había dado. Anhelaba tener una mente des- pierta, un corazón grande, y un espíritu tierno. Esa noche el Señor apareció a Salomón en un sueño y le dijo: “Pide lo que te he de dar.” En respuesta, el joven e inexperto gobernante expresó su sentimiento de incapacidad y su deseo de ayuda. Dijo: “Tú has hecho para con tu siervo David, mi padre, gran merced, así como él anduvo delante de tu rostro con fidelidad y en justicia, y en rectitud de corazón para contigo; y le has guardado esta gran merced de darle un hijo que se siente sobre su trono, como parece hoy.
  • 29. Mañana 29 • ¿Qué puedes aprender de mí? Tarde Enero 17 ero Daniel no vaciló. Apreciaba más la aprobación de Dios que el favor del mayor potentado de la tierra, aun más que la vida misma. Resolvió permanecer firme en su integridad, cualesquiera fuesen los resultados. “Propuso en su corazón de no contaminarse en la ración de la comida del rey, ni en el vino de su beber.” Esta resolución fué apoyada por sus tres compañeros. • ¿Quién soy? D aniel lo hubiese deseado, podría haber hallado en las circunstan- cias que le rodeaban una excusa plausible por apartarse de hábi- tos estrictamente temperantes. Podría haber argüído que, en vista de que dependía del favor del rey y estaba sometido a su poder, no le quedaba otro remedio que comer de la comida del rey y beber de su vino; porque si seguía la enseñanza divina no podía menos que ofender al rey y probablemente perdería su puesto y la vida, mientras que si despre- ciaba el mandamiento del Señor, conservaría el favor del rey y se aseguraría ventajas intelectuales y perspectivas halagüeñas en este mundo.
  • 30. Mañana 30 Tarde • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 18 S u piadoso ejemplo y su incansable actividad inspiraban a muchos jóvenes promisorios a entregarse totalmente a la obra del ministerio. A medida que el tiempo transcurría, la influencia del apóstol como educador y dirigente aumentaba; y aun cuando nunca abandonó sus cargas relacionadas con su trabajo especial por los judíos, dió su testimonio también en muchos países y fortaleció la fe de multitudes en el Evangelio. • ¿Quién soy? D urante su ministerio, Pedro veló fielmente sobre el rebaño enco- mendado a su cuidado, y así demostró que era digno de la carga y responsabilidad que el Salvador había puesto sobre él. Siempre exaltaba a Jesús de Nazaret como la esperanza de Israel, y el Sal- vador de la humanidad. Imponía a su propia vida la disciplina del Obrero maestro. Por todos los medios a su alcance procuraba educar a los creyentes para el servicio activo.
  • 31. Mañana Tarde 31 D urante veinte años, los israelitas gimieron bajo el yugo opresor. En- tonces se volvieron de su idolatría, y con humildad y arrepentimien- to clamaron a Dios por su liberación. Y no clamaron en vano. En ese tiempo moraba en Israel una ilustre mujer conocida por su piedad; se llamaba Débora, y Dios eligió liberar a su pueblo mediante ella. Era conocida como profetisa, y en ausencia de los magistrados regulares, la gente iba a ella para buscar consejo y justicia. • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 19 D ébora celebró el triunfo de Israel con un canto sublime y apasionado. En él, le dio a Dios toda la gloria por su liberación, y llamó al pueblo a alabarlo por sus maravillosas obras. Alertó a los reyes y príncipes de las naciones vecinas acer- ca de lo que había hecho Dios por su pueblo, y los previno de no intentar dañarlos. Mostró que el honor y el poder per- tenecen a Dios, y no a los hombres o a sus ídolos. Recordó las majestuosas manifestaciones del poder divino en el Sinaí. Con un lenguaje exuberante, comparó la indefensa y angustiante condición de Israel bajo la opresión de sus enemigos, con la gloriosa historia de su liberación. • ¿Quién soy?
  • 32. Mañana 32 Tarde Enero 20 • Dibuja al personaje bíblico. L os acontecimientos que se produjeron en rápida sucesión: la aparición de Es- ter ante el rey, el señalado favor que le manifestó, los banquetes del rey y la reina con Amán como único invitado, el sueño perturbado del rey, los honores tributa- dos en público a Mardoqueo y la humillación y caída de Amán al ser descubierta su perversa maquinación, son todos partes de una historia conocida. Dios obró admirablemente en favor de su pueblo penitente; y un contradecreto promulgado por el rey, para per- mitir a los judíos que pelearan por su vida, se comunicó rápidamente a todas partes del reino por correos montados, que “salieron a toda prisa por la orden del rey [...]. Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos”.
  • 33. Mañana 33 Tarde • ¿En qué se diferenciaban? Enero 21 • ¿Quiénes son? A unque estaba fatigado, Jesús continuó con la instrucción que había estado dando a sus discí- pulos en el camino, acerca de las calificaciones necesarias para el reino de los cielos. La paz de Cristo descansó sobre el hogar de estos herma- nos. Marta estaba ansiosa por brindar toda la comodidad a sus huéspedes, mientras María, arrobada por las pa- labras que Jesús dirigía a sus discípulos, consideró que era una oportunidad dorada la que tenía de conocer me- jor la doctrina de Cristo. Entrando silenciosamente a la habitación en la que Cristo estaba, se sentó silenciosamente a sus pies y absorbía con fervor cada palabra que salía de sus labios.
  • 34. Mañana 34 Tarde Enero 22 • ¿Quién soy? E n Jope había una mujer llamada Dorcas, cuyos hábiles dedos perma- necían más activos que su lengua. Ella sabía quién necesitaba ropa cómoda y quién necesitaba asistencia, y generosamente atendía las necesidades de ambos grupos. Y cuando Dorcas falleció, la iglesia en Jope se dio cuenta de su pérdida. Con razón se pusieron de luto y se lamentaron y derramaron cálidas lágrimas sobre el cuerpo inerte. Ella era de tan alto valor que por medio del poder de Dios fue regresada del país del enemigo, con el fin de que su destreza y energía pudieran todavía ser una bendición para los demás. • ¿Qué hice? • ¿Cuándo viví?
  • 35. Mañana 35 Tarde • ¿Qué hice? Enero 23 • ¿Quién soy? L idia era una comerciante en Tiatira, que vendía costosas prendas de púrpura. Era una adoradora del verdadero Dios, y ofre- ció hospitalidad a los discípulos. “Y un sábado”, continúa Lucas, “salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía ha- cerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo, y el Señor abrió el corazón de ella”. Lidia recibió alegremente la verdad. Ella y su familia se convirtieron y bautizaron, y rogó a los apóstoles que se hospedaran en su casa. • ¿A quién conocí?
  • 36. Mañana 36 Enero 24 A quila y Priscila no fueron llamados a dedicar todo su tiempo al ministerio del evangelio; sin embargo, estos humildes artesanos fueron usados por Dios para enseñar más perfec- tamente a Apolos el camino de la verdad. El Señor emplea diversos instrumentos para el cumplimiento de su propósito; mientras algu- nos con talentos especiales son escogidos para dedicar todas sus energías a la obra de enseñar y predicar el evangelio, muchos otros, a quienes nunca fueron impuestas las manos humanas para su ordena- ción, son llamados a realizar una parte importante en la salvación de las almas. Tarde • ¿Qué hice? • ¿Quién soy? • ¿A quién conocí?
  • 37. Mañana 37 • ¿Qué aprendes de mí? • ¿Qué hice? Enero 25 A temprana edad María había revelado su fuerza de carácter, cuando siendo niña vigiló a la orilla del Nilo el cesto en que estaba escondido el niño Moisés. Su dominio propio y su tacto habían con- tribuido a salvar la vida del libertador del pueblo. Ricamente dotada en cuanto a la poesía y la música, Ma- ría había dirigido a las mujeres de Israel en los cantos de alabanza y las danzas en las playas del Mar Rojo. Ocupa- ba el segundo puesto después de Moisés y Aarón en los afectos del pueblo y los honores otorgados por el cielo. Tarde • ¿Quién soy?
  • 38. Mañana 38 Tarde • ¿Qué puedes aprender de mí? Enero 26 • ¿Quién soy? J ocabed era mujer y esclava. Su destino en la vida era humilde, y su carga pesada. Sin em- bargo, el mundo no ha recibido beneficios ma- yores mediante ninguna otra mujer, con excep- ción de María de Nazaret. Sabiendo que su hijo había de pasar pronto de su cuidado al de aquellos que no conocían a Dios, se esforzó con más fervor aun para unir su alma con el cielo. Trató de implantar en su corazón el amor y la lealtad a Dios. Y esa obra fue llevada a cabo fielmente. Ninguna influencia posterior pudo inducir a Moisés a renunciar a los principios de la verdad que eran el centro de la enseñanza de su madre.
  • 39. Mañana 39 Tarde Enero 27 E n su trabajo, Timoteo buscaba constantemente el consejo y la instruc- ción de Pablo. No actuaba por impulso, sino con reflexión y sereni- dad... El Espíritu Santo encontraba en él uno que podía ser amoldado y modelado como un templo para la morada de la divina Presencia. Las lecciones de la Biblia, al entretejerse en la vida diaria, tienen una profunda y perdurable influencia en el carácter. Estas lecciones las aprendía y practicaba Timoteo. P ablo amaba a Timoteo porque Timoteo amaba a Dios. Su conocimiento inteli- gente de la piedad experimental y de la verdad le daba distinción e influencia. La piedad y la influencia de su vida hoga- reña no eran de baja categoría, sino puras, sen- satas, y no corrompidas por falsos sentimientos... La Palabra de Dios era la regla que guiaba a Ti- moteo... Su mente se espaciaba en las ideas del orden más elevado posible. Quienes lo instruían en su hogar cooperaban con Dios al educar a ese joven para soportar las cargas que le serían impuestas a temprana edad. • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Quién soy?
  • 40. Mañana 40 Tarde Enero 28 • Dibuja al personaje bíblico. E n su infancia, Jesús hizo las obras de un niño obe- diente. Hablaba y actuaba con la sabiduría de un niño, y no de un hombre, honrando a sus padres, y ejecutando sus deseos en forma servicial, según la capacidad de un niño. Pero en cada etapa de su desarrollo fue perfecto, con la gracia sencilla y natural de una vida sin pecado. El relato sagrado dice de su infancia lo siguiente: “Y el niño crecía, y fortalecíase, y se henchía de sabiduría; y la gra- cia de Dios era sobre él”. Y acerca de su juventud tenemos registrado: “Y Je- sús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres”.
  • 41. Mañana 41 Tarde Enero 29 U n ángel guió a Felipe a uno que anhelaba luz y estaba dispuesto a recibir el Evangelio. Hoy también, los ángeles guiarán los pasos de aquellos obreros que consientan en que el Espíritu Santo santifique sus lenguas y refine y ennoblezca sus corazones. El que mandó a Felipe al eunuco etíope; que envió a Pedro al cen- turión romano; y la pequeña israelita en auxilio de Naamán, el capitán sirio, también envía hoy, como representantes suyos, a hombres, mujeres y jóve- nes, para que vayan a los que necesitan ayuda y dirección divinas. E ste etíope simboliza una numerosa clase de personas que necesita ser enseñada por misioneros como Felipe, esto es, por hombres que escuchen la voz de Dios y vayan adonde él los envíe. Muchos leen las Escrituras sin comprender su verdadero sen- tido. En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados en él. • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Quién soy?
  • 42. Mañana 42 Tarde Enero 30 P or encima del clamor de los sacerdotes y rabinos y las voces de bienvenida de la multitud, el inexpresado deseo del principal de los publicanos habló al corazón de Jesús. Repentinamente, bajo el si- cómoro, un grupo se detuvo, la compañía que iba adelante y la que iba atrás hicieron alto, y miró arriba Uno cuya mirada parecía leer el alma. Casi dudando de sus sentidos, el hombre que estaba en el árbol oyó las palabras: “Zaqueo, date priesa, desciende, porque hoy es necesario que pose en tu casa.” L as calles estaban atestadas, y Zaqueo, que era de poca estatura, no iba a ver nada por encima de las cabezas del gentío. Nadie le daría lugar; así que, corriendo delante de la multitud hasta donde un frondoso sicómoro extendía sus ramas sobre el camino, el rico recau- dador de impuestos trepó a un sitio entre las ramas desde donde podría examinar a la procesión que pasaba abajo. Mientras el gentío se aproximaba en su recorrido, Zaqueo escudriñaba con ojos anhelan- tes para distinguir la figura de Aquel a quien ansiaba ver. • ¿Qué puedes aprender de mí? • ¿Quién soy?
  • 43. Mañana 43 Tarde Enero 31 E ntre la multitud de los rescatados están los apóstoles de Cristo, el heroi- co Pablo, el ardiente Pedro, el amado y amoroso Juan y sus hermanos de corazón leal, y con ellos la inmensa hueste de los mártires. • ¿Qué hice? • ¿Quién soy? • ¿Qué aprendes de mí? • Dibuja tu personaje bíblico preferido.
  • 44. 44 Resumen del mes • ¿Qué personaje bíblico que has estudiado es tu favorito? • ¿Por qué? • Da respuesta a la pregunta al inicio del mes: ¿Quién eres? • Dibuja a tu personaje bíblico favorito de este mes.
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  • 47. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde febrero 1 47 • ¿Qué te gusta más de este animal? La paloma ”Sed…sencillos como palomas” (Mateo 10:16). L a paloma es un ave muy servicial, pues la primera vez que las Sa- gradas Escrituras nos hablan de ella es cuando realizó una tarea muy importante. Cuando la tierra se encontraba llena de agua y Noé y su familia, los únicos supervivientes del diluvio, deseaban saber si había algún lugar seco enviaron una paloma, aunque antes habían enviado un cuervo. La primera vez que envió la paloma, ésta regresó al arca, por- que la tierra aún estaba llena de agua y entonces Noé le dio acogida en el arca. Después de siete días, volvió a enviarla y ella volvió con una sorpresa. Traía una hoja de olivo en su pico y Noé al verla entendió que en la tierra ya había lugares secos. Cuando pasaron siete días más la paloma fue enviada de nuevo fuera del arca, pero esta vez ya no volvió. Esto quería decir que la tierra estaba completamente seca. E s hermoso comprobar como esta pequeña avecilla cumplió fielmen- te su deber, dirigida por Dios, pues en las tres ocasiones en que fue enviada por Noé comunicó un mensaje claro, ya que llevó a cabo la misión para la que había sido encargada.
  • 48. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 48 • ¿Qué te gusta más de este animal? E s asombroso como el Creador hizo que la hormiga, sea tan activa, cumpla sus tareas voluntariamente y con presteza y al mismo tiempo sea constante para poder cumplir el propósito de trabajar para asegu- rarse el futuro. La hormiga ”Observa a la hormiga,… mira sus caminos, y sé sabio. Aunque no tiene capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y allega en el tiempo de la siega su mantenimiento” (Proverbios 6:6-8). L a hormiga es un insecto pequeño que generalmente no recibe aten- ción. Pero las Sagradas Escrituras consideran que tiene grandes para enseñar, pues es paciente, perseverante y previsora. Este pequeño animalito trabaja incansablemente durante la primavera, el verano y parte del otoño recogiendo comida: granos, pedacitos de pan, y todo aquello que se puede comer, para almacenarlo, de modo que durante el invierno su comida esté asegurada. Puede manejar un solo granito a la vez, pero por la diligencia y la perseverancia realiza maravillas. Las díficultades o problemas que se encuentra en su búsqueda de la comida o en su transpor- te, no la desaniman. Prueba de una manera y de otra para poder llevar a su hormiguero el sustento. febrero 2
  • 49. Mañana 49 • ¿Qué has aprendido? Tarde • ¿Qué te gusta más de este animal? febrero 3 El cuervo • Haz un dibujo • ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
  • 50. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 50 • ¿Qué te gusta más de este animal? E s imposible cambiar la naturaleza del leopar- do, pero por el poder de Dios se convertirá en un animal pacífico y no será más peligroso ni feroz. El leopardo “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará. El becerro, el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías 11:6). E l leopardo es un animal grande, feroz y de manchas negras, pertene- ciente a la familia del gato. Este gran gato moteado se destaca por su rapidez y su peligrosidad. Hace tiempo vivía en los bosques de Pales- tina, el lugar donde se escribió la Biblia y en donde se destacan sus manchas oscuras, que lo hacen tan interesante. Ahora el leopardo es muy feroz y los otros animales que son pacíficos, le tienen miedo. También las personas tienen que cuidarse para que no les ataque. Pero, cuando el Señor restaure el Paraíso el leopardo será un animal tranquilo y pacífico que descan- sará junto al cabrito, comerá yerba como la vaca y podrá ser guiado por un niñito. febrero 4
  • 51. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 51 • ¿Qué te gusta más de este animal? P or medio del ciervo el Señor da un mensaje a cada uno de sus hijos, pues con un deseo aún mayor deberíamos desear estar siempre con Jesús. El ciervo “Como el ciervo ansía las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo iré, y me veré ante Dios?” (Sal- mo 42:1, 2). E l ciervo es un animal muy rápido, precavido y majestuoso. Vive en los bosques y en las planicies de las montañas. Posee un adorno muy especial. Encima de su cabeza tiene una gran ornamenta que utiliza como defensa y señal de poderío. Cuando siente temor o es persegui- do corre muy rápido y en su carrera vence los obstáculos con los que se encuentra saltando ágilmente sobre ellos. Viven generalmente en grupos y el ciervo principal es el encargado de proteger la manada, así como de vigilar para prever cualquier peligro y poder poner a salvo a todos los que se en- cuentran bajo su dirección. La llamada o bramido del ciervo en busca de agua es muy intenso y se es- cucha desde bastante distancia. febrero 5
  • 52. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 52 • ¿Qué te gusta más de este animal? D ios nos dice a cada uno que debemos amarle so- bre todas las cosas y a todas las personas como a nosotros mismos. Obedecer al Señor y amarle es nuestro primer deber, así como amar y ayudar a todos los que nos rodean. La abeja “… un enjambre de abejas y un panal de miel” (Jueces 14:8). L a abeja que produce la rica miel es un insecto incan- sable en su tarea de ir de flor en flor para volver al panal con sus compañeras y comunicarles el gran descubrimiento: un campo lleno de hermosas flores. Las abejas colaboran juntas en su propósito de fabricar del néctar de las flores: miel, polen, cera y jalea. Aunque son animales muy pequeños hacen grandes cosas. Cada abeja cumple sus deberes fielmente tanto por separado como en conjunto y por eso el resultado de su trabajo es tan dulce y agrada- ble. Siempre que se cumplen las tareas encomendadas y se colabora amistosa- mente con los demás se realizará un buen trabajo, así como las abejas hacen para producir miel. febrero 6
  • 53. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 53 • ¿Qué te gusta más de este animal? E n el cielo nuevo y la tierra nueva, después que Jesús venga por segunda vez, el oso ya no será más un animal peligroso, sino muy pacífico y amistoso, aunque será también fuerte y grande. El oso “… Jehová, que me ha librado… de las garras del oso” (1 Samuel 17:37). E l oso es un animal muy grande que tiene costum- bres muy interesantes, pues durante el tiempo frio duerme, mientras que cuando se inicia la primavera y durante el vera- no es muy activo. Su alimento preferido es la miel, pues es muy golo- so. En las Sagradas Escrituras se nos habla del oso como un animal peligroso para los rebaños de ovejas, que eran conducidos por los pastores a los pastos frescos de las montañas, donde también vivían los osos. Acerca del rey David se cuenta que cuando era pastor defendía a sus ovejas del oso, que quería llevarse alguna para comer. febrero 7
  • 54. Mañana 54 • ¿Con que historias bíblicas está relacionado? febrero 8 • ¿Qué has aprendido? Tarde • ¿Qué te gusta más de este animal? La avispa • Haz un dibujo
  • 55. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 55 • ¿Qué te gusta más de este animal? L as vacas eran guiadas por seres celestiales invisibles y aun- que escuchaban a sus pequeños becerros que las solicitaban, cumplieron fielmente su tarea, pues siempre debe obedecerse a Dios en primer lugar. La vaca “Y las vacas tomaron derecho el camino, … andando y braman- do, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda” (1 Samuel 6:12). L as vacas son animales bastante conocidos por la mayoría de las personas, especialmente porque dan leche y además ayudan mucho a los campesinos en el trabajo del campo. En las Sa- gradas Escrituras se nos cuenta una historia muy interesante, pues en una ocasión se usaron unas vacas para tirar de un carro que contenía una carga muy especial: el arca de Dios. En su interior se encontraban los Diez Mandamientos, escritos con el dedo del Señor. Las vacas debían condu- cir el carro y su valiosa carga a Israel, ya que una nación vecina la había roba- do y ahora iba a devolverla. febrero 9
  • 56. • ¿Qué has aprendido? Mañana 56 • ¿Qué te gusta más de este animal? Tarde L a cigüeña sabe muy bien cuando ha llegado el tiempo para emprender su viaje en bus- ca de un tiempo suave y agradable, pues el Señor le ha enseñado, y así nos da la gran lección de hacer las tareas cuando es el mo- mento y saber aprovechar bien el tiempo. La ciguena “Hasta la cigüeña en el cielo conoce su tiempo” (Jeremías 8:7) L a cigüeña es un ave muy interesante, ya que tiene largas patas y largo pico, que le sirven para buscar su comida en los estanques, entre las plantas que crecen al lado de los ríos, para escarbar en la tierra y así poder alimentarse. Además le gusta mucho viajar, pues cuando en un lugar empieza el frio emprende su vuelo hacia zonas más cálidas. Así que, muchas personas pue- den saber cuándo empieza el buen tiempo cuando las cigüeñas empiezan a aparecer, pues hacen grandes nidos en los lugares más altos que encuentran, como el campanario de una iglesia o la copa de un gran árbol. febrero 10
  • 57. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 57 • ¿Qué te gusta más de este animal? L a historia de Jonás nos enseña que debemos cumplir siempre los deberes que se nos dan con rapidez, alegría y de la mejor forma que sabemos y podemos. El pez grande “Y creó Dios los grandes animales marinos…” (Génesis 1:21). E n una ocasión el Señor usó a un gran pez marino para ayudar a un profeta, llamado Jonás. Dios le había dado una tarea a este profeta, pero Jo- nás no estaba de acuerdo con el Señor, así que decidió irse muy lejos para no tener que hacer lo encomendado. Este profeta desobediente debía aprender que lo ordenado por Dios es siempre lo mejor, lo más impor- tante y lo primero que debe hacerse. Así que para que pudiera reflexionar so- bre su mal comportamiento fue arrojado al mar desde un barco y un gran pez se lo tragó, aunque después de tres días ya se encontraba a salvo y listo para cumplir la tarea que Dios le había confiado. febrero 11
  • 58. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 58 • ¿Qué te gusta más de este animal? D eberíamos aprender de los conejos a ser cuidadosos y pre- cavidos para evitar los peligros y así estar siempre atentos para no crear problemas. El conejo “Los conejos… ponen su casa en la piedra” (Proverbios 30:26). E l conejo, junto a todos los animales terrestres fue creado por Dios el sexto día. Este peque- ño animalito es muy rápido y precavido. Sus dos patas traseras le permiten dar grandes saltos y correr velozmente, pero al mismo tiempo es muy tímido, pues siempre está escuchando atentamente, a través de sus largas y grandes orejas sí algún peligro se apro- xima y así poder esconderse en un lugar seguro. La Biblia nos explica en el Salmo 104:18 que “… las peñas, son la casa de los conejos” Salmo 104:18. Además de ser rápidos, cuidadosos y prevenidos se preocupan de tener un lugar seguro donde vivir. febrero 12
  • 59. • ¿Qué has aprendido? Mañana 59 • ¿Qué te gusta más de este animal? Tarde E l avestruz no se destaca por su belleza, pero si en su rapidez que es realmente espectacular, lo cual la convierte en un ave que no vuela pero si corre muy rápido. El Señor nos imparte siem- pre alguna característica especial que nos hace también criaturas especiales. El avestruz “El avestruz aletea alegremente…” (Job 39:13). E l avestruz es un animal muy interesante, pues es un ave que no vuela, pero que corre muy rápido con sus largas y fuertes patas, tal como se describe en las Sagradas Escrituras “se levanta en alto,… se burla del caballo y de su jinete” (Job 39: 18); realmente es muy rápida. Dios le dotó de una gran velocidad cuando corre, hasta el punto de superar en velocidad a los mejores caballos. Así como su apariencia es muy curiosa, lo son también sus costumbres, pues sus huevos los coloca en la tierra sin ha- ber preparado ningún nido, pero además éstos son especialmente grandes y fuertes, así como sus padres. La hembra del avestruz deja los huevos al calor del sol mientras va en busca de alimento y el macho les da calor durante toda la noche. febrero 13
  • 60. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 60 • ¿Qué te gusta más de este animal? E l buey en su comportamiento nos da una lección muy importan- te a cada uno de nosotros, pues su disposición al sacrificio y al trabajo es un ejemplo que deberíamos seguir: Ser obedientes y dispuestos siempre a cumplir las tareas. El buey “Sin bueyes el granero está vacío, por la fuerza del buey hay abundancia de pan” (Proverbios 14:4). E l buey es un animal muy fuerte y trabajador. Se le coloca el yugo para poder tirar del arado que es dirigido por el campesino y así es como se puede preparar la tierra para sembrar el trigo que se convertirá en harina para hacer pan. El buey es tranquilo, manso y obediente, siempre dispuesto a realizar la labor que se le asigna. La Palabra de Dios nos explica que “el buey conoce a su dueño” Isaías 1:3 y así es, pues le obedece y realiza mansamente las labores que se le encomiendan. febrero 14
  • 61. Mañana 61 febrero 15 • ¿Qué has aprendido? Tarde • ¿Qué te gusta más de este animal? El becerro • Haz un dibujo • ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
  • 62. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 62 • ¿Qué te gusta más de este animal? Q uizá pocas personas trabajen tan dura e incansablemente como lo hacen los pajarillos para conseguirse el alimento, sobre todo cuando tienen pequeñuelos en el nido. Del mis- mo modo, Dios espera que trabajamos y seamos responsa- bles y agradecidos. El pajarillo “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvi- dado ante Dios” (Lucas 12:6). S ólo por el cuidado protector de Dios son preservadas las aves para alegrarnos con sus cantos de gozo. Pero Él no se olvida siquiera de los pajarillos. “Así que, no temáis: más valéis vosotros que muchos pajarillos.” Mat. 10: 31. Si Dios alimenta con tanta abundancia a los animalitos que ha creado, ¿no tendrá acaso mayor preocupación por la felicidad y el bienestar de cada uno de nosotros? El que proporciona el alimento para las aves del cielo es Aquel en quien podemos confiar para que nos proporcione lo que necesitamos para vivir. Dios nos ha prometido estas cosas, si estamos dispuestos a trabajar por ellas. febrero 16
  • 63. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 63 • ¿Qué te gusta más de este animal? N o debemos ser como el león que es temido por los demás, sino que nuestro comportamiento debe ser amable y amoroso con todos. El leon “El león, fuerte entre todos los animales, que ante nada retrocede…” (Proverbios 30:30). E l león es un animal muy fuerte y peligroso. Es impresionante en su fiereza y poderoso en su apariencia. Se le llama el rey de los animales, pues ejerce su supremacía allí donde se en- cuentra. En las Sagradas Escrituras se presenta al león como un sím- bolo de fuerza “… ¿Y qué cosa es más fuerte que el león?…” Jueces 14:18. Aunque ahora es un animal muy feroz que se alimenta de otros animales y también ataca a las personas, cuando Jesús establezca su reino en esta tie- rra, después de purificarla y eliminar todo lo malo, el león será pacífico y se podrá jugar con él. febrero 17
  • 64. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 64 • ¿Qué te gusta más de este animal? E l Señor cuida siempre de nosotros y aunque no nos demos cuenta sus ángeles nos acompañan y protegen para que nada malo nos ocurra. El áaguila “¿Es por tu mandato que el águila pone en alto su nido? Ha- bita en la roca, en la cumbre del inaccesible peñasco” (Job 39:27, 28). E l águila es un ave muy especial. Es muy grande, veloz y aguda, además de precavida, pues coloca su nido, donde nadie pueda molestar a sus pollitos y así puedan crecer y hacerse grandes. “Como el águila incita su nidada, revolotea sobre sus po- llos, extiende sus alas, los toma, y los lleva sobre sus plumas; así el Eterno solo lo guio…” Deuteronomio 32:11, 12. Esta ave se preocupa mucho de sus crías, pues les enseña a volar aun cuando ellas no quieren y prefieren permanecer en la seguridad del nido. Cuando están empezando a volar los polluelos se sientes inseguros y se cansan muy pronto, por lo que el águila los recoge en sus grandes alas y los lleva de nuevo al nido. febrero 18
  • 65. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 65 • ¿Qué te gusta más de este animal? S iempre se debe actuar con sinceridad y sin ocultar nada. El comportamiento del zorro no es aconsejable, pues no es hon- rado y destruye mucho para conseguir lo que quiere. El zorro “Las zorras tienen cuevas…” (Lucas 9:58). E l zorro es un animal huidizo, rápido y cuida- doso. Pocas veces se le suele ver durante el día, pues prefiere estar escondido o cazar cuando anochece. Aunque es precavido y atento ante los peligros que pueda encontrar, sí se encuentra en problemas produce grandes destrozos, ya que en su hui- da desesperada corre descontroladamente dejando tras si un gran desastre. Este comportamiento del zorro se describe en la Palabra de Dios: “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas. Porque nues- tras viñas están en flor.” Cantares 2:15. febrero 19
  • 66. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 66 • ¿Qué te gusta más de este animal? N osotros somos como pollitos ante Dios, pues cuando vamos a Él, recibimos su amor, cuidado y protección. El Señor desea que permanezcamos siempre a Su lado. La gallina “…como la gallina junta sus pollos bajo sus alas” (Mateo 23:37). L a gallina es conocida por todos, ya que sus huevos son apreciados por muchos. Cuando la gallina tiene pollitos, éstos la siguen por todas partes en constante piar, pero ella nunca se cansa ni los rechaza, pues siempre está pen- diente de ellos y los defiende con gran energía. Los polluelos saben que con ella están seguros, por lo que buscan su protección y cercanía. La gallina los atrae y los coloca bajo sus alas, donde encuentran calor, descan- so y seguridad. febrero 20
  • 67. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 67 • ¿Qué te gusta más de este animal? D ebemos ser perseverantes y laboriosos, como también obe- dientes y no obstinados como el asno, sino prontos a cum- plir lo mandado. El asno “… conoce… el asno el pesebre de su señor…” (Isaías 1:3). E l asno es fuerte, tranquilo y obstinado. Hasta hoy se le usa para trabajar en el campo, transportar personas o cargas y para realizar labores pesa- das que requieren constancia y tiempo. Cuando Jesús estuvo en esta tierra también usó un polli- no o asno joven, para su entrada en la ciudad de Jerusa- lén. La Biblia nos lo explica así: “¡Alégrate mucho, hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna” Zacarías. 9:9. febrero 21
  • 68. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 68 • ¿Qué te gusta más de este animal? L a resistencia y la fuerza del camello, lo convierte en un animal muy importante en muchos lugares en que otros animales no podrían sobrevivir. El camello “… Vino con una gran caravana, con camellos cargados de aro- mas, oro en abundancia, y piedras preciosas….” (2 Crónicas 9:1). E l camello tiene una apariencia muy curiosa, pues tiene una o dos jorobas, dependiendo de la espe- cie. Esta joroba es como un almacén de alimento ambulante, pues los camellos caminan largas distancias y en muchas ocasiones por el desierto o lugares donde no hay que comer o beber, pero el Señor les ha previsto un medio de existencia, a través de estas jorobas. Generalmente se les usa para transportar carga y también personas en viajes muy largos por lugares áridos o desérticos. febrero 22
  • 69. Mañana 69 febrero 23 • ¿Qué has aprendido? Tarde • ¿Qué te gusta más de este animal? La rana • Haz un dibujo • ¿Con que historias bíblicas está relacionado?
  • 70. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 70 • ¿Qué te gusta más de este animal? S iempre debemos ser atentos y cuidadosos en el trato con todos, además de silenciosos y tranquilos. La serpiente ”La serpiente, el más astuto de todos los animales del campo que Dios el Eterno había hecho… ” (Génesis 3:1). L a serpiente es silenciosa, precisa y cuidadosa. Se mueve delicada- mente y alcanza su propósito con toda tranquilidad, pues ha ideado astutamente cada uno de sus movimientos con el fin de no fallar. La Palabra de Dios nos da el siguiente consejo: “…Sed prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” Mat. 10:16. La precaución de la serpiente es un rasgo propio de este animal, pues es sigilosa y reservada, aunque actúa con rapidez en el momento preciso. febrero 24
  • 71. • ¿Qué has aprendido? Mañana 71 • ¿Qué te gusta más de este animal? Tarde L as cabras se colocan en lugares peligrosos y muchas veces in- accesibles, lo cual no debemos hacer los hijos de Dios, pues es necesario evitar el peligro y el aislamiento. La cabra “… por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses” (1 Samuel 24:2). L as cabras son animales muy inquietos, que les gusta saltar, subirse a lugares altos y difíciles y también pelear con sus cuernos. Hay cabras salvajes, que viven en libertad en las montañas y otras en rebaños bajo la dirección de un pas- tor, de igual modo que las ovejas. Aunque las cabras son muy independientes, viven en grupo, protegiendo a los más pequeños y desválidos de la manada. Especialmente, las cabras de las montañas son muy rápidas y ágiles en sus movimientos, pues viven en lugares difíciles de alcan- zar para las personas, pues son lugares muy altos, con profundos abismos y peligrosos peñascos. febrero 25
  • 72. • ¿Qué has aprendido? Mañana Tarde 72 • ¿Qué te gusta más de este animal? E s curioso que en las Sagradas Escrituras, el pueblo de Dios es con frecuencia es comparado con las ovejas, las cuales deben ser conducidas, protegidas y cuidadas tiernamente. La oveja “… Como oveja ante sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca” (Isaías 53:7). L a oveja es un animal muy interesante, pues se encuentra cubierto con la valiosa lana, con la que se tejen las ropas para el frio. Es muy tranquila y paciente, pues soporta sin quejarse las dificultades que le sobrevengan. Casi siempre es obediente, pues sigue al pastor que va delante del rebaño, aunque algunas veces puede desviarse del camino y entonces ya no sabe volver con las demás ovejas. El pastor tiene que ir a buscarla, pues ella bala con gran temor. La oveja es tímida e indefensa, pues necesita ser ayudada cuando se encuentra en algún peligro, ya que por si misma es incapaz de alejarse de los precipicios y necesita ser guiada hacia un lugar seguro, donde pueda pastar sin temor. febrero 26
  • 73. • ¿Qué has aprendido? Mañana 73 • ¿Qué te gusta más de este animal? Tarde E l control de las palabras que pronuncia nuestra boca es de gran importancia para hacer lo que es correcto, pues aunque podamos realizar muchas cosas bien y prestamente, deben es- tar en acompañadas de un modo de hablar que refleje la obe- diencia a la Palabra de Dios. El caballo “¿Diste tú al caballo su fuerza? ¿Vestiste tú su cuello de ondulan- te crin?” (Job 39:19). E l caballo es un animal fuerte, rápido y hermoso. Des- de tiempos antiguos fue usado para transporte, car- ga y trabajo, además se comerciaba con ellos “cam- biaban caballos de trabajo y de guerra” Ezequiel 27:14. La Biblia nos explica cómo se domina a un animal tan fuerte y veloz: “ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y así dirigimos todo su cuerpo.” Santiago 3:3. Al colocar un objeto en su boca y dirigirlo a través de las riendas se consigue que al montarlo obedezca a quién le conduce y así se dirige su fuerza y rapidez hacia la tarea que deba cumplir- se. febrero 27
  • 74. • ¿Qué has aprendido? Mañana 74 • ¿Qué te gusta más de este animal? Tarde E n las tareas más pequeñas que se nos confían debemos ser tan cuidadosos y laboriosos como sí se tratara de grandes accio- nes, pues a través del modo en que se cumplen los deberes menores se cumplirán los mayores. La arana “La araña que atrapas con la mano, y está en palacios de rey” (Proverbios 30:28). L a araña es un animal pequeño, pero de gran actividad, pues en su labor constante de ampliar su tela se encuentra muy ocupada. Por ser pequeña puede acceder a cualquier lugar, por grande o pequeño que sea y no se atemoriza ni abandona su tela, que aunque es tan sutil y sensible como ella siempre repara y ensancha. Aunque la araña parece insignificante su labor se ve por todas partes y aunque su tela se rompa, nunca cesa en su esfuerzo y dedica- ción, hasta que vuelve a ser visible a través de su obra. febrero 28
  • 75. Mañana 75 • ¿Qué animal bíblico que has estudiado es tu favorito? • ¿Por qué? • Da respuesta a la pregunta al inicio del mes: ¿Cuál te gusta más? • Dibuja el animal bíblico favorito de este mes. Resumen del mes
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  • 79. Mañana marzo 1 79 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A l tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús se encontraba allí. También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos. Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo: —Ya no tienen vino. —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmi- go? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. Su madre dijo a los sirvientes: —Hagan lo que él les ordene. Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros. Jesús dijo a los sirvientes: —Llenen de agua las tinajas. Y los sirvientes las llenaron hasta el borde. —Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús. Así lo hicieron. El encargado del banquete probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio y le dijo: Todos sirven primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.
  • 80. Mañana 80 • ¿Qué te impresiona más? • ¿Cuál es este milagro? Tarde • Haz un resumen. marzo 2 U n día estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret, y la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios. Enton- ces vio dos barcas que los pescadores habían dejado en la playa mientras la- vaban las redes. Subió a una de las barcas, que pertenecía a Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó, y enseñaba a la gente desde la barca. Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón: —Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar. —Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no he- mos pescado nada —le contestó Simón—. Pero como tú me lo man- das, echaré las redes. Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse.
  • 81. Mañana 81 Tarde • Dibuja cómo te imaginas el milagro C uando Jesús bajó de la ladera de la montaña, lo siguieron grandes multi- tudes. Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano[a] de la lepra. —Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; sólo ve, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moi- sés, para que sirva de testimonio. marzo 3
  • 82. Mañana 82 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? S ubió Jesús a una barca, cruzó al otro lado y llegó a su propio pueblo. Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: — ¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados! Algunos de los maestros de la ley murmuraron entre ellos: « ¡Este hombre blasfema! » Como Je- sús conocía sus pensamientos, les dijo:—¿Por qué dan lugar a tan malos pensamientos? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y el hombre se levantó y se fue a su casa. marzo 4
  • 83. Mañana 83 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? J esús se retiró al lago con sus dis- cípulos, y mucha gente de Galilea lo siguió. Cuando se enteraron de todo lo que hacía, acudieron también a él muchos de Judea y Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán y de las regiones de Tiro y Sidón. Entonces, para evitar que la gente lo atropellara, encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una pequeña barca; pues como había sanado a muchos, todos los que sufrían dolencias se abalanzaban sobre él para tocarlo. Además, los espíritus malignos, al verlo, se postra- ban ante él, gritando: « ¡Tú eres el Hijo de Dios! » marzo 5
  • 84. Mañana 84 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A l entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión pidiendo ayuda. —Señor, mi siervo está postrado en casa con parálisis, y sufre terriblemente. —Iré a sanarlo —res- pondió Jesús. —Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano. 9 Porque yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además ten- go soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían: —Les aseguro que no he encon- trado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Les digo que muchos ven- drán del oriente y del occidente, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero a los súbditos del reino se les echará afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Luego Jesús le dijo al centurión: — ¡Ve! Todo se hará tal como creíste. Y en esa misma hora aquel siervo quedó sano. marzo 6
  • 85. Mañana 85 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? Y volvió otra vez Jesús a Caná de Galilea, don- de había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. Cuando este hombre se enteró de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su en- cuentro y le suplicó que bajara a sanar a su hijo, pues estaba a punto de morir. —Ustedes nunca van a creer si no ven señales y prodigios —le dijo Jesús. —Señor —rogó el funcionario—, baja antes de que se muera mi hijo. —Vuelve a casa, que tu hijo vive —le dijo Jesús—. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Cuando se dirigía a su casa, sus siervos salieron a su encuentro y le dieron la noticia de que su hijo estaba vivo. Cuando les preguntó a qué hora había co- menzado su hijo a sentirse mejor, le contestaron: —Ayer a la una de la tarde[a] se le quitó la fiebre. Entonces el padre se dio cuenta de que precisamente a esa hora Jesús le había dicho: «Tu hijo vive.» Así que creyó él con toda su familia. marzo 7
  • 86. Mañana 86 Tarde P oco después Jesús, en compañía de sus discí- pulos y de una gran multitud, se dirigió a un pue- blo llamado Naín. Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que sacaban de allí a un muerto, hijo único de madre viuda. La acompaña- ba un grupo grande de la población. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: —No llores. Entonces se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: —Joven, ¡te ordeno que te levantes! El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos se llenaron de temor y alababan a Dios. marzo 8 · Dibuja el milagro
  • 87. Mañana 87 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? E se día al anochecer, les dijo a sus discípulos:— Crucemos al otro lado. Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas. Se desató enton- ces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse. Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípu- los lo despertaron.—¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos? Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: —¡Si- lencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo. —¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía no tienen fe? Ellos estaban espantados y se decían unos a otros: —¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen? marzo 9
  • 88. Mañana 88 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? E n esto llegó un hombre llamado Jairo, que era un jefe de la sinagoga. Arrojándose a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa, porque su única hija, de unos doce años, se estaba muriendo. Jesús se puso en camino y las multitudes lo apretujaban. Todavía estaba hablando Jesús, cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: —Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro. Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada. Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara con él, excepto Pedro, Juan y Jacobo, y el padre y la madre de la niña. Todos estaban llorando, muy afligidos por ella. —Dejen de llorar —les dijo Jesús—. No está muerta sino dormida. Entonces ellos em- pezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta. Pero él la tomó de la mano y le dijo: — ¡Niña, levántate! Recobró la vida[a] y al instante se levantó. Jesús mandó darle de comer. marzo 10
  • 89. Mañana 89 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A lgún tiempo después, se celebraba una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodea- do de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá. En esos pórticos se hallaban tendidos mu- chos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó:— ¿Quieres quedar sano? —Señor —respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua, y cuando trato de hacerlo, otro se mete antes. —Levántate, recoge tu camilla y anda —le contes- tó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su cami- lla y echó a andar. marzo 11
  • 90. Mañana 90 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? marzo 12 A l irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritán- dole:— ¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David! Cuando entró en la casa, se le acercaron los cie- gos, y él les preguntó: — ¿Creen que puedo sanar- los? —Sí, Señor —le respondieron. Entonces les tocó los ojos y les dijo: —Se hará con ustedes conforme a su fe. Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza: — Asegúrense de que nadie se entere de esto. Pero ellos salieron para divulgar por toda aquella región la noticia acerca de Jesús.
  • 91. Mañana 91 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? marzo 13 P asando de allí, entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía una mano paralizada. Como buscaban un motivo para acusar a Jesús, le preguntaron: — ¿Está permiti- do sanar en sábado? Él les contestó: —Si alguno de ustedes tiene una oveja y en sábado se le cae en un hoyo, ¿no la agarra y la saca? ¡Cuánto más vale un hombre que una ove- ja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado. Entonces le dijo al hombre: —Extiende la mano. Así que la extendió y le quedó restablecida, tan sana como la otra.
  • 92. • ¿Qué te impresiona más? Mañana Tarde 92 • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? C uando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos. Al atarde- cer se le acercaron sus discípulos y le dijeron: —Éste es un lugar apartado y ya se hace tarde. Despide a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren algo de comer. —No tienen que irse —contestó Jesús—. Denles ustedes mismos de comer. Ellos objetaron: —No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados. —Tráiganmelos acá —les dijo Jesús. Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego par- tió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. marzo 14
  • 93. Mañana 93 • ¿Qué te impresiona más? • Describe el milagro con un dibujo Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? C uando ya anochecía, sus discípulos bajaron al lago y subieron a una barca, y comenza- ron a cruzar el lago en dirección a Caper- naúm. Para entonces ya había oscurecido, y Jesús todavía no se les había unido. Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado. Habrían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. Pero él les dijo: «No tengan miedo, que soy yo.» Así que se dispusieron a recibirlo a bordo, y en seguida la barca llegó a la orilla adonde se dirigían. marzo 15
  • 94. Mañana 94 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? L uego regresó Jesús de la región de Tiro y se dirigió por Sidón al mar de Galilea, internándose en la región de Decápolis. Allí le llevaron un sordo tartamudo, y le suplicaban que pusiera la mano sobre él. Jesús lo apartó de la multitud para estar a solas con él, le puso los dedos en los oídos y le tocó la lengua con sa- liva. Luego, mirando al cielo, suspiró profundamente y le dijo: «¡Efatá!» (que significa: ¡Ábrete!). Con esto, se le abrieron los oídos al hombre, se le destrabó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se lo prohibía, tanto más lo seguían propagando. La gente estaba suma- mente asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos.» marzo 16
  • 95. Mañana 95 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? E n aquellos días se reunió de nuevo mucha gen- te.Como no tenían nada que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:—Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmi- go y no tienen nada que comer. Si los despido a sus casas sin haber comido, se van a desmayar por el camino, por- que algunos de ellos han venido de lejos. Los discípulos objetaron: —¿Dónde se va a conseguir suficiente pan en este lugar despobla- do para darles de comer? —¿Cuántos panes tienen? —les preguntó Jesús. —Siete — respondieron. Entonces mandó que la gente se sen- tara en el suelo. Tomando los siete panes, dio gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos para que los repartieran a la gente, y así lo hicieron. Tenían además unos cuantos pescaditos. Dio gracias por ellos también y les dijo a los discípulos que los repartieran. La gente comió hasta quedar satisfecha. Después los discípulos recogie- ron siete cestas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron eran unos cuatro mil. marzo 17
  • 96. Mañana 96 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? C uando llegaron a Betsaida, algunas perso- nas le llevaron un ciego a Jesús y le roga- ron que lo tocara. Él tomó de la mano al ciego y lo sacó fuera del pueblo. Después de escupirle en los ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: —¿Puedes ver ahora? El hombre alzó los ojos y dijo: —Veo gente; parecen árboles que caminan. Entonces le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: re- cobró la vista y comenzó a ver todo con claridad. marzo 18
  • 97. Mañana 97 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A l día siguiente, cuando bajaron de la mon- taña, le salió al encuentro mucha gente. Y un hombre de entre la multitud exclamó: —Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo. Resulta que un espíritu se posesiona de él, y de repente el mucha- cho se pone a gritar; también lo sacude con violen- cia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta. Ya les rogué a tus dis- cípulos que lo expulsaran, pero no pudieron. — ¡Ah, genera- ción incrédula y perversa! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuán- do tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo. Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre. Y todos se que- daron asombrados de la grandeza de Dios. marzo 19
  • 98. Mañana 98 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? U n sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que por causa de un demonio lleva- ba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiem- po, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sá- bado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: —Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado. — ¡Hipócritas! —le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sába- do, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado? marzo 20
  • 99. Mañana 99 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? U n día Jesús fue a comer a casa de un no- table de los fariseos. Era sábado, así que éstos estaban acechando a Jesús. Allí, delante de él, estaba un hombre enfermo de hidropesía. Jesús les preguntó a los expertos en la ley y a los fariseos: —¿Está permiti- do o no sanar en sábado? Pero ellos se quedaron callados. Entonces tomó al hombre, lo sanó y lo despidió. También les dijo: —Si uno de ustedes tie- ne un hijo[a] o un buey que se le cae en un pozo, ¿no lo saca en seguida aunque sea sábado? marzo 21
  • 100. Mañana 100 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? U n día, siguiendo su viaje a Jerusalén, Jesús pa- saba por Samaria y Galilea. Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres enfermos de lepra. Como se habían quedado a cierta distancia, gritaron: — ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, les dijo: —Vayan a presentarse a los sacerdotes. Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano.— ¿Aca- so no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Levántate y vete —le dijo al hombre—; tu fe te ha sanado. marzo 22
  • 101. • ¿Qué te impresiona más? Mañana 101 Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: —Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres? —Ni él pecó, ni sus padres —res- pondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida. Mien- tras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego, diciéndole: —Ve y láva- te en el estanque de Siloé (que significa: Enviado). El ciego fue y se lavó, y al volver ya veía. marzo 23
  • 102. Mañana 102 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A su llegada, Jesús se encontró con que Lá- zaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Cuando Marta supo que Jesús llegaba, fue a su encuentro; pero María se quedó en la casa. —Señor —le dijo Marta a Jesús—, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muer- to. Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas. —Tu hermano resucitará —le dijo Jesús. Dicho esto, Marta regresó a la casa y, llamando a su hermana María, le dijo en privado: —El Maestro está aquí y te llama. Cuando María oyó esto, se levantó rápidamente y fue a su encuentro. Cuando María llegó adonde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies…Al ver llorar a María y a los judíos que la habían acompañado, Jesús se turbó y se conmovió profundamente. Conmo- vido una vez más, Jesús se acercó al sepulcro. Era una cueva cuya entrada estaba tapada con una piedra. —Quiten la piedra —ordenó Jesús. Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: —Pa- dre, te doy gracias porque me has escuchado…. Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: — ¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. —Quí- tenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús. marzo 24
  • 103. • ¿Qué te impresiona más? Mañana 103 • Haz un resumen Tarde • ¿Cuál es este milagro? S ucedió que al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sen- tado junto al camino pidiendo limosna. Cuando oyó a la mul- titud que pasaba, preguntó qué acontecía. —Jesús de Nazaret está pasando por aquí —le respondieron. — ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! —gritó el ciego. Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más fuerte: — ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuan- do el ciego se acercó, le preguntó Jesús: — ¿Qué quieres que haga por ti? —Señor, quiero ver. — ¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu fe te ha sanado. Al instante recobró la vista. Entonces, glorificando a Dios, comenzó a seguir a Jesús, y todos los que lo vieron daban ala- banza a Dios. marzo 25
  • 104. • ¿Qué te impresiona más? Mañana Tarde 104 • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. — ¡Déjenlos! —ordenó Jesús. Entonces le tocó la oreja al hombre, y lo sanó. marzo 26
  • 105. Mañana 105 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A l despuntar el alba Jesús se hizo pre- sente en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era él. — Muchachos, ¿no tienen algo de comer? —les preguntó Jesús.—No —respon- dieron ellos. —Tiren la red a la derecha de la barca, y pescarán algo. Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red. —¡Es el Señor! —dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús amaba. Tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se puso la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua. Los otros discí- pulos lo siguieron en la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a escasos cien metros[a] de la orilla. Al desembarcar, vieron unas brasas con un pescado encima, y un pan. —Traigan al- gunos de los pescados que acaban de sacar —les dijo Jesús. Simón Pedro subió a bordo y arrastró hasta la orilla la red, la cual estaba llena de pescados de buen tamaño. Eran ciento cincuenta y tres, pero a pesar de ser tantos la red no se rompió. marzo 27
  • 106. • ¿Qué te impresiona más? Mañana 106 Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? H abía en la sinagoga un hombre que es- taba poseído por un espíritu maligno, quien gritó con todas sus fuerzas: — ¡Ah! ¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a des- truirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios! — ¡Silencio! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre! Entonces el demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin ha- cerle ningún daño. Todos se asustaron y se decían unos a otros: « ¿Qué clase de palabra es ésta? ¡Con autoridad y po- der les da órdenes a los espíritus malignos, y salen!» Y se extendió su fama por todo aquel lugar. marzo 28
  • 107. Mañana 107 • ¿Qué te impresiona más? • Haz un resumen Tarde • ¿Cuál es este milagro? C uando Jesús entró en casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre se le quitó; luego ella se levantó y comenzó a servirle. Al atardecer, le llevaron muchos endemonia- dos, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos. Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él car- gó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores.» marzo 29
  • 108. Mañana 108 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? H abía entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias. Había sufrido mucho a manos de varios médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubie- ra servido de nada, pues en vez de mejorar, iba de mal en peor. Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. Pensaba: «Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana.» Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción. Al momento tam- bién Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó: —¿Quién me ha tocado la ropa? —Ves que te apretuja la gente —le contestaron sus discípulos—, y aun así preguntas: “¿Quién me ha tocado?” Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho. La mujer, sabiendo lo que le había sucedido, se acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le confesó toda la verdad. — ¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción. marzo 30
  • 109. Mañana 109 • ¿Qué te impresiona más? Tarde • Haz un resumen • ¿Cuál es este milagro? A hora, hermanos, quiero recordarles el evan- gelio que les prediqué, el mismo que recibie- ron y en el cual se mantienen firmes. Median- te este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros peca- dos según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aun- que algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí. marzo 31
  • 110. 110 • ¿Qué milagro bíblico que has estudiado es tu favorito? • ¿Por qué? • Da respuesta a la pregunta al inicio del mes: ¿Cuál es el más impresionante? • Dibuja el milagro bíblico favorito de este mes Resumen del mes
  • 111.
  • 112.
  • 113. Mañana abril 1 113 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? J osué le dijo al Señor en presencia de todo el pueblo: ‘Sol, deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón’ El sol se de- tuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero” (Josué 10:12,13).
  • 114. Mañana 114 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? S eñor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, demuestra hoy que tú eres el Dios de Israel y que yo soy tu siervo, y que solamente hago lo que tú me has ordena- do hacer. ¡Respóndeme, Señor, respón- deme! ¡Que tu pueblo reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que tú harás que su corazón se vuelva a ti!’ En ese momento cayó fuego de parte del Señor, y consumió el toro que allí se ofrecía, y la leña, las piedras, y hasta el polvo, ¡y aun secó el agua que inundaba la zanja! Cuan- do todos vieron esto, se arrodillaron y exclamaron: ‘¡El Señor es Dios, el Señor es Dios!’” (1 Reyes 16:36-39). abril 2
  • 115. Mañana 115 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? P or esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su glo- ria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;…y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:14-16, 19). abril 3
  • 116. Mañana 116 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? P adre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:9-13). abril 4
  • 117. • ¿Qué piensas de esta petición? Mañana Tarde 117 • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? E ntonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste” (Jonás 2:1, 2) abril 5
  • 118. Mañana 118 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; he- mos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas” (Daniel 9:4, 5). abril 6
  • 119. Mañana 119 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? Y después que di la carta de venta a Ba- ruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo: ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo exten- dido, ni hay nada que sea difícil para ti” (Jeremías 36:16, 17). abril 7
  • 120. Mañana 120 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? R espondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se escon- da de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te pregunta- ré, y tú me enseñarás” (Job 42:1-4). abril 8
  • 121. Mañana 121 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? P ermanezca, pues, y sea engran- decido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti. Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti” (1 Crónicas 17:24, 25). abril 9
  • 122. Mañana 122 • ¿Qué piensas de esta petición? • ¿Por qué? Tarde • ¿Quién pronuncio esta oración? abril 10 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las ex- tendió delante de Jehová. Entonces Ezequías oró a Jehová, diciendo: “Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. In- clina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira” (Isaías 37:14-17).
  • 123. Mañana 123 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? L uego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en pre- sencia de toda la congrega- ción de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo: Jeho- vá Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón” (1 Reyes 18:22, 23). abril 11
  • 124. Mañana 124 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? E ntonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muer- to. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y ha- biendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió...” (Juan 11:41-44). abril 12
  • 125. Mañana 125 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? L e dijo Eliseo a su siervo: No tengas miedo, porque más son los que están con noso- tros que los que están con ellos. Y oró Eliseo y dijo: Te ruego, oh Je- hová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gen- te de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo” (2 Reyes 6:16, 17). abril 13
  • 126. Mañana 126 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? C uando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abra- ham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Is- rael, y que yo soy tu siervo, y por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respónde- me, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a tí el corazón de ellos” (2 Reyes 18:36, 37). abril 14
  • 127. Mañana 127 • ¿Qué piensas de esta petición? • ¿Por qué? Tarde • ¿Quién pronuncio esta oración? Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unáni- mes la voz, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra,… Y ahora, Señor, mira sus ame- nazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanida- des y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado el lugar tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo y habla- ban con denuedo la palabra de Dios” (Hechos 4:23, 28-31). abril 15
  • 128. Mañana 128 • ¿Qué piensas de esta petición? • ¿Por qué? Tarde • ¿Quién pronuncio esta oración? Y endo hacia adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero sino como tú. Otra vez fue y oró por segunda vez, di- ciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad” (Mateo 26:39, 42). abril 16
  • 129. Mañana 129 • ¿Qué piensas de esta petición? • ¿Por qué? Tarde • ¿Quién pronuncio esta oración? abril 17 A Tí, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey” (Daniel 2:23).
  • 130. Mañana 130 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? E n aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque mo- rirás y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh, Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de tí en verdad y con íntegro cora- zón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos” (Isaías 38:1-4). abril 18
  • 131. Mañana 131 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? C on amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente e hizo voto diciendo: Jehová de los Ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza. El- cana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. ...Dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová” (1 Samuel 1:11,19, 20). abril 19
  • 132. Mañana 132 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus seño- res, Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de noso- tros” (Salmo 123:1, 2). abril 20
  • 133. Mañana 133 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? Y clamando a Jehová, dijo: Jehová, Dios mío, ¿aún a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? Y se tendió sobre el niño tres ve- ces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová, Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió” (1 Reyes 17:17-22). abril 21
  • 134. Mañana 134 • ¿Qué piensas de esta petición? • ¿Por qué? Tarde • ¿Quién pronuncio esta oración? Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi pa- dre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día…. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; por- que ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto” (1 Reyes 3:5,6, 9, 10). abril 22
  • 135. Mañana 135 • ¿Qué piensas de esta petición? • ¿Por qué? Tarde • ¿Quién pronuncio esta oración? Q ue Dios nuestro Padre y el Señor Je- sucristo les concedan gracia y paz. Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Gálatas 1:3-5). abril 23
  • 136. Mañana 136 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? A sí que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. A nuestro Dios y Pa- dre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Filipenses 4:19, 20). abril 24
  • 137. Mañana 137 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? A unque la higuera no dé renue- vos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del oli- vo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el apris- co no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regoci- jaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!” (Habacuc 3:17, 18). abril 25
  • 138. Mañana 138 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? S i a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a to- dos generosamente sin menos- preciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace” (Santiago 1:5-8). abril 26
  • 139. Mañana 139 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? A labado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues así como participamos abun- dantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo” (1 Corintios 1:3-5). abril 27
  • 140. Mañana 140 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? A tiende, Señor, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y que- do a la espera de tu respuesta” (Salmo 5:1-3). abril 28
  • 141. Mañana 141 • ¿Qué piensas de esta petición? Tarde • ¿Por qué? • ¿Quién pronuncio esta oración? C rea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y re- nueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga” (Salmo 51:10-12). abril 29