El documento describe la historia de 200 años de vida Marista. Comenzó en 1817 cuando Marcelino tuvo sus primeros discípulos en La Valla, Francia. En 1824 se construyó y trasladó al Hermitage. La interioridad es necesaria para la integración personal y la vivencia espiritual, y se puede cultivar a través del silencio, la contemplación, la escucha y la lectura. La orden Marista ahora tiene presencia en África, Asia, América, Europa y Oceanía.