2. ¿De dónde viene La Valla?
• El primer año, (2014-2015) lo ha denominado MONTAGNE. El
segundo, (2015-2016) FOURVIÈRE. El tercero, (2016-2017), LA
VALLA.
• Globalmente este tríduo nos invita a dos actitudes:
agradecer al Señor y a María, que en boca de san Marcelino
“ ha hecho todo entre nosotros”, el nacimiento de los
Hermanos Maristas y el bien, que a lo largo de estos dos siglos,
han derramado en los cinco continentes.
• Pero además, esta celebración, nos obliga, a tomar un
COMPROMISO frente al mundo de hoy y al futuro, que es
mañana: ser copia fiel del fundador y padre de los maristas y
de lo marista. Encarnar a Marcelino al vivo, sin maquillajes, ni
estéticos, ni espirituales. Un Marcelino, cuya radiografía
ascética asusta a los pusilánimes y seduce a los valientes,
entre ellos, a los jóvenes.
3. ¿Cuándo ocurre el año La Valla?
• El ícono elegido para simbolizar el último año de la
trilogía, es la austera mesa de la primera
comunidad, la que fundara Marcelino el histórico 2
de enero del 1817.
• Toda mesa tendida, aunque sea pobre y frugal
sugiere siempre la idea de familia, de encuentro,
de comunidad. Junto a ella se escucha el susurro
de éxitos y fracasos; se palpa y comunica las
alegrías y las decepciones. La mesa es el símbolo
de muchos esfuerzos y de fraterna comunión; de
pluralidad de voluntades en torno a una misma
misión.
4. ¿ Cuánto tiempo pasó para que
celebremos ya este año?
• El 2 de enero del 2017 se cumplirán
doscientos años de la fundación del
Instituto Marista. Fundación, inspirada por
Dios a Marcelino Champagnat, joven
vicario de la parroquia de La Valla, Francia.
• Desde sus albores, el Instituto se nutrió del
incansable trabajo de su fundador; de su
original carisma; de su creativa pedagogía
y de su perseverante y filial confianza en
Jesús y en María.
5. ¿Por qué estamos tan emocionados
para que sea el aniversario?
• Por el simple hecho de ver en la mesa de La Valla a todos aquellos,
hermanos y laicos, que hoy, asumiendo el carisma de Champagnat y con él
como paradigma, siguen ofreciendo sus vidas a niños y jóvenes por los
senderos de la educación.
• La mesa de La Valla, es el con QUIEN EDUCAMOS. ¿Quién iba pensar
décadas ha en esta explosión sinergética, que une a hermanos y laicos,
trabajando, codo a codo, con sentido de pertenencia institucional,
académica y espiritual en el mundo tan polifacético de la educación? Es un
signo de los tiempos y una riqueza para agradecer.
• Es también un desafío para los hermanos, porque nos invita a deponer
prejuicios; a superar mediocridades; a acompañar al laicado marista con la
coherencia de nuestras vidas y afecto integrador.
• El esplendor del Bicentenario, será bendición y certeza de un nuevo
amanecer, en la medida que los maristas de Champagnat, hagan del
pasado una salmodia de acción de gracias y del futuro, una apuesta a la
esperanza trascendente, sufrida, creativa, compartida y gozosa.
• Esta obra es tu obra repetía confiado Marcelino. Y sigue siendo de Ella. Que
Jesús y María ocupen un lugar privilegiado en la vida y misión de los maristas
de hoy. Si así fuere, el Bicentenario será el preludio de otros doscientos años
fecundos y gloriosos, como lo son la efeméride que estamos celebrando.
6. ¿Por qué estamos tan emocionados
para que sea el aniversario?
• Por el simple hecho de ver en la mesa de La Valla a todos aquellos,
hermanos y laicos, que hoy, asumiendo el carisma de Champagnat y con él
como paradigma, siguen ofreciendo sus vidas a niños y jóvenes por los
senderos de la educación.
• La mesa de La Valla, es el con QUIEN EDUCAMOS. ¿Quién iba pensar
décadas ha en esta explosión sinergética, que une a hermanos y laicos,
trabajando, codo a codo, con sentido de pertenencia institucional,
académica y espiritual en el mundo tan polifacético de la educación? Es un
signo de los tiempos y una riqueza para agradecer.
• Es también un desafío para los hermanos, porque nos invita a deponer
prejuicios; a superar mediocridades; a acompañar al laicado marista con la
coherencia de nuestras vidas y afecto integrador.
• El esplendor del Bicentenario, será bendición y certeza de un nuevo
amanecer, en la medida que los maristas de Champagnat, hagan del
pasado una salmodia de acción de gracias y del futuro, una apuesta a la
esperanza trascendente, sufrida, creativa, compartida y gozosa.
• Esta obra es tu obra repetía confiado Marcelino. Y sigue siendo de Ella. Que
Jesús y María ocupen un lugar privilegiado en la vida y misión de los maristas
de hoy. Si así fuere, el Bicentenario será el preludio de otros doscientos años
fecundos y gloriosos, como lo son la efeméride que estamos celebrando.