Pronunciamiento de Mujeres en defensa de la Ley 348
Apuntes para charla sobre economía feminista
1. Quiero empezar la ponencia aclarando tres conceptos importantes para lo que voy a explicaros: el
concepto de ecofeminismo, el concepto de economía verde y el concepto de economía feminista.
Diapositiva 1: Ecofeminismo
Esta es Wangari Maathai. Wangari fue premio nobel de la paz en el año 2004. La Sra. Maathai es la
representante más conocida del ecofeminismo, pero ¿qué es el ecofeminismo? El ecofeminismo es
simplemente una corriente del feminismo que entiende que el ecologismo y el feminismo tienen
objetivos comunes y por lo tanto deberían tener estrategias comunes. El ecofeminismo surgio
durante los años 70 del siglo veinte. Wangari fundó en Kenia el movimiento Green Belt o Cinturón
Verde, que consistía en hacer responsables a las mujeres de plantar árboles. La razón para hacer esto
es que las mujeres en Kenia, como en la mayor parte de África dedican muchas horas a buscar y
conseguir leña para luego poder usarla cocinando, calentando el hogar, el agua, etc. De esta forma,
Wangari las capacitó para generar un recurso precioso para ellas y para el medio ambiente.
Diapositiva 2: Economía verde
¿Y qué es la Economía Verde? La Economía Verde no es una rama de la Economía. La Economía
Verde es una corriente teórica que busca cambiar los fundamentos básicos de la ciencia económica
tal y como se entienden hoy en día. La economía generalista se ha convertido hoy en un sinónimo
de mercado, es decir, para la economía sólo cuentan las cosas que se pueden monetarizar o fijar un
precio. Una parte de los científicos y especialmente a partir de la última crisis están empezando a
reclamar una economía en la cuenten más las cosas reales. La Economía Verde, además, la pérdida
de biodiversidad o el cambio climático son factores que pueden y deben modificar el valor de las
cosas. ¿Qué quiere decir esto? Ejemplos: industria papelera, industria cementera. Las industrias
acutales se basan en que el precio final del producto es igual al coste de la materia prima + la mano
de obra, pero no tiene en cuenta el coste ambiental, la desaparición de recursos finitos o la
contaminación.
Diapositiva 3: Economía feminista
Y finalmente llegamos al término economía feminista. Como la Economía Verde, la Economía
Feminista no es una rama de la Economía, ni pretende, por ejemplo, mostrar que las mujeres lo
pasan peor en tiempos de crisis y por qué, aunque esto sea cierto. La economía feminista también
exige un cambio de paradigma. Se trata de una corriente que también surgió en los años setenta del
siglo pasado, pero que recibió un empujón definitivo con la publicación de If Women Counted en
1988. La economía feminista se origina en dos argumentos básicos:
–hay una cantidad enorme de actividades, mayormente realizadas por mujeres en todo el mundo
(trabajo reproductivo, crianza, agricultura de subsistencia, búsqueda de agua y leña, generación de
alimentos, limpieza, cuidado de ancianos y niños, entre otras) que sostienen el sistema económico
mundial y que se realizan de forma gratuita, y por lo tanto, no cuentan para los índices económicos
de un país, como el PIB.
–por el contrario, hay una serie de actividades nocivas, como puede ser la guerra o un desastre
ecológico, que hacen subir el PIB, y por lo tanto mejoran los índices económicos de un país
La economía feminista, como la economía verde, reclama una economía que sea entendible para
todo el mundo y que sea real, sobre los problemas reales de la gente y soluciones reales. Además de
contener errores tan graves como el mencionado arriba, el PIB no cuenta el bienestar de una
comunidad: no cuenta la educación, ni la sanidad, ni la calidad del aire, ni la biodiversidad.
2. La consecuencia directa de que las mujeres no cuenten para la economía es que son invisibles, y al
ser invisibles para la economía tampoco cuentan a la hora de hacer políticas para ellas o de recibir
subvenciones. Si eres invisible para la economía, eres invisible en la distribución de los beneficios
de dicha economía. Esto redunda en las terribles estadísticas mundiales de pobreza extrema
femenina o analfabetismo.
Pero el trabajo femenino es invisible en todo el mundo y no solo en el tercero, y los beneficios
económicos no benefician a las mujeres ni en el primer ni en el tercer mundo. Por ejemplo, una
madre “desempleada” o que se dedica a “sus labores” no tiene derecho a recibir el cheque
guardería.
Ejemplos: qué ha hecho mi madre hoy
qué ha hecho un soldado hoy
De la teoría a la práctica
Estrategias Comunes del ecofeminismo, la economía verde y la economía feminista
–visibilidad
Queremos una economía que ponga en el centro la vida. Para ello es necesario visibilizar la
actividad que realizan las mujeres: reproducción (de futuros trabajadores y consumidores) crianza,
cuidado de niños, ancianos y hogar. Generación de alimentos, entre otros. Las mujeres gestionan la
vida y los cuidados necesarios para que exista mano de obra alimentada, formada y sin cargas
familiares para sostener el sistema. Hay que hacer visible esta actividad y reconocerlas como
fundamental para la sociedad y para el desarrollo económico.
–valor
valor y precio no son la misma cosa. Por desgracia, sólo las cosas que tienen precio pueden cotizar
en el mercado, y por lo tanto contribuir a la economía, y recibir beneficios de la misma. Esta es la
razón de que trabajos tradicionalmente femeninos como la cocina sólo alcancen prestigio cuando
son realizados por hombres, es el momento en el que se les pone precio. Tenemos que tener un
sistema por el cual las cosas que tienen valor cuenten para el desarrollo económico por si mismas
sin necesidad de monetarizarlas. El bienestar, la felicidad, la calidad de vida, no siempre se pueden
traducir a números, pero no por ello pueden dejar de contar.
–poder
¿Quiere decir esto que necesitamos más Ángelas Merkel? ¿Tenemos que ser todas presidentas del
gobierno? ¿Es esto poder? Si bien es cierto que es básico que las mujeres tengan acceso a la toma
de decisiones económicas en todos los niveles, ya que estas decisiones les afectan directamente, y
es necesario capacitar a más mujeres para la toma de decisiones, no hay que olvidar que nuestro
poder económico empieza en casa. Todas las mujeres que estamos aquí, tenemos más poder en casa
que Ángela Merkel en Alemania. Nosotras decidimos cómo parimos, cómo criamos a nuestros
hijos, cómo alimentamos a nuestra familia y qué compramos en el mercado. Empecemos por tomar
decisiones más justas con nosotras mismas, con el medio ambiente y más justas con la sociedad.