2. 02 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
3. Documento estratégico, septiembre 2019
INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO 03
INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES1
,
EN TODA SU DIVERSIDAD, A UN TRABAJO DIGNO
1.
Utilizamos la expresión las mujeres en toda su diversidad para reconocer las luchas, las identidades, la integridad corporal
y la interseccionalidad del movimiento feminista y de las mujeres que se organizan con el fin de incluir a todas y todes en el
espectro de la identidad de género, sin excluir a las mujeres intersexuales y transexuales.
Resumen de la iniciativa 04
01. Análisis del problema y justificación de la iniciativa.
Una crisis que ya no podemos tolerar: reclamamos el derecho de las mujeres a un trabajo digno. 05
02. El vínculo entre la desigualdad económica y el derecho de las mujeres a un trabajo digno 09
03. ¿Quiénes son las titulares de derechos de la iniciativa? 11
04. El valor añadido de Oxfam 17
05. Organizaciones socias y alianzas 22
06. El Derecho de las mujeres a un Trabajo Digno: El enfoque de Oxfam 24
07. Lecciones aprendidas del trabajo de Oxfam 29
08. Marco programático sugerido por Oxfam para el Derecho de las mujeres a un Trabajo Digno 33
I. Teoría de cambio de la iniciativa 34
II. Resultados de la iniciativa 38
Resultado 1 - El poder organizativo y colectivo de las mujeres 38
Resultado 2 - Una organización social más justa del trabajo de cuidados 38
Resultado 3 - Cambios institucionales y políticos 39
Resultado 4 - Prácticas del sector privado 40
III. Estrategias de la iniciativa 41
09. Hipótesis 45
10. Sostenibilidad e impacto de la iniciativa 47
11. Seguimiento, evaluación y aprendizaje 49
4. 04 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
Resumen de la iniciativa
A las mujeres trabajadoras se les están negando sus de-
rechos, al tiempo que contribuyen a sostener un sistema
económico que beneficia a una minoría, y no a la mayoría.
Los estereotipos de género, los marcos jurídicos restric-
tivos y la discriminación confinan a millones de mujeres a
trabajos mal remunerados y de escasa calidad que sue-
len ser temporales, a tiempo parcial o de temporada. Las
mujeres constituyen la gran mayoría de trabajadorxs de la
economía informal, a menudo en condiciones de trabajo
inseguras, sin derechos ni beneficios laborales. Las mu-
jeres, en toda su diversidad, también se encargan mucho
más del trabajo de cuidados (remunerado y no remunerado)
que los hombres, lo que les deja poco tiempo, cuando lo
tienen, para seguir con su educación/formación adicional
para conseguir un trabajo mejor, el ocio o las actividades
cívicas y políticas.
Oxfam tiene por objetivo lanzar una iniciativa global para
apoyar el derecho de las mujeres a un trabajo digno como
base para una vida digna. Se centrará en las mujeres de las
zonas rurales y urbanas (y en las que se desplazan entre
ambas para trabajar), en las mujeres del sector formal e in-
formal y en las mujeres de una amplia gama de sectores y
diversidades, desde quienes trabajan en el sector domés-
tico, las mujeres trabajadoras del sector textil y fábricas,
las trabajadoras de la industria hotelera, las de la econo-
mía de plataforma y las trabajadoras a domicilio. Queremos
redefinir el “valor” en lo que respecta al trabajo, utilizando
un enfoque económico feminista, de modo que el trabajo
de cuidados no remunerado se tenga en cuenta y valore
como tal, y se promueva una distribución más justa del
mismo entre el Estado, el sector privado, las organizacio-
nes de la sociedad civil y los hombres y las mujeres.
La iniciativa se centrará en cuatro resultados:
1. Fortalecer la capacidad de las mujeres en toda su diver-
sidad para organizar y construir su poder colectivo.
2. Conseguir una distribución más justa del trabajo de cui-
dados (tanto remunerado como no remunerado) entre las
mujeres y los hombres, entre las familias, las comunida-
des, el Estado y el sector privado.
3. Crear un entorno propicio para el derecho de las mujeres
a un de trabajo digno mediante cambios políticos e insti-
tucionales.
4. Influir en las prácticas del sector privado para promover
y garantizar el derecho de las mujeres a un trabajo digno a
través de sus cadenas de suministro.
Para obtener estos resultados, Oxfam utilizará la investi-
gación, la incidencia y la influencia para contribuir a los
cambios en las políticas, las leyes y las normas sociales,
así como a los cambios en las prácticas del sector privado.
Trabajaremos con organizaciones socias y aliadxs, apo-
yaremos la participación y movilización de la ciudadanía y
construiremos alianzas entre las organizaciones de dere-
chos de las mujeres, los movimientos laborales y las redes
de la sociedad civil para desencadenar un cambio en el de-
bate y el comportamiento que sostenga a largo plazo los
cambios de las normas en torno a las mujeres y el trabajo.
También colaboraremos con el sector privado como organi-
zaciones socias técnicas en esferas de trabajo clave iden-
tificadas, como las cadenas de valor, con el fin de generar
soluciones para un trabajo digno para las mujeres. Oxfam
también invertirá en el fortalecimiento de las habilidades
y capacidades de las mujeres, así como la promoción de
sendas de trabajo dignas.
6. 06 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
01. Análisis del problema y justificación de la iniciativa.
Una crisis que ya no podemos tolerar: reclamamos
el derecho de las mujeres a un trabajo digno.
En todo el mundo, los derechos laborales y la vida de las
mujeres, en toda su diversidad,1
está en riesgo. Hoy en día,
155 países cuentan con al menos una ley que otorga menos
derechos económicos a las mujeres que a los hombres.2
En
los países emergentes y en desarrollo, 1 de cada 4 muje-
res con trabajo remunerado vive por debajo del umbral de
la pobreza moderada. Esto se debe al hecho de que los es-
tereotipos y discriminación de género confinan a millones
de mujeres a trabajos insuficientemente pagados, en tra-
bajos poco cualificados y precarios (a menudo temporales,
a tiempo parcial o de corta duración) que normalmente son
temporales y frecuentemente en la economía informal. Las
mujeres están desproporcionadamente representadas en
este tipo de trabajos, con salarios bajos y en descenso, una
tendencia preocupante que está fomentando la desigual-
dad económica y de género en todo el mundo.3
En el Sur Global, las mujeres representan la mayoría de lxs
trabajadorxs en los peldaños inferiores de las cadenas de
valor globales, ya sea en fábricas o plantaciones. Por ejem-
plo, las mujeres conforman el 80 % de la mano de obra en
la industria textil, que emplea alrededor de 4,2 millones de
personas en todo el mundo.4
Las mujeres también están
sobrerrepresentadxs en la economía informal. De hecho,
en las regiones en desarrollo, hasta el 95 % del trabajo que
realizan las mujeres 5
donde las políticas laborales y la pro-
tección social son ínfimos, y donde las mujeres quedan re-
legadas a trabajos altamente feminizados e infravalorados
que se consideran una extensión de su trabajo de cuidados
y reproductivo como el trabajo doméstico. En todo el mun-
do, el 80 % de los 67 millones de personas empleadas como
trabajadoras del sector doméstico son mujeres 6
y como
destaca WIEGO, una proporción creciente de las mismas son
mujeres jóvenes de hogares empobrecidos que buscan una
vida mejor en las zonas urbanas y en países con rentas más
elevadas. 7
De hecho, en todo el mundo, tres de cada cuatro
trabajadorxs jóvenes trabajan en la economía informal,8
pero
el paro y las tasas de informalidad son persistentemente
mayores entre las mujeres jóvenes, a la vez que las transi-
ciones del colegio al trabajo han demostrado ser más largas
en el tiempo. 9
Este amplio espectro de trabajos realizados por mujeres tie-
ne algo en común: no constituyen un trabajo digno. Más bien
al contrario, los trabajos que realizan las mujeres no suelen
estar lo suficientemente bien remunerados como para man-
tener ni siquiera un nivel de vida básico, carecen de medidas
de protección de salud y seguridad, se les niega el acceso a
la protección social y no existen mecanismos para prevenir
y responder a las violencias en el lugar de trabajo. Las mu-
jeres están frecuentemente expuestas a la explotación y a
diversas formas de violencias, con poco o ningún acceso a
la justicia.
A las mujeres que trabajan en zonas económicas especiales
se les niegan sus derechos laborales al quedar excluidas de
las leyes laborales nacionales en materia de remuneración,
condiciones de trabajo y convenios colectivos. Para millo-
nes de mujeres en el “suelo pegajoso” y por debajo de él
10
, su realidad es la de trabajar muchísimas horas, sin con-
tratos y sin sueldos estables. Estas mujeres tienden a ca-
recer de acceso a mecanismos de representación colectiva
u otras formas de expresar sus necesidades y demandas.11
En todo el mundo, sin excepción, las mujeres realizan la ma-
yor parte del trabajo no remunerado, ya sea en el hogar, en
los negocios familiares, en su comunidad o para mantener
y cuidar a sus familias. Si prestamos atención al trabajo de
cuidados no remunerado, según el Consejo Económico y So-
cial de las Naciones Unidas, los datos de las encuestas rea-
lizadas en 83 países revelaron que, de promedio, las mujeres
Las mujeres conforman el 80 %
de la mano de obra en la industria
textil, que emplea alrededor de 4,2
millones de personas en todo el
mundo.4
Las mujeres también están
sobrerrepresentadas en la economía
informal. De hecho, en las regiones en
desarrollo, hasta el 95 % del trabajo
que realizan las mujeres se encuentra
en la economía informal.5
12. 12 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
Las titulares de derechos de la iniciativa son diversas, y
entre ellas se cuentan las mujeres migrantes,19
mujeres de
zonas rurales y urbanas, y mujeres que se desplazan entre
ambas para trabajar. También contamos con las mujeres que
trabajan en la economía formal, la informal o ambas. Las
mujeres trabajadoras abarcan varios sectores y se ganan la
vida en el sector del trabajo doméstico, en la industria textil
y en fábricas, trabajadoras basadas en su domicilio,20
en la
industria hotelera y en la economía de plataforma21
. Todas
estas mujeres en toda su diversidad también son cuidado-
ras no remuneradas.
Además, otro elemento que conecta a estos diversos gru-
pos de mujeres es que cada vez más se conectan, organizan
y apoyan mutuamente para reclamar su derecho a la dig-
nidad en el hogar y en el trabajo. Por ejemplo, las mujeres
trabajadoras del sector doméstico de Sudáfrica y Kenia, las
maquiladoras 22
en América Central y las camareras de piso
(Las Kellys) en España han creado sistemas de apoyo mutuo
para respaldarse, han aprendido a desentrañar el impacto
de los marcos jurídicos en sus condiciones de trabajo y han
tomado medidas organizando creativas protestas callejeras
y obligando a los responsables de obligaciones ante los tri-
bunales o proponiendo enmiendas legislativas.
Las titulares de derechos de la iniciativa, que se hayan en el
suelo pegajoso y por debajo de él, experimentan desigual-
dades cruzadas basadas en el género y la clase social, pero
también en la raza, la etnia, la edad, la nacionalidad, la re-
ligión, la condición de migrante, la diversidad funcional, el
estado civil y la identidad sexual. Las jóvenes migrantes, en
especial, están cada vez más expuestas a la jornada parcial
involuntaria, a los bajos salarios y a la pobreza laboral. Sin
embargo, la inseguridad en el trabajo no se debe únicamen-
te a un simple efecto del ciclo de la vida. Se debe al aumento
de los niveles de trabajo de cuidados no remunerado rea-
lizado por las mujeres jóvenes, la falta de canales para su
participación efectiva en los espacios existentes de toma
de decisiones políticas, el paternalismo y los sistemas de
creencias discriminatorios contra lxs jóvenes y las mujeres
jóvenes en particular. Estas identidades no solo explican
sus experiencias únicas de explotación y vulnerabilidad en
el lugar de trabajo, sino también su capacidad de organizar-
se colectivamente.
Lxs refugiadxs comprenden alrededor del 8 % del nú-
mero total de migrantes internacionales, y en 2015,
un 47 % de ellxs eran mujeres y niñas. Las ciudades y
pueblos del Oriente Medio, en países como Jordania,
Turquía y el Líbano, están acogiendo a importantes
comunidades de refugiadxs, pero como la OIT remar-
ca, solo una minoría de ellxs, en su mayoría hombres,
acceden a la economía formal. 23
El acceso al trabajo o a los medios de subsisten-
cia puede estar prohibido o restringido por la ley.
De hecho, a medida que el desplazamiento se hace
cada vez más prolongado -ACNUR calcula que lxs
refugiadxs están desplazadxs durante un promedio
de 17 años- las zonas urbanas pueden resultarles
cada vez más atractivas. No obstante, el acceso a
los mercados laborales urbanos puede verse limita-
do por la condición jurídica y el grado de disfrute de
sus derechos económicos y sociales. Al final, lxs re-
fugiadxs que consiguen encontrar trabajo lo hacen
principalmente en la economía informal.
En algunos países, la respuesta se ha dado en el
marco de los llamados “Compacts”. En el caso de
Jordania, su “Compact” tiene por objeto proporcio-
nar permisos de trabajo a un máximo de 200.000 re-
fugiadxs sirixs en los próximos años.24
Sin embargo,
los permisos de trabajo concedidos a través del plan
se han restringido a sectores que no responden a
los perfiles de aptitudes ni a los intereses de las re-
fugiadas sirias, y las investigaciones de Oxfam han
demostrado que, de hecho, solo el 4 % de los per-
misos de trabajo concedidos a lxs refugiadxs sirixs
han ido a parar a mujeres. De hecho, sus opciones
eran limitadas, dadas las restricciones existentes y
las normas de género entorno al trabajo. 25
Por consiguiente, su situación precaria hace vul-
nerables a las mujeres a prácticas discriminatorias,
especialmente en la economía informal, que pueden
dar lugar a la explotación laboral, la denegación de
los principios y derechos fundamentales en el traba-
jo y situaciones de trabajo forzoso y/o en condicio-
nes de servidumbre.
Mujeres refugiadas en
contextos frágiles y urbanos:
el derecho a un trabajo digno
en una crisis prolongada
03. ¿Quiénes son las titulares
de derechos de la iniciativa?
16. 16 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
Todas estas mujeres se enfrentan a la discriminación en la
contratación, la promoción y los despidos; también se en-
frentan al acoso sexual y otras formas de violencias en el lu-
gar de trabajo, y se les niegan sus derechos a los beneficios
de atención sanitaria, maternidad y cuidados de sus hijxs, y
otras prestaciones como las pensiones. En muchos secto-
res, los puestos de supervisión y gestión se reservan a los
hombres, lo que hace imposible el ascenso profesional para
las mujeres en ocupaciones mal remuneradas. Además, las
normas y creencias de género que representan a las muje-
res como trabajadoras dóciles, hábiles y obedientes han
contribuido, en muchos contextos, a que las mujeres estén
cada vez más presentes en esos sectores, y lxs empleador-
Además, las normas y creencias de
género que representan a las mujeres
como trabajadoras dóciles, hábiles
y obedientes han contribuido, en
muchos contextos, a que las mujeres
estén cada vez más presentes en
esos sectores, y lxs empleadorxs
tratan de sacar provecho de las
ventajas que se perciben
de la idoneidad laboral de las mujeres
migrantes, ya que se consideran
sumisas y adecuadas para realizar
tareas repetitivas
y de poco valor.
xs tratan de sacar provecho de las ventajas que se perciben
de la idoneidad laboral de las mujeres migrantes, ya que se
consideran sumisas y adecuadas para realizar tareas repe-
titivas y de poco valor.
Industria hotelera: Las limpiadoras de habitaciones y cama-
reras de piso ganan salarios de miseria, disfrutan de poca o
ninguna seguridad laboral y se enfrentan a graves riesgos
para la salud debido a su pesada carga de trabajo, que pue-
de llegar a 80 camas por día en temporada alta. Contraria-
mente a las hipótesis comunes de que es un trabajo ligero y
fácil, a menudo es extenuante y presenta riesgos para la sa-
lud física y mental de las mujeres. En consecuencia, muchas
mujeres no pueden seguir trabajando cuando llegan a la ve-
jez, momento en que cuentan con pocos o ningún beneficio
de jubilación, lo que las hace vulnerables a la pobreza. La
investigación de Oxfam en Canadá, República Dominicana,
España y Tailandia ha demostrado que las camareras de piso
se sienten invisibles, infravaloradas y no respetadas en el
lugar de trabajo.34
Poniendo el foco en una macrotendencia: la
Cuarta Revolución Industrial y la economía
de plataforma
La iniciativa pondrá el foco en una nueva macrotendencia.
Las mujeres que trabajan como cuidadoras remuneradas
están encontrando cada vez más trabajo en la “economía
de plataforma”. Al igual que otras plataformas digitales
que se han convertido en habituales para la contratación
de servicios a la carta, lxs empleadorxs también están
utilizando estas plataformas para encontrar y contratar
trabajadoras del sector doméstico en línea. Del mismo
modo, la nueva tecnología puede añadir nuevas formas de
control y discriminación a colectivos como las trabajadoras
de la hostelería, por ejemplo, a través de clasificaciones y
críticas en línea. Las trabajadoras a domicilio también se
enfrentan a diferentes retos, ya que las nuevas tecnologías
permiten a las empresas subcontratar cada vez más
elementos de la cadena de producción. En el contexto
de las nuevas tendencias tecnológicas, económicas
y laborales que confinan todavía más a las mujeres al
trabajo poco remunerado, Oxfam quiere asegurarse de que
comprendemos y contribuimos a la creación de pruebas,
liderazgo y poder colectivo para estas mujeres – presentes
en la economía de plataforma, en particular las trabajadoras
del sector doméstico y otras mujeres afectadas por la Cuarta
Revolución Industrial de forma inesperada y potencialmente
desempoderadora.
18. 18 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
04. El valor añadido de Oxfam
Oxfam está bien situado para añadir valor a los esfuerzos
por asegurar el derecho de las mujeres a un trabajo digno,
basándose en sus probados esfuerzos y en el trabajo en
curso en varios países y a escala global:
• Facilitando las conexiones para establecer partenariados
y alianzas estratégicas entre países y regiones, centrán-
dose en amplificar las voces de los movimientos feminis-
tas y de derechos de las mujeres, firmemente anclados
en la lucha de las mujeres por un trabajo digno. El trabajo
en curso de Oxfam en países como Guatemala, Sudáfrica
o Bangladesh está permitiendo que Oxfam conecte los
movimientos de mujeres para lograr un trabajo digno con
alianzas transnacionales más amplias como la Internatio-
nal Domestic Workers Federation, Street-net o Home-net.
En una línea similar, Oxfam en el Líbano está promovien-
do partenariados transversales con OSC para mejorar las
condiciones de lxs trabajadorxs dentro de los sectores
casuales e informales, reuniendo a los movimientos an-
tirracistas (ARM), las redes de mujeres trabajadoras del
sector doméstico migrantes (kafa) y las organizaciones de
derechos de las mujeres (RDFL). La iniciativa global se ba-
sará en estos y otros esfuerzos existentes para amplificar
todavía más las demandas e impulsar el poder colectivo de
las mujeres para un trabajo digno.
• Coordinando una red mundial de influencia (incidencia y
realización de campañas) sobre el derecho de las mujeres
a un trabajo digno. El trabajo de Oxfam en el marco de la
campaña Trading Away our Rights ha demostrado la efica-
cia de un enfoque basado en la construcción de coalicio-
nes más amplias en más de 10 países sobre temas relacio-
nados con las mujeres en el mundo laboral. Oxfam, junto
con los sindicatos y las organizaciones de derechos de las
mujeres, hizo campaña públicamente entorno a días de
lanzamiento conjunto y emprendió una labor de incidencia
basada en las evidencias presentes en informes realiza-
dos a escala nacional y global sobre las prácticas de com-
pra de las empresas en todo el mundo. Las campañas pú-
blicas y el trabajo de los medios de comunicación hicieron
La campaña “What She Makes’” se centra en la industria de la moda australiana.
Busca promover salarios dignos para las mujeres que trabajan en las las cadenas
de valor del sector textil, asegurando condiciones de trabajo seguras y la protec-
ción de sus derechos humanos y laborales. Como resultado de la labor de Oxfam
y sus organizaciones socias:
• Doce empresas, que representan más de veinte marcas, se han comprometido
a trabajar para conseguir un salario digno como resultado de la campaña pública
y el trabajo de Oxfam en incidencia a puerta cerrada. La “Lista de lxs buenxs y lxs
malxs” (‘Naughty or Nice List’ en inglés) en 2019 fue una excelente táctica para
empujar a las marcas a comprometerse de forma realista para asegurar que se
pague un salario digno a todxs lxs trabajadorxs.
• Trece empresas textiles ya han mostrado algunos cambios, haciendo pública la
lista de sus fábricas.
• Las herramientas Company Tracker y Company Report Card se utilizan para reali-
zar el seguimiento del progreso de las marcas de moda que se han comprometido
a trabajar para conseguir un salario digno.
• Más de 130.000 ciudadanxs australianxs se han unido a la campaña y han firma-
do el compromiso de “What She Makes”.
• Más de 50.000 colaboradorxs de “What She Makes” han tomado acciones di-
gitales, incluyendo el envío de correos a las marcas y el uso de Facebook como
parte de la campaña.
Logros clave
de la campaña
“What She Makes”
19. Documento estratégico, septiembre 2019
INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO 19
hincapié en las mujeres como protagonistas y agentes de
cambio como parte de esos momentos globales, mientras
que cada uno de los países planteó cuestiones y deman-
das específicas.
• Desempeñando un papel de convocatoria e intermediación
entre Gobiernos, movimientos sindicales, empresas, re-
des feministas, organizaciones de derechos de las muje-
res, académicxs y actores y movimiento de la sociedad ci-
vil para influir en la toma de decisiones y políticas públicas
y corporativas. Oxfam ha sido capaz de incubar iniciativas
exitosas como la Iniciativa de Alimentos Equitativos en
los EE. UU. (EFI, por sus siglas en inglés), un programa que
aúna a varias partes interesadas y que ha reunido a agen-
tes de todos los puntos de la cadena alimentaria en los
EE. UU. Hoy en día, el EFI ha sido certificado en 27 lugares
de cultivo, que emplean a 29.000 trabajadorxs agrícolas
y cuentan con estrictos protocolos de formación para lxs
trabajadorxs y supervisorxs, con el fin de responder a las
preocupaciones de las mujeres campesinas sobre el acoso
sexual y la calidad de sus alojamientos.
• Facilitando los esfuerzos colectivos para transformar las
estructuras y las relaciones de poder (en el hogar, la co-
munidad, la sociedad civil, las instituciones y nuestras
propias organizaciones) para crear entornos propicios para
la justicia de género y el respeto de los derechos econó-
micos, políticos y sociales de las mujeres. Oxfam ha podido
contribuir a cambios notables en el compromiso político de
las mujeres en la región de Oriente Medio y África del Norte
mediante la aplicación de su enfoque de Liderazgo trans-
formador para el enfoque de los derechos de las mujeres
en el marco de un programa de tres años en OPTI, Marrue-
cos, Túnez y el Yemen. Por ejemplo, en Túnez, 5 de las mu-
jeres que se beneficiaron de las actividades de fomento de
la capacidad de AMAL ganaron las elecciones al Parlamen-
to nacional de Túnez en noviembre de 2014, mientras que
153 mujeres habían asumido cargos directivos formales
o informales a título individual o como parte de un grupo
que dirigía las actividades de incidencia. En Marruecos, las
actividades de promoción emprendidas por lxs miembrxs
de AMAL y otrxs aliadxs contribuyeron a la introducción de
importantes enmiendas en los proyectos de ley electoral.
Se revisó el marco legal elevando la cuota de mujeres en
cargos municipales (que pasó al 27 % en lugar del 12 %); la
cuota en las listas electorales por paridad (50 % de hom-
bres y 50 % de mujeres) y al un menos 30 % de los cargos
regionales serán ocupados por mujeres. Además, en los
cuatro países se promovieron redes locales en alianza con
las organizaciones regionales de defensa de los derechos
humanos para supervisar los presupuestos locales y las
políticas gubernamentales a escala municipal.35
• Llevando a cabo una investigación innovadora basada en
evidencias, combinando hechos concretos e historias po-
derosas no instrumentales de mujeres sobre el terreno, así
como amplificando el discurso de la economía feminista.
Por ejemplo, la campaña de Oxfam “What She Makes” sobre
las condiciones globales del sector de la moda en los paí-
de poder
y género
relaciones
liderazgo
individual
y colectivo para
Transformar
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Conseguir justicia de género para
el respeto de los derechos de todxs
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Imagen 2: Liderazgo transformador
para los derechos de las mujeres
públicas
20. 20 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
ses asiáticos, los informes de Oxfam sobre las condiciones
de trabajo dentro de la industria de procesamiento de aves
de corral en los EE. UU., o los productos de investigación de
‘The dirty secret of tourism’ en la industria hotelera del Ca-
ribe se han basado en la voces de las mujeres en sectores
precarios y feminizados para diagnosticar y concienciar
sobre las lagunas actuales en el derecho al trabajo digno.
Estas campañas y procesos han puesto en el centro las
demandas de las mujeres, y llaman a la movilización pú-
blica para estimular cambios en el comportamiento corpo-
rativo.
• Participando en diálogos políticos de alto nivel para pro-
mover la modificación del actual modelo económico in-
sostenible y buscar alternativas basadas en los derechos
para todas las personas, especialmente las mujeres em-
pobrecidas en los “suelos pegajosos”. Oxfam tiene la opor-
tunidad de colaborar al más alto nivel con lxs principales
interlocutorxs en foros de alto nivel como el Foro Econó-
mico Global, el Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas
sobre el Empoderamiento Económico de las mujeres o las
reuniones del Pacto Global sobre las políticas globales de
migración, así como en foros regionales como el festival
Rethinking Economics for Africa (REFA), en el que Oxfam
lideró la sección de economía feminista, centrándose en
el trabajo digno desde una perspectiva feminista.
• Realizando campañas para concienciar al público en el
ámbito local, nacional y global, junto con los agentes cul-
turales y los dirigentes sociales sobre las injustas condi-
ciones de trabajo y de vida de las mujeres trabajadoras en
todo el mundo. Por ejemplo, Oxfam ha contribuido a con-
cienciar sobre la industria avícola y a aprovechar el poder
de lxs consumidorxs para realizar cambios positivos para
lxs trabajadorxs. Oxfam ha demostrado ser eficaz especial-
mente en aquellas campañas que ponen en el centro re-
formas ambiciosas para mejorar las condiciones de trabajo
y los salarios dignos en los sectores feminizados, como la
campaña “OneWage” en Sudáfrica, “What she Makes” en
Bangladesh, Vietnam e Indonesia; o la Poultry Worker Jus-
tice campaign en los EE. UU. Basándose en esta experien-
cia, Oxfam se centrará en el trabajo digno en las próximas
campañas públicas globales en el marco de Behind the
Price / Behind the Barcodes.
• Presionando y colaborando con las empresas para hacer
cambios que mejoren la situación de las mujeres en su
cadena de suministro, y hacer que los Gobiernos y las em-
presas se responsabilicen de sus compromisos de respe-
tar los derechos de las mujeres. Durante la última década,
Oxfam se ha dirigido al sector privado para promover los
derechos laborales en las industrias textil y de los ali-
mentos, apoyando campañas a favor de unas condiciones
de trabajo dignas utilizando un enfoque interno/externo.
Oxfam ha colaborado con el sector privado, por ejemplo,
con marcas australianas emblemáticas y con supermer-
cados del Reino Unido y Francia, y ha hecho participar a
las empresas en iniciativas de transparencia para prote-
ger los derechos de las mujeres trabajadoras en el sector
agrícola de temporada en Marruecos y Túnez. Estos ejem-
plos ilustran cómo Oxfam se encuentra en una posición
única como organización global de lucha contra la pobre-
za, utilizando su presencia y experiencia sobre el terreno
y su compromiso en varios niveles con los equipos de los
países y las organizaciones de defensa de derechos, todo
ello combinado con su capacidad de trabajar con empre-
sas y marcas e influir en ellas en sus países de “punto de
venta”.
• Usando la experiencia de Oxfam en sectores específicos de
las cadenas de valor globales tales como lxs trabajadoxs
del sector textil y lxs trabajadorxs de temporada, así como
la larga historia de participación de la organización en el
movimiento global de comercio justo como modelo de ne-
gocios alternativo que promueve el trabajo digno para las
mujeres. Oxfam ha trabajado durante varias décadas para
alentar y apoyar a las empresas a mejorar las condiciones
de trabajo en sus operaciones y cadenas de suministro.
Fuimos una de las organizaciones fundadoras de la Ini-
ciativa de Comercio Ético (Ethical Trading Initiative, ETI)
en 1998. Oxfam también ha desarrollado compromisos bi-
laterales con empresas, incluido un diálogo a largo plazo
que nos ha llevado a la colaboración e investigación con
grandes empresas como Unilever y Mars.
• La iniciativa se basará en iniciativas existentes sobre los
cambios de normas sociales como la campaña “Enough!”
de Oxfam, la iniciativa “Women’s Economic Empowerment
and Care” (WE-Care), la incidencia existente en la eco-
nomía de los cuidados en Colombia, México y Bolivia, y el
WEE Knowledge Hub. Estas iniciativas afirman que la vida
y el trabajo de las mujeres -y los mercados laborales en
general- se ven limitados y distorsionados por las normas
sociales prevalecientes en materia de género, por los roles
de género en la economía y por las percepciones en torno
a la propia economía. La campaña “Enough!” ha logrado
modificar las actitudes sobre las relaciones de género y
la normalización de las violencias perpetradas contra las
mujeres -un componente crucial para la seguridad de las
trabajadoras en el lugar de trabajo, y cuando se desplazan
desde y hacia el trabajo.
21. Documento estratégico, septiembre 2019
INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO 21
Echa un vistazo a la guía sobre el
trabajo de cuidados no remunerado
‘Making Policy Care’ aquí
Recursos
clave
• Las políticas de cuidados transformadoras pueden pros-
perar gracias a alianzas más amplias y a procesos de
creación de consenso en los que los movimientos de mu-
jeres han participado activamente con académicxs, movi-
mientos laborales, profesionalxs y políticxs. Oxfam puede
desempeñar un papel clave como intermediario en estos
contextos. De hecho, en varios contextos en los que tra-
bajamos (México, Colombia, Bolivia, Filipinas) Oxfam ha
contribuido a crear redes más amplias de expertxs y Orga-
nizaciones de Derechos de las mujeres para influir en lxs
tomadorxs de decisiones sobre las políticas de cuidados a
escala local y/o nacional, lo que ha dado lugar a foros na-
cionales de diálogo sobre políticas públicas de cuidados.
En el caso de México, Oxfam ha facilitado el desarrollo de
una poderosa alianza de múltiples partes interesadas para
abogar por una distribución justa del trabajo de cuidados
no remunerado. La alianza está elaborando una estrate-
gia de influencia y cuenta con más de 70 miembrxs que
se ocupan del trabajo de cuidados no remunerado desde
diferentes perspectivas, entre ellas los derechos de las
mujeres y la justicia económica.
• Generando conocimientos y reforzando las capacidades de
las organizaciones de la sociedad civil. El WEE Knowledge
Hub de Oxfam (Nodo de Conocimiento de Oxfam en Empo-
deramiento Económico de las mujeres) ha trabajado en los
últimos años en el desarrollo de metodologías participa-
tivas y “herramientas de cuidados” para reunir evidencias
sobre el trabajo de cuidados no remunerado (análisis rá-
pido del cuidado, trabajo sobre las normas sociales y los
cuidados, encuestas sobre los cuidados en los hogares),
así como metodologías de formación de formadorxs y guías
de influencia sobre la cuestión para las organizaciones so-
cias y aliadxs de Oxfam. Los programas actuales en varios
países, como en Bangladesh, se basa en la metodología de
análisis rápido de los cuidados para identificar y abordar
de manera recurrente el diagnóstico del trabajo de cuida-
dos cuando se elaboran programas de desarrollo.
• Oxfam también posee una experiencia incipiente en la pro-
moción de los medios de vida de las mujeres a través de
varias iniciativas para fomentar las cooperativas de mu-
jeres y el empresariado social de las mujeres en la región
MENA y en Sudáfrica. Oxfam se basará en esta labor e inte-
grará progresivamente los 10 elementos principales de la
definición de trabajo digno de Oxfam (véase la sección 6) a
fin de asegurar que las mujeres accedan a condiciones de
trabajo dignas en el marco de las actuales intervenciones
de Oxfam.
26. 26 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
dividendos a cualquier precio.
De hecho, la creciente flexibilidad del mercado laboral ha
establecido los parámetros de un nuevo entorno propicio
para la explotación de lxs trabajadorxs migrantes. Un cre-
ciente conjunto de investigaciones está revelando cada vez
más condiciones laborales cercanas a la esclavitud, espe-
cialmente para las mujeres en los segmentos más desfavo-
recidos del mercado, tales como jornalerxs y trabajadorxs
domésticxs, que quedan atrapadxs en relaciones laborales
de explotación y que incluyen métodos arbitrarios de con-
trol por parte de lxs empleadorxs, retención de pasaportes,
servidumbre por deudas y el uso o la amenaza de violencia.36
Por otro lado, la legislación y las políticas nacionales que
determinan la condición de migrante desempeñan un papel
activo en la reproducción de la precariedad laboral de las
mujeres migrantes, regulando no solo el flujo de migrantes
hacia un país determinado, sino también los tipos de migran-
tes que están a disposición de lxs empleadorxs. Las norma-
tivas de migración actuales tienden a ser restrictivas y a no
disponer de canales regulares, por lo que crean mercados
laborales paralelos que les conducen a la economía informal.
Incluso cuando existen canales regulares, la contratación y
el despliegue en los países de destino pueden tener lugar
en virtud de acuerdos bilaterales intergubernamentales que
hacen caso omiso de las normas internacionales, permiten
restricciones de los derechos laborales de lxs trabajadorxs
migrantes en los países de destino y facilitan el trato discri-
minatorio, incluidas las estipulaciones de una remuneración
diferente por el mismo trabajo y las prohibiciones explícitas
sobre la organización sindical.37
Imagen 3: Causas estructurales
que socavan el acceso de las mujeres
a un trabajo digno
Ideologías
y políticas
neoliberales.
Normas y
creencias sociales
discriminatorias
Distribución
injusta del
trabajo de
cuidados no
remunerado
Políticas
discriminatorias
hacia mujeres
y niñas
Silenciamiento
de las voces
de las mujeres
Patriarcado
CAPITALISMo
En general,el actual modelo económico capitalista funciona
dentro de un sistema patriarcal en el que ambos sistemas
refuerzan múltiples capas de desigualdad que se entrecru-
zan en función del género, la clase, la raza, la etnia, la edad,
la nacionalidad, la identidad sexual, la diversidad funcional
y la condición de migrante. El actual modelo económico glo-
bal se basa en el trabajo no remunerado, invisible e infrava-
lorado de las mujeres, que genera beneficios y acumulación
de riqueza para los demás. También se basa en la búsqueda
del “crecimiento”, apoyándose especialmente en las muje-
res que se encuentran en el suelo pegajosos y por debajo de
él, que tradicionalmente se han considerado en los márge-
nes de la economía pero que de hecho son fundamentales
para ella -especialmente las mujeres migrantes, jóvenes y
las mujeres que son las únicas proveedoras de su familia.
Abordar las causas estructurales de la injusticia de géne-
ro y las desigualdades económicas implica transformar las
normas sociales y sistemas de creencias perjudiciales que
reproducen y normalizan la discriminación contra las muje-
res, a la vez que abordamos la falta de reconocimiento y la
distribución injusta del trabajo de cuidados, y revertimos la
infrarrepresentación en espacios formales e informales de
influencia a escala local, nacional e internacional.38
El actual sistema neoliberal define el trabajo como una ac-
tividad productiva que es remunerada, ignorando a las mu-
chas personas, en particular a las mujeres, que se dedican
a actividades económicas; así como a lxs desempleadxs y
al trabajo no remunerado que contribuye a las familias y a
sus comunidades de muchas maneras productivas. Nuestra
intención es desafiar esta definición de “trabajo”, que equi-
28. 28 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
Oxfam cree que la dignidad es una característica universal
inherente a cada individuo. Así, el trabajo digno es el que
permite a lxs trabajadorxs ser respetadxs como seres hu-
manos, no como medios de producción, y que rechaza la
También queremos ampliar la
noción de “lugar de trabajo” e
incluir aquellos espacios en los que
trabajan las titulares de derechos
de la iniciativa. En Oxfam creemos
que el trabajo remunerado y no
remunerado de las mujeres debe ser
reconocido, valorado, representado y
redistribuido.
mercantilización del trabajo. El trabajo digno es aquel que
preserva el sentido del orgullo, la autoestima y el valor de
lxs demás. Si bien se reconoce la importancia del sentido in-
dividual de la autoestima y el valor, el trabajo digno también
implica la posibilidad de que las mujeres reconozcan colec-
tivamente su condición de trabajadorxs y profesionales, es-
pecialmente cuando trabajan en sectores muy feminizados
que se consideran poco cualificados, reciben bajos salarios
y cuya “invisibilidad” las deja a merced de algunas de las
violaciones más flagrantes de sus derechos como seres hu-
manos y como trabajadorxs. Por este motivo, la definición de
trabajo digno resuena con el trabajo que permite que florez-
ca la voluntad colectiva y la organización para la acción. Es el
primer paso para crear sistemas de apoyo mutuos y reclamar
colectivamente los derechos de las mujeres.
35. Documento estratégico, septiembre 2019
INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO 35
en las regiones del Oriente Medio, el Magreb, la región de
Asia-Pacífico, Europa, los Estados Unidos, África del Sur,
América Latina y el Caribe.41
Oxfam y sus organizaciones socias trabajarán activamente
para apoyar la organización y el poder colectivo de las mu-
jeres como el principal desencadenante del cambio. Oxfam
en Sudáfrica, por ejemplo, a través de su plataforma de la
campaña Domestic Workers Rising y sus vínculos con orga-
nizaciones socias como la International Domestic Workers
Federation, ha fortalecido las capacidades de los grupos de
mujeres y de las trabajadoras del sector doméstico que se
organizan y ha contribuido a ejercer presión e influir en las
acciones políticas. Oxfam y sus organizaciones socias apo-
yarán y facilitarán la conexión entre los grupos de mujeres
y agentes, así como las personas influyentes de los medios
de comunicación, los sindicatos, lxs académicxs feminis-
tas, las organizaciones de trabajadorxs y el sector privado.
Creemos que este programa es vital para contribuir a que las
mujeres ejerzan su derecho a un trabajo y una vida dignos,
y a que vivan en sociedades en las que la riqueza y el poder
se distribuyan de forma más equitativa para favorecer a mu-
chxs en lugar de a unxs pocxs. Esto también significa que
contribuiremos a un cambio global de poder del 1 % al 99 %,
reclamando la economía como una herramienta integral
para satisfacer las necesidades de las personas y sostener
la vida y el planeta en sí mismo, no solo como un vehículo
para que las élites obtengan beneficios a corto plazo, como
muchas economistas feministas han defendido desde hace
décadas (Amaia Pérez Orozco, Diane Elson, Lourdes Bene-
ría y Diane Perrons, por mencionar algunas). Aprovechando
los momentos globales de campañas públicas, como los in-
formes anuales de Oxfam sobre la desigualdad ante el Foro
Económico Global de Davos, o los hitos globales de la Cam-
paña “Behind the Barcodes”, ya estamos introduciendo en
el debate global cómo podría ser una economía de este tipo
y qué impacto tendrían unas condiciones de trabajo dignas
en la vida de las mujeres.
El primer fundamento para este trabajo es que las muje-
res tengan el espacio y los recursos que necesitan para
definir sus demandas de trabajo digno y así conseguir los
cambios que quieren en sus vidas. Promover el liderazgo
transformador de las mujeres para conseguir sus derechos,
por lo tanto, forma el primer elemento fundamental del pro-
grama. Basándonos en el Marco de Oxfam sobre Liderazgo
Transformador para los Derechos de las mujeres (TLWR, en
inglés), que ya se ha puesto en marcha con éxito en varios
países, haremos lo siguiente: apoyar la concienciación de
las mujeres sobre sus derechos laborales; facilitar la orga-
nización de las mujeres como trabajadoras; apoyarlas en el
refuerzo de sus capacidades, su confianza y la autoesti-
ma que necesitan para influir en quienes ocupan posicio-
nes de poder a fin de lograr los cambios que desean ver;
y obligar a comprometer a quienes tienen el poder de fa-
cilitar el cambio. El enfoque de los TLWR de Oxfam trata de
promover los derechos de las mujeres basándose en cinco
pilares de trabajo: reforzar el conocimiento, la conciencia
y las capacidades individuales; construir la sostenibilidad
de las organizaciones y redes de derechos de las mujeres;
influir en las normas informales y las prácticas excluyentes
y en las reglas y políticas formales; así como promover la
responsabilidad social para el avance de los derechos de
las mujeres.
La fructífera labor realizada en los TLWR de Marruecos para
fortalecer la acción colectiva de las trabajadoras a escala
local ha sido la base para abordar las violaciones de los de-
rechos y proporcionar recursos a las mujeres que trabajan
en fábricas y granjas, aumentar el acceso de las trabajado-
ras a la información sobre los derechos laborales y lograr
una mejora de las condiciones de trabajo en el sector de los
frutos rojos. Paralelamente, a escala nacional, se han crea-
do mesas redondas de partes interesadas para fomentar la
colaboración entre lxs productorxs de fresas marroquíes, la
sociedad civil, las instituciones estatales, lxs expertxs y las
mismas mujeres trabajadoras. El reconocimiento de que el
cambio a nivel individual de las mujeres modificará la con-
ciencia, las actitudes y los comportamientos de otras per-
sonas influyentes proporciona la base para el cambio colec-
tivo, incluidos los cambios en las normas discriminatorias,
las prácticas del sector privado, un mayor reconocimiento y
redistribución del trabajo de cuidados y los cambios en las
políticas e instituciones.
El reconocimiento de que el cambio
a nivel individual de las mujeres
modificará la conciencia, las
actitudes y los comportamientos
de otras personas influyentes
proporciona la base para el cambio
colectivo, incluidos los cambios
en las normas discriminatorias, las
prácticas del sector privado, un mayor
reconocimiento y redistribución del
trabajo de cuidados y los cambios en
las políticas e instituciones.
36. 36 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
El segundo fundamento de este trabajo son las normas so-
ciales. La iniciativa se basará en propuestas existentes de
cambio de normas sociales como (por ejemplo) la campaña
“Enough!” de Oxfam, la iniciativa “Women’s Economic Em-
powerment and Care” (WE-Care), la incidencia en la econo-
mía de los cuidados en Colombia, México y Bolivia, y el WEE
Knowledge Hub.
Oxfam cree que los cambios
incrementales para redefinir
las normas sociales existentes
conducirán finalmente a que las
mujeres tengan más opciones,
mejores condiciones de trabajo y
disfruten de un trabajo y una vida
dignos, independientemente del
trabajo que realicen.
Si realmente queremos cambiar el
equilibrio de poder de unxs pocxs a la
mayoría y reclamar la economía como
una herramienta para servir a las
necesidades de todas las personas
y sostener nuestro planeta, tenemos
que empezar preguntándonos qué
es la economía y cuáles son sus
objetivos principales.
Visita aquí el Marco de Oxfam del
Liderazgo Transformador para los
Derechos de las mujeres que incluye
estrategias inspiradoras clave para
conseguir el cambio dentro de sus
cinco pilares de trabajo.
Recursos
clave
Las organizaciones socias de Oxfam y de los derechos de
las mujeres (UWONET, PKKK, FEM- NET) han cuestionado la
percepción de que el trabajo no remunerado y las activi-
dades de cuidados son “no laborales”, no especializadas y
de escaso valor, tanto directamente con las comunidades
como en la política del Gobierno nacional y la publicidad
corporativa. Oxfam y sus organizaciones socias también
han promovido una mayor participación de las mujeres (y los
hombres) en ocupaciones no tradicionales. Todas estas ac-
ciones han contribuido a un cambio de las normas sociales
de género y de las normas sobre la actividad económica
que actualmente impiden a las mujeres realizar de manera
efectiva su derecho a un trabajo digno. Oxfam cree que los
cambios incrementales para redefinir las normas sociales
existentes conducirán finalmente a que las mujeres tengan
más opciones, mejores condiciones de trabajo y disfruten
de un trabajo y una vida dignos, independientemente del
trabajo que realicen.
Por un lado, Oxfam y sus organizaciones socias están traba-
jando para desafiar y redefinir las normas sobre los roles
económicos de género que contribuyen a la segregación
ocupacional generalizada y duradera, la inseguridad labo-
ral de las mujeres, la creciente precariedad en el trabajo y
la desigual responsabilidad de las mujeres en el trabajo de
cuidados, por nombrar algunas de las realidades cotidianas
a las que se enfrentan las mujeres en el suelo pegajoso y por
debajo de él. Las comunicaciones públicas, basadas en una
rigurosa investigación de las normas en un contexto especí-
fico, ponen en tela de juicio ciertas creencias acerca de que
las mujeres son amas de casa y los hombres son el sostén
de la familia. Las normas sobre las cualidades intrínsecas
masculinas y femeninas suelen ser problemáticas, como el
hecho de que las mujeres tengan unas manos más habili-
dosas, mientras que se espera que los hombres realicen un
trabajo pesado, técnico y físico. Oxfam seguirá colaborando
con sus organizaciones socias y aliadxs utilizando diversas
estrategias (entre ellas la investigación, la movilización po-
pular, el refuerzo de capacidades a escala comunitaria, el
entretenimiento educativo y las campañas) para poner de
manifiesto el papel fundamental que desempeñan esas
normas. El objetivo es ayudar a desplazar una de las causas
fundamentales más omnipresentes, estructurales y dura-
deras de la injusticia de género en el ámbito laboral.
Por otra parte, Oxfam y sus organizaciones socias también
están trabajando para poner de relieve el papel que desem-
peñan las normas sobre la economía en varios ámbitos de la
formulación de políticas y en las prácticas del sector privado
que impiden a las mujeres acceder a un trabajo digno. Por
ejemplo, las normas que transmiten que la economía es solo
el llamado “mercado” (ignorando las actividades no mercan-
tiles) o las normas que no reconocen los hogares privados
como lugares de trabajo ayudan a perpetuar la exclusión de
las trabajadoras del sector doméstico y/o con base en el
hogar de la legislación laboral, y el fracaso de las estadísti-
cas para captar a lxs cuidadorxs no remuneradxs como inte-
grantes de la mano de obra. Cuando el trabajo de cuidados
(remunerado y no remunerado) se entiende como un sector
de la economía, con condiciones arduas y peligrosas (por
ejemplo, humo en interiores, trabajo físico duro, triple carga
38. 38 INICIATIVA POR EL DERECHO DE LAS MUJERES A UN TRABAJO DIGNO
Documento estratégico, septiembre 2019
Los elementos básicos descritos anteriormente tratarán de
contribuir a diversos objetivos en el marco de los cuatro re-
sultados siguientes:
Resultado 1 - El poder organizativo y
colectivo de las mujeres
¿Por qué? Apoyar a las mujeres en toda su diversidad a
construir y consolidar su poder colectivo y organizarse para
la acción debería ser el centro de cualquier programa de tra-
bajo digno para las mismas. Como se estipula en la defini-
ción de Oxfam del trabajo digno, la dignidad implica no solo
un sentido individual de autoestima, sino también el reco-
nocimiento colectivo del papel de cada mujer como trabaja-
dora o profesional (un sentimiento colectivo de autoestima
y de valor añadido al trabajo que se realiza), especialmente
en sectores históricamente feminizados, mal pagados e “in-
visibles” (como el trabajo doméstico). Este es un paso esen-
cial para que la solidaridad colectiva florezca en empleos
en los que las mujeres han sufrido graves violaciones de sus
derechos; también es una condición previa para crear siste-
mas de apoyo mutuo que permitan a las mujeres organizar
y reclamar colectivamente sus derechos. Para ello, Oxfam
debe estar dispuesto a comprender y promover la necesidad
y facilitar los procesos de solidaridad entre mujeres de di-
versas identidades que se enfrentan a graves abusos de sus
derechos en sectores específicos de la economía (como la
industria textil y de la alimentación o el trabajo doméstico).
¿Qué? Los cambios específicos a los que contribuirá la ini-
ciativa son los siguientes.
1. Las redes y acción colectiva (en línea y presenciales) son
reforzadas entorno a los temas de trabajo digno de las mu-
jeres (por ejemplo, redes de mujeres del sector del trabajo
doméstico).
2. Mujeres en el ámbito comunitario y de base se organizan
para involucrase y conectar con organizaciones y/o redes
más extensas que trabajan en el ámbito de los derechos
de las mujeres para documentar los abusos de los dere-
chos de las mujeres en el trabajo (en el sector público o
privado) e influir en los procesos de adopción de decisio-
nes en ambos sectores.
3. Las voces de las mujeres y el liderazgo transformador son
potenciadas en las organizaciones de trabajadorxs, las
cooperativas de productorxs y sindicatos.
4. Conexiones más fuertes entre los sindicatos de mujeres
y los colectivos organizados (por ejemplo, mujeres traba-
jadoras del sector doméstico, organizaciones de mujeres
trabajadoras migrantes) son construidas como medio para
mejorar las negociaciones colectivas.
Resultado 2 - Una organización social
más justa del trabajo de cuidados
¿Por qué? En todo el mundo, sin excepción, las mujeres
desempeñan la mayoría del trabajo de cuidados no remu-
nerado, y también representan la abrumadora mayoría de la
mano de obra del trabajo de cuidados remunerado global.
Las mujeres, habitualmente, reciben poco o ningún reco-
nocimiento por el trabajo de cuidados, que a pesar de ser
ampliamente invisible y no definirse como un trabajo en sí,
es en realidad el trabajo que hace posible cualquier otro tipo
de trabajo y sostiene la vida, las personas y la economía.
¿Qué? Sobre la base del trabajo existente desarrollado por
las iniciativas WE-Care e influyendo en las agendas sobre
políticas de cuidados iniciadas en varios países de las re-
giones MENA y LAC, los cambios específicos a los que con-
tribuirá la iniciativa son los siguientes.
1. El Gobierno y los actores del sector privado reconocen el
derecho de las mujeres y las chicas al trabajo de cuidado
remunerado y no remunerado como una contribución vital
a la economía y gestionan su distribución desigual como
una prioridad.
2. Lxs tomadorxs de decisiones recopilan de forma regular
datos sobre el trabajo de cuidados y doméstico no re-
munerado y redactan informes nacionales que reflejan el
trabajo informal y no remunerado que las mujeres llevan
a cabo.
3. Las políticas y las estrategias nacionales incluyen com-
promisos concretos y medidas para redistribuir más equi-
tativamente el trabajo de cuidados no remunerado – tanto
en el seno de las familias como entre las familias, el Esta-
do, las organizaciones de la sociedad civil (OSC), las co-
munidades y el sector privado. Las políticas podrían incluir
permisos parentales adecuados, guarderías públicas o
programas de cuidados para la tercera edad disponibles
para las mujeres, especialmente para las que viven en la
pobreza.
II. Resultados de la iniciativa