La arquitectura colonial se caracterizó por la influencia de los estilos europeos traídos a América durante la colonización. Los colonizadores españoles y portugueses construyeron ciudades y edificios siguiendo modelos renacentistas y barrocos, aunque adaptados a los materiales y clima de las nuevas tierras. Estos estilos coloniales marcaron el desarrollo urbano y arquitectónico de gran parte de América Latina.