El documento resume las principales características de la arquitectura romana. Destaca que los muros eran el principal elemento sustentante y las columnas tenían solo función decorativa. El hormigón se usó ampliamente desde el siglo II a.C. debido a su bajo costo, dureza y resistencia. Entre los principales tipos de construcciones romanas se encontraban las termas, acueductos, basílicas, columnas conmemorativas y viviendas como las insulae.