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ALBERT SOLER CARBONELL
Ingeniero técnico-quimico
FREMAP. Mútua de Accidentes
de Trabajo y Enfermedades
Profesionales de la Seguridad Social
Aspectosdeseguridad
enelmantenimientodecalderas
I SUMARIO
El riesgo de explosión de un generador de vapor debe ser eliminado
a través de un buen diseño, construcción correcta, órganos de regu-
lación y control adecuados, así como un mantenimiento preventivo.
Este mantenimiento nos garantizará la seguridad en el equipo a través
del control de una serie de parámetros que detectarán desviaciones
peligrosas de las condiciones óptimas de funcionamiento.
Palabras clave: Calderas de vapor, generadores de vapor, mantenimiento,
aparatos a presión.
INTRODUCCION
El empleo de fluidos a presión es
un hecho cada vez más frecuente en
numerosas actividades humanas y en
muchos procesos industriales.
Uno de los equipos que generan
fluidos a presión son las calderas.
En una caldera se transforma una
fuente de energía en utilizable, en for-
ma de calorías, a través de un medio
de transporte en fase líquida o vapor.
La liberación de esta energía de
manera violenta, a través de una ex-
MAPFRE SEGURIDAD. N o 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 3
plosión, constituye el mayor riesgo
de estos equipos, puesto que los efec-
tos de la onda expansiva pueden afec-
tar gravemente a las personas y/o bie-
nes.
Para evitar la actualización de este
riesgo existe un conjunto de medidas
de seguridad, cuyo exacto cumpli-
miento nos permitirá obtener un gra-
do de seguridad aceptable en nues-
tras calderas.
Estas medidas de seguridad están
encaminadas a eliminar las posibles
causas de accidentes. Tal como se
puede observar en la Fig. 1, estas cau-
sas se dividen en tres grandes gru-
pos.
La causa principal de accidentes
en calderas y recipientes a presión
es un diseño y construcción inade-
cuados, representando casi un 70 por
100 del total de las causas.
La actuación del usuario frente a
esta causa de accidentabilidad queda
limitada al momento de adquisición
de la caldera. En ese momento se
debe exigir el equipo adecuado al
uso a que va a someterse, solicitando
el expediente de control de calidad.
En este expediente se reflejará entre
otras cosas, el resultado de los con-
troles e inspecciones a que se ha so-
metido la caldera, dándonos una ga-
rantía de su correcto diseño y cons-
trucción.
En las otras dos causas de acci-
dentes, que representan aproxima-
damente un 30 por 100 del total de
los mismos, tiene una importancia
fundamental la actuación del usuario
de calderas. Por una parte, vemos
que la operación y la manipulación
incorrectas realizadas por el operario
que se halla al frente de una caldera
puede llegara producir un accidente,
el cual se solventaría, en cierto modo,
mediante una correcta formación del
operario. Esta formación se recoge
en la normativa legal vigente, al exigir
la obtención del carnet de operado-
res de calderas.
Por último, un mantenimiento e ins-
pecciones adecuadas pueden elimi-
nar el riesgo de accidentes. Como
se observa en la figura 1, un 16 por
100 de las causas de los accidentes
son producidos por fallos en el man-
tenimiento.
Mediante este artículo pretende-
mos estudiar lis condiciones que de-
be reunir un correcto mantenimiento.
Para ello, evaluaremos las caracte-
rísticas que debe reunir el agua que
utilizamos en los generadores de va-
por, puesto que unas características
inadecuadas son fuente de incrusta-
ciones y corrosiones.
También nos haremos eco de las
características necesarias para efec-
FIGURA 1. Causas de accidentes en calderas y recipientes a presión.
III
DISEÑO Y CONSTRUCCION
INADECUADOS 69,0%
MANTENIMIENTO E INSPECCION
INADECUADOS 16,0%
OPERACION Y MANIPULACION
INCORRECTAS 15,0%
tuar una combustión correcta. Si ésta
es incompleta o con combustibles de
determinadas características, tendre-
mos, por una parte, una disminución
en el rendimiento de nuestro equipo,
así como la posibilidad de aparición
de corrosiones en la zona de humos.
Por último, estudiaremos la forma
de averiguar si el mantenimiento que
efectuamos es el apropiado o no: las
revisiones e Inspecciones periódicas.
INCRUSTACIONES
EN EL LADO AGUA
Uno de los problemas importantes
con que nos encontramos en los ge-
neradores de vapor son las incrusta-
ciones que se forman en el lado agua
de la caldera. Estas incrustaciones
se forman a partir de las sustancias
en suspensión y disueltas que lleva
el agua.
Algunas de estas sustancias (el oxi-
geno, el anhídrido carbónico, etc.)
producen la corrosión del acero, pro-
blemática que se estudiará posterior-
mente.
Otras de las sustancias presentes
en el agua, como el bicarbonato cál-
cico, se descomponen por el efecto
de la temperatura, precipitando en
forma de carbonato. Los sulfatos cál-
cicos alcanzan la concentración de
saturación y también precipitan.
Este precipitado, con sus propie-
dades adherentes, se fija en las su-
perficies de transmisión del calor de
la caldera, dificultando la misma.
Para mantener la velocidad espe-
cífica de transmisión de calor, defi-
nida por la expresión:
Q
-=U-At
A
sólo podemos aumentar la tempera-
tura forzando la combustión. El ca-
lentamiento provocado por forzar las
condiciones de combustión provoca
la no carburización de la matriz de
acero, disminuyendo su resistencia
como consecuencia de la menor ca-
racterística mecánica de la ferrita res-
pecto a la cementita.
Consecuencia de esta fragilización
de la matríz metálica es la fisuración
por falta de cayacterísticas de ducti-
bilidad, pudiéndose llegara la rotura
de una parte sometida a presión y,
por consiguiente, a una explosión.
Así, pues, para disponer de un co-
rrecto mantenimiento es necesario
disponer de un adecuado tratamiento
del agua de alimentación, cuyo ob-
jetivo principal será la eliminación de
la posibilidad de formación de incrus-
taciones.
Este tratamiento debe lograr eli-
minar todas las sustancias perjudi-
ciales para el normal funcionamiento
del generador de vapor, consistiendo
el tratamiento en:
a) La eliminación de las materias
en suspensión.
b) La eliminación de las materias
disueltas.
c) La eliminación de los gases disu-
eltos.
El primer caso, -la eliminación de
las materias en suspensión- se con-
seguirá a través de la filtración, coa-
gulación, floculación y decantación
del agua, consiguiendo con este pro-
ceso retener las partículas de tamaño
superior a 0,9-l ,2 mm.
La coagulación consiste en la des-
estabilización de las partículas- por
la disminución de las fuerzas que tien-
den a mantenerlas separadas, dismi-
nución provocada por la acción de
un coagulante.
La floculación es el paso posterior,
en el que se consigue la formación
de partículas de tamaño sedimenta-
ble, debido a la formación de puentes
químicos 0 enlaces físicos.
Las sustancias coagulantes emplea-
das comunmente son el sulfato de
alúmina, el policloruro de aluminio,
4 MAPFRE SEGURIDAD N ’ 49 PRIMER TRIMESTRE 1993
el aluminato sódico, el sulfato ferro-
so, el sulfato férrico, el cloruro férri-
co, etc.
Posteriormente a la coagulación-
floculación se procede a una decan-
tación como medio de eliminación
de las partículas sedimentables for-
madas.
En una segunda etapa es muy im-
portante eliminar las materias disuel-
tas en el agua. Estas materias di-
sueltas forman lo que se denomina
la dureza del agua: un agua dura con-
tiene gran cantidad de sustancias di-
sueltas, y por contra, un agua poco
dura o blanda, contiene poca canti-
dad.
Esta dureza total se divide en tem-
poral y permanente.
La primera está formada básica-
mente por bicarbonatos de cálcio y
magnesio, que se descomponen por
la simple acción del calor. Esta des-
composición forma un carbonato
prácticamente insoluble, que elimina
una parte del catión Ca++ o Mg++,
respectivamente.
La dureza permanente está forma-
da por las sales (cloruros, sulfuros,
etc.), que no se eliminan por la ac-
ción térmica.
Esta dureza es la causante de la
formación de la costra de carácter
pétreo, que dificulta la transmisión
del calor, con la problemática que
ya se ha indicado.
Para eliminar la problemática que
nos supone el disponer de un agua
dura, existen diversos métodos de
ablandamiento del agua. Los méto-
dos químicos (de la cal-sosa, de la
sosa cáustica, de la sosa, del carbo-
nato bárico, del fosfato sódico, etc.)
se fundamentan en la adición de una
sustancia química que provoque la
precipitación de los iones cálcicos y
magnésicos, así como su posterior
eliminación (Fig. 2).
Un método muy utilizado para la
eliminación de la dureza del agua es
el que se fundamenta en el intercam-
bio iónico, consistente en sustituir
los iones de una disolución por otros
del denominado ion-cambiador. A
principios de siglo empezó a utilizar-
se este procedimiento mediante las
zeolitas naturales 0 artificiales (per-
mutitas). Posteriormente se introdujo
el uso de las resinas como sustancias
ion-cambiadoras, que resisten me-
dios más variados que las zeolitas.
Este procedimiento de tratamiento
del agua nos permite la obtenc¡,%
de la misma, totalmente desminera-
lizada.
Los intercambiadores de iones en
que se basa este método se pueden
clasificar en catiónicos y aniónicos,
en función del tipo de ion que retie-
FIGURA 2. Métodos químicos de eliminación de la dureza.
dureza temporal
2 Ca+’ + 2 CO3 Hm + 2 OH-- 2 H, 0 + 2 CO3 Ca
co3+ Mg +’ + Cati + 2 OH F CO, Ca + Mg (OH),
dureza permanente
Ca”’ (sales de calcio) + CO3 (del CO3 Na,) - CO3 Ca
Mg+’ (sales de magnesio) + 2 OH- (del Ca (OH),)- Mg (OH),
METODO DEL NaOH
H +Cai’+2Ne+Lq
H- + Mg++ + 4 0
nen (Fig. 3). Los intercambiadores
de cationes, denominados catióni-
cos, se clasifican en:
- Catiónico fuerte 0 fuertemente
ácidos: son los que retienen todos
los cationes.
- Catiónico débil o carboxílico: re-
tienen los carbonatos y bicarbonatos.
Asimismo, los intercambiadores
aniónicos los podemos clasificar en:
FIGURA 3.
Reacciones de intercambio de iones.
H, 2 + CaSO,- CaZ + H2 SO4
H2 Z + MgCl - MgZ + 2 HCI
H, Z + Na,SiO,- Na2 Z + SiO* f HP 0
H2 Z + MgCO - MgZ + CO* + H2 0
R (OH), + H2 SO4 - RS04 + 2 H2 0
- Fuertemente básicos: retienen
a todos los aniones.
- Débilmente básicos: sólo retie-
nen los aniones fuertes (SO;, Cl-,
N&, etc.).
Según las características del agua
y al uso a que va destinada, se utiliza
un simple aparato con lechos mez-
clados, que contiene, a la vez, las re-
sinas aiónicas y catiónicas fuertes, 0
se utiliza una cadena de aparatos,
que comprende una serie de inter-
cambiadores de cationes y aniones,
y un desgasificador para eliminar el
COZ y el 02, así como un aparato de
seguridad, de lechos mezclados, para
eliminar las trazas de cationes y anio-
nes residuales (Fig. 4).
CORROSION EN EL LADO AGUA
R (OH), + 2 HCI - RClp + 2
R (OH), + SiOp - RSi03 + HP l
lm-
Una de las posibles causas de ac-
R (OH), + COZ- RCOB + Hz (*identes en los generadores de vapor
:onsiste en la -rotura de las partes
FIGURA 4. Instalación de mtercammo ae tones (esquem;
Tipo de 1 Acido 1 Base 1 ) Base 1
I columna 1 fuerte débil 1 fuerte Lecho mezclado
Regenerante 1 la OH Na CH Ac + B
Principales
iones
eliminados
Ca++
Mg++
Na’
Agua
Desgasificado desmineralizada
so-- 2 H+ coy Trazas
cl- + sioa- residuales
coi-
MAPFRE SEGURIDAD N.’ 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 5
FIGURA 5. Efecto del pH en la velocidad de corrosión de un acero.
-3 imprescindible disponer
de un adecuado tratamiento
del agua de alimentación,
lyo objetivo principal será
eliminación de toda
xibilidad de formación de
crustaciones.
sometidas a presión, con la posibili-
dad de que la mencionada rotura pro-
voque una explosión.
Esta rotura puede obedecer a un
debilitamiento de las chapas o de los
tubos de la caldera, debido a la co-
rrosión. La presencia de agua nece-
saria para la producción del vapor
produce la corrosión, aun sin la pre-
sencia del oxígeno disuelto.
No obstante, esta corrosión, en de-
terminadas formas, puede ser bene-
ficiosa: puede detenerse por sí sola,
impidiendo un ataque más severo.
En ausencia de oxígeno y a tem-
peraturas superiores a 50 OC se forma
la magnética (Fe, 0,, por la reacción:
4 H2 0 + 3 Fe - Fe, O4 + 4 H,
Proporcionándonos una película
compacta y adherente, que presenta
una propiedad esencial: frena un pos-
terior ataque de la corrosión, forman-
do, en definitiva, una capa protectora.
Así pues, la formación correcta de
esta capa es de importancia. Por ello,
antes de entrar en servicio, una ins-
talación nueva ha de limpiarse com-
pletamente, con el fin de eliminar las
grasas y otras sustancias que pudie-
ran resultar de las operaciones de
fabricación y montaje
Deben evitarse, a la capa de mag-
netita, toda las condiciones fuerte-
mente agresivas, como, por ejemplo,
las paradas o puestas en marcha brus-
cas, las variaciones repentinas de pre-
sión y de pH.
La máxima protección del acero se
consigue con un pH entre 9 y 12 (Fig.
5), correspondientes a niveles de
NaOH entre 0,4 y 400 ppm en solu-
ción. Medios ácidos o fuertemente
3650 365
/ 36,
VALOR APROXIMADO DEL PH A 25 OC
5
65
3
/
IOC
alcalinos disuelven la magnetita, cau-
sando así la corrosión del acero.
Esta formación de magnetita se ha
realizado en ausencia de oxígeno. Si
tuviéramos este gas disuelto en el
agua, el producto final no sería la
magnetita, sino el Fe (OH),.
Esta masa porosa de herrumbe no
protectora tiende a socavarse por el
óxido férrico hidratado, formando fi-
suras y discontinuidades. Este depó-
sito de masa porosa puede causar,
en aguas con oxígeno, el funciona-
miento de pilas de aireación diferen-
cial, provocándose entonces la co-
rrosión localizada: corrosión por pi-
caduras (pitting).
Así pues, es necesario que en el
tratamiento del agua de alimentación
se tenga presente la eliminación del
oxígeno, que nos provocaría corro-
siones por picaduras, jo la eliminación
del CO*, por la posibilidad de forma-
ción de ácido carbónico inestable,
variando el pH de la disolución (co-
rrosión ácida) y pudiéndose originar
incrustaciones calcáreas (recuérdese
que ya en el apartado anterior incluía-
mos la necesidad de una desgasifi-
cación en el proceso de tratamiento
del agua).
Esta desgasificación puede ser quí-
mica, adicionando al agua de alimen-
d120,000
tación, reductores y neutralizantes.
Por ejemplo, la eliminación química
del oxígeno se efectúa mediante la
incorporación al agua de reactivos
secuestrantes, tales como el sulfito
sódico y la hidracina:
2 Na, Sog + O2 - 2 Na, SO4
N, H4 + 02 - N2 + 2 H, 0
Otro sistema es la denominada des-
gasificación térmica, fundamentán-
dose en que la solubilidad de un gas
es función decreciente de la tempe-
ratura.
Así, el agua de alimentación del
generador de vapor y la procedente
de la recuperación de condensados
se introduce por la parte superior de
un desgasificador. Por la parte infe-
rior se introduce vapor de la misma
caldera, el cual ha sido sometido a
una reducción de presión.
En el interior del desgasificador se
establece una corriente de vapor y
oxígeno desprendido en sentido as-
cendente, y una corriente, en forma
de lluvia, descendente que es el agua
a desgasificar.
Hasta ahora hemos procurado la
correcta formación de la capa de
magnetita. No obstante, existen di-
versos factores, -físicos y quími-
6 MAPFRE SEGURIDAD. N.O 49 PRIMER TRIMESTRE 1993
cos- que pueden darnos lugar a co-
rrosiones en la caldera. Algunos de
estos factores son:
Cloruros
Son los productores de depósitos
multilaminares de magnetita, como
los que encontramos en las picadu-
ras.
Hidróxido sódico
El hidróxido sódico puede disol-
vernos la magnetita. Además, si ésta
se concentra en juntas, resquicios,
etc., donde exista una fuerte trans-
misión del calor, puede aumentar la
concentración del NaOH, siendo en
estos casos peligrosa por la conjun-
ción de posibles tensiones locales,
apareciendo lo que se denomina ,)fra-
gilidad cáustica)), consistente en un
agrietamiento intergranular por co-
rrosión bajo tensiones.
Efectos térmicos
Las variaciones rápidas de tempe-
ratura pueden dar lugar a la rotura
de la capa de magnetita que se nos
ha formado. Esta rotura es conse-
cuencia de la diferencia existente en-
tre los coeficientes de dilatación de
la propia magnetita del acero.
Corrosión termogalvánica
La diferencia de temperaturas en-
tre una pequeña zona caliente y una
zona fría que envuelva a la primera
puede dar lugar a una corrosión ter-
mogalvánica, produciendo un proce-
so de picadura.
Soldaduras y defectos de los tubos
Puede producirse corrosión en las
soldaduras y otros defectos en los
tubos si las diferencias de potencial
son suficientes para provocar el pro-
ceso de picadura.
Fragilización por hidrógeno
Es posible que el hidrógeno que
se forma con la magnetita difunda
hacia el interior del acero, reaccio-
nando con el carbono para formar
metano. Este, por tener un volumen
considerable, no abandona al acero
por difusión, provocando tensiones
capaces de fisurar al material.
CORROSION EN LADO HUMOS
Una de las causas de averías y/o
accidentes en los generadores de va-
por es la corrosión que se produce
en la zona de humos.
Esta corrosión es debida a la com-
posición del combustible que utili-
zamos. Generalmente, dicho combus-
tible es un producto derivado del pro-
ceso de refino del petróleo (fuel-oil),
lo que implica unas características
químicas complejas y variables.
A pesar de estas diferencias entre
las características químicas, el com-
bustible estará formado por carbono,
hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, así
como, en menores proporciones, por
otros elementos, como puede ser el
azufre.
Este azufre es el causante primor-
dial de la aparición de corrosiones
en el lado del humo de nuestra cal-
dera, debido a un proceso de oxida-
ción del mencionado elemento. En
esta oxidación, el azufre se transfor-
ma en SO,, que a su vez pasa a SO3,
pudiéndose condensar en forma de
ácido sulfúrico sobre superficies que
tengan una temperatura inferior al
punto de rocío.
Así pues, nos interesará que los
gases de la combustión no tengan
nunca una temperatura inferior a la
del punto de rocío. Pero no tan sólo
los humos deben tener esta tempe-
ratura, sino que también las partes
que entren en contacto con ellos an-
tes de salir a la atmósfera.
También nos interesa que la tem-
a gravedad que comporta
n accidente en un
enerador de vapor hace
ecesario adoptar una serie
‘e medidas encaminadas a
arantizar la seguridad de
stos equipos.
peratura de la llama sea alta, para
disminuir la formación de SOs. En
efecto, tal como nos muestra la Fig.
6, la velocidad de oxidación del SO2
a SO3 desciende rápidamente a partir
de los 800 “C, lo que nos indica que
en una combustión rápida la trans-
formación será mínima.
Otros procedimientos para evitar
los efectos del SO2 se fundamentan
en la eliminación del mismo (Fig. 7).
Estos procedimientos pueden ser: ab-
sorción por sulfitos, óxido de mag-
nesio, sal fundida, dióxido de man-
F,G”RA f P .._..^ -1.. ^“..iliI..i.-. Cr 1 n - cn
r
t- t
1400 800 1200 1t
FIGURA 7. Métodos de eliminación del SO2 ganeso, caliza, catalizadores, carbón
I activo, lavado de amoníaco, etc.
L
absorción por sulfltos
SO2 (dll) + H2 0 + Na, SOs-NaHSO,
4
SO2 (conc) + H2 6 + Na, SO3 - calor
óxido de magnes
regeneraclón proceso de
contacto
sal fundida
430 “C
SO2 + M, CO3 --M2 SO3 + CO2 M = metal
1 1 HzCO
H,S+M2COs -M,S+H,O+COp
S+H,O
dióxido de manganeso
SO, -MnS04 -(NH& SO4 + H2 0
MnO,
t-l
NH4 OH alre
regeneración
caliza
CaCO -CaSO4 + COZ
SO2 SO3 aire
catalizador
aire + SO, b SO3 -H, SO4
480 OC V2 O5 f-6 0
carbón acti
so2 -
airi
m HzSO4
carbón activado
lavado de amoníaco
SO2 + NH4 OH -HN4 HS03 + (NH& S2 03
aire
(NH& SO4 t + S
Otro elemento a eliminar en los hu-
mos de un generador de vapor es el
óxido de nitrógeno, también por su
carácter corrosivo.
En este caso, la producción de este
óxido no depende del nitrógeno pre-
sente en la composición del combus-
tible, sino que es adoptado del aire.
Los principales factores que inter-
vienen en la formación del NO como
principal componente del óxido de
nitrógeno son la temperatura de com-
bustión y la proporción aire-combus-
tible. Actuando sobre estos factores
disminuiremos la posibilidad de for-
mación de corrosiones.
PROTECCION DE CALDERAS
EN PARADAS
La problemática que supone la co-
rrosión en las calderas se agrava
cuando se procede a un paro más o
menos prolongado de las mismas (re-
visiones, reparaciones, falta de pro-
ducción...). Es en estas paradas cuan-
do se produce una serie de mecanis-
mos que aceleran la velocidad de
corrosión y que es necesario tener
en cuenta.
La oxidación atmosférica de la mag-
netita nos produce un producto de
color rojizo (Fe2 03) que carece de
las características protectoras de la
magnetita.
Las líneas generales del
mantenimiento preventivo
pueden resumirse en realizar
de forma ordenada las
operaciones necesarias para
suprimir las sustancias que
puedan dañar al generador
de vapor.
8
En la zona de humos, se produce
el ácido sulfúrico ya que se ha dis-
minuido la temperatura, situándonos
en temperaturas inferiores al punto
de rocío.
En estas situaciones un programa
de mantenimiento, debe tener pre-
vista la actuación durante las para-
das, protegiendo los calderines y los
tubos de agua, mediante la introduc-
ción de aguas desmineralizadas, a un
pH de 9,5 a 10,5, con la cantidad su-
ficiente de hidracina o sulfito sódico,
para efectuar la protección durante
la parada. Este procedimiento es el
denominado ,)húmedo)) de protec-
ción.
En la zona de humos se puede efec-
tuar un proceso de inmersión o de
gasificación. El primero consiste en
inundar el hogar o duchar los tubos
con soluciones neutralizantes de car-
bonato sódico e hidróxido amónico,
para neutralizar las cenizas y los áci-
dos que se forman en el proceso de
enfriamiento.
El segundo proceso -la gasifica-
ción- se fundamenta en la inyección
de amoníaco en forma de gas en el
hogar y en el tiro, cerrando conve-
nientemente las entradas de aire y
de tiro.
MANTENIMIENTO
DE GENERADORES DE VAPOR
El intentar especificar las opera-
ciones que debe contemplar un buen
mantenimiento de un generador de
vapor es casi imposible, debido a la
variedad de equipos existentes en el
mercado.
Las líneas generales del manteni-
miento preventivo pueden resumirse
en realizar las operaciones necesa-
rias para eliminar las sustancias que
puedan dañar al generador de vapor
Estas sustancias ya han sido tratadas
ampliamente en apartados anterio-
res.
La manera de realizar el manteni-
miento, la frecuencia con que deben
llevarse a cabo las diversas opera-
ciones y las cantidades de sustancias
que pueden tolerarse son los pará-
metros que es necesario fijar por par-
te del fabricante de la caldera.
Es el fabricante del equipo quien
conoce mejor las características del
generador de vapor, y por tanto debe
ser él, la persona que defina las ope-
raciones necesarias para lograr una
conducción segura del mismo.
Además el fabricante está obligado
a entregar al usuario, un cuaderno
de instrucciones en el que deben fr-
gurar, entre otras cosas, los trabajos
de entretenimiento y frecuencia de
los mismos. En dicho cuaderno figu-
rarán los trabajos relativos a conser-
vación de juntas, periodicidad de en-
grases, limpiezas...
En un programa de mantenimiento,
el personal encargado de la conduc-
ción de una caldera debe realizar una
serie de operaciones diariamente, co-
mo son: purgar la caldera (cada cua-
tro horas), botellines, niveles (cada
cuatro horas) y manómetro y limpiar
las boquillas del quemador.
De la misma forma, semanalmente
debe hacerse funcionar el segundo
sistema de alimentación (si la caldera
dispone de él) para evitar que se aga-
rrote, levantar manualmente las vál-
vulas de seguridad y limpiar los filtros
de agua y de combustible y el siste-
ma de encendido de quemadores.
Estas recomendaciones que se han
efectuado son tan sólo un resumen
de lo que debe tenerse en cuenta pa-
ra un buen funcionamiento y correcta
conservación de una caldera. No se
pretende que estas instrucciones
sean la totalidad de las operaciones
a efectuar. Recordemos la necesidad
de consultar con el fabricante de la
caldera sobre las medidas de precau-
ción, instrucciones y observaciones
necesarias para el correcto funcio-
namiento de un generador de vapor.
REVISIONES PERIODICAS
La forma más eficaz de controlar
si el mantenimiento que se efectúa
sobre una caldera es el adecuado o
no, es someterla a una revisión pe-
riódica.
Esta revisión o inspección debe
efectuarse anualmente, aprovechan-
do los periódos de paro de la misma
(vacaciones, períodos de baja pro-
ducción...), con el fin de disminuir la
incidencia sobre el normal funciona-
miento de la empresa.
Asimismo, estas inspecciones se
efectuarán de manera oficial con la
asistencia de inspectores de las en-
tidades de inspección y control re-
glamentario, los cuales levantarán ac-
ta del resultado de dicha inspección,
con una periodicidad de cinco años
desde la entrada en servicio de la cal-
dera, y posteriormente cada tres
años.
Antes de efectuar una inspección
o prueba en una caldera debe com-
probarse que sus paredes están frías
y que todas las partes accesibles se
encuentran secas, permaneciendo
abiertas las zonas de inspección y
de limpieza, así como las puertas 0
registros de los conductos y cajas
de humos.
a forma más eficaz de
ontrolar si el mantenimientl
ue se efectúa sobre una
eldera es el adecuado o no
s el someterla a una
?visión periódica.
Debe tomarse las precauciones ne-
cesarias para evitar la entrada en la
caldera de fluidos o gases proceden-
tes de la instalación o de otras insta-
laciones que accidentalmente pue-
dan estar en comunicación con la cal-
dera o elementos de la misma que se
van a inspeccionar. Asimismo, es
esencial evitar la puesta en funcio-
namiento del sistema de aportación
calorífica.
Esta revisión periódica de la cal-
dera debe comprender una inspec-
ción del estado de la caldera, una
prueba hidrostática y un ensayo de
funcionamiento.
En principio, debemos efectuar
una inspección previa a la limpieza
de la caldera, tanto por la zona de
humos como por la de fluidos, con
el fin de observar los depósitos acu-
mulados para detectar posibles ano-
malías en el funcionamiento (Fig. 8).
Una vez realizada la limpieza, se exa-
minarán las diversas partes de la cal-
dera, prestando especial atención a
aquellas que soportan presión, con
el fin de determinar deformaciones,
fisuras, corrosiones, desgastes, etc.
En caso de detectar alguna anomalía,
se señalará con tiza para poder, pos-
teriormente, realizar un ensayo su-
plementario.
Estos ensayos suplementarios nos
proporcionarán la información sufi-
ciente para poder averiguar el alcan-
ce de la anomalía detectada. Estos
ensayos reciben el nombre de Ensa-
MAPFRE SEGURIDAD N ’ 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 9
FIGURA 8. Inspección visual de tubos.
yos No Destructivos (E.N.D.) y pue-
den ser ensayos por líquidos pene-
Es necesario que en el
tratamiento del agua de
alimentación se tenga
presente la eliminación
oxígeno y del CO2
trantes, mediante partículas magné-
ticas, ultrasonidos, gammagrafias,
etc. (Fig. 9 y 10).
En esta etapa de la inspección se
debe analizar el estado de los diver-
sos accesorios de la caldera. Se eva-
luará el estado de los reguladores y
limitadores de nivel de aguay de pre-
sión, válvulas, grifos, indicadores de
nivel, espárragos, tubuladuras, tubos
de conexión, etc.
Especialmente se desmontarán las
válvulas de seguridad para compro-
bar que sus distintos elementos no
presenten anomalías y que su interior
esté limpio de acumulaciones de mo-
ho, incrustaciones o sustancias ex-
trañas.
Todos los manómetros y termóme-
tros se comprobarán con un manó-
metro patrón. Se examinará el buen
estado de la obra refractaria de la
cámara de combustión, solera, cá-
mara de hogar, etc., sustituyendo
aquellas partes defectuosas. Se ins-
peccionará el cuadro eléctrico -co-
El azufre es el causante
principal de la aparición de
corrosiones en el lado de los
humos de la caldera.
10 I nlMESTRE 1993
FIGURA 9. Medición de espesores por ultrasonidos en la placa tubular frontal.
nexiones, aislamiento de cables,
etc.- para sustituir todos los dispo-
sitivos y cables defectuosos.
Realizada la inspección del estado
de la caldera, tendrá lugar una prue-
ba hidrostática de presión, a una vez
y un tercio de la presión de diseño:
P,=1,3XP,
siendo P, = p. de prueba
P, = p. de diseño
Para poder realizar la prueba hi-
drostática se colocarán bridas ciegas
o tapones roscados, según proceda,
a las válvulas de salida de vapor, des-
carga y seguridad; se llenará la cal-
dera con agua a la temperatura am-
biente hasta que rebose por la válvula
de aireación, en cuyo momento se
cerrará esta válvula 0 se colocará una
brida ciega.
La prueba se efectuará preferen-
temente con una bomba accionada
a mano provista de un manómetro
previamente contrastado (Fig. 11). La
bomba elevará de manera lenta la pre-
sión hasta alcanzar la de la prueba,
presión que se mantendrá durante
un tiempo no superior a treinta mi-
nutos. Transcurrido el tiempo indi-
cado, se hará descender la presión
hasta alcanzar la máxima de servicio,
la cual se mantendrá el tiempo nece-
sario para efectuar una inspección
visual de todas las partes accesibles
de la caldera y comprobar que no
existen fugas de fluido.
Seguidamente se hará descender
la presión hasta alcanzar la atmosfé-
rica, a partir de cuyo momento se
efectuará una nueva inspección vi-
sual para comprobar que no se han
producido deformaciones permanen-
tes.
Efectuada la prueba hidrostática,
y si su resultado ha sido satisfactorio,
se realizará el ensayo de funciona-
miento. Para realizar este ensayo se
pondrá en funcionamiento la caldera
hasta alcanzar la presión o tempera-
tura máxima de servicio, a partir de
cuyo momento se efectuarán las com-
probaciones siguientes:
- Regulación y precinto de /as vál-
vulas de seguridad. Con la caldera
en funcionamiento se procederá a la
regulación y precintado de las vál-
vulas de seguridad a una presión que
no exceda en un 10 por 100 de la
máxima de servicio y sin sobrepasar
en ningún caso la presión de diseño.
- Comprobación de los automa-
tismos de regulación. Se comprobará
el correcto funcionamiento de los re-
guladores de nivel de agua, así como
de los reguladores de presión o de
temperatura.
- Automatismos de seguridad. Se
comprobará la acción correctora de
los diversos automatismos de segu-
ridad, debiendo parar el sistema de
aportación calorífica, exigiéndose
una acción manual para su puesta
en marcha. Estos automatismos son
los limitadores de nivel, presión o tem-
peratura. Asimismo, se evaluará el
funcionamiento del control de llama,
los dispositivos de paro del sistema
de aportación calorífica y de corte
de fluido eléctrico y el temporizador.
MAPFRE SEGURIDAD N ’ 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 11
CONCLUSIONES
La gravedad que comporta un ac-
cidente en un generador de vapor ha-
ce necesario adoptar una serie de me-
didas encaminadas a garantizar la se-
guridad de estos equipos.
Esta seguridad puede conseguirse
dotando al equipo de una serie de
elementos, como son los manóme-
tros, presostatos, válvulas de seguri-
dad, etc., de actuación directa ante
unas condiciones inseguras.
Pero consideramos más apropiado
el establecer una prevención de estas
condiciones anómalas. Prevención
que se basa en un correcto manteni-
miento, encaminado a eliminar o, en
su defecto, limitar las acciones noci-
vas a que pueden verse sometidas
las partes a presión de este tipo de
aparatos.
Entre estas acciones hemos des-
tacado la eliminación de las incrus-
taciones y el control de la corrosión.
Mediante el control de estos dos pa-
rámetros, además de conseguir un
funcionamiento más eficaz, desde el
punto de vista del rendimiento eco-
nómico, conseguiremos establecer
un sistema seguro de prevención de
las explosiones.
FIGURA 10. Medición de espesores por ultrasonidos. Detalle de los puntos de medición.
12 MAPFRE SEGURIDAD. N.” 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993
FIGURA ll. Bomba de accionamiento manual para pruebas hidrostáticas. BIBLIOGRAFIA
VIAN A , y OCON J Elementos de /nge-
nieria qhmica. Ed. Aguilar.
SAVIDAN. L.: Resinas cambiadoras de
Iones Ed Alhambra
MARTI DEULOFEU, J. M.: Revista Co-
rrosión v Protección. Junio-Julio 1977.
<<Efectosde un agua Incrustante Proce-
dlmlentos que permlten dlsmmulr su du-
reza y ewtar la incrustaclón-
ASISTENCIA TECNICA CAMPSA Ma-
nual tecnrco sobre la ubhzacron de com-
bustibles líquidos en la industria.
GARCIA-ATANCE. J.: Revista Maofre Se-
gundad (2 ’ trtmestre 1982) <<Accidentes
y averlas en calderas y recIpIentes a pre-
slóna)
MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENER-
GIA. Operadores rndustrrales, de calde-
ras Conoclmrentos basrcos para la ob-
tención de/ carnet de operadores de cal-
deras. Centro de PublIcaclones. Secre-
taría General Técmca
REGLAMENTO DE APARATOS A PRE-
SION. Real Decreto 1244 de 4/4/1979
(B.0 E. 29/5/1979).
/TC. MIE AP 1 Calderas, economlzado-
res, precalentadores, sobrecalentadores
y recalentadores Orden 17/3/1982
(6 0.E 8/4/1981) Orden 281311985
(B 0 E 13/4/1985)
UNE g-104-86 APARATOS A PRESION
REVISIONES PERIODICAS
UNE g-103-85 CALDERAS REVISIONES
PERIODICAS
UNE g-206-88 CALDERAS INSPECCION
DE LAS INSTALACIONES
MAPFRE SEGURIDAD. N.” 49 PRIMER TRIMESTRE 1993 13

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  • 1. ALBERT SOLER CARBONELL Ingeniero técnico-quimico FREMAP. Mútua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social Aspectosdeseguridad enelmantenimientodecalderas I SUMARIO El riesgo de explosión de un generador de vapor debe ser eliminado a través de un buen diseño, construcción correcta, órganos de regu- lación y control adecuados, así como un mantenimiento preventivo. Este mantenimiento nos garantizará la seguridad en el equipo a través del control de una serie de parámetros que detectarán desviaciones peligrosas de las condiciones óptimas de funcionamiento. Palabras clave: Calderas de vapor, generadores de vapor, mantenimiento, aparatos a presión. INTRODUCCION El empleo de fluidos a presión es un hecho cada vez más frecuente en numerosas actividades humanas y en muchos procesos industriales. Uno de los equipos que generan fluidos a presión son las calderas. En una caldera se transforma una fuente de energía en utilizable, en for- ma de calorías, a través de un medio de transporte en fase líquida o vapor. La liberación de esta energía de manera violenta, a través de una ex- MAPFRE SEGURIDAD. N o 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 3
  • 2. plosión, constituye el mayor riesgo de estos equipos, puesto que los efec- tos de la onda expansiva pueden afec- tar gravemente a las personas y/o bie- nes. Para evitar la actualización de este riesgo existe un conjunto de medidas de seguridad, cuyo exacto cumpli- miento nos permitirá obtener un gra- do de seguridad aceptable en nues- tras calderas. Estas medidas de seguridad están encaminadas a eliminar las posibles causas de accidentes. Tal como se puede observar en la Fig. 1, estas cau- sas se dividen en tres grandes gru- pos. La causa principal de accidentes en calderas y recipientes a presión es un diseño y construcción inade- cuados, representando casi un 70 por 100 del total de las causas. La actuación del usuario frente a esta causa de accidentabilidad queda limitada al momento de adquisición de la caldera. En ese momento se debe exigir el equipo adecuado al uso a que va a someterse, solicitando el expediente de control de calidad. En este expediente se reflejará entre otras cosas, el resultado de los con- troles e inspecciones a que se ha so- metido la caldera, dándonos una ga- rantía de su correcto diseño y cons- trucción. En las otras dos causas de acci- dentes, que representan aproxima- damente un 30 por 100 del total de los mismos, tiene una importancia fundamental la actuación del usuario de calderas. Por una parte, vemos que la operación y la manipulación incorrectas realizadas por el operario que se halla al frente de una caldera puede llegara producir un accidente, el cual se solventaría, en cierto modo, mediante una correcta formación del operario. Esta formación se recoge en la normativa legal vigente, al exigir la obtención del carnet de operado- res de calderas. Por último, un mantenimiento e ins- pecciones adecuadas pueden elimi- nar el riesgo de accidentes. Como se observa en la figura 1, un 16 por 100 de las causas de los accidentes son producidos por fallos en el man- tenimiento. Mediante este artículo pretende- mos estudiar lis condiciones que de- be reunir un correcto mantenimiento. Para ello, evaluaremos las caracte- rísticas que debe reunir el agua que utilizamos en los generadores de va- por, puesto que unas características inadecuadas son fuente de incrusta- ciones y corrosiones. También nos haremos eco de las características necesarias para efec- FIGURA 1. Causas de accidentes en calderas y recipientes a presión. III DISEÑO Y CONSTRUCCION INADECUADOS 69,0% MANTENIMIENTO E INSPECCION INADECUADOS 16,0% OPERACION Y MANIPULACION INCORRECTAS 15,0% tuar una combustión correcta. Si ésta es incompleta o con combustibles de determinadas características, tendre- mos, por una parte, una disminución en el rendimiento de nuestro equipo, así como la posibilidad de aparición de corrosiones en la zona de humos. Por último, estudiaremos la forma de averiguar si el mantenimiento que efectuamos es el apropiado o no: las revisiones e Inspecciones periódicas. INCRUSTACIONES EN EL LADO AGUA Uno de los problemas importantes con que nos encontramos en los ge- neradores de vapor son las incrusta- ciones que se forman en el lado agua de la caldera. Estas incrustaciones se forman a partir de las sustancias en suspensión y disueltas que lleva el agua. Algunas de estas sustancias (el oxi- geno, el anhídrido carbónico, etc.) producen la corrosión del acero, pro- blemática que se estudiará posterior- mente. Otras de las sustancias presentes en el agua, como el bicarbonato cál- cico, se descomponen por el efecto de la temperatura, precipitando en forma de carbonato. Los sulfatos cál- cicos alcanzan la concentración de saturación y también precipitan. Este precipitado, con sus propie- dades adherentes, se fija en las su- perficies de transmisión del calor de la caldera, dificultando la misma. Para mantener la velocidad espe- cífica de transmisión de calor, defi- nida por la expresión: Q -=U-At A sólo podemos aumentar la tempera- tura forzando la combustión. El ca- lentamiento provocado por forzar las condiciones de combustión provoca la no carburización de la matriz de acero, disminuyendo su resistencia como consecuencia de la menor ca- racterística mecánica de la ferrita res- pecto a la cementita. Consecuencia de esta fragilización de la matríz metálica es la fisuración por falta de cayacterísticas de ducti- bilidad, pudiéndose llegara la rotura de una parte sometida a presión y, por consiguiente, a una explosión. Así, pues, para disponer de un co- rrecto mantenimiento es necesario disponer de un adecuado tratamiento del agua de alimentación, cuyo ob- jetivo principal será la eliminación de la posibilidad de formación de incrus- taciones. Este tratamiento debe lograr eli- minar todas las sustancias perjudi- ciales para el normal funcionamiento del generador de vapor, consistiendo el tratamiento en: a) La eliminación de las materias en suspensión. b) La eliminación de las materias disueltas. c) La eliminación de los gases disu- eltos. El primer caso, -la eliminación de las materias en suspensión- se con- seguirá a través de la filtración, coa- gulación, floculación y decantación del agua, consiguiendo con este pro- ceso retener las partículas de tamaño superior a 0,9-l ,2 mm. La coagulación consiste en la des- estabilización de las partículas- por la disminución de las fuerzas que tien- den a mantenerlas separadas, dismi- nución provocada por la acción de un coagulante. La floculación es el paso posterior, en el que se consigue la formación de partículas de tamaño sedimenta- ble, debido a la formación de puentes químicos 0 enlaces físicos. Las sustancias coagulantes emplea- das comunmente son el sulfato de alúmina, el policloruro de aluminio, 4 MAPFRE SEGURIDAD N ’ 49 PRIMER TRIMESTRE 1993
  • 3. el aluminato sódico, el sulfato ferro- so, el sulfato férrico, el cloruro férri- co, etc. Posteriormente a la coagulación- floculación se procede a una decan- tación como medio de eliminación de las partículas sedimentables for- madas. En una segunda etapa es muy im- portante eliminar las materias disuel- tas en el agua. Estas materias di- sueltas forman lo que se denomina la dureza del agua: un agua dura con- tiene gran cantidad de sustancias di- sueltas, y por contra, un agua poco dura o blanda, contiene poca canti- dad. Esta dureza total se divide en tem- poral y permanente. La primera está formada básica- mente por bicarbonatos de cálcio y magnesio, que se descomponen por la simple acción del calor. Esta des- composición forma un carbonato prácticamente insoluble, que elimina una parte del catión Ca++ o Mg++, respectivamente. La dureza permanente está forma- da por las sales (cloruros, sulfuros, etc.), que no se eliminan por la ac- ción térmica. Esta dureza es la causante de la formación de la costra de carácter pétreo, que dificulta la transmisión del calor, con la problemática que ya se ha indicado. Para eliminar la problemática que nos supone el disponer de un agua dura, existen diversos métodos de ablandamiento del agua. Los méto- dos químicos (de la cal-sosa, de la sosa cáustica, de la sosa, del carbo- nato bárico, del fosfato sódico, etc.) se fundamentan en la adición de una sustancia química que provoque la precipitación de los iones cálcicos y magnésicos, así como su posterior eliminación (Fig. 2). Un método muy utilizado para la eliminación de la dureza del agua es el que se fundamenta en el intercam- bio iónico, consistente en sustituir los iones de una disolución por otros del denominado ion-cambiador. A principios de siglo empezó a utilizar- se este procedimiento mediante las zeolitas naturales 0 artificiales (per- mutitas). Posteriormente se introdujo el uso de las resinas como sustancias ion-cambiadoras, que resisten me- dios más variados que las zeolitas. Este procedimiento de tratamiento del agua nos permite la obtenc¡,% de la misma, totalmente desminera- lizada. Los intercambiadores de iones en que se basa este método se pueden clasificar en catiónicos y aniónicos, en función del tipo de ion que retie- FIGURA 2. Métodos químicos de eliminación de la dureza. dureza temporal 2 Ca+’ + 2 CO3 Hm + 2 OH-- 2 H, 0 + 2 CO3 Ca co3+ Mg +’ + Cati + 2 OH F CO, Ca + Mg (OH), dureza permanente Ca”’ (sales de calcio) + CO3 (del CO3 Na,) - CO3 Ca Mg+’ (sales de magnesio) + 2 OH- (del Ca (OH),)- Mg (OH), METODO DEL NaOH H +Cai’+2Ne+Lq H- + Mg++ + 4 0 nen (Fig. 3). Los intercambiadores de cationes, denominados catióni- cos, se clasifican en: - Catiónico fuerte 0 fuertemente ácidos: son los que retienen todos los cationes. - Catiónico débil o carboxílico: re- tienen los carbonatos y bicarbonatos. Asimismo, los intercambiadores aniónicos los podemos clasificar en: FIGURA 3. Reacciones de intercambio de iones. H, 2 + CaSO,- CaZ + H2 SO4 H2 Z + MgCl - MgZ + 2 HCI H, Z + Na,SiO,- Na2 Z + SiO* f HP 0 H2 Z + MgCO - MgZ + CO* + H2 0 R (OH), + H2 SO4 - RS04 + 2 H2 0 - Fuertemente básicos: retienen a todos los aniones. - Débilmente básicos: sólo retie- nen los aniones fuertes (SO;, Cl-, N&, etc.). Según las características del agua y al uso a que va destinada, se utiliza un simple aparato con lechos mez- clados, que contiene, a la vez, las re- sinas aiónicas y catiónicas fuertes, 0 se utiliza una cadena de aparatos, que comprende una serie de inter- cambiadores de cationes y aniones, y un desgasificador para eliminar el COZ y el 02, así como un aparato de seguridad, de lechos mezclados, para eliminar las trazas de cationes y anio- nes residuales (Fig. 4). CORROSION EN EL LADO AGUA R (OH), + 2 HCI - RClp + 2 R (OH), + SiOp - RSi03 + HP l lm- Una de las posibles causas de ac- R (OH), + COZ- RCOB + Hz (*identes en los generadores de vapor :onsiste en la -rotura de las partes FIGURA 4. Instalación de mtercammo ae tones (esquem; Tipo de 1 Acido 1 Base 1 ) Base 1 I columna 1 fuerte débil 1 fuerte Lecho mezclado Regenerante 1 la OH Na CH Ac + B Principales iones eliminados Ca++ Mg++ Na’ Agua Desgasificado desmineralizada so-- 2 H+ coy Trazas cl- + sioa- residuales coi- MAPFRE SEGURIDAD N.’ 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 5
  • 4. FIGURA 5. Efecto del pH en la velocidad de corrosión de un acero. -3 imprescindible disponer de un adecuado tratamiento del agua de alimentación, lyo objetivo principal será eliminación de toda xibilidad de formación de crustaciones. sometidas a presión, con la posibili- dad de que la mencionada rotura pro- voque una explosión. Esta rotura puede obedecer a un debilitamiento de las chapas o de los tubos de la caldera, debido a la co- rrosión. La presencia de agua nece- saria para la producción del vapor produce la corrosión, aun sin la pre- sencia del oxígeno disuelto. No obstante, esta corrosión, en de- terminadas formas, puede ser bene- ficiosa: puede detenerse por sí sola, impidiendo un ataque más severo. En ausencia de oxígeno y a tem- peraturas superiores a 50 OC se forma la magnética (Fe, 0,, por la reacción: 4 H2 0 + 3 Fe - Fe, O4 + 4 H, Proporcionándonos una película compacta y adherente, que presenta una propiedad esencial: frena un pos- terior ataque de la corrosión, forman- do, en definitiva, una capa protectora. Así pues, la formación correcta de esta capa es de importancia. Por ello, antes de entrar en servicio, una ins- talación nueva ha de limpiarse com- pletamente, con el fin de eliminar las grasas y otras sustancias que pudie- ran resultar de las operaciones de fabricación y montaje Deben evitarse, a la capa de mag- netita, toda las condiciones fuerte- mente agresivas, como, por ejemplo, las paradas o puestas en marcha brus- cas, las variaciones repentinas de pre- sión y de pH. La máxima protección del acero se consigue con un pH entre 9 y 12 (Fig. 5), correspondientes a niveles de NaOH entre 0,4 y 400 ppm en solu- ción. Medios ácidos o fuertemente 3650 365 / 36, VALOR APROXIMADO DEL PH A 25 OC 5 65 3 / IOC alcalinos disuelven la magnetita, cau- sando así la corrosión del acero. Esta formación de magnetita se ha realizado en ausencia de oxígeno. Si tuviéramos este gas disuelto en el agua, el producto final no sería la magnetita, sino el Fe (OH),. Esta masa porosa de herrumbe no protectora tiende a socavarse por el óxido férrico hidratado, formando fi- suras y discontinuidades. Este depó- sito de masa porosa puede causar, en aguas con oxígeno, el funciona- miento de pilas de aireación diferen- cial, provocándose entonces la co- rrosión localizada: corrosión por pi- caduras (pitting). Así pues, es necesario que en el tratamiento del agua de alimentación se tenga presente la eliminación del oxígeno, que nos provocaría corro- siones por picaduras, jo la eliminación del CO*, por la posibilidad de forma- ción de ácido carbónico inestable, variando el pH de la disolución (co- rrosión ácida) y pudiéndose originar incrustaciones calcáreas (recuérdese que ya en el apartado anterior incluía- mos la necesidad de una desgasifi- cación en el proceso de tratamiento del agua). Esta desgasificación puede ser quí- mica, adicionando al agua de alimen- d120,000 tación, reductores y neutralizantes. Por ejemplo, la eliminación química del oxígeno se efectúa mediante la incorporación al agua de reactivos secuestrantes, tales como el sulfito sódico y la hidracina: 2 Na, Sog + O2 - 2 Na, SO4 N, H4 + 02 - N2 + 2 H, 0 Otro sistema es la denominada des- gasificación térmica, fundamentán- dose en que la solubilidad de un gas es función decreciente de la tempe- ratura. Así, el agua de alimentación del generador de vapor y la procedente de la recuperación de condensados se introduce por la parte superior de un desgasificador. Por la parte infe- rior se introduce vapor de la misma caldera, el cual ha sido sometido a una reducción de presión. En el interior del desgasificador se establece una corriente de vapor y oxígeno desprendido en sentido as- cendente, y una corriente, en forma de lluvia, descendente que es el agua a desgasificar. Hasta ahora hemos procurado la correcta formación de la capa de magnetita. No obstante, existen di- versos factores, -físicos y quími- 6 MAPFRE SEGURIDAD. N.O 49 PRIMER TRIMESTRE 1993
  • 5. cos- que pueden darnos lugar a co- rrosiones en la caldera. Algunos de estos factores son: Cloruros Son los productores de depósitos multilaminares de magnetita, como los que encontramos en las picadu- ras. Hidróxido sódico El hidróxido sódico puede disol- vernos la magnetita. Además, si ésta se concentra en juntas, resquicios, etc., donde exista una fuerte trans- misión del calor, puede aumentar la concentración del NaOH, siendo en estos casos peligrosa por la conjun- ción de posibles tensiones locales, apareciendo lo que se denomina ,)fra- gilidad cáustica)), consistente en un agrietamiento intergranular por co- rrosión bajo tensiones. Efectos térmicos Las variaciones rápidas de tempe- ratura pueden dar lugar a la rotura de la capa de magnetita que se nos ha formado. Esta rotura es conse- cuencia de la diferencia existente en- tre los coeficientes de dilatación de la propia magnetita del acero. Corrosión termogalvánica La diferencia de temperaturas en- tre una pequeña zona caliente y una zona fría que envuelva a la primera puede dar lugar a una corrosión ter- mogalvánica, produciendo un proce- so de picadura. Soldaduras y defectos de los tubos Puede producirse corrosión en las soldaduras y otros defectos en los tubos si las diferencias de potencial son suficientes para provocar el pro- ceso de picadura. Fragilización por hidrógeno Es posible que el hidrógeno que se forma con la magnetita difunda hacia el interior del acero, reaccio- nando con el carbono para formar metano. Este, por tener un volumen considerable, no abandona al acero por difusión, provocando tensiones capaces de fisurar al material. CORROSION EN LADO HUMOS Una de las causas de averías y/o accidentes en los generadores de va- por es la corrosión que se produce en la zona de humos. Esta corrosión es debida a la com- posición del combustible que utili- zamos. Generalmente, dicho combus- tible es un producto derivado del pro- ceso de refino del petróleo (fuel-oil), lo que implica unas características químicas complejas y variables. A pesar de estas diferencias entre las características químicas, el com- bustible estará formado por carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, así como, en menores proporciones, por otros elementos, como puede ser el azufre. Este azufre es el causante primor- dial de la aparición de corrosiones en el lado del humo de nuestra cal- dera, debido a un proceso de oxida- ción del mencionado elemento. En esta oxidación, el azufre se transfor- ma en SO,, que a su vez pasa a SO3, pudiéndose condensar en forma de ácido sulfúrico sobre superficies que tengan una temperatura inferior al punto de rocío. Así pues, nos interesará que los gases de la combustión no tengan nunca una temperatura inferior a la del punto de rocío. Pero no tan sólo los humos deben tener esta tempe- ratura, sino que también las partes que entren en contacto con ellos an- tes de salir a la atmósfera. También nos interesa que la tem- a gravedad que comporta n accidente en un enerador de vapor hace ecesario adoptar una serie ‘e medidas encaminadas a arantizar la seguridad de stos equipos. peratura de la llama sea alta, para disminuir la formación de SOs. En efecto, tal como nos muestra la Fig. 6, la velocidad de oxidación del SO2 a SO3 desciende rápidamente a partir de los 800 “C, lo que nos indica que en una combustión rápida la trans- formación será mínima. Otros procedimientos para evitar los efectos del SO2 se fundamentan en la eliminación del mismo (Fig. 7). Estos procedimientos pueden ser: ab- sorción por sulfitos, óxido de mag- nesio, sal fundida, dióxido de man- F,G”RA f P .._..^ -1.. ^“..iliI..i.-. Cr 1 n - cn r t- t 1400 800 1200 1t
  • 6. FIGURA 7. Métodos de eliminación del SO2 ganeso, caliza, catalizadores, carbón I activo, lavado de amoníaco, etc. L absorción por sulfltos SO2 (dll) + H2 0 + Na, SOs-NaHSO, 4 SO2 (conc) + H2 6 + Na, SO3 - calor óxido de magnes regeneraclón proceso de contacto sal fundida 430 “C SO2 + M, CO3 --M2 SO3 + CO2 M = metal 1 1 HzCO H,S+M2COs -M,S+H,O+COp S+H,O dióxido de manganeso SO, -MnS04 -(NH& SO4 + H2 0 MnO, t-l NH4 OH alre regeneración caliza CaCO -CaSO4 + COZ SO2 SO3 aire catalizador aire + SO, b SO3 -H, SO4 480 OC V2 O5 f-6 0 carbón acti so2 - airi m HzSO4 carbón activado lavado de amoníaco SO2 + NH4 OH -HN4 HS03 + (NH& S2 03 aire (NH& SO4 t + S Otro elemento a eliminar en los hu- mos de un generador de vapor es el óxido de nitrógeno, también por su carácter corrosivo. En este caso, la producción de este óxido no depende del nitrógeno pre- sente en la composición del combus- tible, sino que es adoptado del aire. Los principales factores que inter- vienen en la formación del NO como principal componente del óxido de nitrógeno son la temperatura de com- bustión y la proporción aire-combus- tible. Actuando sobre estos factores disminuiremos la posibilidad de for- mación de corrosiones. PROTECCION DE CALDERAS EN PARADAS La problemática que supone la co- rrosión en las calderas se agrava cuando se procede a un paro más o menos prolongado de las mismas (re- visiones, reparaciones, falta de pro- ducción...). Es en estas paradas cuan- do se produce una serie de mecanis- mos que aceleran la velocidad de corrosión y que es necesario tener en cuenta. La oxidación atmosférica de la mag- netita nos produce un producto de color rojizo (Fe2 03) que carece de las características protectoras de la magnetita. Las líneas generales del mantenimiento preventivo pueden resumirse en realizar de forma ordenada las operaciones necesarias para suprimir las sustancias que puedan dañar al generador de vapor. 8
  • 7. En la zona de humos, se produce el ácido sulfúrico ya que se ha dis- minuido la temperatura, situándonos en temperaturas inferiores al punto de rocío. En estas situaciones un programa de mantenimiento, debe tener pre- vista la actuación durante las para- das, protegiendo los calderines y los tubos de agua, mediante la introduc- ción de aguas desmineralizadas, a un pH de 9,5 a 10,5, con la cantidad su- ficiente de hidracina o sulfito sódico, para efectuar la protección durante la parada. Este procedimiento es el denominado ,)húmedo)) de protec- ción. En la zona de humos se puede efec- tuar un proceso de inmersión o de gasificación. El primero consiste en inundar el hogar o duchar los tubos con soluciones neutralizantes de car- bonato sódico e hidróxido amónico, para neutralizar las cenizas y los áci- dos que se forman en el proceso de enfriamiento. El segundo proceso -la gasifica- ción- se fundamenta en la inyección de amoníaco en forma de gas en el hogar y en el tiro, cerrando conve- nientemente las entradas de aire y de tiro. MANTENIMIENTO DE GENERADORES DE VAPOR El intentar especificar las opera- ciones que debe contemplar un buen mantenimiento de un generador de vapor es casi imposible, debido a la variedad de equipos existentes en el mercado. Las líneas generales del manteni- miento preventivo pueden resumirse en realizar las operaciones necesa- rias para eliminar las sustancias que puedan dañar al generador de vapor Estas sustancias ya han sido tratadas ampliamente en apartados anterio- res. La manera de realizar el manteni- miento, la frecuencia con que deben llevarse a cabo las diversas opera- ciones y las cantidades de sustancias que pueden tolerarse son los pará- metros que es necesario fijar por par- te del fabricante de la caldera. Es el fabricante del equipo quien conoce mejor las características del generador de vapor, y por tanto debe ser él, la persona que defina las ope- raciones necesarias para lograr una conducción segura del mismo. Además el fabricante está obligado a entregar al usuario, un cuaderno de instrucciones en el que deben fr- gurar, entre otras cosas, los trabajos de entretenimiento y frecuencia de los mismos. En dicho cuaderno figu- rarán los trabajos relativos a conser- vación de juntas, periodicidad de en- grases, limpiezas... En un programa de mantenimiento, el personal encargado de la conduc- ción de una caldera debe realizar una serie de operaciones diariamente, co- mo son: purgar la caldera (cada cua- tro horas), botellines, niveles (cada cuatro horas) y manómetro y limpiar las boquillas del quemador. De la misma forma, semanalmente debe hacerse funcionar el segundo sistema de alimentación (si la caldera dispone de él) para evitar que se aga- rrote, levantar manualmente las vál- vulas de seguridad y limpiar los filtros de agua y de combustible y el siste- ma de encendido de quemadores. Estas recomendaciones que se han efectuado son tan sólo un resumen de lo que debe tenerse en cuenta pa- ra un buen funcionamiento y correcta conservación de una caldera. No se pretende que estas instrucciones sean la totalidad de las operaciones a efectuar. Recordemos la necesidad de consultar con el fabricante de la caldera sobre las medidas de precau- ción, instrucciones y observaciones necesarias para el correcto funcio- namiento de un generador de vapor. REVISIONES PERIODICAS La forma más eficaz de controlar si el mantenimiento que se efectúa sobre una caldera es el adecuado o no, es someterla a una revisión pe- riódica. Esta revisión o inspección debe efectuarse anualmente, aprovechan- do los periódos de paro de la misma (vacaciones, períodos de baja pro- ducción...), con el fin de disminuir la incidencia sobre el normal funciona- miento de la empresa. Asimismo, estas inspecciones se efectuarán de manera oficial con la asistencia de inspectores de las en- tidades de inspección y control re- glamentario, los cuales levantarán ac- ta del resultado de dicha inspección, con una periodicidad de cinco años desde la entrada en servicio de la cal- dera, y posteriormente cada tres años. Antes de efectuar una inspección o prueba en una caldera debe com- probarse que sus paredes están frías y que todas las partes accesibles se encuentran secas, permaneciendo abiertas las zonas de inspección y de limpieza, así como las puertas 0 registros de los conductos y cajas de humos. a forma más eficaz de ontrolar si el mantenimientl ue se efectúa sobre una eldera es el adecuado o no s el someterla a una ?visión periódica. Debe tomarse las precauciones ne- cesarias para evitar la entrada en la caldera de fluidos o gases proceden- tes de la instalación o de otras insta- laciones que accidentalmente pue- dan estar en comunicación con la cal- dera o elementos de la misma que se van a inspeccionar. Asimismo, es esencial evitar la puesta en funcio- namiento del sistema de aportación calorífica. Esta revisión periódica de la cal- dera debe comprender una inspec- ción del estado de la caldera, una prueba hidrostática y un ensayo de funcionamiento. En principio, debemos efectuar una inspección previa a la limpieza de la caldera, tanto por la zona de humos como por la de fluidos, con el fin de observar los depósitos acu- mulados para detectar posibles ano- malías en el funcionamiento (Fig. 8). Una vez realizada la limpieza, se exa- minarán las diversas partes de la cal- dera, prestando especial atención a aquellas que soportan presión, con el fin de determinar deformaciones, fisuras, corrosiones, desgastes, etc. En caso de detectar alguna anomalía, se señalará con tiza para poder, pos- teriormente, realizar un ensayo su- plementario. Estos ensayos suplementarios nos proporcionarán la información sufi- ciente para poder averiguar el alcan- ce de la anomalía detectada. Estos ensayos reciben el nombre de Ensa- MAPFRE SEGURIDAD N ’ 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 9
  • 8. FIGURA 8. Inspección visual de tubos. yos No Destructivos (E.N.D.) y pue- den ser ensayos por líquidos pene- Es necesario que en el tratamiento del agua de alimentación se tenga presente la eliminación oxígeno y del CO2 trantes, mediante partículas magné- ticas, ultrasonidos, gammagrafias, etc. (Fig. 9 y 10). En esta etapa de la inspección se debe analizar el estado de los diver- sos accesorios de la caldera. Se eva- luará el estado de los reguladores y limitadores de nivel de aguay de pre- sión, válvulas, grifos, indicadores de nivel, espárragos, tubuladuras, tubos de conexión, etc. Especialmente se desmontarán las válvulas de seguridad para compro- bar que sus distintos elementos no presenten anomalías y que su interior esté limpio de acumulaciones de mo- ho, incrustaciones o sustancias ex- trañas. Todos los manómetros y termóme- tros se comprobarán con un manó- metro patrón. Se examinará el buen estado de la obra refractaria de la cámara de combustión, solera, cá- mara de hogar, etc., sustituyendo aquellas partes defectuosas. Se ins- peccionará el cuadro eléctrico -co- El azufre es el causante principal de la aparición de corrosiones en el lado de los humos de la caldera. 10 I nlMESTRE 1993
  • 9. FIGURA 9. Medición de espesores por ultrasonidos en la placa tubular frontal. nexiones, aislamiento de cables, etc.- para sustituir todos los dispo- sitivos y cables defectuosos. Realizada la inspección del estado de la caldera, tendrá lugar una prue- ba hidrostática de presión, a una vez y un tercio de la presión de diseño: P,=1,3XP, siendo P, = p. de prueba P, = p. de diseño Para poder realizar la prueba hi- drostática se colocarán bridas ciegas o tapones roscados, según proceda, a las válvulas de salida de vapor, des- carga y seguridad; se llenará la cal- dera con agua a la temperatura am- biente hasta que rebose por la válvula de aireación, en cuyo momento se cerrará esta válvula 0 se colocará una brida ciega. La prueba se efectuará preferen- temente con una bomba accionada a mano provista de un manómetro previamente contrastado (Fig. 11). La bomba elevará de manera lenta la pre- sión hasta alcanzar la de la prueba, presión que se mantendrá durante un tiempo no superior a treinta mi- nutos. Transcurrido el tiempo indi- cado, se hará descender la presión hasta alcanzar la máxima de servicio, la cual se mantendrá el tiempo nece- sario para efectuar una inspección visual de todas las partes accesibles de la caldera y comprobar que no existen fugas de fluido. Seguidamente se hará descender la presión hasta alcanzar la atmosfé- rica, a partir de cuyo momento se efectuará una nueva inspección vi- sual para comprobar que no se han producido deformaciones permanen- tes. Efectuada la prueba hidrostática, y si su resultado ha sido satisfactorio, se realizará el ensayo de funciona- miento. Para realizar este ensayo se pondrá en funcionamiento la caldera hasta alcanzar la presión o tempera- tura máxima de servicio, a partir de cuyo momento se efectuarán las com- probaciones siguientes: - Regulación y precinto de /as vál- vulas de seguridad. Con la caldera en funcionamiento se procederá a la regulación y precintado de las vál- vulas de seguridad a una presión que no exceda en un 10 por 100 de la máxima de servicio y sin sobrepasar en ningún caso la presión de diseño. - Comprobación de los automa- tismos de regulación. Se comprobará el correcto funcionamiento de los re- guladores de nivel de agua, así como de los reguladores de presión o de temperatura. - Automatismos de seguridad. Se comprobará la acción correctora de los diversos automatismos de segu- ridad, debiendo parar el sistema de aportación calorífica, exigiéndose una acción manual para su puesta en marcha. Estos automatismos son los limitadores de nivel, presión o tem- peratura. Asimismo, se evaluará el funcionamiento del control de llama, los dispositivos de paro del sistema de aportación calorífica y de corte de fluido eléctrico y el temporizador. MAPFRE SEGURIDAD N ’ 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993 11
  • 10. CONCLUSIONES La gravedad que comporta un ac- cidente en un generador de vapor ha- ce necesario adoptar una serie de me- didas encaminadas a garantizar la se- guridad de estos equipos. Esta seguridad puede conseguirse dotando al equipo de una serie de elementos, como son los manóme- tros, presostatos, válvulas de seguri- dad, etc., de actuación directa ante unas condiciones inseguras. Pero consideramos más apropiado el establecer una prevención de estas condiciones anómalas. Prevención que se basa en un correcto manteni- miento, encaminado a eliminar o, en su defecto, limitar las acciones noci- vas a que pueden verse sometidas las partes a presión de este tipo de aparatos. Entre estas acciones hemos des- tacado la eliminación de las incrus- taciones y el control de la corrosión. Mediante el control de estos dos pa- rámetros, además de conseguir un funcionamiento más eficaz, desde el punto de vista del rendimiento eco- nómico, conseguiremos establecer un sistema seguro de prevención de las explosiones. FIGURA 10. Medición de espesores por ultrasonidos. Detalle de los puntos de medición. 12 MAPFRE SEGURIDAD. N.” 49 - PRIMER TRIMESTRE 1993
  • 11. FIGURA ll. Bomba de accionamiento manual para pruebas hidrostáticas. BIBLIOGRAFIA VIAN A , y OCON J Elementos de /nge- nieria qhmica. Ed. Aguilar. SAVIDAN. L.: Resinas cambiadoras de Iones Ed Alhambra MARTI DEULOFEU, J. M.: Revista Co- rrosión v Protección. Junio-Julio 1977. <<Efectosde un agua Incrustante Proce- dlmlentos que permlten dlsmmulr su du- reza y ewtar la incrustaclón- ASISTENCIA TECNICA CAMPSA Ma- nual tecnrco sobre la ubhzacron de com- bustibles líquidos en la industria. GARCIA-ATANCE. J.: Revista Maofre Se- gundad (2 ’ trtmestre 1982) <<Accidentes y averlas en calderas y recIpIentes a pre- slóna) MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENER- GIA. Operadores rndustrrales, de calde- ras Conoclmrentos basrcos para la ob- tención de/ carnet de operadores de cal- deras. Centro de PublIcaclones. Secre- taría General Técmca REGLAMENTO DE APARATOS A PRE- SION. Real Decreto 1244 de 4/4/1979 (B.0 E. 29/5/1979). /TC. MIE AP 1 Calderas, economlzado- res, precalentadores, sobrecalentadores y recalentadores Orden 17/3/1982 (6 0.E 8/4/1981) Orden 281311985 (B 0 E 13/4/1985) UNE g-104-86 APARATOS A PRESION REVISIONES PERIODICAS UNE g-103-85 CALDERAS REVISIONES PERIODICAS UNE g-206-88 CALDERAS INSPECCION DE LAS INSTALACIONES MAPFRE SEGURIDAD. N.” 49 PRIMER TRIMESTRE 1993 13