Un sistema automatizado consta de dos partes principales: la parte operativa, que actúa directamente sobre la máquina mediante accionadores y captadores, y la parte de mando, generalmente un autómata programable que controla el sistema. La automatización transfiere tareas de producción de operadores humanos a elementos tecnológicos para mejorar la productividad, calidad, seguridad laboral y disponibilidad de productos.