1. DOMINGO, 30 DE NOVIEMBRE DE 2014 ABC 22 PRIMER PLANO
Respuesta al desafío secesionista Estrategia popular
ÀLEX GUBERN
BARCELONA
Como si de una gran operación de rear-me
moral se tratase, el Partido Popu-lar
se volcó ayer en Cataluña con una
inusual concentración de dirigentes y
cargos institucionales, una densidad
impensable fuera de un congreso na-cional.
En este sentido, y aunque en
medios políticos catalanes se especu-ló
con la posibilidad de que el presi-dente
Mariano Rajoy plantease ayer
algún tipo de oferta de negociación
para Cataluña –el traslado del Senado
a Barcelona no pasó de estrafalario ru-mor
para animar los días anteriores–,
lo cierto es que la convención munici-pal
del PP, al menos por lo que respec-ta
a los populares en la comunidad, se
leyó en clave interna.
Se trataba, tal y como explicó la pre-sidenta
del PPC, Alicia Sánchez-Ca-macho,
de amparar a los militantes
populares en Cataluña, y por exten-sión
a todos aquellos catalanes no in-dependentistas
que viven ajenos al lla-mado
«proceso». Hay una mayoría de
catalanes que no comparten el sobe-ranismo
y que «se sienten huérfanos
y desamparados», explicó la popular.
En este sentido, y en un momento en
el que la celebración de la pseudo con-sulta
del 9-N ha sumido en el descon-cierto
a los militantes del PPC, a los
que se había asegurado del derecho y
del revés que no habría votación, el PP
nacional quiso acompañarles con un
mensaje de apoyo.
Incomparecencia del rival
De fondo, y en una demanda que no es
nueva, el PP catalán reclama más im-plicación
del Gobierno y del partido
en Cataluña, una comunidad en la que,
como reconocían ayer dirigentes de la
formación, el soberanismo se ha he-cho
hegemónico, al menos en su ex-presión
pública, por clamorosa incom-parecencia
de rival.
«Debe fortalecerse el Estado en Ca-taluña,
donde el independentismo ha
traicionado el estado de las autono-mías.
El estado debe volver a Catalu-ña
(...) Más presencia del Gobierno y
más presencia de esta historia de éxi-to
colectivo que es España. Hay que
explicarla mejor, venderla mejor», re-sumió
la dirigente popular ante un au-ditorio
compuesto por varios cente-nares
de militantes y decenas de car-gos
de la formación.
Acudieron a Barcelona hasta cinco
ministros – Economía, Luis de Guin-dos;
Industria, José Manuel Soria; In-terior,
Jorge Fernández Díaz; Fomen-to,
Ana Pastor; y Empleo, Fátima Báñez
–, así como una nutridísima represen-tación
de los «barones» territoriales.
Se pudo ver en este sentido a los pre-sidentes
de La Rioja, Pedro Sanz; Ma-drid,
Ignacio González; Comunidad
Valenciana, Alberto Fabra, y Melilla,
Juan José Imbroda, así como la presi-denta
de Castilla-La Mancha y secre-taria
general del PP, María Dolores de
Cospedal.
Junto a ellos, los líderes regionales
del PP en Andalucía, Juanma Moreno;
País Vasco, Arantza Quiroga; Navarra,
Pablo Zalba; Asturias, Mercedes Fer-nández;
y la presidenta del PP de Ma-drid,
Esperanza Aguirre, así como los
alcaldes de Sevilla, Juan Ignacio Zoi-do,
y Valencia, Rita Barberá. Un pleno.
Ante tal concentración de dirigen-tes,
cundió en una militancia catala-na
acostumbrada a remar y a trabajar
en territorio a menudo hostil cierta
sensación de reconocimiento. Un con-fort
moral que contrastaba con el de
los días posteriores a la pseudo con-sulta
del día 9, cuando desde el PPC
no se escondió esa sensación de «de-samparo
» a la que aludía Camacho.
«Se acabó el diálogo»
Quizás por ello, porque se trataba de
insuflar moral a las tropas –a los mi-litantes
y a las docenas de concejales
que acudieron a Barcelona–, la líder
de los populares catalanes realizó pro-bablemente
una de las intervenciones
más enérgicas que se le recuerdan. «Se
acabó la conllevancia, se acabó el diá-logo
con aquellos que quieren romper
España, la unidad de España es inne-gociable,
no se dialogará jamás», apun-tó
ante la ovación del salón, desbor-dado,
donde se realizó la convención.
En la fila cero también se pudo ver
a Josep Ramon Bosch, presidente de
la plataforma antisoberanista Socie-dad
Civil Catalana, al presidente de las
pymes catalanas, Josep González, al
de la Cámara de Comercio, Miquel
Valls, al del Círculo Ecuestre, Borja
García-Nieto, y al de la Cámara de Co-mercio
de Estados Unidos en España,
Jaime Malet.
La cúpula del PP desembarca para
insuflar ánimos a su militancia
· Sánchez-Camacho pide
más implicación al
Gobierno: «El Estado
debe volver a Cataluña»
INEES BAUCELLS
Cinco ministros arropan a Rajoy
Hasta cinco ministros acudieron a la convención popular celebrada ayer
en Barcelona: (de izq. a der.) Luis de Guindos, José Manuel Soria, Fátima
Báñez, Ana Pastor y Jorge Fernández
INES BAUCELLS
El apoyo de los barones regionales
En la imagen, los presidentes y dirigentes regionales Alberto Fabra (de
derecha a izquierda), Ignacio González, Juan José Imbroda, Esperanza
Aguirre, Mercedes Fernández, Arantza Quiroga y Pablo Zalba.
AVALAN EL PLAN DEL PRESIDENTE MAS
À. G. BARCELONA
Más presión para Esquerra Repu-blicana
(ERC) para sumarse a la
«lista única» de Artur Mas. La
Asamblea Nacional Catalana (ANC)
La ANC avaló ayer la propuesta del
presidente de la Generalitat de con-figurar
una «candidatura transver-sal
» que permita convocar ya las
elecciones autonómicas en clave
plebiscitaria. Tal y como se recoge
en la «hoja de ruta» trazada por la
misma ANC, se trata de que en pri-mavera
esté ya constituido un nue-vo
Parlamento que, en el plazo de
18 meses, esté en disposición de
proclamar la independencia.
En una declaración aprobada
ayer, la ANC defiende como «un
buen punto de partida» la propues-ta
lanzada por Mas, en unas elec-ciones
que, apuntaron, deben arro-jar
un resultado «inequívoco», debe
poder leerse internacionalmente
como base suficiente para iniciar
conversaciones sobre el reconoci-miento
internacional del Estado
catalán.
«Hacer un mitin»
Mientras la ANC volvía a coordi-nar
su agenda con la del presiden-te
Mas, la Generalitat valoró ayer
la visita de Mariano Rajoy. Para la
vicepresidenta Joana Ortega, Ra-joy
vino a «hacer un mitin», en el
que dijo no haber escuchado nin-guna
propuesta sino sólo «desca-lificaciones
». Para Josep Rull (CDC),
Rajoy «ha renunciado a ejercer de
presidente en Cataluña».
La ANC presiona a ERC para
que acepte la «lista única»
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