El documento describe el humor político como un arte que sirve para exponer de manera crítica los actos de corrupción e hipocresía de los gobernantes desde la perspectiva de la gente de manera que no parezca un insulto. También presenta a Roberto Fontanarrosa como un destacado humorista gráfico argentino cuyo trabajo buscaba despertar la conciencia del público sobre los errores de los políticos a través de lo absurdo.