1. OBEDIENCIA: EL FRUTO DEL
REAVIMAMIENTO
Para el sábado: 03 de agosto de 2013
Texto base: 2 Cor. 10:4, 5
I. OBJETIVOS: (¿Qué aprender?) Saber
comprender que la obediencia es el fruto del
reavivamiento. Sentir el deseo de obedecer a
Dios y tomar la decisión de obedecer.
II. MOTIVACIÓN: (¿Por qué aprender?)
¿Cuál fue el secreto de Cristo Jesús y de los
apóstoles para obedecer a Dios?
III. INFORMACIÓN: (¿Cómo aprender?)
¿Cuál fue la mentalidad de Cristo Jesús para la
obediencia? (Jn.8:28, 29)
¿Cuáles fueron los secretos de los apóstoles
para ser obedientes? (1 Cor.2:16; Hech.5:32;
Gal.2:20)
¿Cuándo es posible obedecer a Dios? (Jn.15:4,
5)
IV. CONVICCIÓN Y DESEO:
(¿Cómo saber que han aprendido?) Ahora
sabemos que la obediencia es fruto del Espíritu
de Dios en el corazón. F o V ¿Le invitarás a tu
corazón? ¿Cuál es tu decisión?
V. DECISIÓN: Dile a Dios en oración en este
momento la decisión que has tomado.
2. ¿Cuáles fueron los secretos de los
apóstoles para ser obedientes?
Tener la mentalidad de Cristo Jesús, en
agradar siempre a Dios, en ser guiados,
convencidos e instruidos por el Espíritu de
Dios. Pedro dijo: “El Espíritu Santo que
Dios ha dado a los que le obedecen.”
(Hech.5:32) Pablo también dice: “Vive
Cristo en mí.” (Gál.2:20) El derramamiento
del Espíritu Santo en Pentecostés marcó la
diferencia en la vida de Pedro y los
seguidores de Jesús.
3. ¿Cuándo es posible obedecer a Dios?
Es posible obedecer solamente con Cristo
Jesús. Él desea permanecer en nosotros
mediante su Espíritu. “Cuando el Espíritu de
Dios obra dentro de nosotros, somos inducidos
a desear y hacer la buena voluntad del Señor, y
hay obediencia en el corazón y acción.” (A fin
de conocerle, p. 152).
Citas y respuestas a las interrogantes:
1. ¿Cuál fue la mentalidad de Cristo Jesús
para la obediencia?
Agradar a Dios. Jesús dijo: “Nada hago
por mi mismo; sino que hablo como el
Padre me enseñó. Porque el que envió
está conmigo. El Padre no me ha
dejado solo, porque siempre hago lo
que a él le agrada.”
También nuestra mentalidad debe ser
igual al de nuestro Maestro; pensar,
sentir y obedecer como él. ¿Quieres
tener la mentalidad de Cristo? (1 Cor.
2:16)