Rahab era una prostituta en Jericó que ayudó a los espías israelitas a pesar de los riesgos. Aunque vivía entre paganos, Rahab creyó en el poder de Dios al saber de los milagros que hizo con los israelitas. Rahab no se dejó limitar por su situación sino que se dispuso a defender al pueblo de Dios con fe, valentía y sabiduría. Su ejemplo muestra que uno puede recibir misericordia de Dios sin importar los errores del pasado si se arrepiente y c