Este documento discute los desafíos que plantea Internet para los padres y la educación de los niños. Señala que los filtros de contenido no pueden reemplazar la guía y explicaciones de los padres, y que culpar al medio no es responsable dado que la pedofilia y otras amenazas no son culpa de Internet. En cambio, los padres deben monitorear el uso que hacen sus hijos y los medios deben enseñarles formas de controlar los sitios que visitan.
2. La tecnología transforma nuestras formas de socialización y es difícil adaptarse.
Como sociedad, esto nos causa resistencia porque no sabemos qué hay al
otro lado. Y atrapados en el medio están los niños: ellos ya están al otro
lado, pero sus padres no, y eso genera una sensación de tenerlos fuera de
control.
No hay un “buen uso de Internet” porque nadie es capaz de definir lo bueno, ni
mucho menos de convertirlo en filtros de contenido. Filtrar el sexo implica
filtrar la educación sexual. Por lo demás, es el único ejemplo del que se
habla: el objetivo principal de estos programas es que los niños nunca
descubran que son criaturas potencialmente sexuales, y que existe una
dimensión del cuerpo que en algún momento descubrirán de todas
maneras, pero con menos herramientas para comprenderla.
3. RESPONSABILIDAD…….
la responsabilidad de educar no puede delegarse en una “Zona
Segura Speedy”. Que un filtro prohíba que busque en Google
“sexo” no puede ni remotamente ser un sustito para el
educador explicando el sentido de lo que encuentra el niño en
Internet como lo encuentra en el mundo. Al menos en Internet
hay alguien a su lado que puede ayudarlo a contextualizar la
información. Pero al parecer, queremos desperdiciar esa
oportunidad.
4. Internet es como todos sabemos- un mundo abierto, donde las restricciones y las
limitantes a la libertad de expresión son simplemente inaceptables. Por ello, las
regulaciones no deben ser al medio, sino que a aquellos que mal utilizan la web.
Creo irresponsable culpar a un medio de los delitos que cometen los antisociales. La
pedofilia, las extorsiones e incluso la pornografía infantil no son responsabilidad
de internet, por lo que indicarlo como una amenaza es realmente absurdo.
Los padres son los encargados de regular y estar pendiente de lo que hacen sus hijos
cada vez que se conectan. Ellos son los principales responsables del uso que le
dan los menores a esta gran herramienta que es la red.
Por ello, demos una mirada más amplia a este tema. No nos quedemos en la sencilla
opción de culpar al resto. Los medios de comunicación debe ejercer la misión
formadora que tienen y en vez de señalar culpables deberían enseñar a los
padres las mil y una formas que existen para controlar los sitios por los que
navegan los niños.
Pero también debemos exigir que la justicia cumpla la función de proteger a la gente y
no a los ladrones, quienes hoy gozan de una puerta giratoria difícil de trancar.