Este poema narra la historia de dos hombres que casi son llevados por la Muerte pero logran escapar. En la primera historia, un hombre le ofrece un guante a la Muerte y luego escapa corriendo cuando ella intenta agarrarlo de la pierna. En la segunda historia, un hombre convence a la Muerte de ir a cenar en lugar de llevárselo de inmediato, lo que le da tiempo de escapar. Ambos hombres son recordados y honrados después por haber escapado del destino que la Muerte tenía planeado para ellos.
1. “Dame la mano amigo” la calavera le decía, pues a la tumba llevárselo ya le
Apetecía,
Nada iluso fue el amigo pues un guante le extendió
Imaginándose la parca ¡este amigo ya cayó!
Espantado el buen amigo fuerte fuerte que corrió y
La parca enfurecida de la pierna lo pescó.
Al panteón ya se lo lleva,
La vida ya va a dejar, pero
En su casa lo esperan todavía pa´ Cenar, hay
Jamones y tortillas,
Aguacates y
Nopal, nada perdido le dijo “Parca vamos a cenar”
Despistada pobre parca,
Resignada aceptó,
Otro cliente va a buscar pues Daniel no se dejó.
2. La estética estaba muy llena,
Unas horas faltaban ya
Insistentes todas las clientas
Su apariencia querían cambiar.
Muy aprisa él trabajaba
Apresurado pa´ llegar, y a la virgen le
Rezaba pa´ que las clientas quedarán ya,
Todo mundo lo esperaba,
Iansa de fiesta está,
Muy alegres los ahijados
Imaginaban la fiesta ya,
Ay! que triste fue su historia, al festejo no llegó
Nada tonta la calaca pa´ella sola lo agarró
Otro bueno no hallaremos gritaban en el panteón.
Pobres clientas se quedaron con los tubos y un mechón
Otra vez la mugre parca a otro bueno se afianzó,
Nunca nunca olvidaremos que la calaca nos lo ganó
Cada dos de noviembre lo pondremos
En la oración recordando de aquel hombre que la muerte no perdonó.
3. Gustoso estaba en la fiesta
Una salsa quería bailar,
Invitado tequila a los cuates
La vida quería disfrutar,
La parca ya lo asechaba, sus huesitos quería estirar,
Esa noche para ella, segurito lo habría de agarrar
Rapidita fue la parca ni las gracias pudo dar
Muy contenta la calaca ya tenía con quien bailar
Otro pobre que se anota a su lista sin final.
Todavía lo recordamos
A toda hora y lugar, pues
Los tequilas que tomaba seguro lo van
A extrañar,
Vamos pues al campo santo
El ambiente hay que armar, de
Recuerdo están los bailes que a todos nos
Apresuraba a gozar.