1. Historia de la Construcción
El Modernismo se difundió entre los años 1890 y 1910 por toda Europa. Será años de
transición entre el cierre de los historicismos y el inicio de las vanguardias. Años
de intensa actividad económica ligada a un cambio de ideas. En cada país recibió
un nombre distinto: "Art Noveau" en Bélgica y Francia; "Modern Style" en
Inglaterra; "Jugendstil" en Alemania; etc. También se le llamó estilo 1900.
Surgió en lucha contra la cada vez más poderosa industrialización que se veía como
una fuerza deshumanizadora, y por la voluntad de crear frente a la falta de estilo
del siglo XIX, un estilo nuevo. Se ha considerado el modernismo como "un
movimiento romántico, individualista e antihistórico". A pesar de tener su origen en
la pintura, las mejores realizaciones del modernismo se obtuvieron en arquitectura
y en las artes decorativas.
Las formas típicamente modernistas huyen del ángulo recto y utilizan, en cambio, el
arabesco y las líneas sinuosas, ondulantes y asimétricas de la naturaleza. Así
llegan a un preciosicismo y a una artificiosidad de gran refinamiento. En todas las
obras abiertamente modernistas los arquitectos renuncia expresamente a imitar
los estilos anteriores, introduciendo una construcción basada en el ornamento.
2. Los arquitectos modernistas utilizan todos los materiales de construcción
conocidos, desde la piedra labrada y la tierra cocida hasta el hierro y el vidrio.
Las combinaciones que se hacen entre dichos materiales no obedecen nunca
a reglas generales fijadas de antemano, sino a particulares fines que cada
arquitecto pretende obtener.
La elaboración de los distintos materiales es cuidada con suma atención, según
los principios tradicionales más estrictos a fin de conseguir determinadas
texturas y calidades. Por lo general, el arquitecto de esta época es un hombre
con amplios conocimientos técnicos desde el punto de vista artesano y que
rechaza de plano toda falsificación en la preparación de los elementos
primarios que van a intervenir en la obra. Será el eje, quien lo diseñara todo
además de los edificios y las viviendas: muebles, objetos menores, vestidos,
calzado, etc.
Junto a los materiales más clásicos como la madera y posteriormente el hierro,
aplican otros que tuvieron prestigio en determinadas épocas, como la
cerámica, la porcelana, el barro cocido, los escayolados árabes, etc.