1. Hecho por Francisco Avilés Nieto.
Capítulo 3 Parte 2
-Bueno Kokin, se acabó por ahora tu entrenamiento físico -entró medio gritando Piru.
-¿En serio?, menos mal, ya estaba agotado -exclamé suspirando.
-¡Jajajaja!, aun no te creas que te has librado de entrenar, ahora toca el mágico, que he visto
un pequeño poder en ti. Ven conmigo, sin el equipo, al patio central y te voy explicando por el
camino.
Cogí mi camisa y me levanté de la cama para irme con Piru. Íbamos a un paso muy lento, ella
iba mirando al techo del pasillo como pensando que me podría decir para explicarme eso. De
pronto, paró en seco.
-Bueno, por donde podría empezar -comenzó a hablar mientras se llevaba la mano a la barbilla
y volvía a andar.- ¡Ya se, por la explicación en sí de la magia! Es algo simple, la magia se
manifiesta como tú quieres que sea, es decir, cada persona con potencial puede invocar o
hacer lo que quiera. Pero eso está delimitado por el poder de cada uno.
-Entiendo -dije yo sin comprenderlo muy bien.- ¿Y mi poder en qué consiste?
-Por lo que puedo ver, imagino que en crear barreras y pequeños hechizos útiles. ¡Ya estamos
aquí! -acabó diciendo Piru- Ves al centro, siéntate y te comento mientras lo que tienes que
hacer.
Me fui hacia el centro y me senté como me había indicado. No tenía ni idea de cómo sería en
entrenamiento de hoy.
-¿Preparado?, si es así no me contestes y empieza a concentrarte -explicó Piru.- Imagina que
tienes una muro alrededor, que es infranqueable,.... -fue diciendo mientras se acercaba a mi
sin que me enterase.- Tienes que concentrarte mucho ¡Por qué sino esto te dolerá!- gritó
mientras me golpeaba con un palo de madera.
Lo primero que hice fue asustarme por el grito, sin embargo el palo no me llegó a dar, se había
roto en el aire. Como si se hubiese chocado con algo. Claro, era la barrera mágica. Es verdad
que tengo algo de poder dentro de mí.
-Mmmmmmm,... pensé que lo sería más difícil y que te llevarías el golpe -dijo con tono de
desilusión.- Que pena.
-¿Qué pena de qué? ¿Me querías dar un palazo? -contesté sorprendido.
-La verdad es que sí -sonrió- pero parece que tu poder no es tan débil como me imaginaba siguió sonriendo.
1
2. Yo estaba muy contento por haber, aun que sea, dominado uno de mis poderes. Estaba muy
alegre, al fin dejaría de llevarme golpes desafortunados en los combates. La verdad que era un
poder muy útil.
No obstante mi felicidad iba a durar poco. Un grito acabó por completo con toda mi alegría.
-¡Piru, Kokin! Os necesitamos en la puerta, se acerca una manada de orcos a atacarnos -chilló
Gemelo desde las almenas.
Me incorporé y fui rápidamente a mi habitación a por el equipo. Esto no era un
entrenamiento, un fallo me podría costar la vida si Alseida o Piru no me llegaban a curar a
tiempo.
Cogí mi equipo y me apresuré a ir a la puerta.
*****************************************************************************
Ya llegué allí, estaban ya los orcos encima. Eran bestias enormes e hipermusculadas nacidas
para el combate. Xury estaba en primera fila luchando contra ellos y acabando con unos
cuantos por cada hachazo que daba; atrás estaban Gemelo, atacando con sus certeras flechas
y Alseida y Piru lanzado regeneraciones. Yo me quedé en shock, no sabía ni a donde ir, ni que
hacer. Hasta que un grito me saco de mi estado.
-Vamos Kokin ven a primera fila, tienes que evitar que lleguen a nosotros. Recuerda los
entrenamientos -me ordenó Gemelo.
Fue entonces cuando me centré. Vi a mi primer objetivo y me dispuse a ensartarlo como a los
muñecos de paja. Corrí hacia él con la lanza en ristre y le propine un certero golpe en el pecho.
La bestia cayó desplomada, había sido una estocada certera.
No tuve tiempo de regocijarme en mi primera victoria cuando un orco me sorprendió por la
espalda. Me iba a golpear con su puño, que era casi igual de grande que mi cabeza. No llegó a
darme, el orco se derrumbó por un flechazo en la cabeza.
-No puedes desconcentrarte. ¡Sigue luchando! - me reprimió Gemelo.
Ya estaba acorralado, por lo que ahora tendría que dar estocadas cortas y certeras mientras
me cubría y lanzaba también golpes con el escudo. Estaba en una situación muy agobiante, no
podía parar de luchar, porque eso sería la muerte. Veía a mis amigos en la misma situación que
yo, luchando sin parar por sus vidas.
Lo teníamos todo perdido. Por fortuna algo extraordinario pasó. Una gran llamarada abrasó a
una decena de orcos. Sus compañeros al ver como los demás morían quemados huyeron
despavoridos. Al fin la pelea acabó ¿Pero,... qué había sido eso?
Encima de la colina había un chico. Era alto, con el pelo un poco largo y desalineado y con un
físico atlético. Portaba una especie de disco pequeño que ahora mismo estaba en llamas, eso
quería decir, que pertenecía a la clase de los sourcers, unos poderosos magos elementalistas.
Se podía observar también que era un tipo serio ya que su rostro carecía de cualquier
expresión de felicidad.
2
3. -¡EEEEEEEEEEEEEE! ¿Has sido tú quien nos has salvado? -gritó Piru- ¿Te gustaría pasar a
nuestro castillo? -dijo sin saber si era amigable o no.
El sourcer se desvaneció de repente y al poco se materializó enfrente de Piru.
-Sería un placer que me dejases pasar. Llevo días vagando por esta zona sin haberme
encontrado a nadie -contestó mientras cogía de la mano a Piru.- Por cierto me llamo Gin, ¿Y
vosotros? -acabó la frase mirando a los demás.
A Piru se le veía en la mirada que ese chico le llamaba la atención, pues se centraba totalmente
en él. Nos presentamos y pasamos al castillo.
*****************************************************************************
- Bueno,.... pues,... ¿te gustaría quedarte a cenar y a dormir? -comentó tímidamente Piru.
-Encantado, hace días que como muy poco y mal. Y dormir en el suelo me tiene trillada la
espalda -se expresó cortésmente Gin.
-Vale, tu habitación está la tercera por ese pasillo, coge la ropa que hay si quieres y luego
vente a la sala de enfrente que cenaremos allí.
En la cena estuvo explicando Gin quien era. Era un vagabundo que se desplazaba hacia los
sitios que predecía que podrían estar en peligro y que con sus poderes aniquilaba las bestias
causantes de este.
Todos estuvimos atentos a su monólogo. Pero en especial Piru, estaba totalmente embobada
con cada palabra que decía Gin y la mirada le brillaba. Esto sin duda, podría ser el comienzo de
una relación más adelante.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Capítulo 4
conociendo al nuevo y Comienzo de las escaramuzas
3