Un paciente fue diagnosticado con un accidente cerebrovascular isquémico agudo en evolución tras una tomografía computarizada de cerebro sin contraste. Se activó el protocolo de trombolisis con rt-PA. Cinco días después del ACV, se inició tratamiento con heparina de bajo peso molecular seguido de anticoagulantes orales. Fue dado de alta diez días después con acenocumarol y en controles posteriores ya no se observó el trombo en el ventrículo izquierdo.