1. Fotos. blai
Las margas con Dentalium y las
Calizas bioclásticas miocenas
En la vaguada de la fuente del Hervidero (Cortijo del
Macareno) aparecen Margas con colores grisáceo-amarillentos.
Los cerros de por detrás son de calizas de color marrón. Las margas,
rocas arcilloso-calcáreas, son de edad Mioceno (~8 m.a.). En ellas
abundan los fósiles de Dentalium. Los Dentalium son unos Moluscos
con una concha de carbonatocálcico de forma tubular alargada, de
hasta unos 10 cm
de longitud. La
concha está abierta
por los dos
extremos pero uno
de ellos es más
ancho que el
otro, por lo que
estos fósiles son
conocidos
vulgarmente como
pipas. La presencia
de Dentalium y de
Foto:.Miguel Villalobos
otros fósiles asociados (bivalvos de tipo almeja, foraminíferos
planctónicos, etc.), indica que las margas se formaron en un medio
marino, dado que estos organismos actualmente viven en el mar.
Las calizas son también de edad Mioceno aunque algo mas antiguas
(~9m.a.). Afloran extensamente a largo de la ladera que asciende al
cerro de las Pipas(1.428 m). Son rocas de carbonato cálcico formadas
por trozos de esqueletos calcáreos fósiles de diversos organismos,
por lo que suelen llamarse calizas bioclásticas.
Entre los restos fósiles destacan bivalvos, algas rojas, briozoos y
equinodermos. Estos organismos viven en la actualidad sobre el
fondo del mar en zonas marinas de poca profundidad, desde la
superficie hasta unas decenas de metros.
2. Los conglomerados miocenos de cantos
calcáreos del cerro de
Sevilla. Panorámicas desde el cerro
de Sevilla: la sucesión mioceno cuaternaria
El cerro de Sevilla y los pequeños cerros aledaños, situados
muy próximos al collado del canal de la Espartera,
son de conglomerados de edad Mioceno (con una edad aproximada
de ~9Ma). En este caso los cantos están muy
redondeados. Son mayoritariamente de carbonato, ya que proceden
de la erosión de las calizas y dolomías de la Sierra. Algunos cantos
están perforados (muestran pequeñas incisiones o agujeros más o
menos redondeados).
Estas perforaciones son idénticas las que se encuentran actualmente
en los cantos, bloques y paredes (acantilados)
de calizas y dolomías en las zonas costeras y se deben a la acción de
unos bivalvos que taladran la roca para
introducirse en ella y tener así mayor
protección. El bivalvo de este tipo más conocido popularmente es la
litofaga o dátil de mar.
Los conglomerados contienen, además, restos de conchas de
3. bivalvos marinos de tipo zamburiña y concha de peregrino
(pectínidos). Todos estos elementos nos indican un indiscutible origen
marino y costero de los conglomerados, lo que a su vez señala que
hace unos 9 Ma en este punto se localizaba la línea de costa del mar
que ocupaba la Depresión de Granada. Estos conglomerados son
equivalentes laterales de las calizas bioclásticas, es decir, se
formaron al mismo tiempo. Los conglomerados se depositaron en la
misma costa mientras que las calizas bioclásticas se acumularon en
zonas un poco más profundas de la plataforma marina que ocupaba
este extremo oriental de la Depresión o Cuenca de Granada. En esa
época la Cuenca de Granada era un entrante del mar Mediterráneo.
Desde la pista de la Cortichuela, en la ladera norte del cerro de
Sevilla (1422 m) y
mirando hacia el
cortijo del
Hervidero, se
aprecia bien la
sucesión de
materiales del
Mioceno y
Cuaternario que
hemos venido
atravesando,
pertenecientes al
borde de la
Depresión de
Granada. De
izquierda a
derecha, de más
antiguo a más moderno, se pueden ver las calizas bioclásticas del
cerro de las Pipas, las margas en la vaguada del cortijo, los
conglomerados de grandes bloques (que aparecen en el cerro situado
por encima a la derecha) y las brechas del Cuaternario, que afloran
en los cerros situados algo más al fondo.
Los fósiles de algas dasycladáceas
en las dolomías triásicas
Continuando por la carretera en sentido ascendente, justo
antes de alcanzar el collado del canal de la Espartera (a unos 300 m
del mismo), se atraviesa el contacto entre los materiales que
4. componen la sierra y los de relleno de la Depresión de Granada. En
este punto, en el lado de la carretera más próximo al barranco, existe
una pequeña cantera excavada en las dolomías del Triásico. Estas
rocas están muy fracturadas y han sido explotadas esporádicamente
para extraer gravas, utilizadas como balasto para reforzar el firme de
la pista. En estas dolomías hay abundantes restos fósiles de algas
(algas dasycladáceas) del Triásico superior (hace entre 225 y 215
millones de años). Estas algas están especialmente bien preservadas
en las dolomías de la cumbre del pico de la Carne (1.809 m), situado
enfrente. La presencia de estas algas fósiles indica que los carbonatos
que las contienen se formaron en medios marinos poco profundos de
aguas cálidas (tropicales-ecuatoriales). Las algas dasycladáceas
actualmente son comunes en los mares tropicales, en aguas poco
profundas, y crecen directamente sobre el fondo, como pequeñas
plantas (de algunos centímetros) que forman en vida una costra de
carbonatocálcicor del tallo.
Las fallas del borde de la Sierra
5. Desde el collado del canal de la Espartera se abandona el camino a
la Cortichuela y se asciende por la pista de la loma o cuerda del
Trevenque, actualmente abandonada e intransitable para los
vehículos a motor. A unos 500 m del inicio del ascenso y mirando
hacia el cortijo Sevilla se aprecia muy bien el contacto entre los
materiales de la Depresión de Granada y los carbonatos del Triásico
de la Baja Montaña. Este contacto es de cambio brusco lateral debido
a la presencia de una fractura (falla) de plano vertical que los
delimita y separa. El bloque hundido es el de la derecha. La vaguada
que aparece en primer término, a la derecha de la falla, corresponde
a afloramientos de materiales del Mioceno medio (~15-12 m. a.) de
escasa potencia y naturaleza diversa (conglomerados, arenas y
arcillas), que hunden bajo los conglomerados de cantos calcáreos del
Mioceno superior (~9 m. a.) del cerro de Sevilla.
Granada a 19 de Marzo de 2011