El documento contrasta la perspectiva de un adulto con la de sus hijos sobre varios aspectos de la vida. Mientras el adulto ve cosas como malezas, mendigos sucios y charcos de lodo como problemas, sus hijos ven flores, personas sonrientes y oportunidades para jugar. El documento sugiere que los niños aprecian más las pequeñas cosas de la vida y que los adultos pueden aprender de su perspectiva más positiva y juguetona.