El embarazo adolescente se produce entre los 10 y 19 años y puede deberse a desconocimiento de métodos preventivos, falta de comunicación con los padres o una violación. Sus consecuencias incluyen trastornos psicológicos, deserción escolar y laboral, y el abandono del padre del futuro hijo. Para evitarlo, los padres deben supervisar a sus hijos sin dejar de darles independencia, saber con quién salen y ayudarlos a establecer metas de futuro.