5. Cinco siglos después de las ensoñaciones de Tomás Moro, alguien cree
todavía que la ínsula de Utopía es posible. O casi. Al menos, en lo que a la
esfera laboral se refiere, el primer Banco español (y también de toda la
Eurozona, con cien millones de clientes en todo el mundo y tres millones de
accionistas) ha intentado articular un espacio a la medida de las necesidades
de los 6.800 trabajadores de la sede de sus servicios centrales, en la localidad
madrileña de Boadilla del Monte.
No se trata de un complejo empresarial al uso, sino de un empeño más
ambicioso y singular: la Ciudad Grupo Santander, un diseño arquitectónico
de Kevin Roche en doscientas cincuenta hectáreas blindadas por férreas
medidas de seguridad, es un mundo autosuficiente que atrapa al visitante en
un insospechado y sutil juego de muñecas rusas donde al corazón del poder
(el despacho de Ana Patricia Botín, una atalaya acristalada en el edificio
llamado «Pereda» pero familiarmente conocido por los empleados como «el
ovni») lo guarecen jardines de refinado paisajismo, una vasta zona forestal,
deslumbrantes instalaciones deportivas, una modélica guardería con los
mejores equipamientos, nueve restaurantes con oferta gastronómica variada
(del wok de tallarines con gambas a los judiones de La Granja), centro
médico, peluquería a módicos precios, un campo de golf de dieciocho hoyos
y una sala de arte puntera en la que el magnífico continente realza
adecuadamente unos contenidos de primera categoría.
21. Una urbe con tintorería, modista de arreglos, camisería, restaurantes,
un bar ambientado como circuito de Fórmula 1 y hasta un Vips ,
guarderías ……
25. La afición por el golf de Emilio Botín le llevó a proyectar un grandioso campo
Templo del golf. La ciudad no responde a personalismos sino a necesidades colectivas, pero sí tiene una
característica con la inconfundible impronta de Emilio Botín: su campo de golf de 18 hoyos. El golf era
una pasión de Botín (no hay que olvidar que tres de sus nietos son hijos de Severiano Ballesteros), y por
ello el Banco encargó el proyecto de este campo a uno de los mejores diseñadores del mundo, el
norteamericano Rees Jones. Con 6.900 metros de recorrido, es el más largo de España y uno de los más
largos de Europa y tiene capacidad para acoger torneos del más alto nivel. Además, el recinto cuenta
con una sucursal de la prestigiosa escuela de golf Jim McLean. A diferencia de otros servicios de la
ciudad, sólo para empleados, el campo de golf está abierto al público.
27. Una de las tiendas donde los empleados del Grupo Santander
pueden hacer la compra
28. La inmensa guardería: «Escuela infantil Altamira». Cinco módulos apaisados acogen a casi quinientos
hijos de empleados, de cero a tres años. Pese a lo rotundo de la cifra, las sensaciones sobre el terreno
son opuestas a las de agobio o masificación: el despliegue de medios es excepcional, y el cuidado de los
niños, exquisito. El nivel de satisfacción de los padres es altísimo, y la relación calidad-precio del
servicio, óptima: 190 euros al mes, en un horario que cubre con flexibilidad cualquier jornada laboral.
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33. Un conjunto de tapices de manufacturas de Bruselas, Gobelinos
y Beauvais, presidido por el denominado, La exaltación de las
Artes, inicia esta visita. La exposición de pintura empieza con
obras de los siglos XVI y XVII. Éste último siglo cuenta con una
espléndida y numerosa representación. Hay ejemplares de
pintura religiosa, retratos y bodegones, con obras de Cranach,
Juan de Juanes, Luis Morales, El Greco, Alonso Cano, Arellano y
Zurbarán, pintores flamencos como Rubens, Van Dyck o Paul de
Vos, italianos, como Tintoretto.
Este recorrido expositivo continúa con pintores y escultores del
XVIII, y XIX. Les siguen los grandes maestros del XX, Solana,
Vázquez Díaz, Picasso y Miró.
Prosigue con las vanguardias, la Escuela de Madrid, El Paso,
Dau al Set y el Grupo de Cuenca, continuando con artistas de
los años 80, como Barceló, Sicilia, Broto, García Sevilla, Arroyo,
Valdés y terminando con una representación de la escultura
contemporánea con obras de Alberto, Ferrant, Chillida, Chirino,
Solana o Iglesias. Se ha dedicado una sala especial para los
quince grandes lienzos que forman el conjunto de Las Bodas de
Camacho, de José María Sert.
En un espacio previo a la entrada de esta gran sala, pero
formando parte del conjunto de la misma, se exhibe una
selección de la colección numismática que ilustra paso a paso la
historia monetaria de España, desde las acuñaciones de las
colonias griegas del siglo III a. C., hasta la desaparecida pesetas
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39. Colección de Tapices flamencos sobre las Artes Liberales del Taller de Jan Lyniers ejecutados
en la segunda mitad del siglo XVII.
Los Tapices de las Artes que posee el Santander son ocho, de los que se exhiben siete, justo los
siete relacionados con la matemática, la mecánica y la astronomía.
Las tapicerías tienen tamaños muy diferentes pues el encargo debió ser “a la medida” para
decorar íntegramente un lugar específico.
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41. Emilio Botín, quiso elegir
personalmente el cuadro que
preside el altar de la capilla de
su ciudad financiera.