9. “Estos niños habiendo aprendido a conocer y a amar a Jesucristo y a su Iglesia, a la familia y a sus semejantes, llevarán en sí la rica semilla y la mayor parte de las veces, la primera caída en sus corazones y quizás la única que no podrán arrancar las tempestades de la vida... He allí, preparada la Reparación de la sociedad, para el porvenir...” (Madre Teresa del S. C.)