1. CLAVES PARA SER TOLERANTES
Hay quienes creen que tolerar es aguantar. Pero en realidad
se trata de un principio de vida que bastante falta nos hace,
y que equivale a respeto, comprensión y adaptación hacia
los demás.
Ser tolerante es básicamente una capacidad de adaptación,
en mayor medida a todo lo que se presenta fuera de sí
mismos, pero en ciertas ocasiones exige serlo también
hacia adentro, pues no todas las personas tienen el mismo
grado de tolerancia.
Se es intolerante cuando se siente que otros invaden el
espacio, pero en el sentido de que lo que hacen o dicen toca
las fibras del dolor; pero es precisamente cuando los
episodios de dolor son repetitivos, que se requiere
urgentemente hacer de la tolerancia un principio
fundamental y cultural.
Todos los días tú te enfrentas a situaciones que exigen
“respeto o consideración hacia las opiniones o prácticas de
los demás, aunque sean diferentes de las tuyas”. Por eso,
en esta oportunidad queremos presentarte algunas pautas
para aprender a ser tolerantes:
Antes de enfrentarte al mundo exterior no sobra „mirar
hacia adentro‟. Si te levantaste con la depresión o te sientes
muy sensible, es mejor que te enteres primero de ese
estado que los demás, porque seguro a veces puedes
soportar un Madrazo, pero otras no, y lo menos que puedes
hacer, es desahogarte con quien nada tiene que ver.
Comienza por entender las razones por las cuales te sientes
especialmente intolerante: te llegaron todas las deudas al
mismo tiempo, tu pareja fue indiferente esa mañana, tul
vecino de nuevo hizo rumba hasta la madrugada, etc., etc.
Si lo analizas y lo aceptas, la carga de problemas será más
liviana.
Ser tolerante no implica que debas tragarte todos tus odios
y que reacciones con la paciencia del santo Job Si te
molesta algo de alguien, díselo. Y si tienes que ponerte
2. bravo, permítetelo también, pero dentro de los límites. La
vida está hecha de complicaciones por doquier, pero se
hace más armoniosa cuando tú sabes digerir los problemas
y aceptas las diferencias y las cargas de los demás.
La tolerancia exige comprensión, capacidad de
entendimiento y flexibilidad. No cierres la puerta frente a
los conflictos de los demás. Esto no implica que seas tú el
que le resuelva sus vidas, pero tampoco te comportes con
implacable indiferencia. Escuchar es el mejor ejercicio, aún
frente a los temas que crees no puedes tolerar y en los que
sientes que nadie te puede cambiar de opinión.
El tolerante siempre busca soluciones y se adapta a los
cambios. En lugar de ahondar en el problema, toma un
tiempo prudente para pensar en las salidas. No todas las
situaciones lo permiten, pero hacerlo facilita las cosas para
ambas partes.
Frente a las adversidades o diferencias con los demás, no
actúes con demasiado optimismo o pesimismo. El optimista
en extremo ve siempre todo bien y tiene poca visión ante
los problemas.
Ten en cuenta las razones y motivos de los otros para
actuar. Así como tú puedes estar hipersensible, los demás
también.
Expresa tus necesidades y deseos con claridad para que los
demás sepan exactamente hasta dónde pueden con
Contigo.
Mira siempre las cosas en su contexto y no te fijes
únicamente en los detalles o hechos insignificantes, que la
restan trascendencia a una situación mayor.
En cada una de tus relaciones, nuevas o no, comprende que
la perfección no existe y que por lo tanto tú y los demás,
cometen errores. Si entiendes esto, cada vez que te toque
abordar a alguien, en cualquier circunstancia podrás hacer
mejores vínculos con los demás.
Vive el día con sus propios placeres y preocupaciones. No
3. cargues con el pasado, pues en la medida que vives el
presente, la vida se te tornará más liviana y llevadera para
contigo mismo y los demás.