En la vida hay muchos soñadores pero muy pocos conquistadores. Esto es por el hecho que de pasar del sueño a la acción, se debe tener carácter, pasión y determinación. Eso hace la diferencia entre los que quieren y los que hacen. En su segunda aparición en las Escrituras, y quizás una de las más conocidas, David, el pequeño pastor, el enorme adorador, el extremadamente valiente joven, nos enseña a través de su heroico enfrentamiento con el gigante Goliat, como lograr un corazón de conquistador. Cada paso dentro de la historia nos confirma que solo alguien capaz de hacer, será capaz de cambiar su historia personal, la historia de su familia e incluso, la historia de su nación.