Zacarías canta alabanzas a Dios por visitar y redimir a su pueblo, levantando un cuerno de salvación en la casa de David como fue profetizado, liberándolos de sus enemigos y recordando Su alianza. Dios concede que Su pueblo le sirva con santidad y justicia, libres del temor, y al niño Juan se le llamará profeta para preparar los caminos del Señor y anunciar la salvación y perdón de pecados.