Este documento argumenta que las escuelas deben hacer más para proteger a los mejores estudiantes del acoso y marginación, y que deberían enseñar nuevas materias que formen a los estudiantes como personas y no solo llenarlos de conocimiento. El autor apoya la idea de enseñar a los estudiantes a no dejarse afectar por la envidia y a pedir ayuda a los mejores estudiantes en lugar de criticarlos.