Para armar una buena presentación, primero se debe identificar a la audiencia y definir el objetivo. Luego, establecer una estructura clara y mantener la integridad a través de un buen contraste de colores sobrios e imágenes en pequeñas porciones. También es importante utilizar fuentes legibles, presentar el contenido de manera concisa y al grano, y no improvisar durante la presentación sino exponer con actitud y contacto visual con la audiencia.