El documento describe tres espacios de mediación identificados por Martín Barbero: 1) la cotidianidad familiar, 2) la temporalidad social y 3) la competencia cultural. En la cotidianidad familiar, la televisión asume dispositivos como la simulación de contacto para mantener la atención del público. En la temporalidad social, los medios usan el tiempo para imponer mensajes y productos. Finalmente, la calidad cultural de los productos mediáticos refleja la representación que tienen los productores sobre el nivel cultural de la audiencia.