Hace unos 3000 años, la península ibérica estaba habitada por celtas e iberos. Los celtas vivían en la meseta y la costa atlántica, mientras que los iberos residían en la costa mediterránea. Posteriormente, llegaron comerciantes fenicios, griegos y cartagineses, y los romanos invadieron la península entre los años 218 a.C. y 19 a.C. Los romanos construyeron numerosos edificios y obras públicas en las ciudades.