Tras la muerte de Felipe II en 1598, el imperio hispánico comenzó a debilitarse y fragmentarse bajo los reyes del siglo XVII. Los validos, o consejeros de los reyes, trataron de reforzar el poder real a costa de las instituciones, lo que llevó a enfrentamientos. La guerra de sucesión española terminó con Felipe V estableciendo la monarquía absoluta. Aunque los Borbones y los reyes del siglo XVIII intentaron reformas, las guerras con Gran Bretaña debilitaron a España