La costa cantábrica se extiende desde Francia hasta Galicia y es alta y rocosa. Algunos accidentes geográficos notables son el cabo de Peñas en Asturias, formado por acantilados de más de 100 metros y excelentes playas; la punta de Estaca de Bares en Galicia, que marca la frontera entre el mar Cantábrico y el océano Atlántico y es un importante observatorio ornitológico; y el cabo de Ajo en Cantabria, conocido por sus abruptos acantilados.