2. Introducción
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
La parte dedicada a Jesucristo es la más extensa en
las tres versiones del Credo: Apostólico, Niceno-
Constantinopolitano, y Pueblo de Dios.
3. Compendio del Catecismo
79. ¿Cuál es la Buena Noticia
para el hombre?
La Buena Noticia es el anuncio
de Jesucristo, «el Hijo de Dios
vivo» (Mt 16, 16), muerto y
resucitado. En tiempos del rey
Herodes y del emperador César
Augusto, Dios cumplió las
promesas hechas a Abraham y a
su descendencia, enviando «a su
Hijo, nacido de mujer, nacido
bajo la Ley, para rescatar a los
que se hallaban bajo la Ley, y
para que recibiéramos la filiación
adoptiva» (Ga 4, 4-5).
4. 1. Jesucristo, buena noticia
En los dos últimos siglos ha habido
una polémica sobre la identidad de
Jesucristo que consistió en lo
siguiente:
Unos le veían preferentemente
como Jesús de Nazaret (Jesús
histórico), al potenciar su
histórico
dimensión humana
Otros, sin embargo, casi
exclusivamente desde la
dimensión divina: el Cristo de la
fe.
fe
Acuerdo: No se puede acceder al
Jesús histórico prescindiendo del
Cristo de la FE. Uno y otro son la
misma persona.
5. 1. Jesucristo, buena noticia
Desde la primitiva comunidad cristiana, la predicación consistió en
anunciar a Jesucristo para proponer la fe en Él. La palabra “Jesu-
cristo” encerraba ya dos dimensiones.
dimensiones
Así el nombre de “Jesús” significa “Dios salva”, expresando su
identidad humana y su misión específica.
El nombre “Cristo” (Mesías) significa “Ungido”. Jesús es el Cristo
porque ha sido consagrado por Dios para la misión redentora.
Jesús acepta el título “Cristo” siempre que sea compatible con el
siervo sufriente “que da la vida por muchos”.
El término “Señor” (Kyrios) se aplicaba solamente a Dios. Revela
la naturaleza divina, y los primeros cristianos se lo aplican muy
tempranamente a Jesús, al reconocer en Él el mismo poder, honor
y gloria que a Dios Padre.
6. 2. Jesucristo, Hijo unigénito de Dios
¿Son fiables los evangelios para
conocer a Jesucristo de verdad?
¿Coinciden Jesús de Nazaret con el
Cristo del Credo?
El único acceso para conocer la
verdad de Jesucristo son los
Evangelios.
El valor de su verdadera persona y el
de su obra no se entiende sino es
desde su Espíritu, y al Espíritu Santo no se accede si no es por la fe.
Espíritu fe
Una fe que no contradice a la historia, pero que sin ella solamente nos
quedaríamos en la periferia de la personalidad de Jesucristo
La fe nos enseña que no hay contradicción entre el artesano de
Nazaret y el Hijo de Dios. Ella facilita el acceso a la oración que
mantenía con el Padre, lugar exquisito para comprender su intimidad,
ya que la oración era el latido que alentaba su vida
7. 2. Jesucristo, Hijo unigénito de Dios
Dos momentos importantes
para comprender que Jesús es
el Hijo unigénito de Dios son su
Bautismo y la Trasfiguración.
Trasfiguración
Él mismo afirma que conoce al
Padre, y de ello sus discípulos
Padre
son testigos (Jn 1,14).
El Hijo de dios se encarnó en
el seno de la Virgen María por
obra del Espíritu Santo para
nuestra salvación. A este
misterio se le llama la
“Encarnación”.
8. 3. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre
Los primeros concilios se
tuvieron que preguntar sobre
tres cuestiones que
constituyen el misterio de
Jesucristo: Mesías, Hijo y Dios.
Las tres cuestiones están
enlazadas entre sí:
Los concilios de Nicea y
Constantinopla afirmaron que
Jesucristo fue engendrado, no
creado, y de la misma
naturaleza que el Padre.
9. 3. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre
El Concilio de Calcedonia
afirma que fue uno solo,
Jesucristo, perfecto Dios y
perfecto hombre:
Con alma racional y cuerpo
humano.
Consustancial en la divinidad
con el Padre.
Consustancial en la humanidad
con nosotros, excepto en el
pecado.
10. La “confesión” de Calcedonia:
-3 personas 1 solo Dios
-2 naturalezas 1 sola perosna
11. 3. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre
La Iglesia supo expresar este
misterio en fórmulas claras:
verdadero Dios y verdadero
hombre.
con dos naturalezas, la divina
naturalezas
y la humana, no confundidas
entre sí.
en una sola persona.
persona
12. 4. La persona de Jesucristo
UNA sola persona y DOS
naturalezas
El Hijo de Dios asumió un
cuerpo con un alma racional y
con una inteligencia, pero con
un conocimiento íntimo y
original de Dios.
Tenía voluntad divina y
humana. Con un cuerpo
visible, con un corazón
humano.
Para entender su persona hay
que afirmar su doble
dimensión, sin prescindir de
ninguna de ellas.
13. 5. Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nacido de Santa María Virgen
Lo que ocurre en María es una
nueva creación: la Palabra se
creación
hace carne:
En María Dios se introduce en
la historia humana.
Dios Padre no es el padre
biológico de Jesús.
La expresión: “engendrado por
obra del Espíritu Santo” quiere
significar que no hubo
intervención de varón.
14. 5. Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nacido de Santa María Virgen
María es Theotokos (Madre de
Dios), por ser madre de Jesús.
Dios)
Dios la eligió desde la eternidad,
inmaculada y libre de pecado.
Por pura gracia permaneció sin
pecado siempre: “llena de gracia”.
Ella se ofreció totalmente a la
persona y a la obra de Jesús.
Siempre “virgen” o entrega total.
“virgen
Sólo tuvo un único hijo: Jesús
(“hermanos”=parientes). Mientras
que espiritualmente nos tiene a
todos los salvados; por eso es
llamada: “la nueva Eva”.
Eva
En María hay un nuevo comienzo
de la humanidad, no por el esfuerzo
natural, sino como don o gracia.
15. 6. Toda la vida de Jesucristo es un misterio
Jesucristo no es un filósofo ni un
líder a la usanza, ni un portavoz
de Dios. Él es la Palabra.
Toda la vida de fe es
acontecimiento que apunta al
misterio de Dios (Jn 14,9). Así lo
vive la Iglesia a lo largo del Año
Cristiano como un proceso:
La esperanza, en el Adviento.
La gloria manifestada en la
debilidad, en la Navidad.
La manifestación como Luz para
todos, en la Epifanía.
Como cumplimiento de las
promesas, en la Presentación en
el Templo.
16. 6. Toda la vida de Jesucristo es un misterio
La vida oculta de Nazaret, a lo
largo del Tiempo Ordinario.
La conversión, en el Bautismo del
Señor como prefiguración de
nuestro bautismo.
Las tentaciones, en Cuaresma.
La Transfiguración como luz
capaz de aclarar la cruz.
La Entrada en Jerusalén, como
acogida.
Y en la Semana Santa como
Triduo salvador.
17. 7. Jesús y el Reino de Dios
Jesús se presentó predicando el Reino de Dios (o de los
Cielos).
Esta expresión aparece 122 veces en el Nuevo
Testamento, y 90 de ellas en boca del mismo Jesús,
invitando a su participación.
Jesús anunciaba el Reino con palabras y signos.
signos
Lo concibe como una liberación total de la persona,
principalmente del pecado y de la muerte.
Elige a Doce para que sean testigos de su resurrección,
refrendo del Reino.
Dos características del Reino presenta:
Jesucristo es el Rey al que hay que aceptar.
La aceptación ha de ser personal y comunitaria (la Iglesia).
18. 7. Jesús y el Reino de Dios
La relaciones entre el Reino y la Iglesia:
El Reino no coincide con la Iglesia, ni es lo mismo.
Pero el Reino no está separado de la Iglesia.
Posturas erradas:
Quienes identifican Reino de Dios = Iglesia
Quienes separan Reino de Dios e Iglesia
Se ha pasado últimamente de un exagerado eclesiocentrismo (la
Iglesia en el centro), al cristocentrismo (negar el papel de la Iglesia). Y
ahora proponen el reinocentrismo.
Este planteamiento es engañoso, porque propone un planteamiento
idílico en el que todas las religiones buscan juntas el Reino de Dios,
pero sin Iglesia y sin Cristo. Jesús queda relegado a un líder espiritual
más, despojado de su divinidad y de su papel de único Salvador.
Benedicto XVI denuncia que esta postura relega a Dios, no dejándole
ser Dios, y da el protagonismo a los hombres y a la política.
19. 7. Jesús y el Reino de Dios
El Reino de Dios viene a través de Jesucristo: “Se ha
cumplido el plazo”: ¡Dios está actuando en la historia!
Este punto queda aclarado en la correcta interpretación
de la parábola del Fariseo y el Publicano:
El primero habla a Dios de sí mismo.
El segundo mira a Dios, porque necesita de Él.
Aquí está la diferencia entre la ética y la gracia.
El Reino de Dios se entiende desde Jesucristo y su
misterio.
Se resume en dos documentos sacados del Evangelio:
Las Bienaventuranzas (la “Carta Magna” del Reino de Dios).
El Padre Nuestro (la “Oración del Reino”).
20. 7.1. Las bienaventuranzas
Bienaventurados los pobres de espíritu:
espíritu
El primer mandamiento no es tanto amar a Dios, como “dejarse amar
por Dios”, es dejar que Dios entre en tu vida y te la cambie.
No es pobre el que se centra en sí mismo y vive como si Dios no
existiera.
Bienaventurados los mansos, los humildes,
mansos
los que reconocen que son criaturas:
No buscan sólo sus derechos o los de los demás, sino los de Dios.
Viven con dulzura y ternura, porque se saben en manos de Dios.
No es manso quien desconfía de la Providencia de Dios.
Bienaventurados los que lloran, los que sufren
lloran
como y por lo mismo que sufre Dios:
Los que ven que los hombres no caminan por los deseos de
Dios.
No llora quien se muestra siempre crítico y juez de todo y de
todos.
21. 7.1. Las bienaventuranzas
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia de Dios, de hacer realidad la santidad de
Dios
Dios:
Los que caminan en la libertad de los hijos de Dios y ponen como centro de su
existencia la vida y el amor de Dios.
No tienen hambre, los mediocres, los instalados, los resignados.
Bienaventurados los misericordiosos, los que tienen
misericordiosos
entrañas maternas:
Los que acogen a todos desde la gratuidad y el amor de Dios, sin esperar
recompensa.
No son misericordiosos, los selectivos, envidiosos y rencorosos.
Bienaventurados los limpios de corazón, los
corazón
transparentes, los que no tienen dobleces:
Tienen corazón de niño y son agradecidos.
No son limpios, los hipócritas, y los que no viven el estilo del amor de ágape.
22. 7.1. Las bienaventuranzas
Bienaventurados los pacíficos, los armónicos con
pacíficos
ellos, con los demás y con Dios:
Los que tiene una paz profunda.
Los que son coherentes.
Los que buscan activamente y siembran comunión.
No son pacíficos, los agresivos, los interesados y los amargados.
Bienaventurados los perseguidos e insultados, los
que son signo de contradicción:
Viven a contracorriente por defender los valores del Reino de Dios.
No es signo de contradicción, el fanático, el que tiene miedo al ridículo, el que
no sabe dar sentido a la adversidad.
23. 7.2. El Padrenuestro
Padre nuestro:
nuestro
Un Dios compartido: por el Hijo y por todas las criaturas.
Que está en el cielo:
cielo
No se le puede manipular, pues lo llena todo.
Nosotros somos peregrinos hacia Él.
Santificado sea su nombre:
nombre
Es reconocer al Padre como centro de nuestras vidas.
Venga su Reino:
Reino
Aceptar al Hijo como Rey y
Vivir las obras del Reino, las bienaventuranzas, en fraternidad
Hágase su voluntad:
voluntad
Lo que quiere Dios se desea que se extienda a la humanidad
Hacer posible la civilización del amor y de la vida.
24. 7.2. El Padrenuestro
Danos el pan cotidiano:
Se incluye lo necesario para vivir (material y espiritual) cada día.
Y estar dispuestos a compartir.
Perdónanos para poder perdonar:
La medida del perdón hacia los demás es el perdón recibido de
Dios.
Perdón sin fronteras, incluso a los que nos hacen mal.
No nos dejes caer en la tentación:
tentación
No se pide evitar tener tentaciones, sino no caer en ellas. Tener
luz para discernir y fuerza para afrontarlas.
Estar siempre vigilantes.
Líbranos del mal y del Maligno:
Maligno
Vivir sin ser atrapados ni por las estructuras del mal ni por el
Maligno mismo.
25. 8. Fue crucificado, muerto y sepultado
La cruz es el punto de partida de la
confesión de fe. Desde la cruz se entiende
fe
que Cristo y su mensaje son lo mismo.
La figura de Cristo en la cruz habla más
que cualquier palabra.
El centro de la fe cristiana es el misterio
pascual: Pasión, Muerte, Resurrección y
pascual
Glorificación de Cristo.
Encontró oposición entre algunos jefes de
Israel, pero,
Él no se opuso a la Ley, sino a su interpretación.
Él no se opuso al Templo, sino a su uso.
Él no se opuso al Dios único.
Sus opositores no fueron los “judíos” en
cuanto etnia, sino los pecadores.
26. 8. Fue crucificado, muerto y sepultado
Jesús se entregó libremente por los
pecadores:
En la Cena supo anticipar esa entrega para
hacerla memorial y poder ser celebrada.
En Getsemaní se adhiere a la voluntad del Padre.
Padre
Así la cruz es expresión de amor radical capaz de
rescatar al pecador.
No es el hombre el que se acerca a Dios, sino
Dios el que se entrega al hombre.
Así la cruz es un movimiento de arriba hacia
abajo.
Aceptar la cruz es dejarse poseer por Cristo.
Sin esta visión de la cruz, la Iglesia no
tiene sentido:
Sabe superar el escándalo del fracaso.
Sin quitarle nada de su radicalidad.
La cruz implica una muerte y sepultura
verdaderas
27. 9. Descendió a los infiernos
Es el artículo del Credo que más choca con la
mentalidad actual.
Es contemplar el Sábado Santo como algo distinto del
Viernes Santo.
En el viernes santo se ve la muerte como suceso.
En el sábado santo, se ve la muerte como estado.
Es el día del gran silencio, del ocultamiento de Dios, de
la ausencia de Dios.
Dios que es Palabra, también se hace silencio, para
solidarizarse con nuestra más profunda soledad.
“Los infiernos” es una expresión que sirve para situar a
los justos que murieron en la espera de su Redentor.
28. 9. Descendió a los infiernos
Éste es Jesús, que bajó hasta su situación para liberarlos.
Jesús se hace cercano al hombre en su muerte:
“¡Dios ha muerto! ¡Nosotros lo hemos matado!”: Esta expresión de
Nietzsche está copiada del cristianismo, pero con otro sentido.
Hoy habría que interpretar y situar esta expresión:
Mientras que para Nietzsche significa el final de Dios.
Para el cristiano es sólo el principio de la liberación. Un signo de
luz:
Un gesto de solidaridad.
Un intervalo para el triunfo.
En la soledad más absoluta del hombre se oyó la voz de
que es amado, de que nunca estará solo.
29. 10. Al tercer día resucitó de entre los muertos
Lo que parecía un sueño, se ha hecho
realidad.
Se da cumplimiento a las palabras del
Cantar de los Cantares (8,6): “El amor
es más fuerte que la muerte”.
En la Resurrección confluyen dos
dimensiones a las que el hombre
aspira:
La supervivencia en los demás.
Con un amor fuerte, más que la muerte.
Resucitar no es volver, sino llegar a la
eternidad del Amor.
30. 10. Al tercer día resucitó de entre los muertos
La resurrección es la verdad culminante de la fe
cristiana:
Atestiguada por las mujeres, por Cefas y por más de quinientos.
Ellos no inventan, sino que testifican.
Aunque tengan que soportar el reproche por ser incrédulos.
La resurrección sobrepasa la historia como Misterio de
Fe.
En ella actúa la Trinidad completa:
El padre manifiesta su poder.
El Hijo recobra la vida.
El Espíritu Santo vivifica y glorifica.
Supone la culminación de la encarnación.
La resurrección de Cristo es el principio de nuestra
resurrección.
31. 11. Jesucristo subió a los cielos y está
sentado a la derecha de Dios Padre
Todopoderoso
A los 40 días, Jesucristo, hombre y
Dios, se une plenamente al Padre,
reinando e intercediendo por todos.
El cielo es el contacto entre el ser del
hombre y el ser de Dios.
Es el futuro de la humanidad en su
aspecto social, más que un destino
social
privado y personal.
Jesús inauguró este estado de
contacto directo con Dios, que
Dios
remite al más allá e ilumina al mas
acá.
32. 11.1. El cielo
Es el estado de felicidad suprema.
suprema
Es ver a Dios “cara a cara” (I Cor 13,12). La plena
comunión con la Trinidad.
El cielo es lo definitivo, lo totalmente otro, basado en el
definitivo
amor irrevocable e indivisible de Dios.
Llegará a la plenitud cuando se reúna la totalidad de
los miembros del Cuerpo de Cristo.
Cristo
33. 11.2. El purgatorio
Consiste en un proceso radicalmente necesario de
transformación.
transformación
Lo constituyen los que han muerto en la amistad de Dios, pero
necesitan purificación, porque el pecado siempre deja
purificación
secuelas.
Según la teología protestante, no encuentra base en la Sagrada
Escritura, pero pertenece claramente a la Tradición de la Iglesia.
En la base está la “Comunión de los Santos”, los sufragios,
Santos”
oraciones, intercesiones de unos por otros.
Este tema se ha callado en los últimos tiempos, tal vez por el
carácter mercantilista con que en algunas época se ha tratado,
pero no conviene ocultar algo de lo que ha sido tan sensible en
pueblo cristiano con infinitos gestos de amor y de ayuda que van
más allá de las barreras de la muerte.
34. 11.3. El infierno
Consiste en la condenación eterna de todos los que
mueren en pecado grave, por libre elección, y rechazan
el amor misericordioso de Dios.
La pena consiste en la separación eterna de Dios
como única fuente de felicidad.
Jesús habló varias veces de él con distintos términos:
“Alejaos de mí, malditos, al fuego eterno” (Mt 25, 41).
Aunque no hay que olvidar que Dios quiere que todos
los hombres se salven (2 Pe 3,9).
35. 12. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos
Por el término “mundo” se
entiendo, no sólo al cosmos,
sino a toda la humanidad.
Cristo es el punto Omega, al
Omega
tiempo que es el Alfa.
El sentido del Juicio Final es el
estado final del mundo, no
como resultado de un flujo
natural, sino el resultado de la
responsabilidad en la libertad.
El cristiano se sentirá seguro,
mirando al final, si vive en la
abundancia de la justicia
divina que es Jesucristo.
Notas del editor
Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre: Los primeros concilios se tuvieron que preguntar sobre tres cuestiones que constituyen la personalidad de Jesucristo: Mesías, Hijo y Dios. Las tres enlazadas entre sí. Así: Los concilios de Nicea y Constantinopla afirmaron que fue engendrado, no creado de la misma naturaleza que el Padre. El Concilio de Calcedonia, que fue uno solo, Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre: Con alma racional y cuerpo humano. Consustancial en la divinidad con el Padre. Consustancial en la humanidad con nosotros, excepto en el pecado. La Iglesia supo expresar esta reflexión sobre la Encarnación. Jesucristo así es: verdadero Dios y verdadero hombre. con dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas entre sí. en una sola persona.
Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre: Los primeros concilios se tuvieron que preguntar sobre tres cuestiones que constituyen la personalidad de Jesucristo: Mesías, Hijo y Dios. Las tres enlazadas entre sí. Así: Los concilios de Nicea y Constantinopla afirmaron que fue engendrado, no creado de la misma naturaleza que el Padre. El Concilio de Calcedonia, que fue uno solo, Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre: Con alma racional y cuerpo humano. Consustancial en la divinidad con el Padre. Consustancial en la humanidad con nosotros, excepto en el pecado. La Iglesia supo expresar esta reflexión sobre la Encarnación. Jesucristo así es: verdadero Dios y verdadero hombre. con dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas entre sí. en una sola persona.
Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre: Los primeros concilios se tuvieron que preguntar sobre tres cuestiones que constituyen la personalidad de Jesucristo: Mesías, Hijo y Dios. Las tres enlazadas entre sí. Así: Los concilios de Nicea y Constantinopla afirmaron que fue engendrado, no creado de la misma naturaleza que el Padre. El Concilio de Calcedonia, que fue uno solo, Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre: Con alma racional y cuerpo humano. Consustancial en la divinidad con el Padre. Consustancial en la humanidad con nosotros, excepto en el pecado. La Iglesia supo expresar esta reflexión sobre la Encarnación. Jesucristo así es: verdadero Dios y verdadero hombre. con dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas entre sí. en una sola persona.
Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nacido de Santa María Virgen: Lo que ocurre en María es una nueva creación: la Palabra se hace carne: En María Dios se introduce en la historia humana. Dios Padre no es el padre biológico de Jesús. La expresión: “engendrado por obra del Espíritu Santo” quiere significa que no hubo intervención de varón. Así María es Theotokós, al ser madre de Jesús. Dios la eligió desde la eternidad, inmaculada y preservada de pecado: Por pura gracia permaneció sin pecado siempre: “llena de gracia”. Pero ella se ofreció totalmente a la persona y a la obra de Jesús. Siempre “virgen” o entrega total.. Los “hermanos” son los parientes cercanos, pero sólo tuvo un único hijo: Jesús. Mientras que espiritualmente nos tiene a todos los salvados, por eso es llamada: “la nueva Eva”. En María hay un nuevo comienzo de la humanidad, no por el esfuerzo natural, sino como don o gracia.