La crisis del sector agropecuario en Colombia en la década de 1990 se debió a la disminución de 850,000 hectáreas de cultivo, especialmente de sorgo, lo que generó un aumento en las importaciones agrícolas y una disminución de las exportaciones agrícolas, afectando el crecimiento del PIB. A pesar de estímulos tributarios para cultivos como el cacao y la palma africana, el nivel tecnológico medido por la importación de tractores empezó a declinar, disminuyendo la productividad